El autor de relatos eróticos

Una pareja lee historias muy eróticas en un portal de relatos en Internet y fantasea con ellas. Luego conoce a su autor preferido y esto es lo que sucede

El autor de relatos eróticos

Max y Ava son una pareja que le gusta leer relatos en la red…. Son relatos de mujeres atadas y torturadas... Relatos de mujeres que fueron entrenadas como esclavas sexuales…. Y ellos disfrutan de estas lecturas, se calientan y follan pensando en ello.

Ellos no habían participado nunca en ninguna práctica sexual que cualquiera pudiera considerar anormal... Ni siquiera habían tenido sexo anal… De hecho, ninguno de ellos había tenido relaciones sexuales con nadie más.

Pero les gustaba fantasear con los relatos que leían y les resultaba sumamente excitante su lectura.

Un día le escribieron al autor que más les gustaba para pedirle más relatos… Y así comenzó una relación por correo electrónico que incluso les escribió un relato personalizado sólo para ellos.

Descubrieron que él vivía en la misma ciudad que ellos y fantasearon con conocer a este hombre.

Entonces, una noche, le escribieron y le preguntaron si le haría a su  esposa las cosas sobre las que escribía… Y este les contestó un mensaje corto que decía:

Envíamela y te lo demostraré… Seré su Maestro… Si quieres hacer esto realidad, contacta conmigo.’

Esa noche, tras leer la respuesta, jodieron como locos pensando en que ella iría con este hombre y que él le haría cosas... Al día siguiente, sábado, apareció un nuevo mensaje en su ordenador que les decía:

‘Venid a mí casa, a esta dirección que os indico… Esta noche... A las 20 h. en punto… Ella llevará abrigo y tacones… Nada más... Tomad un taxi… Tú la acompañarás y me la entregarás y cogerás el mismo taxi de regreso a casa… Esperarás a que te envíe un correo electrónico diciéndote que ella está de vuelta camino a casa... Este será el Capítulo Uno de mi nuevo relato.’

Miraron el mensaje durante mucho tiempo. Finalmente ella le dijo:

  • "No puedes estar considerando seriamente esto, ¿verdad?"

  • "Creo que deberíamos hacerlo… Si las cosas ves que se complican demasiado, le dices que se detenga y ya está… Sabemos dónde vive… No tienes que hacer nada que no quieras hacer… Haz que te cuente sobre las cosas que hace… De todos modos, probablemente sea un escritor sin más y lo asustes sólo con tu presencia", le respondió.

A pesar de decirle esto, Max estaba excitado… La llevó al suelo del salón, diciéndole que otro hombre la iba a ver desnuda, y se la folló, mientras le decía lo emocionante que sería leer el relato que este hombre escribiría sobre ella.

En secreto, a ella también le excitaba todo esto, pero en el fondo sabía que podría ser un gran error, pero no hubo forma de detener su excitación.

Poco después, Ava estaba en su armario, sacando prendas de ropa y preguntándole si usaría esto o aquello… Ahora sabía con certeza que esto realmente iba a suceder.

Llegado el momento, ambos se subieron al taxi, aturdida... Ava iba con su abrigo largo de cuero negro y sus tacones… Estaba temblando y aterrorizada… A pesar de ello, pensaba que su marido estaría esperando frente al ordenador el mensaje de que ella iba de regreso a casa.

El taxi se detuvo ante una casa en una zona de chalets... Su marido se acercó con ella y abrió la puerta de la casa cuando se encendió la luz del porche… Él la beso y ella sintió como si Max la estuviera empujando hacia el interior de la casa.

  • "Nos vemos en un par de horas, cariño", le dijo.

Eso fue todo… Cuando el taxi se alejó, Ava lo vio mirando por la ventana trasera para ver al hombre que ahora estaba de pie en el porche delantero, extendiendo la mano para coger el brazo tembloroso de su esposa.

  • "No tengas miedo mi mascota, entra."

El hombre le pareció atractivo... Cabello gris, barba gris y ojos muy bonitos.

Antes de que ella pudiera decir una palabra, estaba parada en la habitación que había enfrente y la puerta se cerró detrás de ella.

La habitación era el salón, que estaba iluminado con velas y una música clásica sonaba suavemente de fondo… Un artilugio que no supo que era estaba a un metro de distancia.

