El bohío cachondo

4 jóvenes pasan una muy cachonda tarde lluviosa en un bohío.

EL BOHÍO CACHONDO

4 jóvenes pasan una muy cachonda tarde lluviosa en un bohío.

Este es un relato verídico, los nombres han sido cambiados para proteger a los cachondos imbolucrados, que lo disfruten.<

Me llamo Raúl, tengo 25 años y esto pasó hace pocas semanas en mi vecindario. Yo llevaba varios días de depresión por haber roto en malos términos con mi novia Raquel a causa de sus padres quienes se enteraron que me la había estado cojiendo. Sus padres son tíos muy conservadores, pero si supieran las clases de locuras que Raquelita y yo haciamos desde hace mucho rato.

Era domingo por la mañana, mas o menos las 11:00, yo andaba sin bañarme y con el ánimo por el piso; en ese momento oigo que me llaman fuera de casa, era mi amigo y vecino Mario, el y yo nos hicimos amigos desde que el se mudó a mi vecindario, ya hacía 3 o 4 años, Mario estaba al tanto de todo lo que había pasado con Raquel.

-Raúl, estás hecho una mierda.-

Me dijo Mario al verme despeinado y sin afeitar de 2 días.

Mario me fue a invitar a un asado que habría en su casa, irían varios amigos y habría buen ambiente, dijo el con tono alegre.

Yo lo pensé un rato, lo que mas quería evitar era algún interrogatorio de "¿Que pasó con Raquelita?"

Al final le dije a Mario que iría, pero debía darme tiempo para darme un baño y afeitarme, ya llevaba demasiado rato arrastrando la manta y Raquel nisiquiera me había llamado. -A la mierda con ella y sus papás.- me dije.

Mario me dijo que no había ningún probema, que a penas el estaba calentando el asador y la gente aún no llegaba.

Me bañé y me afeité con toda la calma que encontré y como a las 12:30 caminé la calle que separaban nuestras casas.

Al llegar me saludó una chica delgada de pelo castaño, nada fea, con un culito redondito que se dibujaba através de un ajustado pantaloncillo de licra rosa, ella no tenía mucha pechuga, pero la pequeña camiseta que llevaba le hacían justicia a sus senos.

Jamás había visto a esa muchacha, Mario salió casi d una vez y me la presentó.

-Raúl, ella es Keila, Keila, el es mi amigo Raúl.- -Keila es una compañera de la universidad.- -Raúl es mi vecino y amigo entrañable.-

Despues de las formalidades exageradas, propias de Mario, pasamos al patio trasero en donde estaba el asador y otra amiga de Mario, se llamaba Verona, una chica muy saludable, cabello negro, piel cobriza, pero su mayor caracteristica eran un culo de proporsiones épicas, unas curvas de muerte y un par de tetas como dos cocos, cocos de los grandes.

Nadie mas había llegado aún, la inpuntualidad es algo propio de la juventud y solo era cuestión de tiempo para que la gente fuera llegando.

El asador estaba ensendido y le pregunté a Mario que si ya estaban cocinando y el me dijo que el hambre les había ganado y que estaban asando unos salchichones y piesas de carne para aplacar hasta que llegara la gente.

-Y esas chiquitas, llegaron de primeras o durmieron aquí?-

Le pregunté con malisia a Mario, pero el me dijo riendo que Keila había llegado temprano con Verona, Keila conocía el camino de varias veces que había ido a estudiar con Mario y la de la idea del asado fue Verona, así que ellas dos se pusieron de acuerdo y llegaron juntas a la casa de Mario rato antes de que el me fuese a invitar.

Como a las 1:15 de la tarde una inoportuna llovisna enpezó a caer, como pudimos salvamos las cosas que aún quedaban en el asador que no estaba cubierto, corrimos para refujiarnos en el bohío que Mario tenía en su patio trasero.

Un bohío es una especie de kiosco con 4 pilares de madera y un techo de ramas de palmeras sobre un armazón de madera lijera, es una construcción propia de regiones tropicales y muy apropiada para reuniones sociales poco formales.

El piso del bohío era de cemento y en el centro había un mezón de cemento también, allí pusimos la comida que pudimos salvar y nos sentamos a esperar que la lluvia se fuese.

