El bus escolar
Conductor de bus escolar que se enrolla con una de las chicas que lleva al instituto.
El bus escolar.
Entre los trabajos que he tenido, ha estado el de conductor de bus escolar. Es un trabajo que aun no cobrando mucho se lleva bien. Los chavales no suelen quejarse y suelen ir a lo suyo, aunque de vez en cuando hay alguno que te revoluciona el gallinero. Tienes normalmente recorridos de distintos colegios o por distintas zonas. Por lo que no se te hace monótono.
Esto me sucedió llevando a unos chavales de Instituto. Cuando terminaba de hacer un recorrido solía dar una vuelta a lo largo del autobús por si habían olvidado algo. Un viernes me encontré un teléfono móvil, por cómo lo tenía con pegatina y fondo supe que era de una chica. No recordaba que chica iba sentada justo en ese sitio pero sólo podía ser de tres: Marga, Erika o Noemí.
Marga era una chica simpática, con una cara muy bonita, castaña, y unas caderas anchas y las tetas más desarrolladas de las tres chicas.
Erika era alta, delgada, morena tanto de piel como de pelo y un cuerpo muy apetecible.
Noemí era la más menuda de las tres. Morena, delgada, casi sin pecho pero con un culo que me parecía el más bonito.
Intenté entrar en el teléfono para ver de quien podía ser. Bueno, realmente me apetecía encontrar fotos de la dueña en plan picante, los típicos selfies que ves por la red con chicas con ropa interior o de deporte muy ajustada. Pero no pude entrar en el móvil.
Estaba viendo que no llevaría a esos mismos chavales hasta el lunes, cuando se repente suena el móvil y veo que la llamada, por lo que pone en el pantalla, es de una tal Noemí. Contesto y me habla una chica, diciéndome que tengo su móvil, que lo necesita para el finde y si podría vernos para devolvérselo. Según hablaba deduje que era Marga. Ella también se dio cuenta de quien lo tenía. Me preguntó si era el busero. Conteste que sí, que se lo había dejado en el bus y lo encontré de casualidad. Le dije que hasta que no terminará de trabajar no podría verla. Los viernes tenía suerte y acaba antes que otros días por no haber casi actividades extraescolares. Decidimos que lo mejor sería quedar en el Instituto sobre las 6 de la tarde.
El resto del día trabaje sin mayor preocupación. Cuando termine ya ni me acordaba del móvil. Estaba hablando con algunos compañeros cuando oí el móvil. Eran las 6 y cuarto. Contesté y le dije que en 10 minutos estaba allí. Me despedí y me dirigí hacia el Instituto.
Allí estaban las tres chicas. Les pedí perdón y le devolví el teléfono a Marta. Ellas estaban preocupadas por cómo volver pues tardaría un buen rato el bus y llamar a los padres para llevarlas haría que supieran que perdieron el teléfono y no les dejarían salir el finde. Me ofrecí a llevarlas, ellas aceptaron rápidamente. Noemí fue la primera en bajarse. La siguiente fue Erika. Se quedaban cerca de las casas pero no enfrente para que no las viesen bajar del coche de un desconocido según ellas.
Marga vivía más lejos que las otras, me llevaría otros 5-10 minutos llegar. Se sentó de copiloto ya que antes había ido Erika allí. Antes habían ido hablando entre ellas para salir el sábado al centro comercial, para ir al cine y luego si podían convencer a sus padres salir hasta tarde.
Ahora que ya no estaban las otras se puso a hablar conmigo. Me dio las gracias de nuevo. Y me fue contando cosas sobre ella, como que era la pequeña de tres hermanas, que sus padres estarían trabajando en la empresa que tenían. Sin darnos cuenta ya habíamos llegado a su casa. Me decía que no sabía cómo agradecerme haberle devuelto el móvil. A lo que en un susurro se me escapó lo que pensaba, como me gustaría comerle la boca y besarla como si no hubiese un mañana. Me debió escuchar porque se acercó a mí y me dio un beso, no pude resistirme a buscar con mi lengua la suya, unas veces la suya estaba en mi boca. Nos estábamos besando como dos amantes. Ella me pidió mi número para hablar más tarde y si tal volvernos a ver. Le dije que llamará a su móvil desde el mío y así le quedaría registrado. Nos despedimos con otro beso más.
