El baile en Nueva York
Un joven invitado a un gran baile en la gran manzana encuentra un gran amor árabe.
La orquesta tocaba melodías de soul muy relajantes, los ritmos eran los mas apropiados para esa cena de gala en un lujoso hotel de Manhattan, lo mas granado de la alta sociedad neoyorkina se daba cita allí ese día junto a magnates venidos de diferentes países del mundo y celebridades de la canción y el cine, que querían ser fotografiados como testigos indiscutibles de tan magno evento social, económico y político del año.
Yo un jovencito que estaba naciendo en el mundo de la empresa estaba allí presente sin saber el porque, de repente me encontré con un billete de avión en clase ejecutiva una reserva en uno de los Hoteles mas importantes de la gran manzana y estaba entre medio de la flor y nata social cenando en el baile donde se le entregaba un importante reconocimiento al presidente de la compañía para la cual trabajaba.
La mesa donde tenia mi sitio estaba compuesta por jóvenes de diferentes nacionalidades, promesas del mundo financiero venidos de lugares extremos para esa celebración como Australia, Inglaterra, Latinoamérica, India y algún país árabe además de alguna rica heredera norte americana y yo naturalmente llegado desde España.
Las conversaciones inicialmente parecían intrascendentes, frívolas quizás pero a medida que la fiesta avanzaba los temas de conversación de los diez comensales se centraban mas en temas relativos a las finazas y los diferentes regimenes políticos de los países de los allí congregados.
A mi derecha tenia una chica americana que resultó ser la hija de un importante hombre de negocios que ya hacia sus pinitos en estos saraos y a mi izquierda tenia una bella muchacha que había llegado desde la India para cursar estudios en un prestigioso instituto de empresa neoyorquino, ambas era amenas en sus conversaciones la chica hindú era astuta y buena conocedora de los mercados financieros del lejano oriente, en cambio la chica americana estaba mas atraída por el quien es quien de los cientos de invitados a la cena.
Una famosa actriz y cantante de origen latino salió a escena durante los postres e interpreto una dulzona canción mitad latina mitas sajona y fue entusiasticamente aplaudida por los asistentes, tras esta actuación llegó el momento de la entrega de premios y los aburridísimos discursos de varias personalidades, tras estos el grupo congregado entorno a aquella mesa fue disipándose entre personas de otras mesas que ya acudían al bar a pedir una copa.
Jorge, mi jefe, me llamó desde donde estaba para que fuera con el, ¿Qué tal muchacho, como ha ido esa cena? Dijo en tono irónico.
Muy bien, ha sido muy agradable la compañía e interesante todo lo que se ha hablado, respondí sonriente.
La esposa de mi jefe le acompañaba y juntos los tres nos dirigimos a la barra del bar donde pedimos una copa de champaña y allí conversamos con diferentes personas que por allí circulaban.
Había notado desde que llegué al salón de bailes de ese hotel, que alguien me observaba, pero no lograba adivinar quien podía ser esa persona que inquietaba mi atención pues disimuladamente había intentado identificarla sin éxito.
Mientras conversábamos en la barra la orquesta había vuelto a tocar , ahora los ritmos pops imperaban en su repertorio la gente mas joven se animaba a bailar mas distendida que durante la cena, el alcohol ya comenzaba hacer efecto entre todos y se respiraba una atmosfera mas festiva y relajada, de repente observé como un hombre de mediana edad me miraba con unos ojos negros impresionantes desde la otra esquina de la barra, por su aspecto era de raza árabe, no iba vestido con el tradicional smoking propio de este tipo de celebraciones, llevaba una blanquísima chilava pero no tenia nada en la cabeza, su piel era oscura pero de color muy bonito y su pelo negro brillaba . Al ver que le miraba fijamente me sonrió mostrándome una bellísima dentadura blanca perfectamente cuidada y ante aquella muestra de amabilidad le devolví una de mis mejores sonrisas y levanté la copa de champaña en señal de amistad.
Ante esta manifestación tan clara de amabilidad el árabe comenzó a caminar hacia mí pausadamente y yo por inercia hice lo mismo y a mitad de camino nos encontramos saludándonos cortésmente.
Hola, me llamo Alejandro Amorós, soy de España, dije al hombre.
Hola Alejandro, me llamo Ali Ben Hassis y soy de Emiratos árabes.