Esperamos en vano, como a las 2:10 Mario ya tenía confirmación de que casi toda la gente que iba a ir ya no lo haría. La llovisna se había vuelto una tormenta que abarcó casi toda la ciudad; nuestro vecindario está en los suburbios, algo lejos de el centro, el viajesito hacia allá y con lluvia se les hizo muy pesado a la gente.

-Bueno, al parecer solo somos nosotros 4.- -Por lo menos hay algo de comida y de bebida, ya nadie va a venir, así que entrémosle, pues.-

Dijo Mario con su tono usual de "Miremos el lado positivo".

Comimos y bebimos cerveza hasta saciarnos, hechamos una bailadita, por suerte éramos 2 chicas y dos chicos, pude bailar con ambas chicas y, creo que con las cervezas fue mas facil meterles mano a las dos mientras con la excusa del baile.

Nos hartamos de bailar y de los chistes de Mario, los chistes de Mario son cosa de 2 o 3, pero con la lluvia y el aburrimiento ya llevaba contados mas de 8, demasiados para mi y al pareser también para las chicas.

Keila propuso algo mas interesante, una especie de juego de confesiones, al principio me paresió algo de niñas, pero Keila propuso que las confesiones deberían ser cosas fuertes, cosas que no se le dirían a cualquiera y que todo lo oído allí no saldría de ese bohío.

Por aburrimiento, mas que por interés real los 3 restantes asentimos a la idea de la flaquita del culito bonito.

Ya ni me acuerdo como se llegó a la regla de al que señalase el pico de una botella vacía de cerveza le tocaría hablar.

El primero fue Mario, quien se quejó de la suerte de ser anfitrión, y luego de pensar unos segundos dijo que una vez se había cojido a una chica en una cavina de estudio de la biblioteca en la universidad, pero que el se vino fuera y derramó toda su leche en la alfombra de la cavina y que así la dejó.

Verona, exclamó que no volvería a usar esas cavinas y Keila casi se cae de la risa, allí me enteré de que Verona era también compañera de universidad de Mario, pero de otra carrera.

Así fuimos confesando cosillas casi ridiculas sobre nuestras aventurillas sexuales, después de mas cervezas ya habíamos olvidado la botella y nos hacíamos preguntas directamente, la que paresía mas curiosa era Keila, quien disparaba preguntas que estoy seguro que estando mas sobria no huviera hecho.

-Chicos, cuando se hacen pajas, ¿en quien piensan?-

Preguntó Keila con frialdad, Mario se rió y yo me sonrrojé, pero le respondí que mis pajas se las dedicaba a muchas chicas, estrellas de cine, la vecina de atrás que se desvestía con las cortinas abiertas y esa clase.

Mario si fue mas directo y le dijo a Keila.

-Keila, yo te he dedicado un sin fin de pajas, para serte honesto tu eres la estrella de varias fantasías mías.-

Me sorprendí que Keila se riera y le respondiera.

-Y eso, jamás me dijiste nada, ¿que clase de fantasías?-

Mario le dijo que desde hace rato el tenía sueños eróticos con ella, el soñaba que Keila le chupaba la pinga, que el se cojía a Keila en mitad del salón de clases, que Keila y el hacían un 69. Toda una gama de fantasías a las que Keila paresía hayarles mucha gracia.

Yo fui entrando mas en confianza y les solté que Raquel y yo teníamos el gusto por culear (cojer, follar) en sitios públicos, les dije que lo habíamos hecho en un asensor, en un baño de un McDonalds, en medio de un desfile de carnavales. Keila confesó que una vez ella y un novio se culiaron en medio de una banca de parque en la noche.

Después de mucho hablar Keila hizo un último reto, ella sugirió que hiciesemos la mas secreta confesión que tuviesemos, que rebelasemos lo mas secreto sin importar cuan sucio o perverso fuese; para ese momento no me extrañó que todos asintiesemos.

La misma Keila dijo que ella había culeado con mujeres, Mario y Verona casi se caen de la sorpresa, Mario le pregunta que como así. Keila le responde que todo comenzó con un novio que tenía una prima muy cariñosa que le gustaba acostasse con su primo, el novio de Keila, y solo para joder ella aceptó participar de un trio con ellos y desde ahí le gustó la cosa, luego con otras parejas volvió a hacer trios y así fue.

Yo y los otros estabamos atonitos, pero la confesión de Keila al pareser le dio confianza a Verona que miró a Mario y este asintió a lo que Verona dijo.

