El bombero que me marcó a fuego (Parte 2)
Tras mi primera e inolvidable vez con Jesús, comenzó una relación llena de cariño, ternura y mucho sexo, que me ayudó a cambiar mi visión de la vida y sobre todo de mi mismo.
“¿Alguna vez has extendido los brazos y dado vueltas y vueltas muy rápido sobre ti mismo?. Bueno, pues así es el amor: se te acelera el corazón, el mundo se te vuelve del revés…pero si no tienes cuidado, si no mantienes la vista fija en un objeto inmóvil, puedes perder el equilibrio y dejar de ser consciente de quien tienes a tu alrededor...”
Ahí me encontraba yo aquél día de agosto de 2007: totalmente desnudo en aquél bonito rincón de la sierra madrileña, y tumbado al lado de Jesús que estaba en las mismas condiciones que yo y que me acariciaba el pelo mientras yo mantenía mi cabeza recostada sobre su torso…de vez en cuando me daba también besos muy suaves por la cara o la cabeza y me llamaba “peque”, el apodo que me había puesto y que siempre mantendría conmigo.
Sin duda ha habido muchas situaciones en las que he estado igual de a gusto con otro chico, pero esa era la primera vez que un chico me hacía sentir así: querido, protegido, especial…y además acababa de decirme que él era mi chico…eso último aún lo trataba de asimilar porque me parecía un sueño.
-Jesús: Me encanta que te quedes así de embobado pensando en tus cosas, cuándo lo haces tus ojos son aún más bonitos peque.
Aquello me consiguió saca de mi ensoñación, y me fijé en como Jesús me miraba sonriente mientras me acaricia la cara con sus manos, a lo cuál sólo puede reaccionar devolviéndole la sonrisa en la misma medida…o seguramente más aún.
-Álex: Pensaba en lo de que querías que me refiriera a ti como “mi chico”, por eso estaba así e embobado.
-Jesús: ¿Por qué pequeño? ¿Te ha molestado?
-Álex: ¿Molestarme? Me ha hecho muy feliz que me digas eso…nunca he sigo el chico de nadie hasta ahora Jesús…y nunca me imaginé que alguien cómo tú querría que lo fuera.
-Jesús: ¿En serio un chico cómo tú no ha tenido un noviete hasta ahora? Joder…los madrileños tienen muy mal gusto eh…
-Álex: Jajajaja, es que tú me miras con muy buenos ojos nene…
-Jesús: Te miro de la única forma que puedo mirarte-dijo poniéndose sobre mi para poderme mirar fijamente-de la única forma que puede mirarse a un chico tan increíble como tú
Diciendo esto último, se inclinó sobre mí y buscó sus labios con los míos para darme un cálido besos que duró varios segundos, tras el cuál volvía a encontrarme sus ojos azules mirándome fijamente, y esa sonrisa que parecía que nunca desaparecía de su cara.
-Jesús: Ven peque, vamos a ver las vistas juntos-dijo levantándose y cogiéndome de la mano-
-Álex: Pero…pero tío…que estamos en pelotas jajaja, cómo vamos a ir así
-Jesús: ¿Qué más da? Si por aquí no pasa nadie…y si pasan pues que se recreen la vista jajaja
-Álex: Joder pero…me da mucho corte Jesús…deja que me vista…
-Jesús: Nada de ropa, que si no, no puedo acariciarte igual mientras miramos el paisaje…y no hay más que discutir, venga, conmigo que vienes
Y aprovechando que tenía una fuerza física bastante superior a la mía, Jesús me levantó y me abrazó contra él, poniéndome en alto apoyado contra su hombro como si estuviera llevando un saco. Aunque me daba mucha vergüenza el estar desnudo al aire libre, aquello me hizo reír mucho, y empecé a patalear como un niño pequeño para que me soltara, aunque no dejaba de reírme y en realidad estaba encantado con la situación. Y de esa forma, Jesús me llevó hasta el mirador, y una vez allí me dejó en el suelo, me hizo sentarme y se colocó tras de mí, abrazándome con fuerza hacia él, mientras los dos veíamos el bonito paisaje y el cielo azul y totalmente despejado que había ante nosotros.
-Álex: Que sitio tan bonito nene…
-Jesús: Si que lo es, el sitio ideal para traer otra cosa tan bonita como eres tú-me dijo hablando casi en mi oído, y dándome un beso en el cuello que me hizo estremecer y soltar un suave gemido de placer-jajaja, este es tu punto débil eh peque…
-Álex: Creo que mi punto débil es cualquiera en el que tú me toques ahora mismo jajaja
Jesús río conmigo y seguimos así un rato más. Yo estaba encantado con la situación, pero no podía creer que un chico tan guapo, con ese cuerpazo y sobre todo tan simpático y noble se hubiera fijado así en mí y quisiera que estuviera con él…y no podía quedarme con la duda claro.
-Álex: Jesús…¿Qué fue lo que te atrajo de mí?
-Jesús: ¿Cómo? ¿A qué te refieres pequeño?
-Álex: Joder pues…ya sabes. Es que te veo a ti, que eres perfecto y no sé que te llamó tanto la atención de mí, si podrías estar con cualquier persona mucho más guapa que yo nene…
Jesús en ese momento, me hizo darme la vuelta, de forma que quedé sentado en sus rodillas mientras me miraba fijamente. En esa ocasión no me sonreía y estaba algo serio, pero no me miraba enfadado, sólo cómo si quisiera echarme una pequeña bronca.
-Jesús: Álex…y te llamo así en vez de peque porque ahora me quiero poner serio…tú eres un chico genial tal y como eres, y podrías enamorar a quien quisieras ¿Lo entiendes?. Yo no soy perfecto y tampoco espero que tú lo seas, pero me encanta todo de ti, me encanta tu sonrisa, me encanta lo tierno que eres, la constancia que tienes con el deporte, el que sepas escuchar cualquier cosa que te cuente sea buena o mala, tu cuerpo me vuelve loco…
-Álex: Pero…si comparado con el tuyo soy muy poca cosa…
-Jesús: Tú no eres y nunca serás poca cosa pequeño…tienes un cuerpo precioso, una cara guapísima, unos ojazos, un culo cómo no he visto nunca…¿No estás cachas? ¿Es por eso por lo que te sientes acomplejado peque? Eso lo puedes conseguir con esfuerzo y entrenamiento si lo quieres tanto, pero hay cosas que yo por ejemplo no podré conseguir por mucho que me esfuerce…
-Álex: ¿Qué…qué cosas?
