El banquete de los canes
En esta historia, una chica es llevada a un sótano contra su voluntad, pero lo que encontró ahí le hizo no quererse soltar jamás
Silencio y ojos vendados. Había perdido la noción de cuanto tiempo permanecí ahí, en el sótano de saber que casa, a merced de saber que psicopata. Respiración agitada, el corazón al trote de sentir la propia vida en peligro.
Desde que me bajaron aquí, cargando cual costal, solo había podido comer comida enlatada que habían dejado sobre un plato en el suelo, plato que a tientas habia encontrado arrastrandome cual animal. Comí por hambre, pero era asquerosa y babosa carne fría. Así mismo, junto a ese plato, había agua en otro plato de metal que bebí a sorbos desesperados.
Todo esto, rodeada del silencio, pues nadie respondía a mis súplicas. Si había alguien, ignoraba mis preguntas y llantos. Sola, vendada de los ojos y amarrada por el cuello a una especie de poste, con un collar ajustado y suficiente cuerda para que pudiera andar a gatas.
De repente, alguien cortó cartucho
- Ya debes estar aburrida, pinche chamaquita asquerosa, perra sucia. Te vas a quedar muy quieta mientras preparamos tu camita, y no se te ocurra nada chistoso o hasta aquí llegaste
Dijo una voz de hombre, grave y gastada por el alcohol. Lloré de nervios, pero ese mismo miedo me hizo hacerme bolita en el suelo.
Llegaron unos pasos quien sabe de donde, pues no sentí corrientes de aire que implicaran puerta o abertura, y algo arrastraban. Era una especie de mueble de madera, que acercaron hasta donde yo me encontraba.
Murmuraban cosas, pero no lo suficientemente fuerte como para que yo entendiera lo que decían. De repente, alguien me tomó por la cintura y casi sin esfuerzo me cargó, acostandome boca arriba sobre algo sólido y tosco, como una especie de plancha de madera.
Luché, di patadas al aire que algun cuerpo golpearon, pero mis captores eran mas fuertes. Arrancaron mis ropas entre risas y burlas, y unas cintas sujetaron mi cabeza, cuello, abdomen y brazos. Era como una cama para enfermos mentales, solo que para mis piernas había otra estructura distinta para inmovilizarlos.
Me alzaron las piernas sobre mi propio cuerpo, doblandolas sobre las rodillas y sujetandolas. Estaba acostada boca arriba en una posición que me recordaba a una rana, desnuda y temblorosa, llorando presa del miedo. Me iban a violar, estaba convencida.
De repente, me llegó un olor a condimentos, y escuché que alguien mas se acercaba. Esa persona traía algo y eso que traía los demás comenzaron a embarrarlo por mi cuerpo desnudo. Olía a comida, pero era líquido y pegajoso.
Esas manos enormes me embarraron por todos lados, mis gluteos, mi ano, mi abdomen y hasta mi cara. Yo apretaba y apartaba la boca, pero con hostilidad se encargaron de meterme eso en la boca. Sabía muy bien, sabía a carne asada y jugos sazonadores.
Sin que pudiera hacer nada para evitarlo, me tocaron mis zonas mas privadas, mis labios vaginales e inclusive dentro de mi vagina. Me metieron todo ese alimento en mis adentros, como si fueran a prepararme como platillo especial para algún psicópata come gente
- Bien, la primera parte esta lista. Ya pueden pasar los invitados
Esa voz de hombre malvado y autoritario de nuevo. Me hizo revolverme en mi "cama de tortura". Sentía como goteaba de mi cuerpo todo el jugo sazonador con el que me habían aderezado. Supuse que sería mi fin. Pero de repente, escuché las voces de ángeles.
