El balneario de reposo (6: me debes una)
-¡¡te crees que no te vi mientras cogías con Cecilia!!
-Katy: ¡te crees que no te vi mientras cogías con Cecilia?
-Alfredo: pero compréndeme Katy, fue el momento, la situación, los dos sentimos la llamada. El día que nos conocimos tú y yo en la piscina, donde hicimos el amor por primera vez, fue lo mismo.
-Katy: ¡pero es que además fue en nuestra propia habitación! no te dignaste ni a esconderte en el lavabo y yo lo vi todo tras el marco de la puerta.
-Alfredo: de verdad que lo siento Katy, no fui capaz de controlarme y de mi mente huyó la relación que nos une. Pero ponte en mi situación, soy un hombre y Cecilia es una chava muy bonita, quizá tú hubieras echo lo mismo.
-Katy: ¡maldita sea! y además me estás insultando! ¿Quien te crees que soy, una ninfómana?
-Alfredo: no por dios, claro que no, pero tanto tú como yo hemos vivido nuestras relaciones sexuales al máximo esta última semana. Mi cuerpo, hasta el día en que llegaste tú, estava como hivernado en este balneario. Otras veces me había fijado en las curvas de Cecilia, pero pensava; que yo soy un viejo y ella una niña y que a partir de aquí todo se quedava en una pantalla en blanco. Pero ayer, ella estava arreglando la habitación, y se inclinó para hacer la cama, y yo no pude detenerme, la tomé de la cintura y ella quería lo mismo.
-Katy: ¡oh dios! ponte en mi lugar; ¿tú como reaccionarias si llegases a nuestra habitación y me encontraras cogiendo con uno de tus amigos?
-Alfredo: ups, esto, pues.
-Katy: ¡ahí está, lo ves! no tendrías otra reacción que la que tengo yo. Lo nuestro se ha acabado Alfredo, ¡me voy!
-Alfredo: pero.. Katy.. cielo.. lo que hicimos Cecilia y yo fue tan solo sexo. A ti y a mi nos une algo más, yo te amo.
-Katy: .... ¿me amas? ¿qué serías capaz de hacer por mi?
-Alfredo: pues, lo que fuera, lo que tú me pidieras te lo daba. Pídeme por favor lo que quieras para perdonarme, y te lo daré.
-Katy: a ver, yo os vi tras el marco durante casi toda la relación, desde que os estabais besando hasta casi al final creo. Cuando creí que ibais a acabar en poco me largué. ¿Tú serías capaz de hacer lo mismo?
-Alfredo: eu, ¿cómo, a qué te refieres?
-Katy: digo si tú serías capaz de aguantar verme durante toda una relación sexual con otra persona.
-Alfredo: uh, pero, ¿porqué ibas a hacer eso?
-Katy: no hay razón para ello, si quieres que te perdone este es el precio, dime ¿eres capaz?
-Alfredo: te he dicho hace un momento que lo que quisieras me lo pedías. Estoy dispuesto a ello.
-Katy: vale, pues vamos a hacerlo. Voy a entablar una relación sexual con otro hombre en "nuestra" habitación. Tú lo contemplarás todo escondido dentro el armario, y si cuando hemos acabado aún me amas, te perdonaré.
-Alfredo: lo que tú digas.
-Katy: bien pues... necesito un amante rápido y limpio, a ver, esa ventana. Si la rompo vendrá el servicio del balneario a repararla, ¿es un hombre?
-Alfredo: sí, siempre lo ha sido como mínimo. El último encargado de mantenimiento que conocí se llamaba Rodolfo.
Tomo el cenicero de mármol de encima de la mesa y con él -rompo-
-CRASHHHHH-cling-cling-cling-
-Katy: echo, ahora voy a llamar.
Tomo el teléfono y marco el 01 para ponerme en contacto con la operadora del balneario.
-Operadora: sí digame?
-Katy: soy la señorita Katy, estoy en la habitación 403. He tenido un pequeño accidente y se me ha roto un cristal de la ventana.
-Operadora: no se preocupe, no hay problema, ahora mismo le mando al encargado de mantenimiento y no tardará en disponer de cristal nuevo.
-Katy: muchas gracias.
Una vez colgado, ayudo a Alfredo a esconderse en el armario y yo me siento en la cama a esperar a mi príncipe azul. No tarda en sonar la puerta, yo la abro y veo al que será el parche que arregle la relación entre Alfredo y yo. No es un chaval pero almenos está en edad laboral de menos de 65 años. Tiene una redonda barriga reveladora de que mucho trabajo no tiene.
-Rodolfo: buenos días, mi nombre es Rodolfo, ¿es usted la señorita Katy que tiene un cristal para arreglar?
-Katy: sí, soy yo, pase pase.
Ataviado con un grueso mono de mecánico y una gran caja de herramientas, se abre paso para entrar tanto él como su barriga a la habitación.
-Katy: mira, este és.
Rodolfo se saca un flexómetro (cinta para medir en centímetros) y mide ambos lados del cristal roto.
-Rodolfo: lo que me suponía, ya lo traigo cortado y todo.
Saca un gran destornillador y empieza a desmontar la ventana para poner el cristal nuevo.
-Katy: este, si no le molesta, voy a cambiarme, es que llevo aún el bañador mojado puesto desde la piscina.
-Rodolfo: sí claro, no se inquiete que yo estoy en lo mío.