-Jesús: Tus ojazos verdes en los que uno se puede perder…la ternura y la bondad que irradias…el corazón que tienes que no te cabe en el pecho…¿Sigo?
Aquello me terminó por desarmar, y sin poderlo evitar agaché la cabeza y unas lágrimas de emoción empezaron a asomar por mis ojos
-Jesús: Ey, ey, mi peque…¿Por qué lloras?
-Álex: Joder…nadie me había dicho cosas tan bonitas nunca Jesús. Muchas gracias de verdad
-Jesús: Mi niño-dijo secándome las lágrimas con sus dedos para luego abrazarme-joder ¿Ves cómo eres pura ternura?
-Álex: Tú también lo eres nene…y déjame decirte que no tienes nada que envidiarme en cuanto a forma de ser…eres el chico más encantador que he conocido, de verdad.
-Jesús: Bueno…puede ser jaja, pero tus ojazos no los podré tener, eso seguro.
-Álex: No…en eso creo que te ganaré siempre, aunque tu me ganes en cuerpo jajaja
-Jesús: Bueno, mejor…así serás mucho más manejable-dijo volviendo a sonreír, esta vez de una forma bastante canalla, mientras me atraía totalmente contra él y llevaba sus manos a los cachetes de mi culo-bufff…por no mencionar que tampoco podré tener nunca esto…es increíble, y me vuelve loco peque.
En ese momento me sentía totalmente feliz y pleno. Ni siquiera me había dado cuenta de que seguíamos desnudos…porque ya no me importaba. Jesús había conseguido que mis tabúes y mis inseguridades fueran desapareciendo poco a poco….y es que tenía toda la razón. Mi cara y mis ojos eran muy bonitos, mucha gente me lo decía a menudo, y aunque no estaba cachas, mi cuerpo era bonito tal como era, y si quería ganar músculo sólo era cuestión de ponerme a ello…pero como fuera, no había motivo alguno para estar acomplejado.
Y cómo ya estaba relajado y me había olvidado de complejos y tonterías, pude por fin disfrutar del todo del contacto del cuerpo de Jesús con el mío…y sus caricias empezaron a tener efecto en mí por fin, lo que se tradujo en que mi polla empezó a erguirse, bien pegada a su abdomen.
-Jesús: Joder con el peque…mira como se está poniendo eh.
-Álex: Bueno que quieres…no soy de piedra jaja, y además no soy el único por lo que veo…
Efectivamente, desde que empezó a acariciarme el culo, Jesús empezó lentamente a empalmarse de nuevo, y en ese momento en que yo empezaba también a hacerlo, su polla estaba ya en toda su plenitud, bien tiesa y apuntando hacia su cara, y con el capullo empezando a estar húmedo. No pude resistirme más y empecé a llevar mis manos hacia aquél mástil, para empezar suavemente a masajearlo.
-Jesús: Uff…peque…como me gusta notar tus manos ahí…sigue tocándome porfa-dijo mientras seguía acariciando mi culo, cada vez con más ganas, empezando a jugar en círculos con sus dedos alrededor de mi ojete.
-Álex: Uff…ahhh nene, joder como me gusta…
Así continuamos un buen rato, con él jugando a abrir mi culito con sus dedos mientras amasaba bien mis cachas, a la vez que yo le hacía una paja suavemente, recorriendo toda la longitud de su rabo que estaba como una barra de hierro al rojo vivo, y expulsaba cada vez más líquido preseminal. Ambos gemíamos por las maniobras del otro, y sólo parábamos brevemente para besarnos por la boca y el cuello, para luego continuar con lo nuestro.
Pero aunque aquella situación me estaba encantado, decidí que quería darle a Jesús un premio por haberme hecho sentir tan bien con sus palabras y acciones hace un momento, y a la vez, mostrarle a él y a mí mismo que podía desatarme en el sexo y así hacer disfrutar a mi chico y también disfrutar yo (vamos, lo que actualmente hago ya sin ningún tipo de comida de tarro, pero ¿Qué queréis?, sólo tenía 20 añitos entonces…)
Así que detuve mis masajes en la polla de mi bombero, lo que le hizo mirarme extrañado…extrañeza que duró poco, porque al momento empezó a notar mi lengua bajando por todo su torso, recreándose en sus pectorales duros y redondos, en sus pezones totalmente erectos, en su abdomen terso, en la V que se formaba de camino a su entrepierna…haciendo en todo momento que Jesús suspirara y resoplara de placer, y apretara mi cabeza contra él para que continuara con lo que estaba haciendo. Y así seguí, hasta alcanzar el trabuco de mi chico, que pedía a gritos lo que estaba a punto de hacerle. Pero decidí no ser ansioso y en vez de iniciar la mamada que me moría por hacerle, seguir usando mi lengua para volverle más loco aún.
Agarrando el rabo de aquél chulazo con mi mano derecha con mucha suavidad, empecé lentamente a pasar mi lengua por sus ingles, rozando en cada pasada sus cojones limpios de vello, que cada vez parecían más grandes y a punto de explotar de todo lo que tenían dentro. Así, fui alternamente pasando de un lado a otro, mientras seguía sosteniendo su rabo, que palpitaba y se tensaba cada vez que le daba una nueva pasada de lengua.
-Jesús: Jodeeer…peque…dios…me estás volviendo loco…Bufff, nunca me habían hecho esto, me estás matando de gusto en serio.
