El Buen Vecino Parte (01: Mayra la vecina Fogosa)

Niko es un Buen Vecino, conoce a su nueva vecina Mayra y juntos hacen de un vaso de agua una placentera tarde sexual, primer capitulo de una historia de la vida real...

El Buen Vecino

Capitulo 1 - Mayra - la vecina fogosa

Mayra era una joven linda, tenia una carrera, era licenciada en administración de empresas desempleada, siempre fue de los primeros lugares académicos en toda su vida estudiantil, premios de oratoria, hablaba mucho y además tenia una dulce voz. Casada con un tipo totalmente diferente a ella, sentidos opuestos, ella era toda una princesa y el era todo un bárbaro, maleducado, a decir en estos tiempos, todo un naco. Se podía ver a simple vista que ella era DEMASIADO para él. La unión entre esta pareja era mal vista por la mayoría de la gente que los conocía.

La Familia de Mayra desaprobó totalmente aquella unión y la desheredaron desde aquel día en el que se enterarían de que ella esperaba un bebe de Pedro, el novio incomodo. Los papas de Mayra constantemente discutían con ella, la encerraban y no la dejaban salir con Pedro, la diferencia de clase social y educación era evidente. La forma de hablar y expresarse de Pedro, además de su apariencia naca, tatuaje barato de prisión en el brazo izquierdo, y la manera estupida de ser lo ponían en jaque frente a la familia refinada de Mayra.

A pesar de todo, Mayra cedió a sus placeres internos, dentro del bochito de Pedro, en el estacionamiento de un cinema, y ahí, en ese momento, la vida de Mayra cambiaria, quedaría embarazada y se haría posible lo casi imposible, la unión marital entre los dos extremos opuestos.

Así, se casarían a escondidas, en donde a la boda solo irían los amigos de Pedro, la familia de Pedro que pensaba que se había ganado la lotería consiguiendo casarse con Mayra, "la novia bonita de Pedrito" así le decían todos.

Mayra perdía con esto el apoyo total de su familia, además perdía a sus amigas "las fresas" como les decía Pedro. Las amigas siempre le decían que como era posible que se fijara en "el naco", no podían pensar en lo que Mayra le había visto de bueno. Mayra había tenido a los mejores novios siempre, los mas galanes de la escuela, los de mas dinero, los mas buenos y tiernos chicos existentes en la ciudad, habían pretendido a Mayra, que ahora... sus amigas no la bajaban de "pendeja".

Pasaron sus primeros días de matrimonio viviendo en un cuartucho rentado, y sin luna de miel, empezaron discutiendo por cuestiones de dinero... a los siete meses de casados, nace la bebe, una niña idéntica a Pedrito, igual de fea y babosa.

Una amiga de Pedrito había comprado una casa en la colonia Bosques de Sonoma, y la casa seguía inhabitada desde su compra, la amiga no la había usado ya que solo la compro como inversión, pero su idea era rentarla, así es que viendo las condiciones en las que Pedro estaba viviendo con su nueva familia, opto por ofrecerles la casa, para al menos sacarle algo de dinero con módica renta, y sin dudarlo Pedrito, Mayra y la pequeña bebe Zulema se mudaron a la nueva casa, en la calle Arbustos, Numero 204...

La casa numero 204 de la calle Arbustos siempre lucio abandonada hasta aquella noche en la que una luz proveniente de la recamara principal había estado prendida mas tiempo de lo que normalmente se le veía... además, un auto extraño en la calle estaba estacionado frente a la casa, y lo que llamaba la atención era el movimiento de personas entrando y saliendo de la casa... no era lo habitual que se veía en la casa, cuando la dueña iba con sus amigas a hacer una fiesta, o cuando llevaba a algún amante para convertir la casa en un motel de paso. Los nuevos vecinos habían llegado.

Por la mañana siguiente, Niko salio de su casa, Arbustos 206, y antes de abrir el auto, una voz de mujer lo sorprendió por la espalda.