Escuche que abrían de algún lugar en el fondo de ese sótano una compuerta y un montón de patas y garras avanzaban desesperadas hacía mi. Perros jadeando y respirando con (la imagen se dibujo clara en mi mente) sus lenguas de fuera, soltando sus repentinos ladridos. Su presencia alivió mi alma, pues es imposible no sentir tranquilidad cuando hay perritos de por medio
-Ya está su buffet muchachos
Y como una ola en la playa de repente sentí la marea de hocicos y cuerpos peluditos lamer y olisquear mi desnudo ser. Sus lenguas asperas y cálidas se metían en todos lados, mi ombligo, mis caderas atrapadas por los amarres, mi cuello y mis pechos. Mis pezones se pusieron rápidamente erectos y eran empujados por naricitas curiosas en busca del buen sabor con que me prepararon
-Pero mirala a la muy perra, en cuanto le soltamos a los perros se emocionó como niña en navidad
Dijo en burla, el desconocido. Risas contenidas y silbidos de admiración le respondieron, yo era su espectáculo. Pero estaba agradecida y aliviada, pues criaturas de la especie por la que siento afinidad serían mis compañeros de juego esa noche.
Se acabaron lo que había en mi piel, lamiendo además mi cara sin llegar a tirarme las vendas de los ojos. Abrí la boca, dejé que metiera su lengua el afortunado perrito que encontró primero mi rostro, premiandolo con mi propia lengua buscando el interior de su hocico hambriento. Debían estar bien entrenados en "jugar" con humanas, pues no me mordió y su respuesta fue digna de un beso francés de lo más pasional.
Allá abajo, varios hocicos encontraron que en mi vagina había oculto aún más deleite. Me comenzaron a devorar con lenguas hambrientas como niños lamiendo una paleta, me levantaban de placer (aunque los cinturones que me sujetaban a la plancha impedían que me levantara realmente) y sentía mi clitoris gritar en éxtasis. Yo misma gritaba y gemia y rogaba por más, quería que esto escalara y pasaran a comerme, en otro sentido.
-Por favor, dejenlos penetrarme, necesito sentir su semen escurriendo de mi!
Les grité a mis captores. "Él" caminó y al oído me dijo
-Si estás lista, bien por ti. Pasemos a la siguiente parte. Aquí tengo una poción mágica especial, nada más y nada menos que orina de perra en celo. Vamos a ir turnando a los invitados, ya es hora.
Escuché que destapaba una botella con olor muy concentrado a orina de perro, y los otros hombres sujetaban y apartaban a los perros de mi. De repente, escuché que giraba la botella y el líquido no caía al suelo, pero el olor se hacía mas penetrante. Los perros se agitaban y ladraban, desesperados. Entonces, un trapo mojado pasó por mi vagina y mi entrepierna
-Ahora hueles a perra en celo, lo que realmente eres. Pasenlos uno por uno, dejen que la monten así como está y cuando termine esperen a que se salga solo.
Ya no tenía miedo, estaba muy agradecida. Si este iba a ser mi fin, lo iba a disfrutar como la perra que soy. Escuché que acercaban al primer perro, lo dejaban olisquear mi entrepierna. Sentí como lo ponían sobre mi, una mano humana se acercaba a mi vagina mientras un hermos olor a perro y un cuerpo peludo se colocaba sobre mi torso desnudo. Sentí su saliva gotear sobre mi pecho y yo trataba de alzar la cabeza para encontrar su hocico y lamerlo
Pero antes de lograr moverme, la mano en mi vagina ayudó a que un largo y carnoso pene canino se abriera paso por mi interior. Oh dios, cuanto necesitaba sentir esas embestidas, esa leche, esas garras al rededor de mi cintura como para no dejarme ir, esa hinchazón de un pito feliz de fecundar a una hembra. Y yo gemia y me corría como la perrita que soy, deseando que no se fuera a salir la bola y el abotonamiento fuera largo y placentero.
Oh si, así fue. Tardó casi media hora en deshincharse lo suficiente para sacarlo de mi y sentir como su semen me salía como explosión de las entrañas. Pero antes de que perdiera mucho jugo de macho, trajeron a otro. Y el proceso se repitió, suplicando yo que me soltaran los brazos para poder abrazarlo y sentir su lengua con la mia, poder sentir su calor y su amor.