El hombre caminó hacia el frente de ella y comenzó a desabotonar su abrigo.

  • "No, por favor... Yo,.. yo,..", empezó a decir Ava.

Recibió una fuerte bofetada en la cara... Ella quedó atónita… Comenzó a hablar de nuevo y él la abofeteó otra vez.

  • "Vas a cerrar la boca o sigo abofeteándote", le dijo.

Cuando su abrigo cayó, sus rodillas se doblaron y él la guió directamente a un banco de azotes, ya que ese es el artilugio que Ava vio cuando entró en el salón.

El hombre ató su cuerpo desnudo al artilugio y procedió a azotarla... La amordazó para que no gritara.

En algún momento la desató… Le dio la vuelta y procedió azotarla por su frente... Ava estaba en shock y era una muñeca de trapo en sus manos... Cuando terminó de azotarla, se la folló.

Su cuerpo, que nunca antes había estado expuesto a otro hombre, fue jodido sin ceremonias... Él la folló el coño y luego la folló por el culo… Al final, se corrió en su cara... Todo sin decirle una palabra o algo amable.

Tiempo más tarde, recordó vagamente que la metieron en la parte trasera de un taxi… Estaba echa un desastre… Su abrigo estaba abierto dejando al descubierto su cuerpo, y en su cara estaba la señal inconfundible de que se había corrido allí ya que él le había prohibido que se lo limpiara hasta después de que su esposo lo viera.

En algún lugar del camino, el taxi se salió de la carretera… El taxista también la folló... Fue una follada rápida y frenética que depositó su carga de semen en su coño.

Todo lo que ella quería… Todo lo que ella deseaba era llegar a casa para estar en brazos de su marido... Ella podría llorar y hablarían del horrible error de haber ido.

Su marido la estaba esperando... La ayudó a entrar en la casa... La acomodó en el sofá y le quitó el abrigo… Max no estaba preparado para lo que vio… Su cuerpo estaba atravesado por verdugones, delante y detrás, de la cabeza a los pies… Se quedó con la boca abierta, excitado… Muy excitado.

Ava rompió a sollozar, quería que Max llamara a la policía.

Max se sentó como en trance, frotándole sus dedos en las ronchas.

Se levantó y regresó con un pequeño trozo de cuerda y le ató las manos a la espalda… Luego, lamió el semen seco de su cara y se la folló... La folló con una polla tan dura que Ava pensó que Max le había metido una barra de acero.

Cuando Max se retiró, cayó de rodillas y puso su boca sobre su coño… Chupó el esperma de su coño... El suyo y el de los dos hombres que se la follaron antes... Luego, lamió y chupó su culo, para sacarle todo el esperma que había allí.

Ava no podía moverse... La ayudó a levantarse y la llevó al despacho y no al baño… La hizo sentarse ante el ordenador... En la pantalla había un mensaje… Tuvo que concentrarse para ver las palabras, pero su esposo las leyó en voz alta.

‘Ava está de camino a casa… Lo hizo bien… Espero que disfrutes la obra de arte que le hice en su cuerpo... Se lo hice con mi fusta y mi látigo... La follé por todas partes... Ava es una puta... Mi puta…. Úsala… Te lo permito… Puedes chupar el semen de sus agujeros, puedes lamer el semen de su cara, pero ahora me pertenece…La querré de nuevo el martes por la noche aquí en mi casa… La espero.’

Ava se puso a llorar porque sabía que tendria que volver… Supo que su vida iba a cambiar para siempre a partir de ahora… Y también la de su esposo… No podía creer este cambio tan enorme.

Cada día a Max le encantaba preguntarle cómo la habían azotado y jodido, y la hizo volver a contárselo una y otra vez.

Max le dijo que le cedería su culo para su nuevo Amo, su Maestro, estuviera encantado de tener el derecho exclusivo de usarla por allí… yy se lo iba a decir en un correo que le enviaría… Ava estaba asombrada de lo que su esposo le decía y callaba resignada.

Cada día que pasaba, Max se excitaba mucho y la desnudaba, pasando sus manos por sus ronchas que ahora se desvanecían y se la follaba fuerte y rápido.

Llegó el martes y con ello la noche… Ava quería decirle que no deseaba volver a hacer eso que hizo… Su marido la sentó frente al ordenador para que leyese el mensaje que habían recibido.