Una vez que hicimos los protocolarios saludos y presentaciones continuamos conversando en ingles correctísimo de Inglaterra por un largo tiempo, mí nuevo amigo Ali no tomaba bebidas alcohólicas, le pedí un combinado que no llevaba alcohol y yo me pedí un whiskey escocés.
Ali me fue sacando de la zona de la barra y muy lentamente me fue transportando hacia el lugar donde el creyó mas conveniente para poder dialogar conmigo tranquilamente.
Alejandro debo decirte que te he estado observando toda la noche y la verdad que me ha impresionado las maneras tan naturales que tienes de desenvolverte, tienes mucha soltura, se te ve un joven muy apuesto.
Gracias Ali, había notado que alguien me observaba, pero no tenia idea de quien podría ser. Tú también te ves muy bien, tienes unos rasgos muy interesantes.
Continuamos conversando y a medida que pasaba el tiempo este joven árabe me fue contando el porque de encontrarse en esta fiesta, el vivía habitualmente en Londres y viaja continuamente a su país donde su padre ocupaba un importante puesto de gobierno y dirigía importantes inversiones en el extranjero.
Pasó un buen rato en el que conversábamos y Ali decidió que si me apetecía podríamos ir a una discoteca donde podría tomar otra copa y pasaríamos un buen rato, acepté encantado viendo que mi jefe y demás personas con quien había venido se habían ido marchando no antes sin haberse despedido de mi, ellos también habían ido a una disco cercana donde toda la gente del baile estaba yendo.
Ali me dijo que si me apetecía íbamos a otra que el conocía pero que antes le gustaría quitarse su atuendo y cambiarlo por algo mas occidental, a lo cual accedí encantado. Salimos del hotel y una impresionante limusina se acercó a la puerta un chofer abrió la puerta del magnifico auto y mi anfitrión me invitó a entrar, una vez en marcha partimos hacia su casa, un apartamento en una elegante calle del east de la ciudad de los rascacielos.
Ali vivía en un Penthouse impresionante, decorado como toda clase de lujos de diseño de un gusto exquisito y unas vistas espectaculares de la ciudad.
¿Este apartamento es de tu familia? Pregunté al joven árabe
No, no, Es mío, hasta no hace mucho he vivido todo el tiempo aquí durante dos años y fue un regalo de mi padre, lo compró como una buena inversión y yo cada vez que puedo me encanta venir aquí y pasar temporadas, esta ciudad es trepidante, maravillosa.
Si es cierto, es una ciudad muy interesante, pero vivir aquí mucho tiempo debe ser asfixiante. Yo he pasado temporadas largas aquí cuando estudiaba, pero nunca más de tres meses y la verdad que pesa mucho esta ciudad, es poco humana.
Mientras conversábamos Alí me fue mostrando la casa y me condujo hasta su dormitorio que era impresionante, era enorme y con una terraza preciosa con vistas maravillosas, me pidió permiso y fue cambiándose de ropa.
Se quitó la chilaba blanca y una camisa del mismo color que tenia puesta dejando al descubierto un bonito torso de un moreno muy excitante, mientras hacia esto me ofrecí una copa, la cual acepté, el mismo me la sirvió y puso un disco de una conocida cantante inglesa del momento.
Yo me acomodé en una Chase logue cercana a la terraza del dormitorio y desde ahí lo veía en sus ir venir por la casa semi desnudo, una vez me sirvió el whiskey comenzó a quitarse ante mi los pantalones negros que llevaba bajo la chilaba quedando en unos elegantes slips blanquísimos de una conocida marca italiana. Ali mostraba un importante bulto, no era muy velludo pero desde su ombligo hasta el filo del elástico corría una hilera de fino vello negro que me excitaba.
Sin darme cuenta me estaba poniendo cachondo con aquella visión, mi polla se comenzaba a empinar y no me importaba, aquella situación me parecía sumamente morbosa y Alí se estaba dando cuenta de mi excitación.
El árabe no tenia prisa ninguna en cambiarse de ropa, todo lo contrario, sabia que yo le miraba y disfrutaba exhibiéndose delante de mi, era todo un experto en el arte de la seducción.
-¿estas cómodo con el smoking Jorge?
- si te apetece puedes ponerte cómodo, estamos los dos solos en casa.