Al volver a mi piso no podía creer como me había puesto de caliente una adolescente como Marga. Mientras estaba preparando la cena, me llego un mensaje. Era Marga que me pedía si al día siguiente podría buscarla y llevarla al centro comercial con sus amigas. La llame y hablamos. Sería por el beso pero sólo pensaba en poder hacerle el amor. Accedí a buscarla después de comer.
Al día siguiente aproveché la mañana para esmerarme un poco más en la limpieza del piso, cambie las sábanas de la cama, hice la compra,...
Después de comer, fui a buscar a Marga como habíamos quedado. Llegué un par de minutos antes de lo acordado y pude ver como venía caminando con un pantalón vaquero ceñido y una camisa anudada. Dejaba ver su ombligo y barriga. Me puse cachondo pensando que por la noche intentaría quitarle ese pantalón y le comería su sexo con gula.
Entró al coche y me dio un piquito en la boca. Arranqué y me encaminaba hacia el centro comercial cuando ella me dijo que había que buscar a sus amigas. Eso me fastidió y aunque intenté disimular no lo logre. Ella se percató de que no me gustaba eso por lo que me pidió que parara en un sitio un poco apartado de la vista. Eso hice y ella se abalanzó a besarme de nuevo como el día anterior casi sin tiempo a que el coche estuviese parado. Me dijo que no me enfadara, que le gustaba mucho desde que me vio el primer día que los lleve en el bus escolar.
Fuimos a buscar a sus amigas y las lleve al centro comercial. Me iba a despedir de ellas cuando todas me pidieron que las acompañará que lo iba a pasar bien, se estaban riendo con mucha picardía con lo que tenían pensado hacer. Yo les dije que sería un estorbo pero me daba morbo ir con ellas. Al final accedí. Ellas lo primero que hicieron fue comprar unas entradas para el cine, yo no tenía muchas ganas pero también la compré. Ellas querían ver ropa por lo que fuimos recorriendo varias tiendas de ropa.
Cuando pasamos por la zona de ropa interior ellas se pusieron a mirarla y a preguntarme por mis gustos, como hombre que cosas nos gustan. Que creía que le sentaría mejor a cada una. Yo estaba rojo como un tomate, soy bastante tímido y esas cosas me ponen muy nervioso. Yo les decía que cualquier cosa les sentaría de maravilla, que con sus cuerpos y belleza cualquier hombre se fijaría poco en la ropa porque sólo desearía quitársela. Ellas se reían viendo mi cara con lo que seguían insistiendo que si un tanga negro, un culote rosa, unas braguitas blancas con bordados. Yo tenía una erección que no podía ocultar y no bajaba de imaginarme esas prendas en cada una de ellas. Se dieron cuenta que las estaba radiografiando y vistiéndolas con esas prendas. Se sentían hermosas, bellas y poderosas porque estaban logrando que un chico mayor que ellas se pusiera así de nervioso. Yo decidí poner pies en polvorosa por lo que salí de allí. Marga salió tras de mí. Me pidió que volviese que no se burlarían más de mí. No pude rehusarme y volví con Marga junto a las otras dos chicas. Las otras estaban ya en la caja pagando algo que no pude ver que era. Sólo faltaba Marga que dijo que iba a comprarse unos sujetadores para hacer deporte y unas bragas. Eso fue lo que pude ver.
Ya se nos hacía tarde para ir al cine, menos mal que ya teníamos compradas las entradas. Nos dirigimos a la entrada. Me senté a la derecha de Marga y a la izquierda de Noemí, Erika estaba junto a Marga. Yo tenía agarrada la mano de Marga y sólo podía pensar que estaba haciendo.
Cuando terminó la película querían cenar algo y nos pusimos camino a algún sitio para ello. Al llegar al sitio que habían propuesto, cenamos y comentaron que habían pensado que era mayor de mi edad. Que la primera vez que me vieron conduciendo el bus me habían echado más de 25 cuando realmente no llegaba a ellos. Me quisieron interrogar sobre relaciones pasadas y cosas personales que intenté evitar a toda costa.