-Mario y yo nos conocemos desde hace como 12 años, pero desde hace un tiempito para acá nos culeamos, todo fue porque descubrimos que ambos somos aficionados al porno y una vez viendo un video nos calentamos tanto que desidimos cojernos allí mismo y desde ahí, cada vez que hay oportunidad nos hechamos un polvito.-

Keila soltó un ¡WAO!, les dijo que se lo tenían bien escondido.

Solo faltaba yo, después de semejantes confesiones en realidad pensé que no tendría mucho que aportar, pero tiré mi mejor cartucho, les conté que una vez, durante unos carnavales Raquel, yo y otra pareja dormimos en la misma habitación en una casona, una noche después de una borrachera la otra pareja se puso a cojerse ahí delante de nosotros y eso nos puso a 100 y nosotros seguimos su ejemplo, luego no se muy bien como pero terminamos intercambiando parejas y que la noche la completó Raquel y la otra chica que se besaron.

Avanicandose con un cartón Verona dijo que a pesar de la lluvia que no paraba la temperatura estaba subiendo, Mario dijo que si y Keila le dijo que su pantalón vermuda daba muestra de ello.

En realidad desde las primeras confesiones ya yo tenía ganas de clavarle la pinga a alguna de las dos o a las dos si era posible, pero la flaca de Keila nos sorprendió de nuevo.

-Esto aquí está tan solo, si nosotros 4 hacemos una orgía nadie se daría cuenta, ¿Eh?- -Amigos, yo estoy cachondisima, ¿y ustedes?- -Si no hacemos algo aquí y ahora entre nosotros mismos me van a tener que dar permiso de ir al baño de Mario a hacerme una pajita porque yo no aguanto, ¡que va!-

Mario se levantó y le dijo a su compañera de clases.

-OK Keila, que tal si probamos si mis sueños húmedos pueden ser realidad.-

Verona se levantó detras de Mario y dijo.

-Yo también estoy bien caliente y jamás he estado en una orgía, si te vas a culear a Keila por lo menos chupame el coño.-

Yo levanté mi mano como para recordar que estaba ahí y le dije a Verona que si quería que alguien le chupara la conchita yo podría hacerlo, a lo ke Keila y Verona me miraron con complasencia, Keila dijo casi gritando de juvilo, -¡Se formó el cachondeo!-

Las cosas en ese bohío estaban súper calientes, Mario, Keila y Verona iniciaron algo así como un abrazo de a tres con el abarcador del Mario besando a ambas chicas y metiendole mano por sus pantalonsillos, yo no quise quedarme atrás y fui tomando a Verona por la cintura, ella estaba de espalda hacia mi y sin mayor pudor comensé a surrarle mi verga dura sobre su tierno culo y a besarle el cuello.

El abrazo cuadruple terminó cuando nos separamos por ke Mario y Verona se estaban quitando sus camisetas, de una vez Verona se despojó de su brasier dejandonos ver las monumentales tetas que contenían.

-Lindas tetas, Verona.-

Dijo Keila quien ya solo estaba en un diminuto panty blanco, Keila no era de mucha carne, pero es de esas flaquitas que dan ganas de comertelas con cuchara.

Ver las tetas de ambas chicas era contrastante, Keila tenía unos pequeñas colinas coronadas por dos bellos pezones que en ese momento estaban tan erectos como la pinga que yo tenía en mi pantalón, mientras que los melones de Verona parecían desafiar a la gravedad siendo tan grandes y estando tan parados, no obstante el contraste ambas chicas lucían súper buenas y apetitosas.

Mario ya estaba en pelotas y yo aún no me quitaba ni la camiseta, en un momento me coibí un poco al ver a Mario, el era fanático del ejercicio, su tipo es algo atletico y delgado, pero con músculos bien definidos del tipo Bruce Lee, mientras que desde muy niño yo soy del tipo grueso, mas gordito, no soy bofo o aguado, mi peso está bien repartido, le gusto a las chicas, mi pinta de oso de peluche parese gustarles bastante, pero por un par de segundos me sentí algo inseguro. Mario y Keila ya estaban desnudos y Verona lucía un arrebatador hilo dental negro, con eso me quité la pena y me desnudé como un rayo, después de todo eramos un gupo de contexturas variadas y al ver a esas dos chicas en cueros la cachondez pudo mas que otra cosa.