-Buenos días vecino.- se acercaba Mayra hacia él, con la mano derecha levantada lista para el saludo de mano.

-Me llamo Mayra y soy tu nueva vecina.- dijo la flaquita señalando la casa de a lado. Vestida con unos shorts negros y una blusa celeste de dormir, Mayra lucia con una sonrisa clara y ojos brillantes a la luz del amanecer.

-Buenos días,- respondió Niko regresándole la sonrisa, mirando de reojo la esbeltez de su nueva vecina.- Bienvenida a la colonia.- Agregaba Niko, mientras buscaba con la mirada, el anillo de la mano izquierda de Mayra que descubriera su estado civil.

-Ah disculpa, no te he dicho mi nombre; Me llamo Niko. Lo que pasa es que se me esta haciendo tarde para llegar al trabajo. Mucho Gusto Mayra.- decía Niko al haber descubierto el anillo dorado.

-El gusto es mío. Nos vemos luego, tengo que atender a mi bebe. -mencionaba Mayra con la voz nerviosa y despidiéndose de mano.

La esposa de Niko seguía dormida en la recamara principal del 206 y no se percato de la escena sucedida en la calle. Mayra se quedo un momento afuera sobre la banqueta, y miro como Niko partía en su automóvil a toda velocidad alejándose hacia su trabajo.

Pedro salía de su casa y se subió a su auto directamente sin percatarse de que Mayra estaba parada sobre la banqueta de la casa contigua, al ver Pedro a Mayra solo se despidió con un adiós desde su auto.

Ya pasaba un mes desde que Mayra, Pedro y la bebe habían llegado a habitar la casa rentada con el numero 204. Pedro había tenido mucho trabajo todo ese mes, dobleteando turno, a veces ni siquiera había el tiempo para jugar con la bebe o platicar con Mayra acerca del trabajo.

Por las mañanas la hora de partir hacia el trabajo coincidía entre los dos vecinos, así es que Niko siempre le tocaba ver a Mayra cuando salía a la calle, con el pretexto de despedirse de su esposo, aunque este ni siquiera la pelara, y a veces ni siquiera se despedía de ella. Era evidente que Mayra usaba despedir a su esposo como pretexto para ver a Niko, y que este la viera todas las mañanas, vestida con poca ropa, con pijamas o con la ropa de dormir. Aun así, sin pena alguna, Mayra disfrutaba que Niko la viera todas las mañanas, y como extra, le dedicaba una sonrisa mañanera.

Por la tarde, Niko y Pedrito no coincidían en la hora de llegada. Niko siempre llegaba después de las 7pm, mientras que Pedrito llegaba casi a las 10pm o a veces hasta las 11pm.

Una tarde, la casa con el no. 206, la casa de Niko, estaba sola. La esposa de Niko había ido a un babyshower y regresaría como a las nueve o diez de la noche. Y esa tarde, Niko llego a casa como a las 7 con diez minutos. Al estacionar el auto frente a la casa, se percato que Mayra se encontraba en la banqueta paseando a la bebe en una carreola.

Niko bajo del auto y saludo con un "hola" a su vecina Mayra, que estaba vestida con una blusa larga color negro que le llegaba como a veinte centímetros arriba de las rodillas. Parecía que llevaba unos shorts pequeñísimos o nada. Su cabello estaba amarrado con una liga, pero lo que mas llamo la atención de Niko fue la boca y los ojos; la boca de Mayra se veía tan sexy, y los ojos se le veían ardientes. Niko recibió de Mayra la contestación de su saludo, y abriendo la puerta de la casa entró encaminándose rápidamente hacia la cocina por un vaso con agua helada. La sed estaba saciada, pero sus pensamientos pasionales no.

A los dos minutos después, el timbre de la casa de Niko hizo que se levantara con un salto repentino de la silla de la cocina. Niko camino hacia la ventana que daba a la calle a mirar quien llamaba a su puerta. Era Mayra, mirando hacia todas direcciones, volteaba hacia los dos extremos de la calle... y luego miraba hacia el frente, cubriéndose parte de la cara con su cabello que se había soltado un minuto antes.

