El brillo de las velas
Allí esta mi fantasía, rodeada de velas enormes y ardientes, sobre unos cuantos pétalos rojos q se han adherido a su cuerpo mientras la observo, cual cristo crucificado con los brazos extendidos y su cuerpo retorciéndose de placer.
La excitación recorre mi cuerpo, la calurosa noche hace aun más insoportable la recién probada soledad en mi cama. Todos sabemos que no podemos obligar sobre los sentimientos, pero aun así, duele sentirse abandonado, aunque sepamos que no es así, no podemos evitar esa sensación y no podemos evitar que nuestra cabeza de vueltas pensando en la sonrisa del ser amado, de su voz, de sus palabras, de su cuerpo y del amor que hizo crecer en ti. Mi mente calienta mi cuerpo ayudado por el calor húmedo de una noche estival y el sudor comienza brotar de mi piel y a posarse sobre mis sabanas q parecen abrazarme ocupando el lugar de los brazos y piernas de la persona q dormía sobre ellas.
El sueño parece no querer darme tranquilidad y aunque la madrugada avanza hora tras hora, mi cuerpo no parece empezar a cansar y a caer en los brazos del sueño. Casi instintivamente mi cuerpo encuentra la solución, y mis manos empiezan a acariciar mi desnudo cuerpo. El sudor hace de un perfecto lubricante, que permite acariciar todos los rincones de mi cuerpo sin ser frenados por la sequedad de la piel. El roce en mis genitales es constante y decido cerrar los ojos para poder vivir con más claridad mis deseos sexuales, q ahora vuelven a ser fantasías. Ahí está, en la cama, esperándome, sabe a lo q vengo, a poseer su cuerpo, a cumplir lo que antes llamaba deseo y ahora llamo fantasía. Su cuerpo recostado sobre una enorme cama cubierta por unas preciosas sabanas de seda escarlata, salpicadas por pequeños pétalos de rosas rojas como si fueran la sangre q brota de un cuerpo que duerme, pálido, y brillante, reflejando el fulgor de las decenas de velas que arden como un publico que rodea la arena de un coliseo, avivando con si calor los cuerpos de los gladiadores que les van a ofrecer un espectáculo. La delicada venda que cuelga de mi mano mientras me acerco a su cuerpo, la coloco con cuidado sobre los ojos tratando de no interrumpir su sueño. Lo consigo, y procedo con mis fantasías, al atar sus muñecas en las esquinas de los negros barrotes metálicos.
Veo que comienza a despertarse, pero ya es tarde, no puede moverse ni ver nada, y noto el sobresalto en su respiración. Oigo el sonido q hace su respiración al salir por sus labios, que excitante es, como le gusta esa sensación, no tener seguridad de q quien esta a tu lado es tu pareja, un conocido o algún extraño que quiere castigarla. Se que le gusta, su cuerpo comienza a brillar mas y mas, el sudor se hace presente y nuestro público parece darse cuenta de ello, ya q sus ardientes miradas parecen centrarse en su bello rostro, sus hermosos pechos, y sus maravillosos muslos dándoles un delicioso color rojizo brillante que me vuelven loco. Doy vueltas alrededor de su cama, mirándola como gira su cabeza con cada paso q doy, buscando alguna pista sobre quien es el hombre q hace esto, pero desgraciadamente no me conoces, por q ahora solo soy un hombre que fantasea contigo, q observa tu cuerpo y que se da cuenta de q como tus flujos comienzan a asomar de la excitación q con toda seguridad sabia q iba a causarte.
