El Ave Fenix Capitulo 4
La historia continúa ya con la recuperación de Alex y con sus nuevas aventuras en Salinas. Ahora ya son capítulos mas cortos que se actualizarán cada vez que pueda.
El padre dejó el coche en el garaje de la casa y Lucas ayudó a bajar del coche al rubio, que se apoyaba en su hombro, mientras en padre bajaba la silla de ruedas del maletero.
-No hace falta papa, iré andando.-dijo el rubio mientras Lucas y su padre se miraban sin decir nada.
-No te lo crees ni tu.- dijo un chico rubio de mas 1.75 apoyado en la puerta que conectaba la casa con el garaje.
-Neeel.- a Alex se le alegró la cara.- ¿Que tal hermanito?
-Mejor que tu por lo que veo, pero tu no te mueves de la silla ¿entendido?.- dijo mientras se acercaba al su hermano pequeño y le pasaba la mano por el pelo.
-Bueno, vale.- dijo Alex refunfuñando.
Manuel o como todos le llamaban Nel, era un chico mas alto que Lucas de 1.77 tenia su pelo moreno echado hacia atrás, Lucas supuso que ese seria el tono de pelo de Alex cuando no lo llevaba teñido. Tenia los ojos azules un poco mas oscuros que el rubio y que su padre. Unas cejas bien perfiladas y una barba arreglada y una cara con bastantes similitudes a la de Alex, por algo eran hermanos.
Miró a Lucas y le extendió la mano, me llamo Manuel pero puedes llamarme Nel.- dijo mientras Lucas agarraba su mano.
Yo soy Lucas.- ambos se sonrieron.
Vamos para adentro que tenemos la chimenea encendida y así descansáis del viaje.
Se fueron los 4 al salón y Alex se sentó con cuidado en el sofá a lo cual Lucas se sentó al lado. El padre se sentó en su sillón de siempre y Nel se puso al otro lado de Alex.
Al poco apareció una mujer de 1.60 con el pelo largo moreno recogido con una coleta, debia tener unos 55 años con una bandeja con algo para picar.
-Hola chicos estaba preparando algo para cenar.- dijo sonriendo.
-Esta es Pilar es mi mujer.- dijo mirando a Lucas.
-Encantado.- Se levantó y le dio dos besos.
Ella era la madrastra de Alex, ya le estuvo comentando que hacía seis años que se habían casado y que trabajaba de profesora en Salinas desde hace 2 años cuando se mudaron.
Se sentó y empezaron a comer un poco, Alex estaba hambriento después de pasar varios días sin comer nada “normal”, estuvieron hablando de Nel de su trabajo en Barcelona dirigiendo un par de locales nocturnos. Alex solo le preguntaba por las historias mas raras que presenció. Los padres ponían caras de asombro ante algunas de ellas.
Al acabar de cenar ya eran las once y media, Javier y Pilar se fueron a la cama. Quedaron los 3 jóvenes sentados en el sofá.
-Asi que tu eres quien tiene tan loquito a mi hermano.- dijo observando de arriba a abajo a Lucas.
-Déjale en paz, no seas malo.- le dijo Alex a su hermano mientras se apoyaba en el hombro de Lucas.
-No hombre, solo lo decía porque tienes buen gusto nada más.- decía Nel sin dejar de mirar a Lucas.
-Me lo intentas quitar y te corto el rabo.- dijo el rubio haciendo un símbolo de las tijeras con la mano.
Lucas no sabia donde meterse.
-Tranquilo Alex, era solo una broma.-Nel rió mientras le daba un trago a la cerveza.
-Yo solo te aviso, que no seria la primera vez.- el rubio le miró enfadado.
-Eso fue diferente Alex, siempre me lo vas a recordar.-Nel miraba levantando las cejas.
-El cabrón se ligo a mi novia cuando yo tenia 16 años.-el rubio sigue clavando los ojos en su hermano.
-Se acercó a ti para estar conmigo, mala suerte.- dijo mirando a Alex con cara de superioridad.
-Pero Lucas no es así.- se giro a mirar a Lucas y este le dio un pequeño beso.
-Que te está tomando el pelo Alex.- dijo Lucas riéndose.-Ya me contó mil veces que lo sacabas de sus casillas.- se rió mirando a los dos.
-Un día a tardado tu novio en pillarme las bromas Alex, tu ni con 21 años conociéndome.- Nel se reía mientras seguía bebiendo.
Siguieron hablando y bromeando durante un rato hasta que se despidieron y subieron a dormir a sus habitaciones.
Ya en la habitación, Lucas se quitó la camiseta y la dejó en una silla mientras el rubio le miraba, se quitó los pantalones y los dejo en el mismo sitio y se giró para meterse a la cama pero el rubio le miraba con cara muy seria.