Así es como quería tenerle y lo estaba consiguiendo. De vez en cuanto miraba hacia su cara y la veía totalmente contraída de gusto, con los ojos medio cerrados o prácticamente en blanco cuándo los tenía abiertos. En ese momento, y sin que se lo esperara, llevé mi boca a su capullo y retiré suavemente la piel del mismo para darle un buen lametón que le hizo estremecerse por completo y soltar un auténtico aullido de placer que debió escucharse hasta en el pueblo más cercano. Una vez iniciadas mis maniobras orales en su rabo, ya no pude dar marcha atrás (tampoco lo deseaba vaya…) y comencé a pasar mi lengua por toda la longitud de su rabo de arriba abajo y de abajo arriba, por esos 18 cm de carne caliente y palpitante que pedían ser devorados.
-Jesús: Si…sii joder peque, es la puta mejor mamada que me han hecho nunca…vas a hacer que me dé un infarto bufff.
Con aquellas palabras mi chico sólo conseguía que me viniera cada vez más arriba y que me admirara a mi mismo por mis artes con el sexo oral (la verdad es que varios chicos ya me habían dicho que se me daba bien, pero estaba practicando y mejorando a base de bien usando a mi bombero como alumno de prácticas). Hubo un momento en que sólo las pasadas de lengua ya eran insuficientes para los dos, y decidí que ya era hora de notar mi boca bien llena, así que poco a poco empecé a tragarme aquél cipote, centímetro a centímetro, hasta que noté como toda mi cavidad oral estaba llena, como el pubis de mi chico chocaba con mis labios, y cómo él soltaba otro aullido de gusto mientras mantenía mi cabeza sujeta para prolongar aquella situación.
-Jesús: Ahhhhh…así, así peque…traga, traga bien, aguanta un poco…joder, esto es la ostia…eres la ostia mi niño…
Tras aguantar así todo lo que pude, Jesús me dejo sacar su rabo momentáneamente de mi boca pero al momento volví a la carga, esta vez iniciando una auténtica follada de mi boca, que yo mismo me encargaba de dirigir, y que se veía facilitada por la forma en que sus expulsión inagotable de líquido preseminal lubricaba mi boca. La polla de mi chico entraba y salía de mi boca sin parar, y él apenas hacía algún movimiento de cadera para facilitarlo….estaba dejando que fuera yo el que lo dirigiera todo. Cuándo ya llevábamos varios minutos así, Jesús me dijo que parara.
Jesús: Peque, colócate sobre mí y pon tu culito en mi cara-al momento le obedecí y me coloqué como me pedía-Buahhhh, si, si así quería tenerte, tú sigue con lo tuyo que yo también voy a entretenerme con este agujerito y también con esto-dijo echando mano a mi polla que estaba también a reventar de dura-
Así es como comenzamos un 69 en toda regla, en el cuál Jesús inició una nueva comida de mi ojete, tan intensa como la que me había dado un rato antes, o incluso más, acompañada de un pajote (y la combinación de ambas cosas me estaba haciendo ver las estrellas os lo aseguro…), mientras yo continuaba mamándosela como si quisiera exprimirle hasta la última gota del jugo que llevaba dentro. La situación era tan excitante y los dos estábamos con tal calentón, que el final no se hizo esperar…
-Jesús: Ostia…ostia peque…te voy a llenar la boquita joder…me voy a correr nene…me corro…toma mi leche, tómala toda Dioooooooos
La polla de Jesús se hinchó más aún (si es que eso era posible) y empecé a notar mi boca aún más llena, esta vez de un líquido caliente, espeso y algo dulce que salió en tal cantidad que no pude contenerlo todo en mi interior, y parte cayó sobre su abdomen…joder, es que al menos debieron ser 6 chorros, era increíble considerando que se había corrido hacía menos de una hora.
Muchos ya sabréis que la sensación de notar una corrida en la boca, en especial la de alguien que me excita tanto como Jesús me excitaba, es algo de lo más placentero para mí y suele ayudar a desencadenar mi propio orgasmo…pues bien, creo que aquella fue una de las primeras veces que eso ocurrió, porque al momento de notar como mi boca se llenaba con los fluidos de mi chico, empecé a acelerar mis gemido de lo cachondo que me estaba poniendo…y Jesús se dio cuenta, así que aceleró su paja y su comida de ojete, consiguiendo que alcanzara yo también el clímax, y que derramara otros 5-6 trallazos de esperma que salieron disparados manchando el abdomen de ambos.
A pesar de habernos corrido, ambos continuamos en la misma posición casi un minuto más, sólo que respirando más relajadamente. Pasado ese tiempo, saqué su polla de mi boca y la limpié por completo de lefa, para luego darme la vuelta, y hacer lo propio con los restos de su corrida y la mía que quedaban por su abdomen, y los cuales fui limpiando con la lengua, como si fuera un gatito tomándose su ración de leche.
-Jesús: Joder…mi peque…que bien lo haces…eres la ostia. Mira que limpito me has dejado. Ven aquí enano, que te voy a limpiar yo también
Diciendo esto, Jesús me atrajo hacia él, y repitió exactamente lo que yo acaba de hacerle, de forma que limpió todos los restos de lefa de mi abdomen con su boca hasta que quedé impoluto. Yo me quedé flipando pues, si bien yo ya había hecho un par de veces lo de limpiarle los restos de corrida a un tío con la boca, nunca me habían compensado en la misma medida…así que una vez asimilado, no pude más que sonreír y echarme sobre él para abrazarle con fuerza.
-Jesús: Eyy mi peque, ¿Por qué estás tan contento?
-Álex: Porque estoy con mi chico, que es el mejor chico del mundo, ¿No es suficiente?
Jesús me miró con los ojos muy brillantes, emocionado por mis palabras, y tiró un poco de mí hacia arriba para poder besarme en la boca.
-Jesús: Lo es…sólo que el mejor chico del mundo eres tú Álex. Hacía mucho que no estaba con un tío, y menos aún que un tío me hacía sentir lo que me haces sentir tú. Gracias peque, de verdad.
No había más que añadir a eso, simplemente me dejé llevar y nos mantuvimos fundidos en un abrazo otro buen rato. Cuándo nos dio por mirar la hora, nos dimos cuenta de que era casi hora de comer…y eso unido a todo el ejercicio que llevábamos en lo que iba de día, hacía que estuviéramos más que hambrientos.
