El barquero del Eo. 9 parte
Continúa esta historia de amor...
Viendo la hora que era cerré todo y me fui al baño.
Esa noche llegó de mal humor. No le pregunté ¿por qué?. Tampoco era extraño eso en él. Cenamos y recogí. En mi sofá ya tranquila iba a conectar el chat cuando sonó el whatsapp. Era una de mis primas que me saludaba y mandó saludos a mi marido al decirle que estaba viendo la tele con él,. Se los di y con cara de asco respondió: ¡Dile que le den por el coño! Le mire con desagrado, mientras pensaba: ¿Por el coño imbécil? ¿ que sabrás tu de coños idiota? El mío esta tarde a mojado este mismo sofá, mientras chateaba con un extraño que sin tocarme llego a conseguir arrancarme dos orgasmos increíbles y tú, aún no me has sacado uno en mas de veinte años picha corta de mier… eyaculador precoz. Que pareces un puto conejo…
Nunca le había gustado nadie de mi familia y ahora que mi hija me había vuelto a poner en contacto con dos de ellas, parecía que le molestase. Seguí con mi prima, mintiéndole, otro saludo de él y al rato mi hija. Estaba de una a otra, que no me aclaraba, a veces contestaba a una lo que me preguntaba la otra. Se lo decía y se reían. Levaba unos veinte minutos con ellas a la vez que pensaba en mi barquero…. Pero abrir el chat y meter la pata, mas aún, que fuese hacia mi hija algo dirigido a Abe.
Levantó su tripa y su culo diciendo ya se iba acostar. Me despedí de las dos e hice lo mismo.
Esa tarde de viernes, después de un mi paseo tranquilo hacia el bosque. Observando mas de lo normal la naturaleza que me rodeaba. Regresé a las cuatro y diez para conectarme. Iba leyendo la pantalla y bloqueando pvds que me llegaban. No me interesaba conversación alguna con nadie (salgo con uno).
¡Buenas tardes preciosa!
¡Buenas tardes Abe!
Siento lo de ayer. Cuando vi la hora, era tarde ya y no había empezado la cena, además tenía todo para limpiar tanto el sofá como yo… y después no pude conectarme, pues mi hija y una prima me hablaban por whatsapp. ¡Lo siento!
No te preocupes Elo. Ya sé algo de tu vida, para saber que tienes tus cosas y familia. No necesitas disculparte Lo entiendo todo y hablaremos cuando podamos y ya está. Me alegra mucho que te excitases y terminases en mi compañía.
¡Gracias por ser tan compresivo Abe! ¡Vaya si me excite! Y termine como nunca... ¡dos veces seguidas! Es la primera vez que me pasa eso masturbándome ¿tú terminaste?
Todo un alago te pasase eso con migo preciosa. Me toqué algo mientras escribías pero con una mano escribía y con la otra sujetaba el móvil pues… voy a poner-me una prótesis. Que me pongan otra mano jajaa. Tranquila, lo mas importante es que llegases tu, no soy egoísta en ese sentido. En otros si lo soy y mucho. Con mi ex lo fui por ejemplo. Pero nunca en lo sexual. En eso intento ser generoso y si mi pareja no disfruta, no lo hago yo. Ni excitarme, me interesa tampoco… Pero tranquila. Ya por la noche, si terminé… me puse a recordar y mirar esas fotos que me fascinaron por lo preciosa, elegante y con esas sensualidad desbordante. Alguien dijo que Ava Gardner era el animal mas bello del mundo. Sin duda ése, no vio las fotos que yo vi ayer de ti.
¡JOPEEEEEE ABELARDO! Me sacas los colores con esas frases. ¡GRACIAS! ¿Puedo preguntarte por tu ex? Ya la mencionaste varias veces y me intriga un poco. ¿no se? Solo si no te molesta eh
Puedes preguntar lo que quieras ya te dije, más de una vez… y no me molesta. ¿ que quieres saber dime?
Pues lo que desees contar. ¿Cómo la conociste, que pasó para que rompieses? Parece fue alguien muy importante en tu vida y me gusta saber cosas de ti y mas aún, si son o fueron importantes. ¿sigues enamorado de ella o sintiendo algo todavía? Perdona si te molestó algo. Es solo por conocerte.