Al terminar las lleve como el día anterior a sus casas. Cuando quedamos solos Marga y yo le dije que no me gustaban las encerronas y que no importaba hacerles de taxista alguna vez pero que no lo tomarán de costumbre, ella decía que había sido una broma. Me dio otro beso y yo aproveché a sobarle su culo.
Nos despedimos y volví a mi piso.
Al día siguiente me desperté por el ruido de una llamada de teléfono. Marga me comentó que iba a estar sola ese día en su casa, sus padres se marchaban a ver unos parientes que vivían lejos. Su hermana mayor estaba con su novio de viaje por Asturias. Y su otra hermana se iba a la ciudad con su novia y en esos casos no solía volver a casa hasta bien entrada la noche. Si querría pasarme por allí y estar con ella. Le pregunté si estaríamos solos o vendrían sus amigas. Marga replicó que solos. Que no era buena cocinera pero algo podríamos comer. Accedí y me preparé para ver si podría catar ese cuerpo de adolescente en plenitud.
Fui hasta la casa de Marga pero antes de entrar le llame. Me dijo que pasará. Quede impresionado de la casa en donde vivía. Ella estaba en el jardín abriendo la puerta pequeña de la finca. La casa era una vivienda de 2 plantas con un garaje separado por lo que pude ver. Ella me cogió de la mano y me llevo adentro.
Fuimos al segundo piso donde se veían varias puertas cerradas y una abierta. Me llevo a la habitación de la puerta abierta. Era grande como las que se ven en casas americanas más que las habituales de aquí. Tenía una cama grande, más que la mía. Estaba decorada con un color verde turquesa suave que le sentaba muy bien. Ella se tiró encima de la cama, y me hizo indicaciones de que me aproximara.
Me acerqué a Marga, quería besarla y desnudarla, llevaba unas mallas y un top. Me puse encima de ella y nos empezamos a besarnos. Mis manos fueron al cierre del sujetador mientras nos abrazábamos, quería verle esas tetas que me traían loco. Yo estaba tumbado boca arriba y ella se quitó el top y sujetador con rápido movimiento, ver esas tetas balanceándose cuando se quitaba la ropa es algo que no se me olvidará. Unos pezones pequeños con areolas medianas rosadas, un tamaño más generoso del que me había imaginado, creo que son las tetas más bonitas que he visto nunca. No pude resistirme a agarrar una de esas masas de carne que tan caliente me estaban poniendo. La otra mano acariciaba su culo, alce mi cabeza para meterla entre sus tetas. Me puse a lamer sus areolas para luego chupar y succionar sus pezones. Marga empezó a gemir del placer que estaba recibiendo en su pecho. Ya tenía mis manos en su culo acariciándolo, sobándolo, agarrándolo. No era un culo duro sino más bien blando con lo que podía agarrarlo perfectamente, son el tipo que me gusta aunque a la vista no atraigan tanto como otros. Intenté meter las manos dentro de la malla y bajárselas pero de lo ceñidas que estaban y por su posición no logre nada.
Volví a besarla, y a empezar recorrer su cuello hacia sus tetas. Ella movía sus caderas contra mi sexo que tenía más sangre que el resto del cuerpo. Ya no aguantaba más sin verle su sexo e hice que giráramos. Le quite su calzado y levantando su culo me dispuse a quitarle las mallas. Ella hacía movimientos para ayudarme a lograr mi propósito. Cuando logre desnudarla, me faltaba quitarme los pantalones porque el polo ya hacía rato que no lo tenía. Desnudos como quedamos nos volvimos a besar y volví a empezar a recorrer su cuerpo a base de besos bajando de su boca hacia su sexo.
