El Brujo y Yo (2)

Este es el segundo encuentro que tuve con el brujo, el primero lo puedes leer acá El brujo y yo (http://www.todorelatos.com/relato/61790/)

Este es el segundo encuentro que tuve con el brujo, el primero lo puedes leer acá

El brujo y yo

Ya había terminado mi relación con mi pareja lesbiana y me sentía tan caliente con tantas ganas de ser tocada acariciada y penetrada que recordé mi experiencia con el adivino y comencé a desear sus manos en mi senos en mi vulva y ser penetrada por él que decidí hacerle una visita.

Cuando llegué a su consultorio había una asistente afuera encargada de jalar gente para que entraran a leerse con él, mientras esperaba a que el terminara, ella se tomó un descanso, era su paisana, no logré saber si era también su mujer.

De pronto se abrió la puerta de su consultorio y él despidió a una pareja, me hizo entrar, me recordaba, yo creía que no lo haría, me preguntó porque no había regresado, hablamos de mi pareja, que la relación se había terminado, me preguntó si estaba saliendo o tenía sexo con alguien, le dije que no.

M echó las cartas y luego salió pidió que me compraran una botella con agua mineral, cuando la trajeron me dijo que tomara, después trajo un recipiente y me dijo que orinara, después de hacerlo y esperando tener con él el sexo que buscaba me lavé con un poco de el agua de la botella mi concha.

El como siempre echó algo y me dijo ya ves sigues con daño, necesitas curarte, ¿ cómo pregunté ? teniendo sexo con un maestro espiritista ¿ con quién ? repliqué, conmigo me dijo y añadió ¿ cuando vas a empezar el tratamiento ?, ¿ vives cerca preguntó ?, yo podría ir a tu casa.  No le dije eso no, pero no he venido porque no podía hacerlo, ahora tengo más tiempo ¿ podríamos empezar ahora ?

Me dijo que tenía que comprar cierto material para el tratamiento, que le diera algo de dinero, la próxima vez lo haré acoté.

Me dijo ¡ quítate la ropa !, se sentó frente a mi mientras yo me desvestía, desearía que él lo hubiese hecho, que me hubiera desnudado, cuando quedé desnuda frente a él me acerqué y comenzó a chupar mis pezones, yo sentía que me estremecía mientras lamía y chupaba mis tetas y su mano se deslizaba entre mis piernas buscando mi concha que ya se estaba humedeciendo, de pronto sentí sus dedos en mi sexo acariciándolo y luego abriéndose entre mis labios húmedos, por ratos chupaba y mordía mis pezones tanto que le pedí que no los mordiera fuerte porque me dolía, a lo que me contestó creí que a las mujeres le gustaba eso y su boca volvió a mis tetas mientras su dedo entraba en mi sexo y yo me agitaba toda, su dedo entraba y salía de mi sexo que se contraía todo y por momentos acariciaba mis labios y mi clítoris.

De pronto me dijo si podía chuparle el pene, esta vez acepté, preguntándole antes si estaba limpio, me dijo que sí, se quitó el pantalón y tenía la verga hinchada,  se sentó y me arrodillé entre sus piernas, le pedí que no se viniera en mi e inmediatamente agarré su verga blanca y gorda entre mis manos y me la llevé a mi boca y la chupaba con ansias, me la metía completa en mi boca y la sacaba y metía, le lamí los huevos mientras él acariciaba mis cabellos, sentía tan rica su verga en mi boca que no quería dejar de chuparla.

Me pidió que me parara y que me sentara sobre él, le pedí que no me penetrara sin condón, ya me dijo solo un momento y comenzó a frotar su pene en mi concha, lo agarraba y lo llevaba a la entrada de mi vagina como queriendo penetrarme, estuvo jugando así un rato y mientras sentía su verga en mi concha y su boca chupaba mis pezones, me moría de ganas de que me penetrara. En un momento me soltó y me llevó de la mano hacia su escritorio, me pidió que me sentara sobre el escritorio, entonces sacó un condón y se lo puso, me echó en el escritorio, abrió mis piernas y hundió su verga dentro de mí, la sacaba y metía una y otra vez, lo abracé con mis piernas mientras él cogía mis nalgas y cada vez arremetía más y más hasta que se vino, sacó su pene dentro de mi y pude ver el preservativo lleno de su leche, se retiró el condón y comenzó a limpiarse con un papel higiénico, entonces me bajé del escritorio y comencé a vestirme.

Fue una buena sesión la de aquel día y estaba decidida a repetirla.