El bar

La tenue luz del bar invitaba a la trampa, entramos y nos ubicamos en dos taburetes en la barra, Alexia llevaba minifalda sin tanga y un top blanco que resaltaba su piel dorada por el sol del verano.

Por Lucas

La tenue luz del bar invitaba a la trampa, entramos y nos ubicamos en dos taburetes en la barra, Alexia llevaba minifalda sin tanga y un top blanco que resaltaba su piel dorada por el sol del verano. Sus firmes tetas amenazaban con hacer estallar el top de lycra que a su vez se estiraba sobre sus pezones duros como roca por el aire fresco de la noche. Esa noche había elegido decorar su pulposa conchita con dos delicadas cadenas que a cada lado unían el piercing del clítoris con los de los labios menores de manera tal que al caminar apenas se dejaban ver bajo el borde de la minifalda y que al sentarse con las piernas entreabiertas reflejaban en pequeños destellos la luz del bar.

Pedimos un trago y comenzamos a conversar mientras mirábamos a los hombres del bar en busca de alguno que le gustara a Alexia. Al rato Alexia fue al baño inmediatamente un flaco de unos treinta y tantos años, piel blanca y pelo castaño claro que había estado mirando atentamente a Alexia fue tras ella haciéndose el distraído. Entró al baño de caballeros frente al de damas. Calculadamente salió al mismo tiempo que ella generando el encuentro cara a cara y la pequeña charla que Alexia saldó invitándolo a tomar algo con nosotros. Ella se sentó en su taburete sonriente y con las piernas abiertas hacia él para que pudiera verle la concha bien decorada, después de algunos tragos entramos en confianza y le explicamos el plan… como el chico no terminaba de estar seguro de que lo estábamos invitando a coger, Alexia tomó su mano y la llevó hacía su húmeda concha mientras acercaba su cara a la suya y le susurraba al oído “te estoy invitando a coger”….

Nos desnudamos, nos paramos los dos sobre la cama uno a cada lado de Alexia que se arrodilló y nos comía la pija por turnos mirándonos sensualmente. Cuando yo la tenía bien dura la puse en cuatro sobre la cama y comencé a lamerle el culo y la concha dejándole mucha saliva mientras ella seguía chupándole la pija al flaco. Al rato me pidió que se la metiera, así que comencé a pasarla arriba y abajo jugando con sus labios y clítoris, hasta que emboqué la entrada de su vagina y de un golpe se la metí toda, ella sacó la pija del flaco de la boca para protestar pero en ese momento le sobrevino un fuerte orgasmo que la hizo contorsionarse y sostenerse con fuerza de la pija que tenía en la mano. Segundos después, logró retomar el control de su cuerpo y volvió a chupar furiosamente esa pija mientras se sucedían los orgasmos y bañaba mis huevos en su propia leche. Tuve que detenerme para no acabar, verla así completamente enajenada gozando y chupando una pija con ganas era demasiado!

Saqué la pija que brillaba por sus jugos y volví al lado del falco para recibir una chupada más, aunque ya tenía un nuevo plan. Me acosté boca arriba y me introduje bajo ella que continuaba de rodillas, lentamente fui buscando su culo con mi pija agarrotada, supe que lo había encontrado pues Alexia hizo un gemido y empujó suavemente su cuerpo contra mi pija para que entrara, sentí la presión de su esfínter alrededor de mi pija y supe que estaba adentro, lentamente ella siguió empujando y su culo dilatándose y tragándose toda la pija lubricada con los jugos de su concha. Cuando toda estuvo adentro comenzó a hacer pequeños movimientos de cadera que le proporcionaban suaves orgasmos que subían desde su culo por su columna vertebral, al mismo tiempo seguía chupando la pija del flaco con ganas.

Ella sostenía su pija con una mano mientras con la otra agarraba sus huevos y con su boca le comía la cabeza haciendo círculos con su lengua; cuando sintió el sabor del lubricante en su boca, supo que si seguía lo iba a hacer acabar, entonces se detuvo y sin hacer que se salga mi pija de su culo, cambió de posición, recostándose sobre mi y levantando y abriendo las piernas de manera de ofrecer su concha empapada y brillante al flaco. Él la contemplaba excitado mientras se ponía un forro, ella se restregaba contra mí mientras yo le besaba el cuello y con mis dos manos tenías sus hermosas tetas. Cuando estuvo listo el flaco se arrodilló frente a Alexia que seguía con sus piernas abiertas y elevadas y le comió la concha durante largos minutos mientras yo le metía y sacaba la pija del culo lentamente, varios orgasmos sacudieron su cuerpo durante ese rato. Cuando ya no podía esperar más, ella le pidió a él que la cogiera, así que él se acercó cuanto pudo a su concha y buscó con la punta de la pija la entrada, cuando la encontró empujó. Tanto Alexia como yo notamos esa pija que entraba y llenaba el poco espacio que quedaba dentro de su cuerpo, él empujó hasta empalarla completamente.

Para esto, Alexia era el perfecto jamón del sandwich, giró su cabeza para que yo pudiera alcanzar su lengua y comenzó a alternar besos entre él y yo, yo no podía moverme, pero él la bombeaba con fuerza y supe que ella iba a acabar en cualquier momento pues comenzó a temblar mientras murmuraba “…cogeme, cogeme, así, más…” A los pocos segundos empezó a experimentar un tremendo orgasmo que hacía sacudir su cuerpo lo que me hizo acabar a mi dentro de su culo, mientras el flaco la seguía bombeando y ella no dejaba de acabar, cuando él sintió que iba a acabar sacó su pija de la concha de mi mujer, se sacó el forro y se pajeó frenéticamente rociando con leche su abdomen y tetas, Alexia en lugar de protestar comenzó a desparramar la leche por su cuerpo hasta llegar a su concha, donde la mezcló con sus jugos, mi leche que salía por su culo y utilizó toda esa crema para hacerse  una terrible paja final que acabó en un demoledor orgasmo dejándola al borde de la muerte….