El baile de bodas

Una vez terminada el banquete de la boda y ya con la sala de baile en plena acción, un nuevo amigo aparece en escena.

Ya había terminado el baile nupcial con el que los novios daban paso a los invitados a la pista de baile, después de haber cenado como unos reyes y haber consumido bastantes copas de vino, más alguna que otra cerveza durante el vermut en los jardines de aquel castillo, se podría decir que mi mujer y yo íbamos bastante contentos.

Una vez en la pista de baile me acerque a la barra para pedir un par de copas, después de que me atendiera el camarero, me gire en busca de mi mujer, la vi bailando con una amiga, me acerque para darle el vaso, comente que me iba aposentar en la zona de los sofás ya que quería hablar con un amigo.

Durante la conversa con mi amigo, que si coches, futbol, trabajo… podía ver como se acercaba en más de una ocasión a hablar con mi mujer, un chico de aproximadamente 24 años, en uno de esos acercamientos pude observar como ambos bailaban juntos, acercándose entre ellos más de lo que sería normal, durante una canción de reggaetón aprecie como el chico, disimuladamente, le pasaba la mano por encima del culo. Aquello me excitó y espere a que el chico se fuera para ir a bailar y hablar con mi mujer.

Cuando llegue a su lado, nada más verme me beso con lujuria, pensé que el baile y sobeteo con el chico la habían puesto cachonda, al terminar el beso le pregunte.

-        ¿Quién es ese chico que va y viene todo el rato?

-        Pues no tengo ni idea la verdad, se llama Juanjo, no sé dónde se habrá ido.

-        Te dejo un ratito sola y aparecen los lobos

-        Jaja, ¿estas celoso?

-        Más bien cachondo, ya lo sabes, he visto cómo te ha tocado el culo.

-        Así que me has estado espiando, y ahora te abra visto aquí y se abra ido asustado, pobrete con lo guapote que era.

-        Que guarra eres, seguro que se habrá ido al lavabo a cascársela después de estar comiéndote con los ojos las tetas.

-        Si me lo hubiera dicho le habría ayudado

-        Sabes cómo ponerme cachondo cabrona, tengo unas ganas de que me comas la polla que no te puedes ni imaginar.

-        ¿Y qué pasa con mi amigo?

-        ¿Qué quieres hacer?

-        Tu solo dedícate a mirar y aguanta que ya sabes que lo bueno se hace esperar.

Me fui a la barra y me oculte lo que pude para poder seguir teniendo contacto visual con mi mujer a la espera que apareciera en escena Juanjo. No pasaron más de cinco minutos que ya teníamos al chico coqueteando con mi mujer, la cual ahora podía ver cómo le susurraba cosas al oído.

Mi mujer saco el teléfono y luego supe que era para enviarme un mensaje diciendo que los siguiera desde lejos.

Salimos d la pista de baile y los vi subir unas escaleras, la verdad que aquel castillo tenia pasillos y habitaciones mirases donde mirases, al subir todavía había movimiento de gente ya que en la planta superior había más lavabos. También había invitados que habíamos decido pernoctar allí y así no tener que coger el vehículo para regresar a casa.

Vi como mi mujer giró a la derecha y se adentró en el pasillo en el que se albergaba nuestra habitación. Escuche como se abría la puerta, pero no cerrar, al cabo de unos segundos mi mujer me dijo que entrara rápido sin hacer ruido ya que le había dicho al chico que se fuera a duchar mientras ella se acomodaba.

Una vez dentro, entre los dos buscamos algún lugar donde poder ponerme sin alertar a nuestro invitado, rápidamente vimos que la única solución era salir al pequeño balcón de la habitación, así que salí y mi mujer dejo la ventana un par de dedos abiertas diciéndome.

-        Quiero que puedas escucharlo todo (me beso y se fue dentro)

Mi mujer atenuó la luz de la habitación y corrió las cortinas dejando algunos flecos abiertos unos pocos centímetros para que yo tuviera visión del interior.

Vi como mi mujer se desvestía y se quedaba con el brasier de encaje negro y las bragas a juego.

Al poco salió del baño Juanjo solamente tapado por la toalla, al ver en ropa interior a mi mujer solo supo decir.

-        Me cago en la puta que buena que estas nena.

-        ¿Has visto? Hoy es tu día de suerte, ¿verdad que vas a darme mucho placer jovencito?

-        La duda ofende, yo ya estoy preparado (dijo retirando la toalla)

La verdad es que no engañaba, estaba totalmente empalmado solo ser ver a mi mujer.

-        Mmm, no esperaba menos, veo que vas bien armado, ahora me toca a mí (entonces mi mujer se desnudó por completo)

-        Madre mía, te voy a comer enterita.

-        A ver si es verdad.

Juanjo se acercó y la empezó a besar alocadamente por toda la boca y cuello mientras sus manos recorrían las nalgas de mi mujer, agarró sus manos en el culo de mi mujer y aprovecho para subirla a pulso mientras se seguían besando, acto seguido la dejo caer en la cama boca arriba y sin perder tiempo fue directamente a practicar sexo oral.

A esas alturas yo ya me había bajado el pantalón y calzoncillos y empezaba a tocarme lentamente, en gran parte por la excitación que me invadía al ver lo que transcurría en el interior de la habitación.