Gracias Alí, la verdad que me sobra la dichosa pajarita. el fajín y esta chaqueta que me está bastante estrecha.
Dicho esto, comencé a quitarme muy despacio la pajarita en primer lugar y a continuación me desabroché lentamente los botones de la camisa, dejando mi pecho entre ver por la raja de la camisa asomando los vellos que tengo en el pecho, los cuales creo que hicieron un efecto bastante excitante en mi amigo pues al verlos desde su punto de observación comenzó a caminar hacia mi lentamente.
Yo continué quitándome la chaqueta y tras esto el fajin que me apretaba en mi cintura, Alí ya se encontraba frente a mí, muy cerca, diría yo que casi rozándome, su respiración estaba acelerada y no quitaba ojo de los vellos de mi pecho, pero de vez en cuando sus negros ojos se posaban en los míos.
Pasado unos instantes alzó su mano y la llevó hasta mi pecho y abriendo suavemente mi camisa comenzó a acariciarme tiernamente todo mi torso de manera que mi excitación pasó a ser latente pues mi respiración dio paso a un leve gemido de placer.
Posé mis manos sobre su cintura como si fuéramos a bailar, mientras tanto Alí se dedicaba a desabrochar mi pantalón que cayó al suelo entre mis pies de manera súbita, yo saque mis piernas de ellos y mostré a Alí toda mi esplendorosa erección tras los boxers de algodón que llevaba aun puestos.
Creo que deberíamos quedarnos aquí en vez de ir a la discoteca, no creo que tengas ganas de bailar ¿verdad Alí? Dije de manera sugerente y morbosa a mi nuevo amigo.
Creo que podríamos bailar aquí los dos solos desnudos, va a ser mucho mas divertido.
Diciendo esto Alí me abrazó y acercó sus violáceos labios a los míos y comenzamos a besarnos como dos amantes apasionados.
Los ritmos calidos de la música sonaban en aquella inmensa habitación, nuestros cuerpos se habían fundido en calidas caricias y ya no había ningún tipo de inhibiciones, los dos abandonamos nuestros miedos y entregamos nuestros cuerpos al placer y las sensaciones más maravillosas que un ser humano puede manifestar mediante el sexo.
Mi amigo árabe, me condujo hasta su inmensa cama, una maravillosa y elegante cama, llena de almohadones, una vez estuvimos junto a esta de una manera de lo mas sutil deslizo mis boxers entre mis piernas dejándolos a un lado en el suelo sobre una maravillosa alfombra, yo le imité y hice desaparecer de su cuerpo los blancos slips que antes cubrían sus partes mas hermosas.
Nos fundimos en calidos besos y abrazos pero Alí me arrastró sobre la cama tendiéndose sobre mi y comenzó un recorrido de mi cuerpo dejando sobre cada una de sus partes besos llenos de lujuria. Introdujo mi erecto pene dentro de su boca. Lo ensalivó y lo lamió como niño que lame un caramelo, lo mismo hizo con mis testículos que saboreó ansiosamente y después de esto se dirigió a mi ano donde dejó una buena muestra de su saliva entre besos y lametones.
No quería llegar todavía a una penetración yo deseaba disfrutar de las suave piel de mi amante y volteándolo, lo dejé al lado mía en la cama y tras besarle con todo mi cariño comencé a oscultarlo con mi lengua saboreando su aceitunada piel depositando ósculos en sus pezones, abdomen hasta llegar a su zona erógena donde dediqué con mis mayores deseos de complacerle toda clase de caricias mara el disfrute de ambos.
Nos miramos como dos enamorados, besos tiernos llenos de deseo y cariño nacían de entre nosotros, Alí tomo la iniciativa y colocándome en una postura cómoda para ambos inició mi penetración con su miembro duro e iniesto que me hizo sentir toda clase de sensaciones.
Yo no era una persona que había practicado la penetración con frecuencia, al principio al sentir el falo de Alí entrar en mis entrañas mis sentimientos fueron de dolor pero una vez que el glande traspasó los umbrales de mis intestinos ese dolor fue trasformándose en placentero.
Cabalgó por largo rato sobre mi, el sentirme poseído por ese bello hombre me hizo vivir maravillosos sentimientos placenteros y de otras índoles, Alí a medida que iba pasando el tiempo mostraba su cara mas acalorada y su gesto se iba trasformando del placer que sentía, de repente sus movimientos se hacían mas rápidos y violentos era la muestra de que se acercaba el orgasmo yo al sentirlo me excité mas aun y mi venida se hizo patente con una salida violenta a borbotones de una impresionante corrida de semen blanco, cremoso y caliente.
