El atasco del placer

Un atasco se puede pasar de la manera más placentera que te imagines. Mi fantasía lesbica en un coche, con un miron incluido.

Esto es una fantasía que yo tengo y en la que me gusta pensar cuando me masturbo.

La contaré como si hubiese pasado de verdad, ya que creo que así es más fácil de relatar.

Quedé con mi amiga Nicoletta, para ir al cine. Ella es italiana pero se mudó hace ya tiempo a mi país.

Es pelirroja, con pequitas, los ojos verdes, con un cuerpo espectacular, y con unas tetas muy redonditas.

Me pasó a recoger a mi casa en su coche. Estabamos en un atasco y llevabamos paradas ya como 20 minutos.

Hacía ya bastante calor, mi ventana no se bajaba, asi que se incorporó de su asiento y se avalanzó a mi

ventana para intentar bajarla manualmente. Iba con un vestido cortito y con mucho escote, por lo cual

al intentar abrir la ventana me puso sus pechos practicamente en mi cara, en ese momento del calor que

me subió por mi cuerpo, resople, sin tener en cuenta que el aire llegaria directamente a su escote.

Se le puso la piel de gallina de sentir el aire calido de mi boca en su piel.

-Oh lo siento Elisa, no sabía que te estaba poniendo el pecho en la cara.

  • No te preocupes Nico, eso no es nada malo.

Consiguió bajar mi ventana y se sentó otra vez en  su asiento, con tal rapidez, que con el soplo de aire

que entró por la ventana, se le levantó un poco el vestido, y pude ver que no llevaba braguitas.

Como teníamos mucha confianza le pregunte:

  • Oye Nico ¿por qué no te pones braguitas llevando un vestido tan corto?

  • Ya sabes con el calor que hace ahora en verano, mejor llevar la menos ropa posible.

  • Ah bueno, pues sí tienes razón.

Seguiamos allí paradas en el atasco durante un buen rato, yo tenía ya mucha calor, ya que el aire que

entraba por la ventana no valía para sofocar el calor. Así que directamente me quité la camiseta que

llevaba, quedandome en sujetador.

  • Elisa, y a ti no te da verguenza que los conductores de los coches de al lado te vean en sujetador.

  • No, todo lo contrario, me da morbo que me vean así.

  • jajaja eres tu muy listilla. Mira el del coche rojo de tu derecha, te está mirando.

Mire y efectivamente había un hombre joven en el coche de al lado, que no perdia detalle de la situación.

  • Mmm se me ocurre una cosa... Elisa vamos a hacerle al hombre el atasco un poco más ameno.

Y Nicoletta empezó a besarme el cuello.

  • Ey Nico, ¿que haces?

  • Solo estamos jugando un poco, venga ya, sé que te has puesto cachonda cuando te he puesto las

tetas en la cara, he notado tu resoplido y solo vamos a pasar un rato agradable, a este atasco le pueden

quedar horas todavía.

  • Bueno es que no sabía que te iban las tías...

  • Elisa, cariño, a mi en el sexo me gusta todo.

Y entonces comenzamos a besarnos. Bajó un poco y me beso el escote. Me quitó el sujetador y me lamió

las tetas. Todo aquello ante la atenta mirada del joven del coche de al lado. Nicoletta no se cortó ni un pelo

y le hizo un gesto al joven para que bajara la ventanilla, cuando la bajó, le preguntó que como se llamaba.

Dijo que se llamaba Javier, y nos pusimos a hablar con él, ya que los coches estaban al lado y podiamos

escucharnos perfectamente.

  • Sois lesbianas ¿verdad? - nos preguntó Javi.

  • No simplemente somos dos amigas que estamos cachondas.

  • Pues me ha gustado muchos ver como os besabais, me habeis puesto la polla dura.

  • Bueno si quieres podemos seguir con el numerito.

Nos desnudamos las dos completamente, yo le chupaba las tetas mientras ella me tocaba el coñito.