Lenta y calculadora me voy desnudando mientras vigilo los movimientos de Rodolfo. Este está verdaderamente en lo suyo pues no se le escapa ni una mirada hacia mi. Cuando estoy totalmente desnuda decido que habrá que hacer algo más para llamar su atención.
-Katy: se lo ve muy acalorado, ¿voy a traerle una naranjada fresca?
-Rodolfo: sí gracias, siempre va bien.
Lleno un vaso de zumo de naranja de la neverita y desnuda como aún estoy se lo entrego a Rodolfo. Al entregárselo este tiene que desviar la mirada de la ventana, e infaliblemente se fija en mi libre cuerpo.
-Rodolfo: ¡uy! ¿no va usted a tomar frío?
-Katy: noo, nada de eso, yo me siento muy bien así desnuda, de echo cuando no hay nadie en la habitación suelo estarlo.
-Rodolfo: se siente usted tan bien porque veo que no tiene nada que ocultar. Yo no me desnudaría tan frescamente como usted porque tengo michelines por todos lados.
-Katy: no diga eso, yo le veo a usted un hombre guapo. No es evidentemente uno de los vigilantes de la playa, pero para su edad es como hay que estar.
-Rodolfo: que simpática es usted señorita Katy.
-Katy: no me llames de usted, me hace parecer como si fuera más que tú cuando en el fondo lo único que tengo es unas buenas tetas, pero no sabría nunca como cambiar un cristal.
-Rodolfo: ja ja ja, como gustes Katyta mía.
Me dice a la vez que me pellizca uno de los pezones.
-Katy: uy, Rodoooolfo, no te tomes esas confianzas porque yo también sé meter mano.
Diciendo esto le doy una palmada en su ancha nalga derecha.
-Rodolfo: ja ja ja, estás echa una diablesa.
Él ya ha soltado las herramientas y ahora lo que tiene entre manos es mi barriguita que acaricia con ternura.
-Katy: bien, ¿vas a hacerlo o vas a quedar como un cobarde?
-Rodolfo: no, claro que no..
Rodolfo se olvida completamente de la ventana y se adhiere a mi para besarme en la boca. Nos besamos un ratito durante el cual soy yo la que lleva el bastón de mando, y le voy bajando en mono de mecánico que lleva. Lo primero que sale a la luz es su digamos 5ª o 6ª extremidad, ya he perdido la cuenta, su barriga. Es redonda como la de una embarazada y yo le encuentro cierta dulzura a acariciársela como si fuera una mujer encinta. Lo siento en la cama y me lanzó golosa a mamarle su 7ª o 8ª extremidad, ya he perdido la cuenta, la polla. Es bastante más grande y gorda que la de Alfredo, y eso me hace sonreir mientras la como, pues pienso que seguramente Alfredo nos estará viendo desde la puerta entreabierta del armario y se estará muriendo de envidia.
Se la mamo un largo rato pues da igual si el sabor que tiene es bueno o malo, pero el echo de estar siendo observada por el hombre que no hace ni 24h me ha fallado, da una vitalidad especial a mi lengua, que limpia bien el capullo como si fuera un chupa-chup. Rodolfo parece ser un hombre bastante activo, pues mientras se la como, tiene su mano puesta en mi cabeza y va calándome hondo para que me trague lo más posible del pene. Un par de veces escupo la polla tosiendo, pero eso no lo hace frenar y sigue calándome la cabeza sin mucha suavidad. En una de estas escupidas tosiendo, Rodolfo me toma y me estira en la cama patas abiertas. Sin mucho preámbulo se lanza enmedio de ellas y me penetra con hombría.
-Katy: ¡oooooooooh! mi niñoooo.
Se pasa un rato follándome en la misma posición. Su barrigota pesa mucho encima mío, pero lo que más me pesa es su entrepierna que se me mete dentro. La cosa parece ser una simple cogida con polla grande, pero al cabo esta se va convirtiendo en una orgía de dos, pues su elevado peso no me da respiro y mis gemidos no dan para demostrar el ardor que me hace sentir entrepiernas.
-Katy: ooooh oooooh oooooh ooooh Rodolfitoooo.
-Rodolfo: cállate puerca.
Diciendo esto me pega un empujón total en el que su capullo llega a tocar mis ovarios.
-Katy: aaaooooooooh.
Adquiere entonces el coger de Rodolfo esta pauta, profundidad y vigor máximo que me hace perder de vista el mundo y olvidar por completo que Alfredo nos está mirando o que incluso quizá se esté pajeando, como hize yo cuando lo vi cogiendo con Cecilia. Tengo lo que se dice un orgasmo continuo, cuando el espacio entre uno y otro es tan pequeño que no consigue diferenciarlos.
Siento que Rodolfo se va a correr cuando oigo sus gemidos. En ese momento lo abrazo fuerte con brazos y piernas para que no se me escape ninguno de sus esputos de semen, que noto dentro de mi y me hacen vivir con locura el final de la relación.
En acabado nos separamos, yo echo un vistazo al armario la puerta del cual veo ajustarse lentamente. Me meto en la ducha para dejar a Rodolfo que termine su trabajo. Aún estoy limpiándome bien la concha bajo el agua cuando lo oigo que dice:
-Rodolfo: ¡ya está terminado Katy, me voy!
-Katy: bien bien, hasta luego.
Unas cuantas pasadas de esponja más, una aclarada de agua y salgo de la ducha envuelta con una toalla. Justo en ese momento Alfredo sale del armario. Dejo caer la toalla y desnuda cual Eva lo abrazo y le digo.
-Katy: perdonado.