El ave fenix 1
Al fondo del abismo..
El Ave Fénix 1
Al fondo del abismo
Es mi primer relato, llevo muchos años leyendo esta página y al fín me animé a contar una de mis historias, espero seguir ya que tengo varias más que compartirles, gracias por leerme, saludos.
Tengo un vago recuerdo de irme a pique, llovía, me resbalaba y cada golpe me hacía reaccionar más, corriendo calle abajo, uno de tantos atracos frustrados, iva un chico a mi lado lo acababa de conocer, sobrevivíamos buscándonos la vida como se dice por aquí, en Barcelona. Mi tamaño de metro y medio engañaba, pequeña pero matona, con atractivo especial que atrae a cualquiera, de pelo castaño oscuro, pero algo rubio cobrizo al sol, largo y salvaje, facciones finas y marcadas, ojos casi negros y penetrantes, cuerpo hecho a base de gimnasio y el deporte pero con un carácter que impone, me hacía respetar, hasta me temían. Yo llevaba la navaja y Y El las cosas de ella, sí, asaltamos a una mujer, aún tengo pesadillas y espero algún día me perdone, aunque nunca más la he vuelto a ver. Salía de la farmacia, nunca lo olvidaré, y le hice daño por cuatro duros y una bolsa de pastillas. Aún no me lo perdono, ni creo q lo haga... Siempre fuí una chica perdida y malinfluenciable, aunque de pequeña siempre estuve rodeada de amor y con una hermosa familia, con sus cosas, como todas, fué al mudarnos, en plena adolesencia a España con 18 años. Nunca quize venir, pero fué un sueño familiar y no me quedo otra opción, no duré ni 1 año en el instituto y empezé a juntarme con gente perdida, rabia acumulada y drogas. Sigo corriendo, cuesta abajo y sin frenos, ya en el suelo soy conciente de que tengo la policía encima gritando y golpeándome, ya en los calabozos, sobria y sin casi efectos de lo que sea que alla consumido. Sí, fuí adicta a todo tipo de estupefacientes y psicotrópicos. Años estuve asi, dopada, siempre necesitaba algo para nose, igual llenar el vacío q siempre sentí. Ya una vez encerrada, una de tantas, me di cuenta y sentí q ya todo había acabado para mí, me pedían 4 años de carcel, si bien siempre he sido una chica de calle, siempre me había cuidado y mis relaciones con las personas nunca fueron del todo íntimas. Solo nos ayudábamos mutuamente para sobrevivir, la calle es peligrosa si vas siempre sola. Hasta ese momento que entré en prision (ese será otro relato cuando acabe este), del otro chico me enteré q se escapó en un permiso penitenciario, pero bueno no me acordaba ni de su nombre si es q llego a decírmelo, asi que ni me importó. Al cabo del año en prisión preventiva, buena conducta y cumplir en el trabajo correspondiente dentro de la cárcel, para esa fecha tendría unos 25 años. Un día me llaman a juicio, me cambiarían al penal, a terminar la condena. Tuve suerte, de tocarme la familia que tengo, que nunca han tirado la toalla conmigo, con una abogada, buena abogada consiguen sacarme de allí, en vez de mandarme a la otra prisión, con la condición de entrar indefinidamente hasta que el juez lo requiera, en un centro de desintoxicación. Yo para ese entonces tomaba antidepresivos y fuertes pastillas para dormir para que la cárcel se me hiciera mas llevadera, he de decir que te obligaban a tomártelas, las trituraban y mezclaban con agua, al cabo de bebértela te obligaban a abrir la boca, para revisar que te lo habías tragado, ya que allí algunas reclusas tiraban la medicación a escondidas o se las pasaban de boca en boca luego para vender su dosis. Iva dopadísima con esa medicación, asi nos preferían tener allí dentro, para tenernos mas controladas. Ya en juicio firmé la conformatoria, porque he de decir que me declaré culpable, así se ahorraron toda la pantomima de la defensa, en realidad me sentía culpable y me fustigaba por ello, no había paz en mí, se me habían quitado hasta las ganas de vivir, me daba igual todo ya, pero el juez al verme tan joven, con mis problemas con las drogas y la primera condena que me imponían, tuvo nose como llamarlo, pena, compasión? o igual vió algún atisbo de salvación para mí, me dió una oportunidad, eso también ayudo a que me descontaran la condena, no debería hacer el más mínimo delito ni nada ni mucho menos escaparme del centro, si no, me doblaban la condena, yo me deje llevar, todo mejor que estar allí encerrada, mucha desquiciada junta, la carcel no es para reinsertarce, hay q vivirlo para saberlo, si que sirve para darte cuenta y espavilar, es el último casi eslavon de la cadena de degradación de una persona, y soy de las que piensan, que la gente si quiere puede cambiar, y salir de cualquier tipo de agujero o fondo en el que se encuentre, el querer es poder. Ya les contaré las batallitas dentro de la cárcel, merece otro relato.
Agradezco cualquier comentario para así poder ir mejorando en los siguientes capítulos y relatos. Gracias!