Niko abre la puerta, y justo antes de decir algo, Mayra le dice: -Ay, perdona, ¿me podrías prestar tu teléfono?, lo que pasa es que tengo que hacer una llamada urgente al medico de la bebe para preguntarle sobre una medicina, porque ha estado un poco enfermita estos días... etc. - Niko, solo había puesto atención a las primeras diez palabras, sus mente y sus ojos se clavaron en las piernas de Mayra, se dirigió a ella y abrió la reja que daba a la calle, dejándola pasar con todo y carreola.

-Pásale, acá tengo el teléfono. -Niko, no lo dijo dos veces, y Mayra no espero un momento, sin reparar entraba a la sala de la casa. Niko le paso el teléfono, y ella al instante marco un numero, Niko se retiro de la sala hacia la cocina para darle un poco de privacidad a la llamada.

-¿Quieres agua, soda, jugo, cerveza... un tequilita? -ofrecía Niko a su vecina.

-No gracias... bueno si... un vaso con agua por favor. -respondía Mayra mientras esperaba que le contestaran al teléfono.

Mientras Niko servia el agua, miraba con lujuria la figura de su vecina, piernas firmes, pechos pequeños, a lo lejos parecía una niñita, flaquita y exquisita, de cerca se veía toda una mujer... y esa tarde, toda una mujer llena de deseos reprimidos.

Niko le daba el vaso con agua, mientras Mayra preguntaba al medico sobre la medicina en la supuesta llamada... parecía que estaba hablando con ella misma, sola... no daba tiempo a que la otra persona fantasma en el teléfono contestara a sus preguntas, parecía una niña jugando al teléfono con su amigo imaginario. Niko noto la respiración lenta y exagerada que Mayra produjo cuando se le acerco de mas.

Al terminar la supuesta llamada, Mayra dejo el teléfono sobre una mesita y volteo a ver a Niko, diciéndole gracias. Mayra se acerco como para despedirse de Niko y antes de decir algo, Mayra beso a Niko en la boca, Niko respondió el beso, y los dos se juntaron mas besándose apasionadamente, soltando todos sus deseos en medio de la sala del 206.

La lengua de Mayra jugueteaba en toda la extensión de la boca de Niko, succionando la lengua de Niko, Mayra comenzaba a gemir y a respirar muy fuerte. Niko pasaba sus manos sobre la espalda de Mayra y bajaban hacia la cintura, agarrándole las nalgas y apretándoselas, bajo mas las manos teniendo como meta llegar a donde terminaba la blusa larga, y tocar sobre el short... cual fue su sorpresa que al subirle la blusa, tocando sus nalgas se daba cuenta que Mayra no llevaba puesta ropa interior, las manos de Niko estaban directamente tocando su piel, moviendo las manos hacia el frente de Mayra, Niko sintió como los dedos de su mano se humedecían al tocar el bello pubico de su vecina. Mayra al momento de sentir las manos de su vecino sobre sus labios vaginales abrió poco a poco las piernas... sin esperar tanto abrazados mejor se dirigieron hacia la orilla de un sillón, y ahí, Mayra subió una de las piernas sobre el sillón de tela azul, dejando el camino abierto a los dedos de Niko.