Inmediatamente que me quité el calsoncillo mi pinga saltó como si tuviera un resorte, mi herramienta es de longitud regular, pero es gruesa, se parese a su dueño, por mi parte fui directo con Keila, Verona y Mario ya estaban ocupados, Mario le chupaba las grandes tetas a Verona y jugaba con su coño. Le dí a Keila un beso de los mas lujuriosos que pude darle y le clavé mis manos en su lindo culito redondito, pasé mis manos por sus nalgas y la aferré, la levanté y le surré mi erecta verga por todo su coño que estaba cálido y mojado, tuve ganas de clavarsela allí mismo, pero dada la ocación quise jugar mas y ver que locura se podía hacer.

Por su parte, Mario besaba las preciosas nalgas de Verona mientras que le daba con los dedos por el coño, ella y Mario sabían complacerse uno al otro, Mario se puso de pie y Verona tomó suavemente con su mano la verga de mi vecino que ya estaba bien parada, ella se agachó apuntandome con ese monumento de culo y con gran gusto procedió a mamarle el garrote a Mario, pero siguiendo el tren de la tarde Keila dio una idea que marcó la pauta de las locuras.

-Chicos, denle a Verona una doble penetración.- -Cojansela por adelante y por detrás.- -Vamos que yo los guío.-

Verona se extrañó algo al oír a Keila, pero Mario le recordó que ella hacía rato que quería experimentar algo así y Verona sonrrió y dijo.

-¿Uy! vamos pues, pero tratenme suave.- -Pero, ¿como haremos?-

Keila tomó el mando y nos mandó a los chicos a deshalojar una parte del mezón de cementpo, le dijo a Verona que debía elegir quien se la clavaría por el culo y quien por el coño. Verona se nos acercó y nos tomó las vergas y las acarisió muy delisiosamente, la chica de las tetas de torpedos desidió que Mario iría en la vanguardia (por adelante) y yo por la retaguardia.

Mario se acostó en el mesón dejando las piernas debajo de las rodillas colgando a indicación de Keila, su pinga sobresalía como un cohete a punto de despegar, Verona buscó posición sobre Mario para comenzar a cavalgarlo, la pinga de Mario entró sin mayor problema en el coño de Verona, después de todo ese coño y esa pinga ya se conociían, después de 2 o 3 bombeadas, nuestra guía Keila le dijo a Verona que se mantuviera con el culo alsado por un rato, la chica flaquita me comenzó a chupar el garrote como si fuera una paleta de chocolate. ¿Vaya! que si sabía chupar la Keila.

Mi herramienta ya estaba bien erecta y húmeda gracias a la chupada de Keila, ella me llevó detrás de Verona que estaba con la pinga de Mario a medio meter y con el culón levantado, esa esena me causó risa, pero comprendía lo que debía hacer, me mojé un dedo con saliba y le masajeé el ano a Verona abriendome paso entre esas dos duras y hermosas masas de carne, cuando ya sentí el ano de la chica bien dilatado le empujé casi la mitad de mi garrote, Verona jadeó y se dejó caer sobre la pelvis de Mario a lo que la pinga de mi amigo le entró toda en su coño. Esto marcó el inicio de un baile lento y rico, Verona cavalgaba a Mario y yo solo le seguía el ritmo bombeandola con mi pinga por su estrechito.

Keila paresía gozar mucho al mirar esa esena digna de una pelicula porno, pero una de las buenas. El ritmo de Verona se aseleró y sus jemidos se volvieron quejidos y jadeos cada vez mas fuertes, no pude contener las ganas y le di varias nalgadas en ese culo prominente, le susurré al oído que su culo era riquísimo, yo la sujetaba con la mano izquierda por la cintura por lo que pude sentir los temblores del orgasmo que se estaba hechando Verona acompañado por jadeos y balbuseos.

Verona se había venido bien rápido, con Mario y yo ayudandola. Keila había estado mirando toda la acción con ansiedad y al ver que Verona tenía un orgasmo tan violento dijo.

-OK, ahora me toca a mi, es mi turno de la doble tortura, pero cambien de lugares.- -Raúl, tu vas a ser mi momtura y Mario, tu me vas a hurgar el culo.- -OK, muchachos, asuman sus nuevas posiciones. Vamos, vamos.-

Yo me recosté del mismo modo del que lo había hecho Mario y el se puso a unos pasos del mesón. Ambos no nos habíamos venido aún, nuestras pingas aún estaban duras por la labor con Verona, e iban a trabajar mas.