Paso cada vez mas cerca de tu cuerpo, dejo notar mi respiración sobre tu pecho, sobre tu vientre, sobre tus piernas. Rozo mis labios cerca de uno de sus pezones, erecto, no sabe como reaccionar, mueve sus piernas intentado tocar mi cuerpo para ver si es capaz de encontrar algo q la haga saber quien soy, lo cual me hace darme cuenta de algo, sus piernas aun están libres, no estas totalmente inmovilizada. Coloco unas esposas en sus lindos tobillos y ato con una cuerda las esposas a los barrotes inferiores de la cama. Ya no aguanto más, y pongo mis manos sobre su cuerpo, totalmente bañado en el sudor de su excitación. Mis manos viajan por su cuerpo como un escalofrío, sin dejar ni un solo rincón sin investigar ni excitar. Me encanta hacerla disfrutar jugando con sus pezones, los muerdos, los lamo, los retuerzo, literalmente me los como, mientras q mi mano baja progresivamente a se sexo. No pone resistencia y consigo acariciar su pequeño y depilado coñito, con esa piel tan suave y dulce, me vuelve loco jugar con el, paseo mis dedos sobre sus labios, totalmente lubricados, son maravillosos.
Mis dedos penetran ese túnel con facilidad y mi mano comienza a sobar con fuerza todos los milímetros de ese coño, juego con su clítoris y noto su respiración alterarse, sus pulsaciones aumentar y su coño arde de calor. Sin dudarlo bajo mi cabeza para saborear el delicioso néctar que sale de tu interior y con una gula indescriptible lamo tus labios y tu clítoris sin parar. Ahora tu cuerpo no aguanta mas, nota q se acerca su orgasmo, yo lo noto, pero quiero jugar mas, por lo q paro y me alejo de ti, pobrecita, quiere correrse, lo tiene ahí, con solo rozar con un dedo su coño estallaría en un inmenso orgasmo, pero desgraciadamente yo quiero jugar mas, y sus manos están atadas, no puede hacer nada, se desespera, grita, me implorara sin saber quien soy, q me la folle, q le meta mi polla, pero, quiero mas.
Espero sentado a los pies de la cama observándola hasta q su respiración se normalizó y su persistencia por tener su mas q deseado orgasmo se apaga. Ahora me levanto y cojo un enorme falo vibrador que ha sido protagonista de sus fantasías solitarias en innumerables ocasiones. La sorprendo al ponerlo sobre su vientre, ella se sobresalta, y acaricio con él todo su cuerpo, hasta llegar a sus labios, donde automáticamente lo engulle.
Lo introduzco en su boca y lo saco, como si le hiciera una mamada, y la dejo deleitarse con el, hasta q se lo arrebato de un tirón y prosigo mi movimiento de arco desde su boca hasta su coño, en el cual lo introduzco de un fuerte golpe. Ella siente como si ese vibrador la atravesara por la mitad, y no pudiera sacarlo de su interior. Activo su vibración y lo empujo hasta el fondo, donde permanece incrustado sin para de moverse. Abro una de las esposas de sus pies para poder ponerle unas infantiles bragas, como si fuera una niña, y las subo haciendo presión sobre el vibrador q vive dentro de ella. Vuelvo a cerrar sus esposas y me alejo de la cama para poder observar el espectáculo.
Allí esta mi fantasía, rodeada de velas enormes y ardientes, sobre unos cuantos pétalos rojos q se han adherido a su cuerpo mientras la observo, cual cristo crucificado con los brazos extendidos y su cuerpo retorciéndose de placer. Pero, desgraciadamente, aun no quiero q se corra, ella no puede moverse y no puede evitar el incesante movimiento del vibrador en su interior, mientras su coño no para de manchar sus preciosas bragas blancas. Me apresuro hacia ella cuando veo q su respiración hace visible su excitación y la proximidad de su orgasmo, y agarro uno de los velones que nos rodean. Sin detenerme le ordeno q no se corra, q debe aguantar y vierto con mis palabras unas pocas gotas de cera caliente sobre su pecho. El calor de la cera produce que de sus labios salte un corto grito de dolor, que funciona para detener, o al menos alejar el éxtasis de su placer. Este método lo uso durante mucho tiempo prolongando su dolor y su placer durante todo el tiempo que me apetezca. Limpio su cuerpo de cera y de un brusco tirón, le doy la vuelta a su cuerpo poniéndola boca-abajo y con sus brazos atados y cruzados.
