El baño turco

Dos aventuras que viví en un baño turco de mi ciudad. Una con un moreno simpático y otra con una masajista travestí hermosa.

Hace unos días fui a un cocido baño turco de mi barrio, hace tiempo que necesitaba tomarme un descanso de la pega y buscando en internet encontré este sitio, tenía buenos comentarios y me atreví a darme un gusto. No me considero gay, más bien bisexual, ya que tanto con hombres como con mujeres lo paso bien, actualmente tengo una pareja (mujer) con la que vivo hace unos años, sin embargo la carne me llama a veces.

Siguiendo con el tema, entre a este lugar, me indican que es solo para hombres me dan una llave de casillero y me indican el vestuario. Junto a ello me indican que solo se permite estar en bata de baño o en toalla, mientras se circula por el lugar. Me dirijo al vestuario, me fijo que todos caminaban desnudos, y cuando salían lo hacían como indicado antes, pero desnudos, me atrevo a preguntarle a un tipo que estaba a mi lado, era un tipo bien musculoso, hermoso de ojo pardo y buen hablar:

-          Es curioso que estén todos desnudos, ¿Alguna razón en particular? – Le digo

-          En realidad es más cómodo y andas más relajado, a final somos todos hombres, que importa como andes vestido. ¿Es tu primera vez acá?

-          Sí - Le respondo

Me termino de cambiar y me voy al sauna a vapor, le hice caso a mi colega de vestuario y fui solo con una toalla. Hoy en día no estoy en mi mejor momento físico, estoy más bien gordito y un poco suelto, pero aún tengo cierto arrastre entre ambos sexos. En fin, la cosa es que en la sala habían cerca de cinco personas, era una sala más bien grande, por la cantidad de humo era bien poco lo que se podía ver y tenía que realmente estar al lado de alguien para ver lo que estaba o no haciendo. Caminé unos pasos, y encontré una esquina que estaba sola, me senté allí, al rato empiezo a escuchar ciertos gemidos, muy leves pero se notaba que alguien o más de alguien lo estaba pasando muy bien.

No pasan cinco minutos, cuando veo que una sombra se acerca, es un tipo hermoso, de piel canela, flaco y de buen físico, pero sin ser marcado. Se sienta a mi lado y me empieza a sacar conversa, casi que inmediato, al rato me pregunta:

-          ¿Eres nuevo? ¿No te sientes incómodo con los gemidos?

Le respondo que no me molesta, más bien me provoca curiosidad. Dicho eso y se corre la toalla, me muestra sus 19cm de carne, me toca la rodilla con su mano, me mira con firmeza y me dice:

-          Tienes 3 opciones, la agarras, te la metes en la boca o te paras y te vas.

No pasaron 3 segundos y tenía ese pedazo hermoso de carne en la boca, lo chupaba y lamia como si se tratara de un helado, el me agarraba la cabeza, guiaba mis movimientos. Lo pajeaba con una mano mientras le lamia las bolas y le metía un dedo en el culo con la otra, el tipo estaba loco, empezó a gemir cada vez más fuerte, hasta que se vino con fuerza, llenándome la boca de leche. Luego se levanta, me da un beso y se va.

Me quede medio desconcertado con lo sucedido, pero sabía que algo así podría suceder. Luego de esto me levanto, me voy a las duchas. Llegando veo a varios tipos que tenían un orgia digna de participar, pero para mí ya era demasiado, había quedado demasiado cansado en el sauna a vapor. Me doy una ducha rápida y decido ir un rato a la piscina ya que luego me haría un masaje. Luego de un merecido descanso, llego a la sala de masajes, me toca una chica, hermosa, labios gruesos, unas tetas enormes, cintura fina, ojos azules, muy simpática. Pero no deja de llamarme la atención, considerando que la mayor parte del personal de la sauna, sobre todo el personal interno, eran puros hombres.