¡Si siguiese enamorado de ella, no estaría aquí contigo Eloísa! Tengo unos valores, ¿malos o buenos?, son los míos… A día de hoy fue de la única persona que estuve verdaderamente enamorado. ( hubo una niña en el cole a los 12, 13 años, pero era tan tímido entonces, que nunca me atreví a decirla nada… ) De mi ex si alguien me cuenta que va mejor, me alegro por ella por que la quise ¡MUCHISIMO!. Pero ya no hay nada entre nosotros.
Que tienes valores lo voy viendo cada día Abe y amores juveniles ¿quien no tuvo? jajaja perdón por interrumpirte.
Te cuento. Me dijo para seguir.
Entonces yo trabajaba en una empresa de Avilés. Vivía a las afueras por que no me gustan mucho las ciudades. Tenia 21 años, cuando un sábado de primavera me fui de pesca con mi caña y mi cámara de fotos. Aficiones que tenia y tengo aún. Pescar, últimamente ya menos, pero de vez en cuando si me apetece pensar o reflexionar algo. Mi mejor forma es mientras huelo y escucho el mar al tiempo que su brisa me susurra y acaricia… ¿Si pesco o no? Es secundario para mi.
Estaba con mi caña en una zona de rocas salientes esperando sentir, que algún sargo o lubina mordiese mi anzuelo. Cuando llego una chica con dos chicos y se pusieron en unas rocas cercanas. Más que pescar parecían haber venido a divertirse. Saltaban de roca en roca, riéndose y bromeando. En un principio pensé en alejarme y buscar otro sitio mas tranquilo. Hasta que escuche su sonrisa. Tenía una forma de reírse muy especial y comencé a fijarme en ella. No estaba para nada atractiva, en lo que a vestimenta se refiere. Unas botas verdes de goma que parecían quedarle grandes, un chubasquero azul marino muy usado y manchado de alguna pintura oscura. Un gorro de lana cubría su cabeza, dejando ver parte de su cabello castaño, enredado y revuelto por el salitre y el aire, que no parecía querer dejarlo en paz, mientras ella intentaba cada poco apartarlo de su cara. Sin prestar mucho interés a la pesca, me iba fijando en ella, en sus gestos, su risa y una cara que bajo aquel gorro marrón. Me pareció el rostro mas bonito que había visto jamás. Me vio observarla varias veces, pero no pareció molestarla. Dejé la caña, cansado de sujetarla sin señal de que bajo el agua, algún pez tuviese interés en ser mi cena esa noche. Con mi cámara, fotografiaba el mar y el paisaje. Las agujas de piedra que sobresalían mas con la marea baja, como si pretendiesen alcanzar un cielo inalcanzable. Estirando su inflexible material del que estaban formadas.
No la hice ninguna a ella, por miedo sé molestase, o alguno de los chicos que la acompañaban. Me miraba y yo a ella sin mas intención, que observar algo mas que bonito. Cuando uno de los chicos hablo de irse, me acerqué a ellos y mirándola le pregunté si podía hacerle un par de fotos. No sabía, si alguno de los chicos era su novio y pudiese molestarse. Me dijo que sí y le hice cuatro pescando y otras tres posando mientras sujetaba la caña en pie. Le di las gracias y cuando me alejaba ya, me dijo: Espero me dejes verlas a ver que tal quedé en ellas. Casi titubeando creo, le dije que desde luego, que le haría unas copias para ella, si me decía cómo hacérselas llegar. Me dio el nombre y la calle de un bar. Si no estoy, di que son para Ana. ¡Encantado Ana! Yo soy Alejandro y después de dos besos de presentación recogí mis cosas y con una sonrisa tonta, me encaminé pensando solo en ella y su nombre.