Al llegar a su sexo, este estaba ya bastante lubricado pero me puse a inspeccionarlo. Busque su clítoris mientras con el dedo corazón hurgaba en su vagina. Intentaba buscar su punto g, como había leído que se encontraba. Mientras con mi lengua le daba lametazos a su clítoris. Estuve un rato dándole lengua hasta que me puse su clítoris entre los labios presionándolo y chupándolo. Cada vez estaba más lubricada y me agarraba el pelo de la cabeza, se que me decía algo pero estaba tan absorto en darle placer que no sé qué me decía. Al final me puse a meter mi lengua en su vagina para saborear todo el néctar que me estaba dando. Ella no aguanto más el tener mi lengua en su vagina y pude notar como se estremeció con un orgasmo. Me cogió de la cabeza y me la quitó de su coño, necesitaba recuperar un poco la respiración.
Volví a dedicarle caricias y amor a sus tetas, mientras subía a su boca para comérsela. Ella me hizo girar para que quedara abajo mirando hacia el techo lleno de pegatinas de estrellas. Me agarró la polla que estaba presionándome el ombligo y la empezó a lamer. Empezó por la punta con el líquido pre seminal que ya lo tenía todo humedecido. Iba haciendo círculos por el glande lo que me estaba provocando un gran placer, sabía que si seguía así me iba a correr de un momento a otro por lo que se lo advertí. Le pedí que me pusiera un condón de los que llevaba en el pantalón y que folláramos. Ella negó y se la metió a pelo poco a poco, estaba alucinando.
Yo me dejaba hacer, Marga marco el ritmo de la cabalgada que estaba haciendo. A veces paraba el ritmo para hacer círculos con sus caderas, era algo que me estaba llevando al clímax. Le advertí que ya no aguantaba más, le dio igual y siguió con el mismo ritmo. Yo intenté aguantar un poco más pero cuando ya no pude más agarre sus caderas y empecé a bombear al ritmo de espasmos según soltaba los chorros de esperma en lo más profundo de su vagina. Marga se quedó quieta insertada en mi pene mientras este se aflojaba poco a poco. Yo la abrace contra mi pecho, en esa posición mi pene salió de su vagina. La bese y empecé a acariciar su cuerpo, unas veces su culo, otras sus tetas, otras mordisqueaba sus orejas. Le empecé a hacer un dedo constante que la estaba volviendo loca. No entendía cómo podía hacerlo también, le dije porque soy algo manazas y mis dedos son bastante largos con lo que puedo llegar bastante profundo. Según le hacia el dedo notaba mi corrida dentro de ella con lo que el retirar mi dedo se lo puse en la boca para que lo saboreara bien.
Tarde unos 10 minutos de caricias y hacerle un dedo en volver a tener mi pene para otra ronda de sexo. Marga consiguió otro orgasmo más suave con mi dedo pero me propuse darle el mejor orgasmo con mi polla.
Se la metí despacio y me moví lentamente al principio, con mi dedo acariciaba y rozaba suavemente su clítoris al mismo tiempo que seguía un mete-saca lento y profundo. Mi mano izquierda fue a sus tetas. Unas veces a la derecha otras a la izquierda, las amasaba y con el pulgar iba rozando, acariciando sus pezones y areolas. Ella no se si por el tratamiento anterior o por lo que le hacía en ese momento pero estaba gimiendo y gritando como si la matarán. Yo seguí moviéndome cada vez más rápido, aunque de vez en cuando paraba de golpe para que sufriese un poco. Le dije que aguantará todo el orgasmo que le estaba provocando hasta que me corriera dentro. Fui intensificando las penetraciones y dejándome llevar por el placer para que ella no tuviese que aguantar más. Me corrí copiosamente aun siendo mi segunda descarga.
Nos dejamos caer rendidos un par de minutos en la cama para luego ir juntos al baño.
El baño era grande. Tenía una ducha larga con una alcachofa inmensa y por otra parte tenía una bañera hidromasaje. Nos metimos a limpiarnos del sudor y fluidos en la ducha. Quise enjabonar sus tetas, puse un buen chorro de gel en mis manos y empecé a amasarlas, sopesarlas... Ella se apoyó contra la pared dándome la espalda con lo que masajee sus hombros y espalda. Volví a tomar más gel para limpiar sus cachetes y de paso me puse a abrirlo para ver su ano. Este era de un color oscuro pero muy bonito. Comencé a acariciarlo, Marga me quiso parar pero le dije que sería delicado. Poco a poco se fue relajando, limpie a conciencia la parte de fuera y un poco de dentro. Ya sólo podía oler el gel que usábamos y aproveché a meter cara allí. Saqué la lengua, era mi primera vez probando un ano y no sabía si me gustaría. Le pase la lengua varias veces a lo largo de toda la raja. Cuando estaba a la altura del agujero lo lamia en círculos e incluso probé a meter la punta. Fue algo extraño, no me desagrado pero tampoco fue tan bueno como había pensado. Marga no estaba muy convencida y me paró. Ella salió antes de la ducha. Yo me termine relajar bajo un abundante chorro de agua caliente.
