El balneario
La primera vez que Paula y yo fuimos infieles.
Hacia tiempo que con toda la pandilla acudíamos de vez en cuando durante el sábado por la tarde a un balneario cercano para disfrutar de una sesiones tremendamente relajantes.
En algunas ocasiones yo acudía entre semana, con mi mujer a veces algunas tardes a última hora y solo especialmente a la hora del almuerzo después de esas mañanas de caos que me dejaban destrozado.
Hace poco tiempo en una de las sesiones de mediodía me encontré a Paula.
Paula es la mujer de uno de los amigos de la mía. Es una mujer increíblemente dulce y alegre con una sonrisa siempre dibujada. Baja y delgada , tiene una figura envidiable, con unas proporciones ideales para su escasa estatura.
Durante la sesión charlamos un rato y decidimos comer juntos. Durante la comida me comentó que solía venir algunos días a la hora del almuerzo, y en ocasiones acompañada de una pareja de conocidos suyos aficionados también a los relajantes baños. Decidimos quedar para la semana siguiente.
Cuando llegue a la cafetería Paula acababa de llegar , estaba muy atractiva con su habitual y sexy estilo de ejecutiva agresiva, traje de chaqueta con falda por la rodilla ajustada al hermoso culo y camiseta ceñida con un generoso escote.
Junta a ella estaba una pareja de aproximadamente la misma edad que nosotros, tras la presentaciones y un par de comentarios nos preparamos par comenzar la sesión.
Tan relajante como siempre, decidimos juntos terminar la agradable charla con un pequeño baño en la piscina de agua salada con masaje de alta presión .
Durante ese rato pude observar como la pareja que nos acompañaba iniciaban unos poco disimulados juegos de manos, adornados con besuqueos y bromitas. Con el paso de pocos minutos y a pesar de que el movimiento del agua dificultaba la visión , no podía casi disimular mis continuas miradas a las caricias y trabajos que se regalaban entre ellos. Cada vez me sentía mas y más excitado con la situación.
En un momento noté la mano de Paula apoyándose en mi pierna con intención de llamarme la atención y acercándose a mi me susurro;
Ten cuidado que te van a poner fatal, yo casi estoy acostumbrada, pero procuro hacerme la medio dormida en este rato.
Terminando la frase con un golpecito cómplice de nuevo, pero esta vez su mano accidentalmente se había acercado un poco mas a mi cuerpo y cuando la acercó hacía donde esperaba encontrar mi pierna , aterrizó sobre mi polla completamente dura empujando mi bañador con fuerza.
Se giró hacia mi ;
Quería avisarte pero veo que es tarde. Y se sonrió, recostándose de nuevo y entrecerrando los ojos continuó la frase.
Al menos nosotras tenemos la suerte de en esta situación disimular perfectamente todos nuestros síntomas.
Continuando con la broma acerque mi mano ligeramente al centro de la braguita de su bikini.
Es cierto aquí en la piscina es difícil evidenciar alguna señal.
En medio de unas risitas apagadas, con la intención de no interrumpir a nuestros compañeros continuamos la broma. Su mano de volvió a tender hacia mi entrepierna y sin ningún disimulo exploró mi dura polla desde la punta hasta agarrarme delicadamente los huevos.
Creo que tu vas a tener que esperar un rato para salir de aquí, con ese arma no puedes ir a ningún lado.
Nuestro juego subacuático se interrumpió con el anuncio de nuestros acompañantes de que nos abandonaban , y se volvían paraa almorzar en la oficina, nosotros decidimos quedarnos a comer en el restaurante del hotel para regresar a temprano a nuestros trabajos.
Cuando Paula llegó a la mesa , mi mirada la recorrió completamente y ella dándose cuenta de ello se tomó cierto tiempo para acomodarse y sentarse. Se me hizo inmediatamente evidente , que había prescindido del sujetador tras la ducha y su ajustada camiseta me permitía apreciar con absoluta claridad
la formas de sus tetas, y sus pezones apuntando ligeramente.
No podía aguantar mas, mi sangre hervía y mi polla se endurecía una y otra vez mientras mi mente fantaseaba con disfrutar de su cuerpo.
En un momento le propuse entre bromas quedarnos por la tarde en el hotel para sorprenderme a mi mismo en unos minutos besando como un salvaje a Paula contra la pared de una de las habitaciones.
Apoyados contra la pared nos besamos como dos adolescentes, mi lengua saltaba desde su boca a sus orejas , para bajar por el cuello empapándola. Mis manos comenzaron a acariciar sus tetas , mientras distinguía por encima de la camiseta como crecían sus pezones y su aureola se hacía cada vez mas dura. Besándola despacio por la cara , sobre sus ojos cerrados, lamiéndole las orejas y rozando delicadamente el cuello con la punta empapada de mi lengua, comencé a deslizarme hacia delante por su escote para besar sobre la camiseta sus pechos y atrapar sus pezones suavemente entre mis labios.