Alí al verse inundado por mi leche comenzó a correrse entre gemidos y algún que otro grito de placer hasta caer exhausto sobre mi.
La luz entraba a raudales por la gran ventana del cuarto de Alí la gran manzana estaba de nuevo despierta y su trepidante vida era ya un hecho. Abrí los ojos y estaba entre los brazos de mi amante árabe que dormía como un bebé desnudo teniéndome a mi entre sus brazos y amarrado con sus piernas. Lo besé tiernamente y abrió sus negros ojos, sonrió y me dio los buenos días.
Nos fundimos en un calido beso nuestros miembros reaccionaron y se endurecieron los dos a la vez, Alí no hacia atisbo de soltarme, todo lo contrario me abrazaba mas fuertemente y no tenia intención de dejarme marchar fácilmente.
Creo que sería conveniente movilizarme, mis compañeros de trabajo pueden preocuparse por mi ausencia, dije con una voz tenue.
Puedes llamarles, diles que saliste temprano a caminar o cualquier excusa, no quiero que te vayas ahora, dijo mi anfitrión.
Ali se levantó de la cama y fue al vestidor de donde vino enfundado en un blanquísimo albornoz y traía otro idéntico para mí entre sus manos.
-Ponte esto, vamos a tomar algo para desayunar, después nos daremos una ducha y veremos que planes podemos organizar juntos.
Ese día mi jefe lo dedicaría a pasear con su mujer y a visitar a unos amigos que vivían en la ciudad, era complicado que me llamase y otro de los directivos de la compañía que había venido se marchaba a primera hora a San francisco donde tenia gestiones profesionales que realizar.
Yo tenía que pasar por el hotel, estaba con el smoking como una vestimenta y así no podía salir a la calle, Alí me prestaría ropa, pero tendría que organizarme para luego poder hacer como tenia previsto un día de asuntos propios y no más propio que pasarlo junto a este maravilloso chico.
Después de desayunar nos dimos una ducha reconfortante los dos juntos, ni que decir tiene que una vez estuvimos juntos dentro de la ducha Ali y yo comenzamos a tocar en las partes que mas nos apetecía del otro , naturalmente nuestros miembros se manifestaron en todo su esplendor nada mas sentir las manos del otro y también las bocas pues ambos nos prodigamos en toda clase de caricias incluido chuparnos los miembros erógenos del otro después de eyacular nos secamos y Alí me dejó ropa suya para que pudiera regresar al hotel con vestimenta adecuada para aquella hora del día.
Marché al hotel donde me alojaba no antes si haber concertado un plan para el día con el chico árabe, en menos de una hora el vendría a buscarme y pasearíamos por algunas tiendas que yo quería visitar y después daríamos buena cuenta de un almuerzo típicamente americano cerca de central Park.
Una vez en mi habitación del hotel comprobé que tenía un mensaje de mi jefe que se había marchado por todo el día a casa de sus amigos y que hasta el día siguiente no volvería a verles, una buenísima noticia que me dejaba a mi vía libre para hacer mis planes con mi nuevo amor.
Me quité las ropas de Ali y elegí concienzudamente mi vestuario casual para dar una imagen adecuada a mi chico y antes de lo que imaginaba Alí estaba llamando a la puerta de mi habitación ansioso por verme de nuevo.
El corazón palpitaba como el de un adolescente enamorado, al vernos allí nos abrazamos y besamos como si hiciera años que no nos veía y una vez estuve listo apremié a mi amigo para salir a la calle, no quería que nuestra relación solo fuera de sexo.
Caminamos por las principales calles del East neoyorquino, Madison, Lexintong, quinta avenida y entramos en algunas de las ciento de tiendas para caballeros que hay además de los principales almacenes que existen en la gran manzana. Las compras aquí para un europeo son un atractivo además que son todas las cosas muchísimo mas baratas. Ambos compramos como poseídos por el consumismo, no soy aficionado a las tiendas, tampoco Alí pero compramos muchísimas cosas los dos, por lo cual íbamos cargados de bolsas, ya era mediodía y nuestros estómagos rugían desde la mañana que solo habíamos tomado un café y una ensalada de frutas que preparó Alí en su casa.