-¿Esperas que me desvista yo con el brazo así?.- dijo mirando al moreno.
-Buah, perdón mi niño.- se acercó rápidamente al rubio y le dió un beso.
Le sentó en la cama y ayudó a desvestirse al rubio, le quitó la camiseta y aun tenia la venda que le rodeaba el cuerpo a la altura de su vientre. Le quitó los pantalones con cuidado cuando se dio cuenta que la polla del rubio ya se marcaba en el boxer.
-Pero bueno.- dijo el moreno poniéndole ojitos a Alex.
-Muchos días en el hospital.-dijo mirando al moreno con una cara que parecía suplicar ayuda.
-Umm.- suspiró mientras le ponía la mano en los huevos.- parece que están cargaditos.
El rubio gimió cuando notó que le tocaba los huevos.- Necesito descargar o voy a reventar.- Se mordía los labios.
-No se si dejarte así…-dijo frunciendo el ceño Lucas.
Alex se metió despacio a la cama haciéndose el enfadado.
Lucas le siguió y empezó a sobarle la polla por encima del boxer.
-No te puedes resistir.- Le dijo el rubio incorporándose apoyándose en el cabecero de la cama.
Lucas simplemente le sonrío y mientras sobaba la polla del chico.
La cara de Alex cuando el moreno se acercó con su boca y empezó a dar pequeños mordiscos por encima del boxer era de no estar en sí.
Dios Lucas.- El rubio no podía parar de morderse el labio mientras apoyaba su única mano sana en la cabeza del novio.
El contacto de la boca le provocaba cosquillas, y verle hacer eso después de estar unas semanas sin hacer nada con el moreno, le hizo olvidar todo lo malo de estas.
Lucas empezó a bajar los boxers del rubio y su polla se libero de su cárcel de tela, poniéndose totalmente vertical. Bajó su cabeza hasta los muslos del rubio y comenzó a subir poco a poco dejando un camino de besos por el interior de su pierna.
Al llegar a su polla comenzó a subir chupando cada centímetro de su preciada golosina.
Hummm.-fue lo único que se alcanzó a oír de los labios del rubio que intentó contener mordiéndolos, sin éxito.
Mientras lamia el falo del rubio le manoseaba los huevos. Se separó un momento y se acercó a su oído, y después de pegarle un pequeño mordisco en el lóbulo le susurró:
-Los tienes a reventar.- dijo excitado el moreno.
El rubio solo alcanzó a soltar un gemido y apoyar su boca en el cuello del moreno unos instantes, hasta que este volvió a bajar.
Esta vez paso la punta de su lengua por el glande del chico que hizo que se estremeciese de gusto. Alex solo acertó a agarrar del pelo al moreno, que le miraba con esos ojos verdes excitándolo más, sus gemidos se convirtieron en jadeos rápidamente, y sin poder contenerse Lucas empezó a pajearse la suya, se estaba poniendo muy excitado al ver así a su rubito.
Cuando Lucas se introdujo la polla en la boca al rubio le dio tanto gusto que se retorció todo su cuerpo provocándole un pequeño grito de dolor.
No te muevas mucho, acuérdate de las costillas.- Le dijo Lucas mirándole girando un poco la cabeza.
Vale.- solo dijo eso mientras el moreno volvía a meterse su polla entera.
Le agarró del pelo y cerró los ojos, solo los abría de vez en cuando para ver esa imagen que tanto le ponía. Al poco la polla del rubio empezó a mojarse y la de Lucas también y se puso encima de las piernas des rubio con sumo cuidado, juntó sus pollas y las comenzó a pajear a la vez.
Eso no se lo esperaba el rubio. Que gimió fuerte, quizás alguien lo escuchó pero no le dieron importancia en ese momento.
El rubio suplicaba atención en sus labios y aunque la posición era un poco incomoda para él,mientras notaba como sus dos pollas se rozaban acercó la cabeza de Lucas y se fundieron en un morreo apasionado, la lengua del rubio podía con la del moreno con facilidad, nunca había estado así, estaba tiritando por la excitación.
Al cabo de unos minutos el rubio se corrió manchando sus vientres, lo que hizo que al poco Lucas se corriese también.
El sus pechos subían y bajaban por la respiración agitada y solo se quedaron mirándose.
Cuando se ubicaron, Lucas se apoyó con el rubio en el cabecero, el rubio le pasó una mano por el cuello y lo acercó mientras la cabeza del moreno quedaba en su pecho y la suya apoyada en la cabeza del moreno.
Así se quedaron, dormidos, sudados y con el olor a sexo que inundaba la habitación.