Mi excitación era brutal y la de Paula iba creciendo en cada momento, sus manos me agarraban por el culo y me apretaban contra sus cadera mientras su cintura se movía despacio atrapando con su pelvis mi polla tan dura que se perfilaba perfecta sobre mi pantalón de vestir.
Le quité la camiseta y con la punta de mi lengua empapada rozaba lijerisimamente sus pezones oscuros mientras Paula me desnudaba por completo y se paraba para acariciarme despacio mi polla ya completamente liberada de todos las ropas.
Mis manos se deslizaron bajo su falda y comencé a acariciarle la cara interior de sus muslos ascendiendo despacio hasta rozar los bordes de su tanga. Mis dedos se enredaron sobre la húmeda tela para desnudarle su coño empapado. La yema de mis dedos recorrían arriba y abajo la raja, con la presión justa para sin apenas separarle los labios empapados, acariciarle el clítoris y deslizarlos luego hasta la suave piel que anunciaba el comienzo de su culo.
Su mano mientras , atrapándome con una suave presión recorría mi polla completamente empapada con hábiles movimientos, ofreciéndome unas olas de placer increíble.
La levante agarrándola por la cintura para bajando apoyada en la pared dejar que se empalara hasta que tropezar con mis caderas y notar como la punta de mi polla empujaba contra el final de su coño completamente encharcado.
Apoyándose en sus brazos y en sus muslos Paula empujaba despacio una y otra vez mi polla hasta encajarla por completo dentro de ella , cada vez que se levanta su coño se ceñía sobre mi polla ordenándola una y otra vez mientras ella temblaba ligeramente con cada oleada de placer.
No podía aguantar mas así sin estallar en un grito , apoyándola de cara a la pared , con sus palmas y dedos abiertos sobre la suave tela y doblando su cuerpo, me mostró una imagen increíble, de un morbo tan sublime que creí que llegaba inmediatamente al orgasmo, con la simple mirada de su cuerpo ofreciéndose tan lascivo, de su hermosa, rosada, hinchada, y húmeda vulva esperando el embate de todo mi cuerpo.
Acerque mi polla a su entrada todo lo despacio que me permitió mi pasión, para disfrutar al máximo del placer y tras acariciar suavemente su vulva con la punta primero, y toda la longitud de mi polla después la enterré despacio, muy despacio resbalando con el glande sobre la entrada con suavidad. Cada vez que mi polla quedaba fuera latía en el aire deseando enterrarse una vez mas para penetrarla con fuerza y violencia mientras notaba como Paula con su mano acariciaba su clítoris y doblaba su espalda con cada empujón hacia atrás de su culo. Llegué a un orgasmo brutal, mis piernas temblaban y el ardor subía en oleadas por mi vientre y mi pecho hasta mi cuello cuando Paula entre unas delicados gemidos comenzó a arquear su espalda y doblar sus rodillas disfrutando a la vez del orgasmo mientras la inundaba de mi pasión.
Nos tiramos sobre la cama para disfrutar de besos y caricias , para lamernos las pequeñas perlas de sudor que nos empapaban , para acariciarnos todo el cuerpo con ansias de repetir inmediatamente.
Sus besos se deslizaron por mi pecho y me regalaron una nueva humedad en mis pezones, sus labios recorrieron mi vientre, su lengua jugueteó con mi ombligo y su boca se enfrasco en una deliciosa guerra con mi polla otra vez dispuesta.
Paula encerraba mi glande con sus labios mientras con su lengua lamía delicadamente bajo el frenillo, otorgándome un placer que nunca me habían regalado en una mamada. Se giro completamente para ofrecerme su coño y en un movimiento sentó su raja directamente sobre mi boca, dando un par de lijeros empujones. Mi lengua se afano directamente con los pliegues de sus labios, su vulva hinchada estaba dura de la excitación y sus labios llenos de placer rebotaban contra mi lengua que resbalaba increiblemente lubricada por sus jugos y mi saliva.
Con la punta de mi lengua podía disfrutar del roce con su clítoris , empujarlo a un lado y al otro, lamer delicadamente su puntita y apreciar como su cuerpo se arqueaba y retorcía con el placer y su boca se cerraba con más intensidad aun, ascendiendo y descendiento a lo largo de mi polla. Paula se incorporo de un salto y de espaldas a mi se clavó de nuevo en mi verga erecta , ligeramente inclinada hacia mis pies marcaba el ritmo de las penetraciones , mientras yo notaba casi con perfección la pequeña almohadilla arrugada en el interior de su resbaladizo coño. En unos momentos Paula llacia tumbada con su cara entre mis pies , con mi polla chorreando todavía parcialmente metida dentro de ella.
En la última cena de la pandilla hemos bromeado abiertamente delante de su marido y de mi mujer acerca de lo relajante y conveniente que son las sesiones de balneario a mediodia.