El brujo y la doncella

"Ahora esta, en mi humilde opinión, es una perla... es un pequeño experimento muy extraño que escribí como parte de una fantasía conocida como "La Torre Gris"...(Comentario de la autora)

El Brujo y la Doncella


Título original: The Wizard and The Maid

Autor: LisaStar (lisastar@geocities.com)

Traducido por GGG, diciembre de 2003

"Ahora esta, en mi humilde opinión, es una perla... es un pequeño experimento muy extraño que escribí como parte de una fantasía conocida como "La Torre Gris". La propia torre nunca levantó del suelo, pero la historia permanece. Desearía tener el tiempo y las ganas de hacer algo al respecto..."

Antes de llegar a Thyst, trabajé para un viejo brujo, cuyo nombre es mejor que  olviden los que están fuera de su Torre. Le llamo brujo porque podía hacer muchas cosas sorprendentes y maravillosas -¡ay! también las oscuras y espantosas entraban en sus dominios.

Fui alquilada por él como doncella, empezando el día de mi cumpleaños. Era un hombre viejo, y quizás hubiera pasado su mejor etapa - físicamente. Me pedía pocas cosas  en el aspecto físico, salvo dos. Una era llevar uniforme de doncella, que consistía en un vestido negro corto con un delantal blanco, cofia y guantes. Negro era también el color de las medias de malla y de las zapatillas de tacón alto.

La otra exigencia era bastante simple: tenía que posar para él a su antojo, en momentos diversos. Tenía un armatoste en su cámara de trabajo, y en este tenía que estar hasta que dijera. Esto era así desde mi anterior cumpleaños.

El dispositivo era más bien simple. Dos asas para las manos y dos para los pies, que me hacían estar como una 'X'. Normalmente no se molestaba en que me quitara ninguna ropa, solo me levantaba la falda y la sujetaba alrededor de mi cintura. Nunca llevé ropa interior en los años que estuve con él.

Así que, me levantaba la falda, y entraba en el dispositivo. Tenía tres monturas con forma de pene, una para mi coño, otra anal y otra para mi boca. Tenía que empalarme, eran sus palabras, en las tres, y a continuación permanecer allí hasta que me diera permiso para irme.

Era doloroso a veces, también agradable. De vez en cuando me decía que me quitara la ropa primero, y después de que hubiera montado bajaba el dispositivo a una gran piscina que había allí. La pieza de la boca tenía un suministro de aire. Había una ventana en la piscina, en el siguiente piso, bajo su cámara. Podía sentarse allí y observarme hasta una hora.

Fue después de una de estas, cuando lo había retirado para arriba, y yo pretendía salir, cansada y en lo alto, que vi los envases en una de sus mesas de trabajo. El lugar estaba lleno de cajas y envases, todos los cuales estaban llenos de polvo.

Nunca me había confesado ninguno de sus profundos secretos, de lo que le estoy agradecida al día de hoy, pero contestaba de buena voluntad cuando le hacía preguntas. Y estos envases eran distintos, chispeantes en muchos colores, de el único abierto salía un chorro de lo que parecía vapor.

"¿Estos?" - dijo él. "Estos son un fracaso. Y son un fracaso por culpa de tu especie." - y me miró con una sonrisa.

"He experimentado con la fertilidad... con la fertilidad cruzada por decirlo así."

Entonces suspiró, y se sentó, mirando los envases. Seguí secándome, y empecé a ponerme las medias.

"Estos envases, como les llamas, son de hecho células de almacenamiento en frío. Su superficie mantendrá el aire líquido en su interior, y lo mantendrá frío no importa cuántos años. ¡Pero estos no son sino trabajos de aprendiz!" - y despreció los envases con un gesto de su mano.

Estaba aturdida, pero todavía quedaba más por venir.

"Cada uno de estos contiene cinco jeringas. En cada una de ellas hay un óvulo de una hembra." - y suspiró de nuevo.

"Estos óvulos han sido manipulados un tanto. He usado varias técnicas y definitivamente no son las cosas que un aprendiz debería tocar. Y el resultado es bueno. Mi material de partida era el de una yegua, y el de una mujer. Y ahora estos óvulos, mientras que tienen las características de una hembra humana, contienen la masa de la herencia de la hembra equina. El resultado es que tal óvulo, después de ser fertilizado por un equino macho, será capaz de fijarse y crecer como una hembra humana..." - su voz se fue apagando.

La cara debió traicionar mis sentimientos, y pudo leer en ella como leía en sus enormes libros.

"Ay, mi muchachita. Ay... Admito que pude haber ido demasiado lejos esta vez, que es por lo que nunca continuaré con el siguiente paso lógico del experimento." - y con otro gesto de la mano, me despidió.

Estuve limpiando el polvo de su cámara de trabajo el día siguiente, con sus ojos penetrantes clavados en mí, como siempre estaban cuando maniobraba alrededor de sus cosas. Como siempre había pedido permiso para quitarme los zapatos, y trabajaba con los pies cubiertos por las medias. ¡NUNCA me hubiera atrevido a perder el equilibrio allí!

Cuando llegué a los envases chispeantes, me paré, y una carcajada suave me llegó desde las ventanas donde estaba su magnífica silla.

"Te gustan ¿verdad?" - y pude oír un tono divertido en su voz.

"Oh, está bien, ¡coge uno! Toma uno, no voy a necesitarlo más. Puedes verter el contenido, y usarlo para tus bebidas frías, o para las calientes. Mantendrá el frío o el calor igual de bien. Mientras no sepas que hacer con el contenido, es bastante seguro."

Le di las gracias, y cuando salí de su cámara llevaba uno de los envases bajo el brazo. Me dijo que eran bastante seguros de llevar, pero hasta que lo toqué no le creí. Ni creía ni creo a día de hoy que los dibujos de la parte de fuera fueran iguales - Cogí el que pensé que parecía el mejor. Viaja conmigo hoy también, nunca pensé en hacer nada con su contenido.