Me invita acostarme y me pide que saque la toalla, le hago caso, y me dice:

-          Antes de empezar quiero que sepas que soy travesti. En rigor no implica nada, pero hay personas a las que les molesta esto.

Le respondo que me da o mismo, y que de hecho siempre he fantaseado con un travesti, más aun si era como ella.

Me da una mirada coqueta y me dice que mejor empecemos. La sesión de masaje empieza normal (como todas imagino) la mina tenía las manos increíbles, parecía el toque de un ángel, cuando está empezando a relajarme siento que me roza con sus bolas, note que tenía un leve erección, me hice el desentendido y ella continuo masajeándome la espalda como si nada, mientras yo pensaba:

“ojala que no pida darme la vuelta, se me va notar”.

Pasan unos segundos y me masajea el trasero, como que se le escapa un dedo y me roza las bolas, con eso quede loco, luego de eso pide que me dé la vuelta, con un poco de vergüenza le digo que estoy un poco excitado con la situación, ella se ríe y me dice que no me preocupe, aunque no es muy común. Le hago caso, casi por casualidad me cuelga un brazo y le toco el paquete con una mano, ella me queda mirando y me dice:

-          La sesión dura una hora, si quieres probar tenemos cerca de 40 minutos más, pero tú eres el que tiene de decidir cómo seguimos.

No espere que me invitara de nuevo y agarre firmemente ese pedazo de carne hermoso, empecé a pajearla mientras ella chupaba las bolas mientras tenía mi pico en sus manos. Me bajo de la camilla y ella se arrodilla frente a mí, me chupaba con fuerza y convicción, tenía unos labios hermosos, diseñados para chupar, mientras hacía esto me metía un dedo en el culo y yo guiaba sus movimientos con las manos. Estaba en el cielo, se pone de pie y se saca la bata, saltan un par de tetas hermosas, me fui de cabeza a chuparlos que delicia de tetas.

Me lleva de la mano a un pequeño sofá, me sienta y sigue chupando, luego se sienta sobre mí, finalmente pude comerme ese culo hermoso que tenía frente a mí, cabalgaba con fuerza mientras yo seguía jugando con esas tetas hermosas, la sentía gemir y gritar como loca, estaba como poseída.  No pasa mucho para que acabe dentro de culo, llenando sus cavidades con mis jugos. Ella me mira y me dice:

-          Ahora me toca a mí, date la vuelta que quiero comerme ese culito hermoso que tienes.

Le hago caso al instante, me paro, ella aprovecha para limpiarme con su lengua, me chupa hasta la última gota. Luego me pone de cuatro, me chupa el culo mientras me mete un dedo, luego dos; yo casi le imploraba que me la metiera. Pasaron unos segundos y siento la cabeza de su pico forzando la entrada de mi culo (hacía ya varios años que no tenía sexo con otro hombre) estaba más bien apretado y ella con más ganas me lo metía, al rato siento sus bolas chocando con mis nalgas, y empieza a cogerme con fuerza como una loca, yo gemía de placer y dolor, ella me lo metía cada vez con más fuerza, hasta que siento como me inunda entero, su leche llego a salir de mí culo como una explosión de placer.

Luego nos quedamos abrazados unos momentos, ella vuelve a chuparme el pico, esta vez por unos momentos hasta que siente acabar, ella me pide que llene sus tetas con mi leche, le hago caso, luego le chupo las tetas un rato, una mezcla de mí semen y sus tetas, fue increíble. Pasan los minutos, ella me dice que mejor nos vistamos ya que en breve llegaría alguien más.

Nos despedimos con un beso apasionado. Por lejos el mejor masaje que me han dado.

Desde esa vez no he vuelto a ese baño turco, pero ya tendré la oportunidad de hacerlo de nuevo. Por ahora solo me resta esperar la próxima oportunidad de tener otra experiencia como esta, quien sabe. Tal vez si estás leyendo esto, estas en Chile y tienes ganas de pasar un buen rato, podrías ser el protagonista de una nueva aventura.