  • "Envíame a la puta… Ella debe venir sola, vestida como antes vino... La estoy esperando… Soy su Maestro y deseo decorarla."

Ava comenzó a llorar, rogándole que no la hiciera ir... Su marido le dijo que no había forma de que ella considerara no ir… Viendo que no iba a conseguir nada, Ava fue al dormitorio y regresó con su abrigo y sus zapatos… Sin decir palabra, comenzó a desvestirse.

El taxi ya estaba fuera, esperando.

Cuando Ava llegó, vio que esta vez el Maestro no estaba solo... Había otro hombre al que no conocía, sentado en un sofá al final de la habitación con poca luz… El Maestro le quitó el abrigo y la obligó a inclinarse sobre el banco de azotes… Y al final, ella quedo atada.

El Maestro le colocó abrazaderas pesadas en sus pezones, y podía verlos colgando, estirando obscenamente sus tetas hacia el suelo… Ava no dijo nada porque estaba amordazada.

El Maestro comenzó con una paleta cubierta de cuero y la golpeó con ella hasta que le ardieron el culo y la parte posterior de los muslos.

Luego se movió a su lado para poder azotar sus colgantes tetas con su fusta… Podía escuchar las pesas chocar juntas mientras alternaba sus golpes.

A continuación le golpeó su espalda con un látigo y ella pudo sentir que las ronchas aumentaban en su maltratado cuerpo causándole gran dolor.

Ava estuvo gritando todo el tiempo en el que fue castigada aunque no se escucharon más que sonidos guturales por llevar la mordaza.

También sintió como el Maestro le insertó un tapón anal expandiendo su orificio anal pero ella no ofreció resistencia a su intrusión.

Poco después le quitaron la mordaza y las abrazaderas.

El otro hombre estaba frente a su cara, con la polla erecta, y le dijo que se la chupara… El Maestro estaba metiendo su polla en ella desde atrás.

Comenzaron a follársela, uno follándole su boca y el otro su coño, hasta que ambos se corrieron… Mientras yacía allí, el semen rezumó por su raja y goteó por su barbilla.

Ava fue vagamente consciente de que la estaban fotografiando pero no dijo nada.

Mas tarde, la desataron y la colocaron sentada en un banco de madera en una posición erguida… Era doloroso para Ava moverse por los verdugones y el tapón anal que llevaba insertado, pero la obligaron a sentarse.

La volvieron a atar con las rodillas abiertas… El extremo del tapón anal sobresalía lascivamente de su culo.

Ava estaba como un zombi, y apenas era consciente de la maquinilla y la navaja que le quitaba el vello púbico hasta dejarla totalmente depilada… No dijo nada porque estaba amordazada de nuevo.

Fue entonces cuando el otro hombre le mostró el contenido de la caja que sostenía en sus manos... Alcohol, agujas, una herramienta a modo de punzón y varios juegos de anillos de oro.

Cuando Ava se dio cuenta de que tenían la intención de perforar sus pezones, trató de gritar y se resistió en sus ataduras pero nada podía hacer.

Rápidamente aplicaron alcohol y sus pezones fueron perforados y los anillos de oro colocados a través de los agujeros recién perforados.

Sin embargo, no terminaron ahí... Le perforaron también los labios vaginales y la capucha del clítoris y también le colocaron anillos de oro a través de estos agujeros.

Sacaron un espejo y la hicieron mirar sus nuevas decoraciones.

Ava no podía creer que se estuviera mirando a sí misma… Atada, con piernas abiertas de par en par, siete anillos de oro alrededor de su sexo afeitado (uno en el clítoris y tres en cada labio vaginal), y dos anillos de oro brillando en sus pezones… Y de remate, un tapón de caucho en su culo.

La levantaron del banco en el que estaba atada hasta que su culo estuvo al nivel de la ahora polla dura del Maestro.

Éste comenzó a golpear la parte delantera de ella con su fusta… Ava estaba indefensa y nada pudo hacer por evitar los golpes que le daba

Podía sentir sus jugos saliendo de su coño y gotear en el suelo... El Maestro también lo notó y se puso a follarla con el mango de la fusta.

Luego, se la sacó y golpeó su coño mojado con ella.

