El beso del desconocido.
Este beso me lo dieron hace ya algún tiempo. Era mi primer beso,el que me dio aquel desconocido justo antes de lo que llego a ser mi primera experiencia sexual, jamás habría imaginado que aquello sucedería de una manera tan rápida e inesperada.
Este beso me lo dieron hace ya algún tiempo. Era mi primer beso, mi primera experiencia sexual, jamás habría imaginado que aquello sucediera de una manera tan rápida e inesperada.
Ese día comenzó como el de cualquier otro de un chico de 18 años en un verano cualquiera, mucho calor, demasiado y con ganas de pasarlo bien, en el sentido más inocente de la palabra. Por aquel entonces yo era un chico de una estatura media, con ni rellenito ni delgado, cara aniñada y poco vello, un chico común. Tenía claro lo que me gustaba pero nunca me había atrevido a dar el paso, había jugado a mantener la mirada a desconocidos, sobre todo a hombre maduros, pero nunca había llegado a nada con alguien de mi mismo sexo.
Como os comentaba era verano y acababa de terminar con los exámenes del instituto, ese día iba a ser el primero que fuera a la playa, mis padres esperaban ya en nuestra casa de verano y yo solo tenía que coger el autobús que me llevara hasta allí. Llegué con el tiempo justo a la estación y el autobús ya estaba completo así que me vi obligado a esperar al siguiente.
Decidí comprar una revista para hacer la espera más amena, estaba en el pequeño quiosco de la estación buscando mi revista de música habitual, cuando de repente noté como alguien me acariciaba el culo de un modo poco casual, estaba claro que fuese quien fuese lo había hecho de manera intencionada, me puse muy nervioso, tenso, esas situaciones siempre me aceleraban el pulso. Esta sensación aumentó cuando levanté la mirada, un hombre de unos cuarenta y tantos me miraba desde la puerta de la tienda con una sonrisa demasiado descarada mientras movía la mano que guardaba en su bolsillo del pantalón. No entendía nada, como os decía esto pasó hace ya algún tiempo, ni siquiera sabía entonces que las estaciones eran sitios habituales de encuentros esporádicos. Empecé a temblar y a dar vueltas por la tienda como si quisiera ojear todas y cada una de las revistas que allí vendían, él seguía ahí, sabía que antes o después tendría que salir y pasar por su lado, pasaron al menos 10 minutos, los más largos de mi vida, cuando pagué la revista y salí de allí tan rápido como pude. Me escabullí y me resguardé en uno de los bancos del edificio, allí intenté calmarme y hacer como que leía algo de las páginas de aquella revista. De repente volvió a aparecer pasó ante mí de un lado a otro unas 3 veces, la última de ellas me guiñó un ojo, sin rodeos me hizo un gesto claro, agarró su paquete y señaló con la cabeza en dirección a los baños. En ese momento algo en mi cambió para siempre, yo que siempre había sido un chico precavido, tímido e incluso escrupuloso, me levanté de allí y con decisión entré al baño, supongo que las ganas de saber y de sentir lo que tantas veces había imaginado pudieron con cualquier prejuicio que tuviera.
Él ya estaba allí en uno de los urinarios de pared, yo no sabía que debía hacer así que solo entré a unos de los retretes con puerta y esperé, no sabía que pasaría ni siquiera me toqué mientras esperaba, solo me quedé quieto, el tardó apenas un par de minutos en entrar, cuando comprobó que no hubiera nadie más. Me miró, me sonrió y me besó, ese fue el primer beso que me dio un hombre. En seguida me dijo lo guapo que le parecía y me apretó fuerte contra él. Era algo más alto que yo pero no demasiado, con el pelo algo canoso, olía demasiado fuerte a colonia y no parecía estar muy fuerte aunque si era algo atlético. Enseguida sus manos bajaron hasta mi culo, primero apretó fuerte con sus dos manos y luego metió una de ellas dentro del pantalón, bajó un poco mis calzoncillos y me separó las nalgas para tocarme el ano con uno de sus dedos.