Keila se montó ensima mío, pero ella le dijo a Mario que la penetrase por el culo antes de dejar que yo le undiera el tuco en su coñito; desde mi posición pude admirar el coño de Keila, era pequeño y a penas sobresalían sus labios de una pequeña mancha rectangular de cortos, pero densos pelos negros, ahí me di cuenta de que el color cahoba de su cabello era tintura.

Mario le clavó la pinga en el culo a Keila sin mucho reparo, ella hasta que arrugó el seño, pero al segundo soltó un delisioso jemido al sentir el garrote de mi vecino en sus entrañas. Con la verga de Mario en su recto, Keila posó su sexo húmedo y caliente sobre la cabeza de mi pinga, ella y yo acercamos nuestros sexos uno al otro, Keila se metió poco a poco mi herramienta en su coño, esos instantes fueron geniales para mi, pero lo superó la forma de Keila para cavalgarme la pinga.

Keila se sujetaba de mis hombros para mantener el equilibrio, ella contorcionaba su cadera de tal modo que le estaba dando una súper meneada a mi verga y a la de Mario allá en su culo, entre jadeos y risas Keila le dice a Verona que se acerque para que partisipara, le indica que ponga su coño sobre mi cara para que yo le chupara la concha, yo no me opuse a la idea y Mario le dijo a Verona que viniera, Verona ya se había adelantado a la invitación de Mario y no se bien como, pero se las ingenió para ponerme el coño en la cara exactamente a la altura de mi boca, allí me di cuenta de otro contraste, el coño de Verona era carnoso, de labios gruesos y perfectamente afeitado, algo digno de poner en una revista porno, pero de las buenas. Mi lengua y mis labios recorrieron el coño de Verona al ritmo de las caderas de Keila quien subitamente puso su boca sobre uno de los pezones de Verona quien comensá a jemir con mas fuerza, los quejidos de Keila quedaron ahogados entre las tetas de Verona.

En cuestión de algunos minutos de estarle dando a ese revoltillo humano de sexo, jadeos y meneos las chicas se vinieron las dos a la vez, Keila incluso le mordió una teta a Verona al sentir el espasmo del climax.

Keila se dejó caer sobre mi y Verona se vajó del mesón y buscó a Mario a quien le comenzó a sobar la pinga que aún estaba dura y sin eyacular, como la mía.

-¿WAO! que chicos tan resistentes.- -De haber sabido eso antes yo huiera culeado contigo hace rato Mario.-

-Es cierto, somos muy resistentes, pero nuestros misiles quieren detonarse, Uds. ya se han venido varias veces, ahora nos toca.-

Dijo Mario mientras se sobaba su verga aún erecta y goteando fluido lubricante. Yo estube de acuerdo con mi amigo, dije que tenía ganas de soltarle mi descarga a cualquiera de las dos o a las dos si me dejaban.

-Hagamos algo así de loco como lo que acabamos de hacer, algo en lo que podamos participar todos a la vez.-

Dijo Verona con tono de emoción y deseo, Mario sugirió una clase de trensito, pero mi ahora amiguita Keila se levantó de mi torso y nos dijo.

-Hagamos algo totalmente diferente, algo que les apuesto no han hecho jamás y ni en las pornos lo han visto.- -Pero, Verona, dime algo, ¿alguna vez una mujer te ha chupado el coño?- -¿Quieres experimentar?-

Verona no supo que decir, pero su mirada de lujuria y curiosidad hablaba por ella.

Accedimos a la idea de Keila, Mario y Verona les tocaría hacer de conejillos de indias, Keila le indicó a Mario que se recostara en el mesón de la misma forma que hace un rato, le pidió a Verona que se recostara bocarriba sobre Mario de tal modo que su bello trasero quedase sobre la pelvis de Mario.

Estoy seguro de que Mario quería clavarle su pinga a Verona allí mismo, pero su curiosidad pudo mas. Los sexos de ambos quedaron a uno sobre el otro, como en una repisa, luego Keila dijo que haría una "mamada bisexual", le dijo a Verona que se relajara y que ella le iba a chupar la concha con mucho cariño, pero hizo algo mas que eso.