Antes de dedearla, Niko miro fijamente a Mayra, ella estaba con los ojos ardientes, y Niko le mostró un dedo. Mayra dijo con un movimiento de cabeza que no. Niko le mostró dos dedos juntos y ella volvió a decir que No con la cabeza. Niko le mostró tres dedos juntos, y Mayra sonrió, pero volvió a decirle que No con su cabeza. Niko le mostró toda la mano a Mayra y ahora su cabeza hizo el movimiento que Si... pero ella también dijo: -pero, primero... - y bajaba su cuerpo hacia el pantalón de Niko, abriéndole el cierre, y sacándole el pene duro y erecto. Mayra comenzaba a lamerle lentamente la puntita y al momento se metió toda la elongación del pene completamente. Niko se sorprendía de la habilidad de Mayra para el sexo oral, y pensaba... -"vaya, esta preciosa zorrita es de garganta profunda", no podía creer que esa boquita dulce y suave se convertiría en una tremenda boca succionadora, la lengua de Mayra masajeaba el pene que casi ni cabía en toda la boca abierta de Mayra, de pronto, Mayra saca el pene de su boca y con la lengua recoge todo el semen de Niko esparcido por todos sus labios, sus mejillas, su nariz, y su cuello.

después del placentero sexo oral que Mayra propino a su caliente vecino, Mayra se ponía cada segundo que pasaba mas caliente, tenia la necesidad de ser penetrada lo mas rápido posible, el tiempo era oro en ese momento, las parejas respectivas de ambos amantes regresarían en cualquier instante.

Rápidamente Mayra tomo el pene de Niko y se lo metió prácticamente en su vagina humedecida, Mayra subió una de sus piernas sobre la mesita del cuarto de estar, mientras que Niko se movía bruscamente cogiendosela completita, Mayra empezaba a gemir cada vez mas rápido y fuerte al ritmo de que Niko la penetraba hasta el fondo.

Niko tuvo que taparle la boca con la mano, ya que Mayra estaba empezando a gritar, y estos gritos de pasión se escuchaban hasta la calle, y los demás vecinos pudieran escuchar el escándalo pasional que Mayra expresaba al ser cogida teniendo el orgasmo mas grande de toda su vida...

Mayra casi ni podía respirar con la mano de Niko sobre su boca, pero esto era necesario ya que los gemidos y los gritos de Mayra no dejaban escuchar su alguien llegaba a la casa. De repente, una alarma de auto se escucho frente a la casa 206. Era la esposa de Niko, quien llegaba, buscando las llaves de la puerta en su bolso. Niko rápidamente saco con un movimiento extremadamente veloz el pene de la vagina excitada de su vecina. Ella desesperada dijo: -Qué pasa, que pasa? - Niko le volvió a tapar la boca y jaloneo a Mayra hacia el baño de la planta baja de la casa. Tomando la blusa y las pertenencias de Mayra, entregándoselas y diciéndole: - Quédate aquí, ni una palabra, ni un sonido, cuando te de la indicación, sales hecho madre del baño y te vas a tu casa... después continuamos con esto, perrita. - Mayra solo sonrió, acomodandose el cabello, y metiéndose dentro del baño.

La esposa de Niko entro a la casa, y extrañada de ver los muebles de la sala movidos, subió rápidamente a encontrarse con Niko. Bañado en sudor, descalzo y con unos tenis en las manos, muy agitado Niko dice: -Vaya! hasta que llegaste, ¿como te fue? yo acabo de llegar de hacer ejercicio y estoy muy cansado, voy a ducharme antes de cenar, ¿te gustaría que nos metiéramos a ducharnos juntos?

  • Si, claro. -respondía la esposa, quitándose la ropa y metiéndose en la tina. -Voy a preparar un baño de burbujas mi amor.

Niko bajo corriendo las escaleras, mientras su esposa preparaba el baño, y dándole la señal a su vecina, esta salio del baño de abajo, saliendo por la puerta principal de la casa. Con una sonrisa de oreja a oreja Mayra se retiro hacia la casa de a lado sin poder creer lo que había ocurrido con su vecino.

Pasaron dos semanas sin que Mayra y Niko se vieran, después se topaban afuera de las casas, y sus miradas se cruzaban, Mayra solo sonreía cada vez que pasaba esto, Niko le respondía la sonrisa pensando si algún día se volvería a repetir aquella situación. Mayra soñaba con Niko y recordaba el orgasmo que jamás olvidaría por todo el resto de su vida.