Al ver lo cargado que íbamos el joven árabe no se lo pensó dos veces, llamó desde su móvil al chofer para que viniera a recogernos, nosotros nos sentamos en un banco cercano al parque y en menos de quince minutos un elegante chofer uniformado de negro apareció llevándose todas nuestras compras para casa de mi príncipe árabe, nosotros caminamos a un restaurante cercano donde decían hacían las mejores hamburguesas de Manhattan que devoramos como dos niños pequeños acompañadas claro está por una refrescante coca cola.
Estábamos cansados de tanto caminar, decidimos que lo mejor sería tomarnos un respiro, mi hotel estaba más cercano que su casa caminando, así que no dirigimos a mi hotel donde nos esperaba una maravillosa cama King size donde reposar el almuerzo y la caminata mañanera.
Nada mas entramos en el cuarto Ali se descalzó y fue desprendiéndose de todas las prendas que traía puestas, el abrigo, la bufanda, un grueso suéter de lana, los pantalones, una camiseta quedándose completamente desnudo, nada mas hizo esto se vino hacia mi, que estaba quitándome las prendas de abrigo y me comenzó a quitar cada una de las prendas que llevaba, jersey, pantalones, camisas y me dijo muy suave al oído.
-Desnudos vamos a descansar mejor de la larga jornada de compras, ¿no crees?
Yo reía abiertamente, haciendo un gesto afirmativo.
Una vez que me había despojado de todo lo que llevaba encima, me abrazo tiernamente y me llevó hasta la cama donde nos fundimos en un apasionado beso donde nuestras lenguas se entrelazaron con toda la pasión del mundo.
Ali me abrazaba y lamia por la cara y el cuello, bajando suavemente por todo mi cuerpo saboreando mi aroma, degustando la textura de mi cuerpo.
Yo deliraba de placer, las muestras tan efusivas de pasión por parte de mi amante árabe eran nuevas para mí, nadie me había manifestado jamás tanto deseo como este hombre.
Me quedé inmóvil, era tantas las emociones y las sensaciones que transmitía aquel hombre que me dejaba paralizado sin saber como reaccionar. Aquello no era puro sexo, había algo mucho más allá.
Después de todas aquellas caricias, besos y lametones, Alí me abrazó fuertemente y me colocó en una postura distinta de las que conocía dándome toda su polla dentro de mi ano, una vez me tenia totalmente empalado me abrazó fuertemente atrayéndome hacia su pecho y esa sensación de sentirme totalmente poseído solo con el lo había sentido, estaba totalmente a su merced, no podía moverme y tampoco lo deseaba.
Era tremendo el placer que me procuraba aquel hombre con aquellas posturas tan novedosas para mí en aquel momento, gozaba enormemente, los dos vibrábamos juntos.
Llegó el momento en que Alí dijo las palabras mágicas, yo me desvanecí en sus brazos de todo lo que sentía.
-Alejandro, me he enamorado de ti, desde que te vi. por primera vez me quedé cautivado por ti. Ahora no se como podré vivir sin tenerte entre mis brazos como te tengo ahora.
Alí, eres maravilloso, no sabes que alagado me siento por todo lo que me dices, me haces, eres maravilloso, yo no se si estoy enamorado, pero si se que no quiero separarme de ti. No se como se llama esto que me pasa, pero eres lo mas maravilloso que he sentido en mi vida y no quiero renunciar a ti.
Nos fundimos en un maravilloso abrazo, apretándonos el uno contra el otro, Alí hizo unos movimientos nuevos para mi que me provocaron un inmenso placer y provocaron que me corriera encima suya mientras el vació todo su semilla dentro de mi.
Quedamos extenuados, mojados y pringosos del semen, pero no teníamos fuerzas para movernos de la cama, nos tapamos con el edredón y dormimos por un buen rato.
Despertamos y las luces de la ciudad brillaban en la fría noche de Manhattan, mi amigo nada mas despertar se apresuró a hacer una llamada telefónica, estaba llamando a un restaurante famoso donde quería que fuésemos a cenar, después de conseguir mesa de manera un poco sorprendente sin problemas , me dijo ;
_Querido vamos a la ducha que tenemos poco tiempo para perder, esta noche quiero sorprenderte en la noche neoyorquina.