Entre risas jugueteos y muchos abrazos, los dos nos levantamos y nos fuimos vistiendo, aunque Jesús se quedó con el torso al descubierto. Luego, sacamos la comida que habíamos traído, y nos sentamos tranquilamente sobre la toalla a seguir disfrutando del día. Durante la comida, los dos nos seguimos contando cosas de nuestras vidas para así irnos conociendo cada vez más. No os miento al decir que Jesús no sólo era precioso físicamente, si no que tenía una personalidad increíble y que uno podía quedarse escuchándole ensimismado durante horas.
Por otro lado, los dos teníamos en común que sabíamos escuchar muy bien, y ambos permanecíamos expectantes mientras el otro hablaba y contaba cosas de su vida y su día a día. A los dos nos gustaban mucho los animales, teníamos varias series, pelis y libros favoritos en común, nos encantaba el deporte al aire libre (cada uno a su manera)…en resumen, era como estar hablando con un amigo de toda la vida, sólo que este amigo no era sólo un amigo, era mi chico.
“Joder, MI CHICO, suena tan de puta madre” pensaba yo mientras le escuchaba.
Así se nos pasó parte de la tarde volando, y tras dar una vuelta por los alrededores para ayudar a hacer la digestión, decidimos que era hora de volver a Madrid, si bien Jesús tenía planes que no eran precisamente llevarme a mi casa…
-Jesús: Peque, ¿Te vienes a casa conmigo a echar el resto de la tarde y cenar juntos?
-Álex: ¡Sí! ¡Claro que sí!
-Jesús: Y…¿Te quedas a dormir conmigo?
Eso si que iba a ser totalmente nuevo para mí, pues hasta el momento no había dormido con nadie, y eso que algo de lo que hacía mucho que tenía ganas era dormir con un chico que me abrazara y me hiciera sentir protegido y cuidado por la noche…y la verdad, no se me ocurría nadie mejor que Jesús.
-Álex: Jo nene…pues claro que sí, pero tendré que avisar a mi madre, se preocupa si no vuelvo a casa por la noche y no sabe dónde estoy.
-Jesús: Jajaja, pues claro pequeño, no hay que preocupar nunca a los papis, y menos a la mamá. Cuando estemos en mi casa la llamas y si hace falta yo hablo con ella y le digo que estás conmigo y que estás al lado de tu casa, para que estés tranquila.
-Álex: Jo nene…eres el mejor de verdad. Pero no te preocupes, no será necesario, con que sepa que estoy durmiendo fuera con un amigo le valdrá.
-Jesús: Vaya vaya…ahora soy sólo un amigo ¿No?-dijo sacándome la lengua-¿Les haces a tus amigos lo que me has hecho a mí hace un rato? Jajaja
-Álex: ¡Qué capullo! Jajajaja, ya le hablaré de ti bobo, mi madre sabe de sobra que me gustan los chicos y no tendrá problemas, pero la voy a dejar un poco en shock si de repente le digo que me quedo a dormir en casa de mi chico ¿No te parece?
-Jesús: Es broma peque, si te entiendo de sobra, yo me sentiría igual que tú jajaja…por suerte o por desgracia, como mis padres no están en la misma ciudad que yo, no tengo que darles explicaciones.
Tras decir esto, vi como los ojos de Jesús volvían a brillar y se humedecía un poco. Me acerqué a él con la intención de ser yo quien le consolara en ese momento.
-Álex: Nene…¿Qué te pasa? ¿Estás triste?
-Jesús: Que va tonto-dijo sonriéndome aunque sus ojos seguían húmedos-estoy muy emocionado. Por primera vez, desde que llegué a Madrid, no voy a pasar la noche sólo
Aquello terminó por desarmarme del todo, y aunque parecía ridículo que yo intentara reconfortar a aquél chulazo que era casi el doble que yo físicamente, le abracé con todas mis fuerzas para que sintiera que me tenía con él ahora y siempre que quisiera.
-Álex: Tranqui nene, no estás sólo, me tienes a mí y no me voy a separar de ti…
Jesús me respondió devolviéndome el abrazo con la misma fuerza y besándome con toda la pasión y ternura que podía.
-Jesús: Joder…y dices que yo soy perfecto…si aquí hay alguien perfecto eres tú peque, eres increíble.
Tras aquél momento, los dos terminamos de vestirnos, nos pusimos los cascos, cogimos las mochilas y nos encaminamos hacia Madrid, y más concretamente hacia su casa. Una vez allí, llamé a mi madre para decirle que dormiría en casa de un amigo, a lo que me dijo que sin problema y que tuviera cuidado (cosas de las madres, ya sabéis). Luego Jesús me enseñó todo su piso, que estaba bastante bien de tamaño para una persona y era muy acogedor, aunque se notaba que a pesar de llevar tiempo viviendo allí, todavía no lo había hecho “suyo” del todo.
Me explico, yo que he vivido en un piso yo sólo, me encargué poco a poco de tenerlo a mi gusto, decorado con posters y adornos que eran muy de mi estilo, con las cosas dispuestas a mi manera…incluso ahora que vivo en un piso compartido, mantengo mi habitación en la misma línea; si alguien conocido entrara en ella, sabría enseguida que es la habitación de Álex. Este no era el caos del piso de Jesús, que más allá de algunas fotos que tenía enmarcadas con su familia y amigos, y el mueble de la tele en el que guardaba las pelis, libros y videojuegos que le gustaban, no tenía su casa muy personalizada…vamos, que no sentía que fuera exactamente su hogar.
“Creo que el pobre si ha debido sentirse realmente muy sólo aquí” pensé mientras me iba enseñando su piso. Me daba mucha pena que alguien tan increíble como él se sintiera de esa forma, pero para eso estaba yo, para que nunca más volviera a sentirse sólo en Madrid.