Todo esto a Ava la estaba volviendo loca de dolor, pero al mismo tiempo de excitación... Necesitaba correrse y se odiaba a sí misma por eso, pero necesitaba desesperadamente aliviar el fuego que ardía en su coño.

La paliza cesó… El Maestro se paró frente a ella, con su dura polla... El otro hombre estaba tomando fotografías de nuevo mientras le retiraban lentamente el tapón del culo.

El tapón anal fue reemplazado por la polla larga y tiesa del Maestro... Una vez que estuvo dentro de ella, se la metió hasta la empuñadura… Luego, comenzó a follarla lentamente, diciéndole lo feliz que iba a ser su esposo cuando viera su nueva joyería.

Ava se corrió… No pudo evitarlo... Fue un cúmulo de todo… La polla dura que estaba metida en su culo… Su clítoris recién expuesto frotando contra el vientre peludo del Maestro… Los latigazos, el dolor y la humillación… Todo, provocaron un estallido en ella que hizo que se corriera.

Al correrse, su ojete anal se contrajo, ordeñando la polla dentro de ella… El Maestro aún no se había corrido... Él extendió la mano y le quitó la mordaza… Luego le hizo decirle cuánto lo amaba… La hizo rogar que la enculase fuerte mientras él continuaba follándole el culo.

Finalmente, el Maestro se corrió y se retiró… El otro hombre se colocó en posición para también encularla… Su polla era muy gruesa, y cuando la abrió, Ava se corrió de nuevo, esforzándose por empalarse más profundamente en la polla... Ambos hombres se rieron de su reacción y cuando sintió que iba a correrse, se la sacó de su culo y arrojó su semen por su vientre y raja.

Ava era consciente de que le estaban haciendo fotografías… Sabía que había cruzado una línea y que no podría retroceder al otro lado.

Poco después, la desataron y su Maestro le ordenó colocarse en el centro de la habitación, con las manos en la parte superior de la cabeza y las piernas abiertas… Le dijo que los anillos no debía quitárselos nunca… Y que volviera el sábado para quedarse con él todo el fin de semana.

El Maestro le recordó que ella era su guarra y su esclava, y que el sábado estaría más decorada... La decoraría de tal manera para que no hubiera duda de lo que era.

Le dijo también que no debía lavarse el semen de su cuerpo… Que sólo podía ducharse después de que su esposo la hubiera lamido para limpiarla… Max le sacaría el semen de su cuerpo chupándole sus orificios… Se le hizo decir que sí, Maestro, a todas sus demandas.

Tras esta conversación, el Maestro le puso el abrigo y los zapatos y la acompañó hasta el taxi… Se inclinó y habló con el conductor… Luego se levantó y se dirigió a ella, diciéndole:

  • "Le chuparás la polla a este hombre de camino a casa para pagar tu viaje."

Y con eso la metió en el asiento delantero... El conductor ya le estaba sacando la polla y ella se acostó con la cabeza en su regazo y lo tomó en su boca… Se las arregló para aguantar hasta que llegaron al frente de su casa.

Mientras, su esposo estaba de pie en el porche esperándola.

El taxista, una vez paró el taxi, la agarró por la cabeza y arrojó su semen dentro de su boca… Luego sacó su polla y se la secó en la cara y el pelo de Ava… Y la dejó salir del coche.

Ella sollozaba cuando su esposo corrió para ayudarla a entrar en la casa… El mensaje estaba allí, en la pantalla... Él la acompañó hasta él para que lo pudiera leer:

He decorado a la puta... Espero que te guste... Ella va a volver a mí, el sábado para decorarla más... Ahora debes limpiarla.’

Cuando ella se quitó el abrigo, Max no podía creer lo que veía... Miró, paralizado, todo con mucha atención... Ella se puso de pie para que la viera bien, sollozando en silencio, mientras él tocaba los anillos de oro y las nuevas ronchas. Luego, comenzó a lamerla.

El resto de la semana fue surrealista para ella... Su esposo se tomó días libres de su trabajo.

Los anillos le fascinaban y quería verlos y jugar con ellos constantemente… La hacía quedarse desnuda, y jugueteaba con los anillos hasta que se excitaba y se la follaba mientras se los estiraba... O hacía que le chupara la polla hasta correrse en su boca y que se tragase su semen... Eso era algo que casi nunca hacían antes.