A mi me volvió el miedo y enseguida le susurré que yo nunca había hecho nada de todo aquello, probablemente no me creyera, pero fingió hacerlo y me dijo que no me preocupara que él no haría nada que me hiciera daño. Entonces siguió palpando alrededor de mi ano con intención de relajarme, me preguntó si podía desabrocharme el vaquero, yo asentí con la cabeza. El rápido me bajó el pantalón y mi ropa interior, yo aún no la tenía del todo dura pero eso a él no le importó, se la metió en la boca y empezó a hacerme un mamada con muchas, muchas ganas, yo no daba crédito a lo que estábamos haciendo, mi primera experiencia, en un baño público a manos de un desconocido y sin usar protección, pero una vez más las ganas de sentir me pudieron y le dejé hacer.
Enseguida lo paré notaba que estaba a punto de correrme y no sabía si debía avisarlo o no, él me dijo que aguatara un poco más, así lo hice, enseguida me dio la vuelta y me separó las piernas, yo me asusté le dije textualmente que no quería que me le materia, eso era demasiado no sabía nada del sexo anal, ni cómo prepararme, ni siquiera había oído hablar de la dilatación, él me dijo que no lo haría solo quería acariciarme el ano con su miembro, escuché como bajaba su cremallera y entonces lo noté, era la primer vez que sentía el miembro de otro hombre eso me excitó demasiado, se me puso muy dura mientras él la subía y la bajaba por mi culo.
Se agachó y noté algo húmedo, su lengua, su boca, se abrían paso entre mis nalgas y llegaban a lamerme, fuerte, me besaba el ano y lo lamía, era una sensación extraña pero muy placentera, lo había visto hacer pero nunca pensé que me fuera a gustar, sin embargo me relajé y me dejé llevar, comenzó a masturbarme mientras lo hacía y yo sentí que no aguantaría mucho más, no quería causarle un mala impresión al correrme enseguida, así que decidí darme la vuelta y arrodillarme frente a él, no sabía cómo lo haría pero esa iba a ser la primera felación de mi vida. Él notó mis nervios así que me cogió la cabeza para marcarme el ritmo, la tenía a escasos centímetros de mi boca, nunca había visto una tan cerca y me pareció muy gruesa, su tamaño era normal perpsentía que no sería capaz de metérmela en la boca, conseguí hacerlo con miedo y alguna arcada, no quería que se corriera y estuve todo el rato pensando en ello pero antes de hacerlo, me separó y comenzó a masturbarse hasta que se corrió en la pared, era mucho semen y cayó por toda la pared hasta el suelo.
Entonces escuchamos como dos hombres entraban charlando, me indicó que me callara y nos quedamos quietos un instante, hasta que su conversación se alejó de nuevo. Entonces me dijo que quería conseguir que me corriera, que haría lo que fuera, me la agarró y se la metió de nuevo en la boca, se me puso dura otra vez, más que nunca, sentía que iba a pasar y lo intenté apartar pero el no quiso, siguió más fuerte incluso, adelante y hacia atrás mientras la cogía con la mano y yo no pude más, agarré fuerte su cabeza contra mi y me corrí en su boca, él me agarró el culo y se quedó así durante unos segundos, cuando se levantó me sonrió y me dio papel para limpiarme.
Me dijo que era muy dulce, no sabía a qué se refería si a mi forma de comportarme o a mi semen, pero me insistió para que nos volviéramos a ver, me dio su tarjeta personal y me dijo que lo llamara, entonces me indicó que primero saldría él y que yo debía esperar, así lo hicimos, Allí me quedé yo uno momento intentando asimilar todo lo que había pasado y con un extraña sensación de culpabilidad y miedo que no podía dejar de rondarme en la cabeza, me fui sabiendo que me había gustado pero no sabía si sería capaz de repetirlo, si tendría valor para llamarlo y vernos una vez más.