Una vez acabó la visita por su casa, Jesús me dijo que me pusiera cómodo y me preguntó si quería beber algo fresco, a lo que le pedí una coca cola si era posible. Tras atenderme como buen anfitrión, me dijo que quería prepararme una sorpresa y que esperara allí sentado.
-Álex: ¿Otra sorpresa más? Si el que tendría que dártela ahora sería yo a ti nene…
-Jesús: Sssshh-dijo poniendo el dedo en la boca mandándome callar-tu ahí quietecito y déjame que yo me encargue de todo.
Así permanecí unos minutos, relajado en su sofá y bebiéndome mi coca cola tan a gusto, hasta que finalmente Jesús volvió a aparecer en el salón, son su sonrisa de oreja a oreja.
-Jesús: Ya está lista la sorpresa, ven conmigo peque-dijo dándome la mano para que le siguiera, a lo que hice caso como un niño bueno.
Jesús me llevó de la mano hasta su cuarto de baño, y al abrir la puerta me quedé boquiabierto: Había llenado la bañera hasta más o menos la mitad, con agua templada y espuma (suponía que del gel de baño, por el olor tan agradable que tenía) y había dejado en el cuarto una luz muy tenue para que así destacaran más las luces de las diferentes velas que había puesto por el lavabo. Estaba totalmente impresionado, nunca me habían preparado algo así y no tenía palabras…
-Jesús: Bueno peque, con lo que hemos sudado hoy creí que te gustaría limpiarte bien-dijo mientras se quedaba con el torso desnudo-y que mejor forma que así ¿No? Así nos limpiamos el uno al otro-dijo guiñándome un ojo
No pude más que sonreír por sus palabras, su desparpajo, y por lo especial que me hacía sentir preparando todo eso para mí. Empecé yo también a desvestirme, y al momento los dos estábamos metidos en el baño, cubiertos por el agua templada y la espuma y lavándonos el uno al otro, para luego acabar sentados de la misma posición en que habíamos estado esa mañana en el mirador: desnudos y conmigo frente a él dándole la espalda, mientras él me abrazaba.
-Álex: Joder, que relajado estoy así nene…es la ostia esto que has preparado
-Jesús: Tú no te mereces menos mi peque-dijo antes de darme un pico-me gustaría tenerte así para siempre, en serio.
Por supuesto que aquél baño no se limitó sólo a lavarnos el uno al otro. Los dos no sólo estábamos relajado y muy a gusto ahora que nos sentíamos limpios, si no que el continuo roce de nuestros cuerpos nos volvió a poner rápidamente como una moto. Cuándo llevé mi mano a su entrepierna, noté como su polla volvía a estar totalmente tiesa reclamando atención…y cuándo él hizo lo mismo con la mía, vio que yo no me quedaba atrás.
En aquella ocasión no hubo más preliminares que las caricias y besos que nos dimos mientras nos lavábamos el uno al otro…ni falta que hicieron. Jesús me colocó encima suyo y noté su virilidad intentar abrirse paso en mi interior, yo me limité a relajarme, cerrar los ojos y dejarme hacer…y así volví a notarme totalmente lleno por mi chico, sólo que esta vez no era mi boca si no mi ojete lo que se encargaba de llenar, aunque la sensación era igual de maravillosa.
-Jesús: Esta vez quiero ser yo el que lo maneje todo peque, para compensarte por tu mamada de antes-dijo hablándome al oído antes de acabar pasándome la lengua por el cuello, haciéndome estremecer.
-Álex: Buaaahh…nene…joder que bueno…lo que tu quieras, soy todo tuyo.
Y lo era…estaba totalmente en sus manos, y él lo sabía. Así, Jesús fue iniciando una serie de golpes de cadera rítmicos contra mí, metiendo y sacando su rabo de mi interior mientras me mantenía abrazado contra su cuerpo y devoraba mi boca…si hasta ese momento no había entendido la diferencia entre que te follaran y te hicieran el amor, creo que por fin la estaba entendiendo.
Yo no hacía más que gemir y suspirar de gusto, y pedirle que no parara, a lo que él me decía que sólo iba a parar cuándo me hubiera llenado del todo, y que le encantaba tenerme así, todo para él, totalmente suyo…Mi chico continúo con su follada, cada vez más rápido y cada vez dándome embestidas más fuertes, tanto que si no me hubiera tenido agarrado contra él, creo que me habrían acabado impulsando fuera del agua. No sé cuanto tiempo exacto estuvimos de esa forma, pero en un momento dado Jesús pegó de nuevo su boca a mi oído y sólo dijo
-Jesús: Peque…me corro.
Yo cerré los ojos mientras notaba sus 18 centímetros hincharse en mi interior y volver a expulsar un chorro tras otro de lefa…me alucinaba que fuera su tercera corrida del día y aún saliera tanta cantidad…cuándo hubo terminado, echó su cabeza hacia atrás quedándose totalmente relajado, pero a la vez llevó su mano a mi rabo que estaba a punto de estallar, y empezó a menearlo. Aquella maniobra, unido al placer que me había proporcionado antes con sus embestidas en mi punto G, me llevaron a un nuevo orgasmo, que fue casi tan abundante como el suyo (aunque en mi caso no me extrañó tanto, pues siempre he sido bastante lechero, y más si me tienen tan caliente como él me tenía), y tan intenso que una vez acabé, me quedé casi dormido sobre su pecho.
Poco a poco, nuestras pollas fueron perdiendo dureza, y noté como la suya salía de mi interior. Jesús me siguió abrazando y acariciando el pelo y la espalda mientras yo hacia lo mismo con él, y tras un rato así, me espabiló para que nos aclaráramos el cuerpo y saliéramos por fin de la bañera antes de, cómo el decía , quedarnos arrugados como pasas de tanto tiempo en el agua.
Tras secarnos el uno al otro, Jesús me dejó unos pantaloncitos suyos de deporte para que fuera a gusto por la casa, y él se puso otros. Los dos íbamos sin camiseta, cosa que era totalmente nueva para mí…pero estando con él, y con la confianza que me transmitía, empezaba a no sentir ningún complejo.