Una vez que el dolor de los anillos comenzó a desvanecerse y las ronchas comenzaron a desaparecer, Ava también quedó fascinada con los anillos... Se paraba frente al espejo y los miraba fijamente y pasaba los dedos alrededor de ellos y se excitaba.

Follaron más en esa semana que en los seis meses anteriores.

Comenzaron a fantasear con lo que el Maestro le haría en la próxima visita, y cuando llegó el sábado, Ava se excitó mucho al pensar en lo que su Maestro podría hacerle.

Aunque temía los latigazos que sabía que iba a recibir, la idea de ser atada y obligada a recibir los latigazos sin poder hacer nada le producía un placer perverso, aunque el latigazo en sí, no, por el dolor que le causaba.

Que la obligara a follar con hombres desconocidos también la excitaba, y que su marido le chupara el semen de estos hombres de su cuerpo la calentaba de una forma indescriptible.

Ava estaba siendo transformada en una esclava sexual, y en lugar de horrorizarse ante la idea, empezó a anhelar los sentimientos que le producía su sumisión… Quería hundirse lo más que pudiera y ser humillada hasta lo máximo.

El Maestro le envió un traje para que se lo pusiera… En realidad era más una toga de seda que se envolvía alrededor del frente y se ataba con una faja.

En la nota que venía con el vestido, lo llamaba su ‘ vestido de puta’ … Le dijo que cuando se pusiera esta prenda, debía estar plenamente consciente de que se estaba entregando a él, que su cuerpo era de él y que sus agujeros se abrirían libremente para él y para los demás.

Su esposo le leyó la nota y la ayudó a ponérsela... Era hora de irse.

Media hora después, ella estaba de pie en su sala de estar, quitándose el vestido... Ava se quedó allí desnuda con sus tacones altos y con las manos en la cabeza.

De nuevo, el Maestro no estaba solo… Esta vez estaba el mismo hombre de la vez anterior y otro hombre... Un hombre enorme y tatuado.

Le ataron las muñecas a la espalda y le vendaron los ojos.

Una cuerda suave fue atada alrededor de la base de sus tetas… Se las apretaron, muy apretadas… Ava podía sentir cómo sus pechos se hinchaban hasta el extremo de que pensó que le iban a estallar.

Luego le ataron sus muñecas a sus muslos… A los costados.

Entonces, increíblemente, se sintió que era levantada por la cuerda que le pusieron alrededor de sus tetas y gritó de dolor y susto... La amordazaron para que callara y el levantamiento continuó.

Un par de minutos después estaba bailando de puntillas, tratando de aliviar la presión y el dolor, cuando sus dedos de los pies se despegaron del suelo… Literalmente colgaba de sus tetas.

Ava escuchó a su maestro decirle que se quedara lo más quieta posible, y ella se quedó allí, inmóvil, gimiendo y suplicando detrás de la mordaza.

Alguno de los allí presentes le ató los tobillos y ella pronto sintió el primer latigazo… Los únicos sonidos en la habitación eran el chasquido del látigo en la suave carne femenina, el crujido de la polea sobre su cabeza y el llanto de la mujer detrás de la mordaza.

Lentamente se balanceó hacia adelante y hacia atrás mientras continuaban los azotes… Finalmente, la bajaron, habiendo sido marcada con tres docenas de verdugones nuevos.

La desataron y la sostuvieron sujetándola bajo los brazos… El Maestro indicó que la condujesen hasta otro banco… Le quitaron la venda de los ojos y Ava vio un enorme consolador que sobresalía del banco.

La obligaron a sentarse a horcajadas sobre el banco y ponerse en cuclillas, engullendo lentamente por el coño, la polla de caucho duro… Cuando la tuvo completamente dentro de ella, sus pies fueron levantados del suelo y atados a las patas del banco.

Ava tenía los brazos atados a una cuerda que colgaba del techo y tiraba con fuerza para que estuviese tiesa.

Su Maestro le puso unas pinzas en los anillos de sus pezones y con una cadena se los unió… Le puso una pesa en medio de la cadena que hizo que los pezones se estiraran dolorosamente.