Ante nuestros ojos incredulos Keila comenzó a chupar el coño de Verona y la pinga de Mario alternadamente, lamía el sexo de Verona y jugueteaba con el garrote de Mario, con su lengua subía el pene de mi amigo y lo frotaba contra el sexo de una atónita, pero jadeante Verona.

Mi pinga debió crecer 1 o 2 cm con esa esena, no quise esperar ninguna invitación así que me acomodé co como pude debajo de Keila cuya entrepierna estaba algo levantada del suelo, mi verga quedó otra vez entre sus piernas, pero en lugar de clavarsela en el coño se la metí en su culo, creo que le tenía ganas a ese culito redondito y bonito, con 2 dedos, mis dedos son gordos, pero hábiles, le comenzé a hurgar el coño.

Raquel, mi novia o exnovia, no se, me enseñá estimular su punto G con mis dedos y eso era lo que mas o menos hacía, dada la incomoda posición.

Se había cumplido el deseo de Verona, todos estabamos participando y vaya que era una pose colectiva de lo mas original. Mientras Keila saboreaba un coño peladito y carnoso junto con un garrote, el cual debo reconocer que era mas largo que el mío, pero mi herramienta es de mayor calibre; yo tenía ensartado el culito de Keila y le estaba haciendo un dedo que por sus movimientos pélvicos sabía que le estaba encantando.

Verona balbuseaba nuevamente, pero haora mas alto que la última vez, por fin pude disernir lo que trataba de decir.

-Me vengo, ¿Ah, ah! me vengo.- El torso de Verona se enderesó de un tirón y sus ojos se blanquearon con una mueca simplemente orgásmica. Mario dijo que el también se venía, que ya no aguantaba mas, la pinga de mi vecino soltó sus chorros los que se iban derramando sobre si misma, Keila con su lengua recogía el blanco esperma y como si fuera un cuchillo untando mantequilla sobre un pan le esparcía la leche de Mario sobre el coño de Verona.

Por las contracciones de su ano y su vagina yo estaba seguro de que Keila ya había tenido, por lo menos , 1 orgasmo, le pregunté si me podía venir a lo que ella me respondió con jadeos mientras se relamía los labios aún con rastros de la eyaculación de Mario.

-Sueltame toda tu leche en mi culo, llename el tanque.-

Ella no tuvo que decirmelo dos veces, sin mas me vine en su interior, mi espasmo fue tan intenso que creo que levanté a Keila con mi envestida.

La pinga de Mario y la mía fallesían lentamente después de cumplir sus misiones, pero mi vecino se había pegado a una de las tetas de Verona, solo soltó el pezón para decirle a Keila que esa mmamada fue mejor que la de su sueño. Keila sonrrió y nos miró a Mario y a mi y dijo como de burla o de probocación.

-Chicos,ahora deben esperar a recargar sus baterías, pero no se preocupen nosotras las chicas nos vamos a entretener solitas y tal vez eso les haga recuperarse mas rápido.- -Verona, ven.-

Verona fue con Keila y esta le dio un beso en la boca, pero que veso, yo imagino que Keila aún debía tener el gusto de la leche que había probado hace poco, pero Verona disfrutó del beso y de hecho le correspondió, abrazó a Keila por la cintura y le dijo que esa había sido una chupada de coño espectacular, que era de las cosas mas exitantes que le habían hecho jamás, y le dijo también que quería hacer algo, Verona caminó hacia Mario y con tono desidido le dijo que le chpara el dedo pulgar, Mario lo hzo sin tituvear y Verona le susurró que mirara con atención.

Verona hizo girar a Keila tmandola por el hombro, de tal manera que la flaca quedó de espaldas hacia ella, Verona bajó la mano hasta el culo de Keila y comenzó a urgarle el ano con el pulgar húmedo por la saliba de Mario.

Con los otros dedos la comenzó a masturbar, Keila se dejó hacer y solo decía.

-Vaya Verona, muy bien así, así, con la otra mano acarisiame las tetas por favor.-

Verona la obedesió y las chicas, como había dicho Keila, se estaban divirtiendo solas.

Keila después de gozar de las manos de Verona por un rato largo se separó de ella y le preguntó si alguna vez le había chupado el coño a otra mujer, a lo que Verona le respondió que nunca, que esa era la primera vez que tenía contacto sexual con otra mujer, y Keila le preguntó que si quería experimentar allí, Verona dudó, una cosa es darle dedo a otra mujer, pero lamerle el coño? eso es diferente, respondió Verona con la duda en el rostro.

