El balneario de reposo (5: la muchacha)

- hola Ceci, voy a la piscina a ver si pillo a Alfredo en remojo.

Me despierto sola, pero me veo en una cama doble. ¿Donde estaré? es la primera pregunta que asalta mi mente antes de que el resto de dispositivos cerebrales entre en correcto funcionamento. ¡Ah sí! estoy en la habitación de Alfredo. Bueno, para decir mejor, estoy en "nuestra" habitación. Nuestra desde que este martes decidí trasladarme para el resto de la semana a ella. ¿Qué día es dime almenos? sí claro, somos viernes, mi quinto día en este balneario de reposo al que acudí agobiada por el stress, las prisas, el business de la puta oficina. En fin, que me hacían falta unas pequeñas vacaciones, que casualmente se están convirtiendo en unas "tremendas" vacaciones.

¿Donde estará Alfredo? sí claro, como cada día debe estar pegando sus nadadas matutinas en la piscina. Voy a darle una sorpresa y acudiré con mi bañador. Lo tomo y casi corriendo salgo de la habitación dirigiéndome a la piscina. En el pasillo me topo con Cecilia, la chica del servicio que está limpiando las habitaciones, una tras de otra.

-Cecilia: buenos días señorita Katy.

-Katy: hola Cecilia, voy a la piscina a ver si pillo a Alfredo en remojo.

-Cecilia: sí que está allí, me topé con él hace un ratito e iba dispuesto con su albornoz.

Llego a la piscina pero no hay nadie. Mi mirada la analiza a conciencia cual cazadora. Me acerco a una de las escaleritas y veo que está mojado el suelo y una de las tumbonas. "Debe haber sido él, se me ha escapado, bueno, qué más da" me desnudo, me pongo el bañador y me tiro al agua. Pego un par de piscinas de lado a lado pero pronto me aburro y me pongo a jugar. Trato de hacer toda la piscina por debajo buceando, me cuesta unos cuantos intentos pero al final lo consigo. Con gran falta de aire salgo y me tumbo en una de las tumbonas para recuperarme.

Cuando me veo en forma me saco de nuevo el bañador mojado y me visto con ropa más normal. Regreso hacia la habitación mientras voy pensando en como regañaré a Alfredo por habérseme escapado. Llego a ella que encuentro la puerta abierta, "debe estar limpiando Cecilia" pienso. Entro sigilosamente como intentando dar a Alfredo la sorpresa que no he conseguido darle en la piscina. Pero la sorpresa me la doy yo. Descubro a Alfredo y Cecilia besándose con ella contra la pared. Mi primera reacción, aún con la boca abierta, es esconderme tras el marco de la puerta. Ahí digiero mi sorpresa contenplando con calma la relación que están teniendo.

Alfredo le mete la mano dentro del batín por la parte del escote que ella ofrece generosa. Ella no "ataca" mucho pero sí se la ve gozar de esa caricia pectoral. Una duda asalta mi mente; ¿es la primera vez que se relacionan o esto ya lleva su tiempo? Me pregunta es respondida de inproviso.

-Cecilia: por favor señor Alfredo.. ¿y si viene Katy?

La súplica peró es ignorada al bajar él el vestido de ella por la parte de arriba, descubriendo unos bonitos pechos que se lanza de inmediato a mamarlos.

-Cecilia: oooh ooooh señor Alfredo, por finnn.

Él le come un rato las tetillas mientras con la mano le va levantando la falda. Le descalza las bragas que caen al suelo sin su redondo sustento. Mientras veo todo esto me pongo calentísima, no sé si aparecer y unirme a ellos o huir para no ver lo que sigue. Acabo dicidiéndome por nada, seguir escondida tras el marco y contemplar si es posible toda la película.

Alfredo tiene a Cecilia destapada toda, tanto de pechos como de piernas. La falda aún le cae a ella por la cintura, pero sé que nada tapia su desnudo entrepierna, pues la bragas están liadas en uno de sus pies. Él la gira para sustentarla en la cama, mirando en dirección a la ventana afortunadamente, así no me verán. A Alfredo se lo ve con prisas, como ayer cuando cogimos dentro la Cueva del Dragón. Pues sin esperar mucho romanticismo penetra a Cecilia. Ella suelta los mismos gemidos medio ahogados que soltaba yo ayer en la cueva. Aunque no usa él tanta fiereza como con la que me folló ayer, pero Cecilia debe tener la rajita más estrecha que yo, pues se la ve arder a cada uno de las introducciones de Alfredo.

Mientras miro mi película personal, que soy la única persona en el mundo que la verá. Voy restregándome la raja con el respaldo de una silla que había en el pasillo. Mirando como cojen trato de sentir la verga de Alfredo con el firme respaldo. Ello me da un placer evidentemente no mayor que el que he vivido estos pasados días en la diferentes experiencias que hemos tenido juntos, pero, diferente. Lo suficiente como para hacerme suspirar ahogadamente, como si alguien me comiera el sexo.

Mis caderas también han tomado vida propia y resbalan mi raja a lo largo del respaldo acolchado de la silla. Alfredo y Cecilia están quizá en el momento álgido de la relación, pues sus embestidas están cargadas de una fuerza que a Cecilia se le haze imposible de callar, gimiendo con desesperación.

-Cecilia: oooooh oooooh ooooooh Alfredoooo.

Estando en estas yo creo que mejor retirarme, no sea que me pillen. Sigilosamente cual ladrona de nuevo, salgo de la habitación y me voy a dar un paseo. Recorro de nuevo la tienda de souvenirs, el jardín y cuando creo que ya no hay peligro vuelvo a la habitación. Lo encuentro solo con la habitación arreglada.

-Katy: ¡qué tal Alfredo! fui a la piscina y no te encontré!

-Alfredo: oh sí, debemos habernos cruzado en los vestuarios porque como siempre, estuve en ella.