Luego, a los anillos de sus labios vaginales les puso también pequeñas cadenas, cuyos extremos opuestos los ató a las cuerdas que ataban sus tobillos, separándose mucho los labios y dejando ver el agujero de su coño

También su Maestro le abrochó un collar alrededor de su cuello, y una pequeña cadena que salía del collar se la abrochó a su anillo del clítoris.

Ava comenzó a moverse contra el monstruo de caucho que la tenía empalada porque la polla comenzó a vibrar cada vez más… Se corrió tanto que al final quedó muy agotada y la dejaron descansar.

Más tarde, un zumbido cercano hizo que Ava abriera los ojos y vio al enorme hombre que estaba parado frente a ella... Zumbando en su mano había una pistola de tatuajes y se puso a trabajar con ella.

Perdió la cuenta de cuántas veces se corrió, la quema de la pistola de tatuajes y la polla monstruosa en su agujero la hicieron correrse una y otra vez, de nuevo.

Cuando terminó de tatuarla, la desataron y la levantaron del banco.

Las cadenas de los anillos de sus labios vaginales quedaron colgando contra sus muslos y los pesos todavía colgaban de los anillos de sus pezones.

El espejo fue llevado ante ella nuevamente... Ava no podía creer lo que le habían hecho.

La palabra ' puta ' estaba tatuada en un pecho con tinta roja y azul brillante… ' Esclava ' estaba tatuada en el otro pecho… A la altura de su estómago estaban las palabras 'Córrete sobre mi cuerpo' y rodeando a esta frase le habían grabado una polla erecta con semen brotando por la punta... Justo encima de su raja habían tatuado las palabras " Mi marido chupa aquí " con una flecha apuntando a su coño abierto.

Ava lloró al ver esto que le habían echo.

Luego la ataron boca abajo y le trabajaron la espalda... Cuatro pollas que salían a chorros fueron puestas en su culo, con las cabezas de las pollas apuntando a su ojete… En la parte superior de sus nalgas estaban la frase: " Mi marido chupa también aquí "

Cuando la desataron, la follaron los tres a la vez... El tatuador se acostó de espaldas y con su enorme polla, la empalo por su culo… Cuando estaba completamente empalada, el Maestro se metió entre sus piernas abiertas y se la metió en su coño… El otro hombre se la metió en su boca.

Cuando terminaron con ella, el Maestro le puso un tapón anal en el culo y le dijo que todos le darían por el culo, otra vez, antes de que se fuera, y que ella lo dejaría todo dentro con el tapón y se lo llevaría a casa para su esposo.

El hombre del tatuaje quiso orinar en su boca, y lo hizo… Le puso su gran polla en su boca y orinó, tapándole la nariz y haciéndola tragar… Ella se atragantó pero lo tragó todo…. Luego fue el turno de los otros dos.

Cuando terminaron, tenía tanto líquido en el estómago que parecía embarazada... Le pusieron una mordaza de aro en la boca para que la mantuviera abierta y ellos pudieran orinar en su boca en cualquier momento.

El siguiente paso fue cortarle el pelo y afeitarle la cabeza... Le tatuaron en la parte superior de su cabeza, la palabra ‘ Chupapollas ’.

Y luego le afeitaron las cejas... Le tomaron un montón de fotos y le enviaron algunas de las mejores las dejaron para enviárselas por correo electrónico a su esposo, cuando ella llegase a casa.

El domingo por la mañana todos volvieron a orinarse sobre ella… Luego se turnaron para follársela por el culo y al final le pusieron el tapón para que no perdiera el semen y se lo diera a beber a su marido.

El Maestro la azotó mientras limpiaba cada polla sucia con la boca.

Mientras les lamía sus pollas para dejárselas bien limpias, Ava los escuchó hablar… El tatuador estaba diciendo que conocía a uno que podría quitarle a ella, quirúrgicamente, la lengua y los dientes… El Maestro le dijo que le diera su teléfono para ponerse en contacto con él, por si decidiese hacérselo en cualquier momento a su puta.

Mas tarde, de nuevo, ella se balanceaba lentamente en el centro de la habitación, colgando de sus tetas... No le importaba lo que le hicieran… Ahora estaba más allá de eso soportando el dolor de estar colgada de ese modo... Se preguntó si a su marido le gustaría sus nuevos tatuajes cuando se los enseñara.

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