-Vamos, será divertido, yo te guiaré solo es un juego y verás que delisioso.-

Dijo Keila mientras se iba acomodando sobre el ya muy usado mesón de cemento y se iba abriendo de piernas.

-Dale Verona, ella te mamó el coño, ahora te toca a ti.-

Le dijo Mario en tono bromista, Verona se fue acercando lentamente hacia Keila quien le sonrreía de manera invitadora. Desde mi punto de vista ambas mujeronas estaban contra la luz y sus desnudos cuerpos brillaban por el sudor, realmente no puedo pensar en alguna esena mas erótica y exitante.

-Si le chupas la concha a Keila yo te chupo la tuya, ¿OK?.-

Dijo Mario con la esperanza de combencer a Verona que aún miraba indesisa a Keila y a su abierto coño.

-Muy gracioso, tu sabes que eso no te lo tengo que pedir, tu casi que por reflejo pegas tu boca a mi coño.-

Le respondió Verona a Mario con mucha ironía.

Mario comenzó a cantar ¡Dale, dale, dale, dale! Yo me uní a su clamor y ambos creo que logramos convenser a la curvilínea chica porke bajó su torso hacia la entrepierna de Keila y comenzó a lamer la cara interna de sus muslos, paulatinamente fue subiendo hasta que su lengua se encontró con el ábido coño.

Una obación conjunta por parte mía y de Mario acompañó a la acción de Verona, Keila cerraba sus ojos ante el placer que le daba la boca de Verona en su sexo y solo se limitaba a decir.

-Así, así, mas adentro, así.-

Como se lo había prometido antes, Mario se puso debajo de Verona y comenzó a chupar el coño de esta. Gracias a Mario la intensidad de las chupadas de Verona hacia Keila se incrementaron a lo que Keila comenzó a jadear y jemir; mi pinga no fue indiferente a la esena, rápidamente se me paró y quedó lista para la acción, como los coños de Keila y de Verona estaban ocupados la opción mas favorable era irme hacia la boca de Keila.

Me acerqué a su cara y al parecer ella interpretó mis intenciones y con una mano agarró mi verga y la comenzó a acariciar de arriba hacia abajo, luego me haló y ambos pusimos mi pene en su boca.

Mario dijo que ya no aguantaba mas y se levantó para con su pinga también erecta penetrar el coño de Verona quien mantuvo su postura baja para poder seguir chupando la intimidad, ya no tan intima, de Keila, pero para favorecer a Mario levantó un poquito su hermoso culo a lo que Mario pudo dar ritmo a sus bombeadas.

Keila, a pesar de la posición bocarriba, me estaba dando una mamada de las grandes, recorría mi glande con su lengua y con una mano frotaba el tallo de mi feliz herramienta, al moverme algo hacia un lado pude meterle buena parte de mi pinga en la boca, lo que ella resivió con electrizantes movimientos de su lengua y labios.

Las envestidas de Mario se transmitian por la boca de Verona, el coño de Keila hasta su boca y a mi pinga, esa era una cadena que no tardó en estremeser la tierra. El aceleramiento de las chupadas que Keila me daba y de los lengüetazos de Verona hacia ella indicaban que nuevamente ambas chicas estaban llegando al climax al unisono. Yo también sentía mi leche venir, y efectivamente las chicas se vinieron con jemidos y fuertes respiraciones, tomando en cuenta que ambas bocas estaban ocupadas.

Mario sacó su pinga del sexo de Verona y se pajeó con los jugos del orgasmo de su amiga y derramó su eyaculación sobre y entre las divinas nalgas de la chica, por mi parte Keila aún apricionaba mi glande con su boca por lo ke solo pude venirme dentro de ella, Keila iba enbadurnando mi pinga con mi propio esperma lo que incrementó la intensidad del momento.

Los 4 quedamos exaustos sobre el mesón del bohío, Keila descansaba su cabeza sobre mi barriga y Mario estaba abrazado a las caderas de Verona quien a su vez tenía su cabeza sobre los muslos de Keila. Al rato nos duchamos por separado, pero quedamos sin dudar en repetir esta aventura, y quien sabe, si logro volver con Raquel tal vez se nos una.

FIN