Creo que fueron 5 o 6 perros los que me cogieron esa noche. Sentí cada embestida con placer, cada vez que llegaban hasta mi útero con la punta de su pene y me rellenaban de semen, y las paredes de mi vagina se expandian por su abotonamiento.
Cuando terminaron, estaba en un estado semi inconsciente de éxtasis y desmayo. Ya no tenía energía para nada, ni siquiera pars tratar de contener el río de leche que escurria de mi.
-Ahora la parte final. Te vamos a dejar fermentando toda la.noche, perrita. Preparate bien
Senti que me movía, que la plancha giraba, y escuché que giraban al mismo tiempo una manivela o mecanismo. Quedé un poco boca abajo, con mi cadera apuntando hacia arriba y mi vagina mirando al cielo.
-Te vas a quedar todo lo que queda de noche con el semen que se te salió de cada perro; por suerte pusimos una cubeta para que nada se desperdiciara, aunque dudo que quepa todo ahí. Traigan el embudo
Y de repente sentí algo frío y duro en mi vagina, y lo metieron bien profundo. Y escuché que levantaban una cubeta, y sentí algo baboso entrar desde el embudo bien adentro de mi vagina, y rellenarla.
-No, no cabe. Es casi un galón, después de todo. Que mal es tener que desperdici...
-PONGANLO EN MI BOCA, yo... yo lo bebo
Lo interrumpi, enloquecida del placer, hecha una cubeta de semen como estaba. Un baño público para perros. Esos perritos me habían premiado con todo ese semen. Por supuesto que no lo iba a desperdiciar.
-Eres una maldita loca, pero esta bien, va a quedar bien para el vídeo. Bueno, que te aproveche
Y con cuidado sacó el embudo de la fuente de semen que era mi vagina. Sentí como un poco del preciado liquido se escurria por mis nalgas y goteaba por mi vientre, pero aún había suficiente como para sentirme una copa humana de semen. Y entonces, el mismo embudo fue colocado en mi boca, su punta pegajosa y amarga
-Traga bien y con cuidado, queda poco pero asi volteada como estás podrias atragantarte
Y sentí como bajaba hasta mi boca y tragaba todo ese delicioso manjar, ese agrio y concentrado semen de perros, que me hicieron sentir arcadas por su concentrado sabor pero que sabía que debia contener en mi. Me costo, pero lo tragué todo. Era menos se lo que supuse.
-Bueno, terminen de tomar las fotos y corten el vídeo. Mañana por la mañana volvemos para ver como sigues, perrita
Y ahí me dejaron toda la noche, como un mueble desconpuesto, abierta de piernas y sucia de coger. Pero para mi, no había sido castigo. Era el premio mayor, el máximo éxtasis. Copular con todos esos perritos, nada se le podría comparar jamás
Fin
De corazón siento feo no escribir nada en un buen rato (digo, casi escribí cada tercer dia desde que empecé con este "diario"), pero estar desgarrandome por dentro por la menstruación le quita el libido a cualquiera. Ya se me está quitando, pero aún no me siento animada para hacer nada.
Aún así, Saori, Marlon, Leo, Ronaldo, Mili, etc. Todos ustedes que me leen me hacen sentir como influencer de lo pervert. Y se siente rico. Para ustedes, me esforce e inventé esta historia, esta fantasía. Me preocupa que no tenga el alma de otras veces, pero en verdad no me siento muy animada ni ganosa. Tal vez cuando vuelva a ovular sienta ganas de buscarme un encuentro sexual real y así pueda traerles algo fresco y real.
Ya tengo planeado como y donde quedarme a solas con perritos este fin de semana. Voy a cuidarle el perro a unos vecinos, pero me quedo sola en casa hasta el domingo por la mañana
Espero entonces tener ganas y poder hacer algo más. De verdad, perdón por esta historiaa ficticia de hoy, siento que le falta mucho de calidad, pero tampoco quería quedarme sin escribir nada tanto tiempo.
Con todo mi amor, Irene.
Gracias por leerme, son personas muy bellas <3