Cómo los dos estábamos bastante cansados, Jesús pidió algo de cena a domicilio, y los dos disfrutamos tranquilamente de ella mientras seguíamos hablando y compartiendo más cosas de nosotros. Una vez la cena terminó nos pusimos a ver una peli relajados en el sofá, los dos tumbados mientras él, una vez más me tenía abrazado contra su cuerpo. El día había sido tan intenso que estábamos agotados, y cuando apenas eran las 12 de la noche, los dos nos estábamos quedando dormidos en esa posición.
-Jesús: Venga peque, vamos a dormir, que estamos hechos polvo los dos
-Álex: Y que lo digas…de quien será la culpa ¿Eh?
-Jesús: Jajaja mírale, cómo si él no hubiera hecho ninguna guarrada en todo el día eh-dijo revolviéndome el pelo cariñosamente
Levantándome, me llevó de la mano a su dormitorio, y una vez allí, me empecé a quitar el pantaloncito ante el asombro de Jesús, quedándome totalmente en bolas.
-Álex: Bueno nene, es que yo duermo así siempre-dije sonriéndole, y era cierto, desde los 14 años dormía en bolas siempre, y es de las cosas más cómodas que hay.
-Jesús: Bueno, pues si mi peque duerme así, tendré que probar-dijo mientras se quitaba también su pantaloncito, dejándome ver todo su precioso cuerpo otra vez, incluido su rabo, que ahora reposaba tranquilo en ese momento, y que era precioso y perfecto así…igual que todo él-eso sí, no respondo de lo que ocurra en mitad de la noche, porque contenerme con este culito a mi entera disposición será complicado.
-Álex: No tienes porque contenerte nene…soy todo tuyo ya lo sabes.
Los dos nos metimos en la cama y nos dimos un largo beso de buenas noches, para luego volvernos a poner en cucharita, conmigo de lado, orientando mi espalda y mi culo hacia su cuerpo, y notando como su brazo me rodeaba. Era la primera vez que dormía acompañado de un chico, al menos de esa forma, y normalmente tiendo a moverme mucho antes de dormir, pero estaba tan agotado y a la vez tan a gusto y relajado, que caí dormido rápidamente, al igual que él.
Y por si os lo preguntáis…si, obviamente no aguantamos la noche entera así del tirón y hubo algún que otro asalto nocturno, sólo que por parte de ambos jajaja.
Aquella fue la primera vez que dormí con Jesús, pero no fue la única…incluso podría decir que tampoco fue la más especial a pesar de ser la primera.
El mes de agosto fue pasando, llegó septiembre, y con él, la vuelta a mi vida universitaria, que seguía compaginando con mi trabajo, y por supuesto, con mi inicio de relación sentimental con Jesús, el cuál cada día se iba haciendo más y más importante para mí gracias a su forma de ser, a la forma en que me cuidaba y me hacía sentir especial, y a las sesiones de sexo apasionado y tierno que teníamos siempre que nos era posible.
Cómo os decía, siempre recordaré la primera noche que dormí con Jesús, pero si tengo que quedarme con alguna en especial, sin duda fue una noche de septiembre en la que todo comenzó de una forma que hoy en día me hace sentir un poco avergonzado de mí mismo…si bien, dado el resultado, creo que no tengo nada que reprocharme.
Aquellos que me leéis a menudo, sabéis que soy un gran aficionado a leer, al anime y a los videojuegos, pero nunca he mencionado con el mismo interés, que también soy un gran aficionado al cine de terror y suspense. Me hace gracia cuando algunas personas, entre ellas mi madre, me dicen que no entienden como puede gustarme ver películas de miedo “para pasarlo mal”, pero creo que ese no es el motivo ni muchos menos; es obvio que a veces uno puede pasarlo mal viendo películas de terror, pero en definitiva, los que las vemos lo hacemos para vivir experiencias, que (gracias a Dios) no viviríamos en nuestra vida cotidiana. Ahora bien, eso no quita que, ocasionalmente, si haya llegado a pasar muy malos ratos tras ver pelis de miedo, sobre todo estando sólo.
Y aquello fue lo que pasó esa noche en la cual, estando yo solito en mi casa (pues mi madre tenía turno de noche esa semana) se me ocurrió la feliz idea de ver por primera vez “Pesadilla en Elm Street”, película cuyo argumento no creo que deba explicar a estas alturas de la vida. Curiosamente, a pesar de ser muy aficionado a este género de cine, nunca había visto este clásico, y en parte era porque su antagonista siempre me había producido muchísimo miedo desde que ocasionalmente lo había visto en la televisión siendo niño, por lo que ver la primera de sus películas me producía una mezcla de curiosidad y temor. Más allá del hecho de que es una película bastante buena, muy reivindicable, y que tiene su fama bien ganada…su primer visionado aquella noche me dejó, literalmente, acojonado…y todo ello unido a que la ví de noche y estando sólo cómo os digo…la verdad es que pensándolo con el tiempo, sólo a mí se me ocurre.
Así que, ahí estaba yo, casi a la 1 de la madrugada, incapaz de pegar ojo por la tensión que tenía (si, a mis 20 años, todo un adulto, estaba acojonado por una peli, pero joder entendedlo, en esa peli un puto asesino desfigurado mata a chavales mientras duermen…) y comiéndome la cabeza porque al día siguiente tendría que madrugar para ir a clases y luego a trabajar, con lo que sabía que estaría agotado. En esas , viendo chorradas en el ordenador, para ver si así me relajaba, cuando de repente mi chico me habló por Messenger.
-Jesús: Peque…Pero ¿Qué haces despierto a estas horas?
-Álex: Hola nene…joder, pues…creo que te vas a reír si te lo cuento y con razón
-Jesús: Anda no digas bobadas, espera, ¿Quieres que te llame?
-Álex: Si tranqui, estoy solo en casa, mi madre trabaja esta noche.
Al momento mi móvil empezó a vibrar y ví en la pantalla que se trataba de Jesús…sólo con eso ya sentí un gran alivio, y empecé a sonreír. Le cogí el teléfono y le conté a grandes rasgos lo que había pasado y porque estaba desvelado.