Marga ya se había puesto un tanga rosa que le quedaba muy bien, se estaba abrochando un sujetador a juego con el tanga. Quede realmente impactado como esas prendas podían realzar aún más su belleza. Siempre había creído que eran un estorbo para la vista pero viéndola con ellas se demostraba que estaba equivocado. Yo fui a buscar mi bóxer pero estaban manchados del líquido pre seminal. Por lo que decidí ir en plan comando. Se me había pasado traer la mochila con muda que tenía en el coche.
Me puse el pantalón, Marga se estaba poniendo un short y una mini camiseta, de esas que cubren difícilmente los pechos de las chicas y dejan al aire su barriga con el ombligo.
Me dijo de ir abajo a la cocina para comer. La seguí hasta una cocina grande, tenía una mesa grande, como para 10 comensales. Allí empezamos a buscar que hacer de comer. Ninguno era buen cocinero pero al menos para hacer algo de pasta y freír unas rabas alcanzábamos. Estamos finalizando la comida cuando sentí una tos a mi espalda. Me giré y vi a una chica de 18-20 años en la puerta que tenía detrás. Marga se quedó de piedra, yo me presenté como un amigo que le vino hacer compañía a Marga para que no comiera sola pero al estar ella que ya me iba. La hermana me dijo que no mintiese, que ella no contaría nada. Laura era el nombre de la chica. Tenía unas curvas de infarto además de ser más esbelta. Vaya genes tienen las mujeres de esta familia estaba pensando, además de una radiografía que no le gustó nada a Marga. Me gritó que como me ponía a comer con los ojos a su hermana.
Laura se echó a reír. Yo me estaba poniendo como un tomate e intentaba disculparme. Tuve que seguir a Marga que se marchaba corriendo a su habitación. Conseguí alcanzarla antes de que se encerrara en su cuarto.
La abracé y le dije al oído lo mucho que lamentaba lo sucedido unos segundos antes. Le conté la verdad, me sorprendió que Laura tuviese un cuerpo tan bonito, sobre todo vistiendo ese vestido veraniego, pero que aun así de cara la más guapa era Marga. Sólo tenía la cabeza en la maravillosa mañana que habíamos pasado.
Me costó mucho tranquilizarla. Al conseguirlo pude besarla.
Laura nos estaba observando a lo lejos. No sé ni cómo la vi pero se lo advertí a Marga. Bajamos a la cocina a recoger todo lo manchado. Laura se encontraba allí disimulando. Yo después de lavar los cacharros me dispuse a irme.
Fui a la habitación de Marga con una bolsa para llevar mi bóxer más disimuladamente pero cuál fue mi sorpresa al no encontrarlo. Le pregunté a Marga si lo había cogido o algo pero no sabía de lo que le hablaba.
Eso me hizo sospechar que la única que podría tenerlo sería Laura. Me encamine a la habitación de esta. Quería evitarle problemas a Marga. Me encare con ella, quería saber que pretendía hacer mi ropa interior. No quería que castigaran a su hermana y mostrará pruebas de lo ocurrido. Laura se hizo la tonta, se notaba que había tenido un mal día y quería fastidiárselo a los demás. Le pregunte si porque la hubiesen dejado haría que Marga y yo rompiésemos. Le toque su fibra sensible y se mosqueo, insultándome. Yo mantuve la calma difícilmente pero se me ocurrió que habría algo que no desearía que la gente supusiera. Tenía que encontrarlo, en eso me acordé que tenía un ordenador sobremesa con webcam en la habitación. Tenía que inspeccionarlo.
Si gusta, puede que continúe.