Al verla así prefiero soltarle uno de sus brazos un momento y tal y como yo pensaba, no usa su libertad para quitarse la venda o liberar su otra mano, sus piernas o su sufrido coño, sino q lo usa para agarrar instintivamente mi pene erecto. Lo estruja, lo masajea y quiere acercarlo a su boca para comérselo pero no me apetece, agarro su mano y la ato otra vez en la cama y la hago adoptar su postura de crucificada. Su cara se estruja contra las almohadas, acallando los gemidos q brotan de su garganta al volver a concentrarse en el placer q le provoca su pequeño juguete. Veo sus nalgas moverse bajo el brillo de las velas, su suavidad y textura son perfectas, mis dedos las prueban y acarician y decido q ha llegado el momento. Me siento sobre su culo y acaricio su espalda, aun sigue disfrutando de su juguete y mis caricias ayudan a excitarse aun más. Paso mis dedos sobre el elástico de sus bragas, recorro toda su línea y tiro de ellos, ese tirón hace q su vibrador la penetre aun mas y noto como se altera, así q decido romper sus bragas.
De un fuerte tirón las rajo y sujeto el consolador para q no sea expulsado por los descontrolados músculos de su coño, lo muevo, y jugueteo con el hasta q lo veo, ahí esta, un diminuto agujero sobre esa hinchada vagina, su ano. Mientras juego con su vibrador acaricio delicadamente su ano. Mis nuevas caricias hacen q se sobresalte un poco pero no puede pensar en otra cosa q no sea correrse, así q tras introducir un dedo de golpe, decido q es el momento de desvirgar ese culo y sodomizar a la niña de mis sueños. Sin dudarlo apunto con mi polla sobre su ano y de una embestida lo inserto hasta la mitad de su ano. Un seco grito de dolor sale de su boca y todo el vello de su cuerpo se eriza, mi pene poco a poco entra casi por completo en su culo mientras su vagina alberga aun a su pequeño amigo. Me muevo despacio con cuidado, y noto como su ano se amolda a mi miembro el cual sale y entra ya con cierta facilidad. Alongo mi mano hasta su vibrador y alterno mis penetraciones en su culo con las penetraciones del vibrador en su coño.
Noto como comienza a disfrutar de su ano, como su cuerpo empieza a temblar como los albores de un orgasmo asoman en sus sentidos, pero quiero prolongarlo mas, así q cojo otra vez mi vela y mientras la sodomizo, con una mano juego con su vibrador y con la otra vierto pequeñas gotas de cera sobre su espalda. El placer q siento es indescriptible, cada gota q cae hace q su cuerpo se estremezca de dolor, y q su ano se cierre ejerciendo una magnifica presión sobre mi pene, ese placer es incontenible, noto como mi pene se hincha y prepara una descarga de dulce leche espesa.
Mi crucificada comienza a gritar de placer, su orgasmo es inmediato, su cuerpo se convulsiona sin parar, su cintura sube y baja de la cama dando a pensar q volaría de no estar atada a los barrotes, su vibrador sale disparado acompañado de abundante flujo q resbala entre sus muslos y riega los dispares pétalos sobre la cama. Mi polla no aguanta más y sucumbe ante los espasmos de su ano y los fuertes gritos de placer q salen de sus labios entrando en mi cuerpo y recorriendo todo mi ser, hasta q expulso mi caliente leche sobre su espalda, donde se mezcla con las diminutas gotas de cera. Su cuerpo dolorido, quemado, corrido, atado y extasiado yace sobre la cama, rodeada de pétalos, alumbrado por la ya tenue luz de unas pocas velas q permanecen encendidas mientras me alejo mirándola, viendo mi fantasía desaparece y vuelve la realidad de mi húmeda y solitaria cama iluminada por la luz del sol por la de la sonrisa de una persona recién llegada...