-Jesús: Desde luego sólo a ti se te ocurre peque jajaja
-Álex: La verdad sí, soy un poco impulsivo para estas cosas jaja. Debes pensar que soy muy tonto por no poder dormir por esto…
-Jesús: ¿Cómo voy a pensar eso? Pienso que eres el chico más tierno y dulce del mundo, y que precisamente por eso estás afectado. Pero no te preocupes, yo tengo la solución.
-Álex: ¿Ah sí? ¿Cuál?
-Jesús: Bueno…que no duermas sólo esta noche, y así no tendrás miedo
Me quedé por un momento sin saber que decir, no podía creerme lo que Jesús me estaba proponiendo.
-Álex: Nene…¿Quieres decir que…?
-Jesús: Que en 10 minutos estoy allí y me quedo a dormir contigo. Además, así me aseguro de que mañana no te quedas dormido y llegas a tiempo a clase, y así yo también madrugo y aprovecho para entrenar.
-Álex: Ostia nene, pero…mi madre
Al fin y al cabo aunque mi madre supiera perfectamente que me gustaban los chicos, e incluso le hubiera hablado de Jesús por encima recientemente, se podría enfadar y con razón si al llegar a casa se lo encontraba ahí, ya que pensaría que había aprovechado su ausencia para traerme a mi chico a casa.
-Jesús: Tranqui, me habré antes de que ella vuelva no te preocupes.
-Álex: Joder…nene no sé ni que decir…¿Harías eso por mí de verdad?
-Jesús: Qué no haría por ti peque…Lo dicho, en 10 minutos estoy allí.
Y tal como había prometido, a los 10 minutos Jesús me volvió a llamar diciéndome que ya estaba en la puerta, y que no quería llamar al telefonillo dadas las horas, cosa que agradecí porque mi perra y mis gatos también se habrían alborotado bastante…de hecho, ya se alborotaron al ver entrar a mi bombero en casa y salieron a saludarle amigablemente, haciendo que él estuviera encantado…ya os dije, le encantaban los animales cómo a mí.
Una vez mi chico les había atendido a todos los suficiente, se acercó a mí y me abrazó fuerte contra él.
-Jesús: Bueno peque, ya estoy aquí contigo, así que venga, vamos ya a la cama que mañana tienes que madrugar.
-Álex: Nene…muchas gracias, eres el mejor, de verdad.
Jesús me sonrío y me besó tiernamente en la boca, para luego llevarme hasta mi habitación. Una vez allí, los dos nos quedamos totalmente en bolas y nos metimos en la cama.
-Álex: Siento que estemos tan estrechos, es que mi cama es de 90, no como la tuya jajaja
-Jesús: Mejor, así me pego más a ti-dijo mientras me abrazaba con fuerza contra su cuerpo.
La tensión que había tenido hasta ese momento y que se había ido disipando desde que Jesús me llamó por teléfono, desapareció finalmente y me quedé totalmente relajado sintiendo su cuerpo contra el mío. Y como era de esperar, en esas circunstancias y teniéndole tan pegado, no pude evitar empezar a empalmarme, al igual que noté como a él le pasaba lo mismo, así que me di la vuelta y llevé mis manos a su entrepierna.
-Jesús: Pero bueno…no seas así peque, sé un nene bueno y a dormir, que mañana tienes que madrugar y es muy tarde.
-Álex: Venga…un poquito sólo nene…además, así te doy las gracias por hacer esto por mí-dije mientras empezaba a subir y bajar mi mano por toda la longitud de su polla que empezaba a humedecerse-
-Jesús: Nene…ufff…joder…no tienes que hacer esto para darme las gracias, lo hago encantado, ya lo sabes.
-Álex: Sé que no tengo que hacerlo…pero quiero hacerlo. Y además, así dormiremos mejor ¿No?-dije mientras continuaba con mi maniobra
-Jesús: Ummm….buaah, tú ganas, soy todo tuyo pequeño.
Ya tenía de nuevo a mi chico totalmente desarmado ante mí…y tras unos minutos de estimularle manualmente, me senté sobre él para introducirme sus 18 centímetros de virilidad en mi interior y volver a sentirme totalmente suyo. En esta ocasión, fui yo quién manejó la cabalgada y él se limitó a dejarse hacer, dedicándose únicamente a gemir de gusto y a hacerme una paja con la gran habilidad que le caracterizaba, mientras yo daba botes sobre él. Así estuvimos un buen rato hasta que yo empecé a correrme sobre él, lo que provocó inevitablemente que mi ojete abrazara con más fuerza su polla, y le estimulara más aún llevándole al clímax, que terminó como ya era habitual, con mi interior totalmente inundado por su esperma.
Una vez relajados tras aquella sesión de sexo corta pero apasionad, Jesús me abrazó contra él y empezamos a besarnos tiernamente, totalmente relajados.
-Jesús: Pequeño…¿Sabes algo?
-Álex: ¿El qué?
-Jesús: Te quiero mucho.
Y no necesitaba preguntar nada, sabía perfectamente que era verdad.
-Álex: Yo también te quiero mucho nene.
Y tras decirnos lo que ambos sabíamos ya y aún no habíamos expresado con palabras, finalmente nos dormimos….y así pude descansar aunque no fueran muchas horas, y cumplir con todas mis obligaciones del día sin estar durmiéndome por las esquinas, todo gracias a mi bombero.
Pero a veces las historias que más nos marcan son también las más cortas, y por desgracia esta no fue una excepción. Unos 10 días después de aquella noche, Jesús me dijo que teníamos que vernos…cosa que de por sí ya no auguraba nada bueno, y así fue.
Mi chico me contó que tenía la oportunidad de trasladarse a trabajar a Ciudad Real (su tierra, vamos), y que había estado dándole muchas vueltas al asunto porque le daba mucha pena alejarse de mí…pero a la vez echaba mucho de menos a su familia, y, quitándome a mí, no sentía que tuviera mucho más que le vinculara a Madrid. C
Sería absurdo negar que aquello me entristeció muchísimo, sobre todo porque Jesús me dijo que, a pesar de todo, se quedaría aquí en Madrid conmigo si yo se lo pedía…pero yo sabía que su felicidad no estaba aquí, sabía desde que había estado por primera vez en su casa que no había creado auténticos vínculos en esta ciudad, así que le dije que aceptara el traslado que le habían propuesto.