Podía escuchar los gemidos de mi mujer desde el balcón, Juanjo estaba realizando un trabajo excelente en ese coño, a los minutos de estar en esa posición cambiaron poniéndose ella en cuatro patas para que el hundiera toda su cara lamiendo coño y ano.

Luego mi mujer, cuando pudo hacer parar a Juanjo, se puso de rodillas en frente de el para devolverle tan placentera sesión de sexo oral.

Empezó pasando la lengua por el glande y fue bajando hasta los testículos mientras que con una mano le empezaba a masturbar, antes de metérsela en la boca le propicio un par de escupitajos y ensalivó todo el miembro para posteriormente empezar a subir y bajar su boca por toda su polla, una mamada de diez en toda regla era lo que estaba viendo hacer a mi mujer.

-        Cómetela toda nena, no te dejas nada. (le decía mientras con la mano empujaba la cabeza de ella hasta ver desaparecer su polla en esa boca)

Como una campeona mi mujer engullía por completo, con alguna que otra arcada la polla de Juanjo.

-        Bueno, ¿vamos a follar o acaso te vas a correr ya?

-        Te voy a dejar temblando.

Juanjo se puso en preservativo que saco de su cartera mientras mi mujer se tumbaba en la cama, pero Juanjo debía tener otra postura en mente porque cuando subió a la cama rápido le dijo que se pusiera en cuatro. Ella obedeció y allí a cuatro patas con la cabeza apoyada en la almohada le estaba regalando la entrada de su coño.

Juanjo no tardo en introducir su polla hasta quedar solo los huevos visibles, entonces empezó una guerra sexual sin cuartel en el que Juanjo parecía tener unas tropas de asedió que no tardarían en conquistar las tierras de mi mujer.

El ritmo con el que taladraba el agujero del coño era hipnótico, no contento con eso empezó a jugar con sus dedos en el ano de mi mujer, la cual no oponía resistencia.

-        ¿Va a querer polla ese culito?

-         Joder sí, pero ves con cuidado al principio.

-        Tu tranquila que no te dolerá, pero te lo voy a petar bien a gusto.

Siguió dilatando con saliva y dedos el ano de mi mujer, y cuando creyó oportuno sacó su polla del coño, tumbo boca abajo a mi mujer y se la empezó a meter por el ano, poco a poco y con algún que otro grito de mi mujer, la polla de Juanjo fue entrando en ese culo.

-        Dame duro nene

-        Mañana no vas a poder andar de los pollazos que te voy a dar.

Pese que el ritmo, como era de esperar no era tan alto como cuando estaban a cuatro patas, los gemidos y gritos de mi mujer no dejaban duda del placer que le estaban dando.

Juanjo se golpe paro, se puso de pie en la cama y se sacó el preservativo.

-        ¿Te has corrido?

-        Eso es lo que voy hacer ahora guapa, cómeme la polla antes de que me corra.

Mi mujer se puso de rodillas y empezó a mamar el miembro de Juanjo hasta que este retiro la boca de mi mujer para empezar a masturbarse rápidamente.

-        Abre la boca nena.

-        Dame toda tu leche cabron.

Mi mujer restaba a la espera de la corrida de juanjo con la cabeza inclinada hacia atrás con la boca abierta y la lengua fuera.

-        Me corrooo !!!!

De su polla empezaron a salir chorros de semen que impactaban en la cara y la mayoría en la lengua y en el interior de la boca. Mi mujer trago el semen que tenía la lengua e interior justo antes que Juanjo le metería sin avisar la polla dentro de la boca.

-        Trágatelo todo, no dejes nada zorra.

Juanjo recogió con sus dedos semen que tenía en la frente y se lo acerco a la boca, mi mujer la abrió y se metió los dedos de Juanjo en la boca quedando limpios cuando los saco.

-        No ha estado nada mal jovencito, ahora ya tendrías que ir bajando al baile que se preguntaran donde estas.

-        ¿Y tu novio no te abra extrañado?

-        Nada que una chica como yo no sepa solucionar

-        Que guarra eres jaja, bueno un placer.

Juanjo se vistió y se marchó rápidamente de la habitación.

-        Ya puedes pasar amor mío (me dijo)

En esas que aparecí yo sin pantalones, con la camisa casi desabrochada y con una erección de tres pares de cojones.

-        Esta vez te has superado cariño

-        ¿Te ha gustado?

-        A sido espectacular, menuda follada te ha pegado el chaval.

-        Hay que ver el muy cabron como me a follado el culo jaja

-        Ya ves, ya lo a dejado preparado para que la mía entre más fácil

-        La tuya tiene el pase VIP a mi culo ya lo sabes, por cierto, ¿no me habías dicho en la pista que tenías muchas ganas de que te comiera la polla? ¿Pues a que estamos esperando?

Y durante unas largas horas estuvimos follando y haciendo infinidad de guarradas entre ambos recordando a nuestro amigo.

Al día siguiente mientras almorzábamos mi mujer me dijo

-        Oye esto de que me veas con otros está bien, pero después de estar estos meses haciéndolo me gustaría probar algo diferente

-        ¿Y qué sugieres cariño?

-        ¿Me encantaría probar un intercambio de parejas y a ti?

-        ¡Apuntado queda!