Me tocaba el clitoris, masturbandome de una manera deliciosa. Yo tenía el coño realmente empapado

de lo calentorra que estaba. Ella seguía tocandome, me metió tres deditos en mi vagina y mientras con

la otra me seguia tocando el clitoris, para tener el doble de placer. Metia los dedos con ganas, se le

veía que ella tambien estaba muy cachonda, me decía guarradas, como "venga nena disfruta, correte

en mi mano, me encanta tu coño, me pasaria el día masturbandote..." Mientras Javi, podiamos ver

como se había sacado la polla, la tenía grande y se podía ver que estaba durisima, estaba

totalmente empalmado. Le dije entre gemidos:

  • Hazte una paja, ¿a qué esperas? Quiero ver como te corres, como disfrutar viendonos, venga cariño

pajeate con nosotras.

E inmediatamente comenzó a pajearse su enorme polla. Lo hacía rapido. Nico seguía metiendome los

dedos y no pudo aguantas mucho más. Me corrí soltando un gran gemido. Y pudimos ver como Javier

se había corrido tambien, estaba tan cachondo que se corrió enseguida, y vimos como su leche salpico

al cristal del coche.

Ahora le tocaba disfrutar a Nicoletta. Me arrodillé como pude delante de ella, ya que entre su asiento

y el volante no había mucho espacio. Pero aun así,  metí mi cabeza entre sus piernas. Tenía el coño

muy húmedo, sabía que no tardaría mucho en correrse.

Comencé a comerle el coño, le chupaba el clitoris, le succionaba todos los jugos que  salian de su coño.

Ella gemía y gemía sin parar, decía que estaba a punto de llegar al orgasmo. Asi que para hacerla sufrir

un poquito me aparté rapidamente, me puso cara de cabreo, me cogió de la cabeza y me empujo contra

su coño.

  • Sigue chupando, guarra, me iba a correr y te has quitado, eres mal. Comeme el coño hasta que me

corra, no pares.

Le di una chupadita a su coño y me subí a sus tetas, le di un mordisquito en sus pezones que estaban

realmente duros y le dije:

  • No tienes paciencia eeh, como a ti te gusta ser mala, yo tambien, asi que ahora voy a chuparte todo

el cuerpo hasta que no puedas más, y lo ultimo que te chuparé será el coño.

  • No puedes hacerme eso Elisa, sabes que estoy muy cachonda, me tienes que comer el coño ya, no

puedo aguantar.

No le hicé caso y le comí la boca, nuestras lenguas se juntaban con lujuría, bajé a su cuello, se lo lamí

entero, ella gemía de excitación. Bajé a sus tetas, le volví a morder sus pezones, aquello nos ponía

un montón a las dos, le chupaba las tetas con gran deseo. Seguí por su barriga, bajé a sus piernas, a

sus muslos, pasaba mi lengua cerquita de su chochito, sin tocarlo, pero notaba el calor que de allí salía.

Seguí jugando con sus muslos, hasta que ya decidí, darle el mejor orgasmo de su vida.

Me acerqué a su coñito, para que notará mi aliento en su húmedo conejito. Comencé a besarle

la vulva. Su clítoris estaba totalmente hinchado, sabía que solo tocarlo se correría. Asi que decidí

hacerlo lentamente. Pase la puntita de la lengua por su clitoris, ella suspiro profundamente. Baje a la entrada

de su vagina e introducí mi lengua en ella. La movía en movimientos circulares, para que la notará bien. Recorrí

varias veces el camino que separa la vagina del clítoris, dejando que notará mis labios rozando su coño,

lentamente, con ritmo me dispuse a que tocara el cielo. Tomé con firmeza su clitoris, mi lengua jugaba

con el ritmicamente. Notaba como se movían sus caderas, comencé a chuparselo ahora probando con distinta

velocidad, lo hacía más rápido, y luego lentamente, más rápido, más lento, hasta ya sentir que no paraba

de moverse, aceleré el ritmo, le chupe a toda potencia, gemía y gemía y se corrió, pero decía que no parara, que

era lo mejor de mundo, asi que seguí chupando y chupando hasta que tuvo otro orgasmo. Chilló de tal forma,

que los coches de atrás pitaron. Algo nos salpicó, a traves de la ventana, nos giramos y vimos como Javier

se había estado haciendo otra paja, y se corrió de tal manera que su semen llegó a nosotras.

Parecía que el atasco ya empezaba a moverse, Javier nos dió las gracias, por el espectaculo que le habiamos

dado, y nos dijo que siempre que pillará un atasco, se pajearia su polla pensando en nosotras. Eso nos elogio

bastante. Bueno ya seguimos el camino al cine, que para eso habiamos quedado.