-Jesús: Mi peque…muchas gracias por entenderlo, de verdad. Me costará mucho dejarte, pero creo que si me quedara tampoco sería justo para ti, no podría estar al 100% por ti sabiendo que tengo la oportunidad de volver a mi tierra.
-Álex: No te preocupes nene-dije yo intentando que se notara lo triste que estaba, aunque mi cara me delataba-yo quiero lo mejor para ti, de verdad. Además, aunque estés fuera, podemos seguir juntos, ¿No?
-Jesús: No pequeño, eso no me parecería justo para ti.
-Álex: Pero nene…
-Jesús: Álex, escúchame. Tienes 20 años y toda la vida por delante, no quiero que pierdas tu tiempo con una relación a distancia. Estos meses contigo han sido increíbles y no los olvidaré nunca, pero quiero que sigas con tu vida, que conozcas más chicos, que te enamores más, y que encuentres a quien te haga feliz y quien esté contigo al 100%...yo no merezco que tu estés esperando por mí, cuando yo mismo no te estoy poniendo como prioridad.
Aunque intenté discutir con él el tema, lo cierto es que llevaba toda la razón, y cuanto más han pasado los años, más me doy cuenta de que hicimos lo mejor. No obstante, aunque ahí terminó nuestra corta relación, seguimos manteniendo contacto durante bastante tiempo, y poco a poco conseguimos vernos únicamente como los grandes amigos que comenzamos siendo. Y cómo él mismo me dijo una vez pasado el tiempo:
-Jesús: Creo que una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, fue acercarme a ti aquella tarde que fuiste a correr con tanto calor.
Y no me cabe duda, de que así fue.
De aquella relación corta, pero intensa e inolvidable, aprendí muchas cosas. Aprendí que las relaciones a menudo tienen un inicio y un final, y aunque en su momento pensé que era un fracaso amoroso, a mis 33 años sé que todas las relaciones que te han hecho feliz son cosas que suman en la vida, y aunque se acaben, nunca hay que arrepentirse de haberlas tenido. Aprendí también a tener más seguridad en mi mismo, a ser mas desinhibido en todos los aspectos, a empezar a verme a mí mismo tal y como los demás me veían en lugar de centrarme sólo en lo que no me gustaba de mí (un camino que he ido recorriendo con los años y que aún hoy en día me cuesta a veces)…e incluso aprendí que nunca hay que ver pelis de miedo estando sólo en casa, por lo que pueda pasar, aunque a veces lo que puede pasar es que tienes la mejor noche de tu vida. 😉
“¿Puede el amor viajar en el tiempo y curar un corazón roto?
¿Nuestras manos unidas pudieron sanar esa herida tan antigua?
Me gustaría pensar que sí…
Bueno, hay cosas de las que sí estoy segura:
Derramad sal por encima de vuestro hombro izquierdo,
poned romero en la puerta del jardín,
plantad lavanda para que os traiga suerte
Y enamoraos…cuanto podáis”
Siento que este relato no haya podido ver la luz antes…aunque suelo sacarlos con una semana de diferencia (cómo ha sido el caso) me hubiera gustado traeros esta segunda parte antes, pero una pérdida familiar muy inesperada me ha tenido bastante ocupado y también bastante desanimado, pero por suerte todo va pasando😉. Y sobre el relato en sí…para todos aquellos que me seguís, ya sabíais que mi relación con Jesús terminó (aunque obviamente no sabíais en que circunstancias), y sólo puedo deciros que fue preciosa y algo que atesoraré siempre. Aunque sé que es inevitable que muchos sintáis pena porque lo nuestro terminó os pido que os quedéis con mi reflexión final y lo que yo aprendí con el tiempo: todas las relaciones que te hayan aportado cosas buenas, incluso si se han acabado, son cosas que te ayudan a crecer como persona.
No puedo más que daros gracias infinitas por la acogida que tuvo la primera parte de esta historia…soy consciente de que quedó muy larga y que no había sexo hasta el final, pero aún así os ha encantado y eso me hace muy feliz, es maravilloso compartir una parte de tu vida y ver que llegas a tanta gente al hacerlo.
Quiero dar las gracias a todos los que me habéis escrito comentarios felicitándome, así como a todos los que me habéis escrito por e-mail con el mismo objetivo, en especial a los que han descubierto mis relatos a raíz de este y se han enganchado a ellos :P. Muy especialmente tengo que agradecer a lectores tan fieles como mi amigo Eddy, Samarkdebcn, Bcn36, Ficcion Sx (se te echa de menos amigo) y un largo etc.
Pero, y con el permiso de todos, quisiera hacer dos dedicatorias en este relato:
-A mi familia, muy en especial a mi madre a la que quiero con toda el alma, y ha tenido que sufrir la pérdida de la que hablaba aún más que yo. Os digo a todos los que me leéis, que por favor disfrutéis mucho la vida y os olvidéis de tonterías…porque a veces y sin que te des cuenta, dejas de estar aquí…
-A dos personas que se han vuelto muy especiales y a los que he podido conocer a través de esta web: Valenrossi46, gran escrito de la misma y un tío cojonudo y con un enorme corazón, que cada día consigue ganarme más con sus relatos y su forma de ser; y MrBulanyer, que se ha convertido no solo en un lector muy fiel, si no también en un auténtico colega de los que sabes que siempre tendrás, y que también me demuestra día a día la gran persona que es. Por cierto, ambos de Aragón...¿Que tendrá esa tierra?😉
Y sin más gracias a todos por haber llegado hasta aquí y por hacerme sonreír con cada lectura de mis relatos, cada comentario y cada e-mail de felicitación. Sois increíbles
Un fuerte beso y hasta la próxima, que espero que sea pronto
Álex