Tras darnos una ducha, Alí se vistió con las ropas que le me había dejado en la mañana para venir al hotel y yo me arreglé correctamente para salir a cenar. De recepción avisaron que el auto estaba en la puerta a nuestra disposición, salimos y pasamos por casa de mi amante donde el se puso otra vestimenta para la cena y de nuevo el coche nos llevó a un conocido restaurante en la zona sur de la gran manzana donde disfrutamos de una agradabilísima cena.
El restaurante ya un clásico en la ciudad de los rascacielos, propiedad de un afamado actor cinematográfico, era divertidísimo, había gente pintoresca, la decoración muy bonita y se comía de maravilla, después de disfrutar de una grata velada gastronomita salimos a la fría noche donde caminamos por un buen rato por el barrio del soho, entramos en un atrayente lounge bar donde un grupo de negros tocaban en una banda de jazz. El espectáculo era fascinante, el ambiente único, nada como ese tipo de espectáculos en estados unidos, tomé un whiskey mientras mi adorado Alí guardando los preceptos de su religión me acompañaba con un coctail sin alcohol que tenia una pinta bastante apetecible, pasada la media noche regresamos a la casa de mi amante en el coche que nos esperaba a las puertas del local.
-¿estas triste Alejandro?
Dijo Alí mientras me abraza
Bueno, ten en cuenta que mañana regreso a España, es ineludible mi marcha, vengo con mi jefe y no hay excusas aparentes para poder demorar el viaje de regreso a Madrid.
-No te preocupes, mañana yo también regreso, creo que mañana será una buena idea que viaje yo también a Madrid, tengo asuntos que resolver en la capital de España.
¿Cómo?
Asombrado respondí a la vez que ilusionado como un niño pequeño.
-Mira mi amor, yo no puedo hacer muchos alardes de mi condición en mi país, por eso mi familia me mandó a Europa, allí atiendo los intereses de mi familia y de los inversores de mi país que tienen negocios con mi padre y algunos príncipes de emiratos amigos. Así que en Madrid tenemos intereses importantes que yo superviso periódicamente. Además ahora hay un importante negocio personal que debo atender con mucho esmero pues no puedo permitirme el lujo de dejarlo escapar, y ese eres tú, el más maravilloso negocio que tengo en mi vida Jorge.
Lo abracé, mis lágrimas brotaron como las de un niño, Alí me limpio con sus labios las lágrimas que caían por mi cara.
Alí ¿estas diciendo que mañana vendrás conmigo a España? ¿Vendrás a quedarte en mi casa?
Mi cabeza comenzó a maquinar como organizar la llegada de mi príncipe árabe a mi apartamento madrileño, no era ni por asomo la mitad de espacioso que el de este chico aquí en Nueva York, pero quería que estuviese todo perfecto para cuando llegara.
¿Volarás en mi mismo vuelo? Yo voy con mi jefe y su esposa, pero no me importa. Dije a mi queridísimo Alí.
-No, no, prefiero volar en vuelos distintos, para que no sea muy violento para ti un par de oras antes que tu vuelo sale otro vuelo a Londres y desde allí enlazaré con otro que me lleve a Madrid., llegando casi al mismo tiempo que tu. ¿Te parece bien?
Si, si perfecto, creo que es una idea acertada, así será más cómodo para mí, iré mas sereno, yo estaré esperando hasta que llegues.
Dormimos profundamente los dos abrazados en la soberbia cama del apartamento neoyorquino de Alí, muy de amanecida me levanté y después de ducharme, Salí veloz a mi hotel donde en cualquier momento mi jefe podría llamarme para planificar nuestro día de regreso a casa.
El día transcurrió con normalidad, desayuné con mi jefe y despachamos algunos asuntos profesionales que teníamos pendientes, después tuve algún tiempo libre mientras el y su esposa hacían algunas compras y aproveché para verme con Alí que salí en breve para el aeropuerto donde tomaría su vuelo de regreso a Londres y desde allí a Madrid. Coordinamos nuestro encuentro al llegar y después de despedirnos amorosamente regresé al hotel donde ya mi jefe esperaba para salir hacia el aeropuerto para tomar el vuelo a Madrid.
Quien me iba a decir que ese viaje tan sorprendente me devolvería a mi casa enamorado de un príncipe árabe y quien sabe con una nueva vida.