Al siguiente fin de semana ya las había revelado y pedí me hicieran una ampliación de la que mas me gustaba de las siete. Antes de meterlas en el sobre detrás de una de ellas escribí: ¡Gracias por dejarte fotografiar Ana! Aunque no pesqué nada, solo por estas fotos y verte valió la pena ese día. Debajo mi numero de teléfono. Sabía que no me atrevería a dárselo, salgo me lo pidiese ella. Cuando alguien me gustaba de verdad, todo era mas difícil para mí en aquellos tiempos. Encontré el bar y pregunte por ella. Una señora muy guapa ( entonces las de mas de cuarenta eran señoras… jajaja) me dijo que no estaba, le dejé el sobre y me fui. Por la noche sonó el teléfono, era ella para darme las gracias. Estuvimos hablando mas de una hora. La señora a la que había dejado el sobre era su madre, quien llevaba el bar con su padre. Ella trabajaba de admistrativa y a veces les echaba una mano en el bar junto con su hermano. Uno de los chicos que estaba con ella en la playa, el otro un amigo. Quedamos para la tarde del día siguiente tomar algo en una pizzería del centro comercial. ¿Si estaba guapa con aquel gorro, chubasquero y grandes botas de goma? Cuando la vi entrar por la puerta de aquella pizzería ya ni te cuento… Hablábamos, ella se reía de mis ocurrencias, mientras yo solo admiraba aquella sonrisa. Acepto ir al cine después dos refrescos y así comenzó un noviazgo y un amor a primera vista.
Había echado algunos polvos ya a esa edad, pero tres semanas después de conocerla supe lo que era HACER EL AMOR. Pasamos toda la noche dentro de una tienda de campaña amándonos mutuamente. Hubo muchas, muchas mas como ésa. Además de paseos caricias, miradas y alguna escapada que otra sin buscar mas que una complicidad mutua. Año y medio después nos fuimos a vivir juntos. Como a ella le encantaba bailar y yo no era muy ducho en ese arte. Nos apuntamos a una academia de baile a la que acudimos todos los sábados durante dos años. Acabó gustándome más aún que a ella y todas las noches del mismo día, salíamos a practicar lo aprendido a una sala de fiestas preciosa. Donde bailábamos hasta ya bien pasadas las tres o cuatro de la mañana. Me encantaba verla sonreírme, cuando en un giro de salsa intentaba algo atrevido y nos salía bien. Llegábamos a casa cansados, pero eso no nos impedía hacer el amor con la mayor de las pasiones, llenas de besos y caricias hasta vaciarnos los dos y quedarnos dormidos abrazados hasta la media mañana del domingo.
Un año después de terminar el curso de baile, se quedo embarazada, al poco sufrió un aborto lo que la entristeció mucho. El verla así me entristecía también a mí y decidimos volver a intentarlo. Lo logramos en menos del año, pero a los cinco meses sufrió otro aborto y este fue mucho mas grave que el anterior, La desgarró por dentro, haciendo perdiese mucha sangre. Varias semanas estuvo hospitalizada recibiendo transfusiones casi a diario… Cuando logró mejorar, los médicos le dijeron que ya no podría ser madre y eso la destrozo moral y anímicamente. El verla así me destrozaba también a mi. Pensé que sería un tiempo y volvería a ser ella de nuevo. Los mas de tres meses que estuvo de baja ni una sola vez quiso salir de casa. Su madre, padre y hermano me ayudaban a acompañarla cuando yo no podía por el trabajo. Aquella chica que tantos momentos felices me había dado, no se parecía ya en nada a la que convivía con migo. Su rostro pálido y cadavérico, sus ojos tristes, hundidos, su boca ya siempre cerrada, sin ganas de alimento ni de nada.
Una vez empezó de nuevo el trabajo volví a creer que ahora si mejoraría. Pero no fue así. De casa al trabajo y viceversa o a casa de sus padres. Era una mujer hundida que ni los médicos ni medicamentos lograban reflotar. Pasó el tiempo y nada cambiaba, inapetente del todo incluido de mi. Aquellos pequeños viajes o escapadas que tanto la agradaban, o intentar salir a bailar, tampoco quería, ni intentarlo y terminó yéndose con sus padres viendo que me destrozaba verla así.
Me resultaba difícil pasar cerca de su casa y vivir en nuestro piso ya sin ella. Por medio de un compañero de trabajo que me consiguió trabajo. Me vine a esta zona a trabajar para poder empezar de nuevo. Egoísta como ves si soy.