El asesor

Dos semanas célibes y ahora reunión de ventas con el nuevo asesor...

EL ASESOR

Hoy es un día de esos que estoy dispuesta a follarme al primer hombre que se me atraviese en la vía. Tengo dos semanas que no me dan una buena revolcada y ya me esta afectando el sueño. Anoche soñaba que me cogían dos a la vez y esta mañana amanecí toda mojada, ni siquiera un pajazo rápido en la ducha calma esta ansiedad, y para más remate reunión de ventas con esos bobalicones de la empresa. Al menos cambiaron el sitio de reuniones.

Aquí estoy frente a la puerta de la suite. Como siempre llego tarde pero resulta que me perdí buscando el estacionamiento del hotel donde era la reunión. Después me volví loca buscando en los salones y resulto ser en una suite. Bueno déjame salir adelante y poner mi mejor sonrisa. Toco discretamente y abre Manuel, mi compañero quien me mira con severidad y solo le devuelvo una mirada que derretiría hasta un iceberg, pero parece no hacerle efecto. Pido permiso y busco ubicarme en algún espacio disponible en el salón. Los muebles estaban distribuidos algo desordenado dándole un aire de informalidad a la reunión. Observo una cara nueva que no reconozco y creo que es el asesor que estábamos esperando. No tiene mala facha y su bulto entre las piernas es respetuoso. Cálmate chica!, pienso para mis adentros.

Continúa la reunión con las eternas discusiones a lo largo de la mañana, tomo debida nota de lo que esta sucediendo a pesar de conseguirme en varias oportunidades la mirada del asesor en mi. A la hora del almuerzo busco aproximarme a él y entablamos conversación. Su nombre es Pablo y viene por unos pocos días. La compañía le reservó la suite porque para él es más práctico. Mezclar trabajo con sitio de dormir, no me parece. A pesar de lo curioso, él cree que tener todo al alcance de su mano le facilita su proceso creativo. Hombres! fue lo único que me vino a la mente. Continuamos con las sesiones de trabajo toda la tarde con un pequeño receso para tomar café y galletas. Pablo se notaba más amistoso y mi mente comenzó a tejer ciertas ideas. Le tocaba el brazo y le sonreía constantemente. En una oportunidad busque que su mano rozara mis nalgas accidentalmente. Me senté frente a él para enseñarle un poco más de mis piernas aunque mi falda de corte ejecutivo no me permitía lucirme. Notaba que Manuel estaba pendiente de mí, pero el tonto se lo ha perdido en estos dos meses por estar de célibe. Ya habíamos follado en varias oportunidades y sabía lo caliente que podía ser. Ahora que se las aguante porque a este tío me lo follo yo.

Cerramos la reunión y continuamos con la cena, comenzaron a circular los tragos y el ambiente se fue poniendo más interesante. Yo me había sentado al lado de Pablo y continuaba con mis constantes acercamientos. En una oportunidad coloco su mano en mi rodilla y la acaricio brevemente. Comenzaron a retirarse aquellos que tenían compromisos matrimoniales y al final quedamos solo Pablo, Manuel y yo. Pensé que si el tonto de Manuel no se iba tendría que esperar otro día, pero las sensaciones del sueño habían comenzado a brotar estimuladas por las copas de vino. Para mis adentros me dije: Que carajo, siempre hay una primera vez.

Le comente casualmente a Pablo que me gustaría ver rápidamente el último punto que discutimos en la pizarra y así buscaba unas carpetas que había olvidado en la suite. Inmediatamente Manuel se ofreció a buscarlas y al final decidimos subir los tres a la suite. Al llegar me dirijo a la pizarra y ellos se quedan conversando. Se acercan y discutimos brevemente cuando Manuel se excusa y dice que se retira, entonces me dije para mí: al fin este tonto entendió el mensaje. Nos despedimos con un beso en la mejilla y finalmente nos quedamos solos Pablo y yo. Sin perder mucho tiempo me le acerco y le acaricio la solapa del traje, mientras esbozo mi sonrisa más provocadora. Me abraza y nos besamos. Es un beso caliente reprimido desde hace rato. Le meto mi lengua por los labios, busco la de él y se la chupo. Lo beso húmedo y le chupo los labios. Siento sus manos acariciar mis espalda y bajar a mis nalgas. Aprieto mi ingle contra la de él y siento su polla erecta. Bajo mi mano poco a poco por su pecho, estomago y comienzo a soltarle los pantalones. Al desprender el último botón caen a sus tobillos y dejan descubiertos unos bóxer con bonitos motivos y la cabeza de su polla se asoma por un lado. Continuamos besándonos mientras mi mano empieza a acariciar su verga por encima de la tela. Aprieto ligeramente el glande y mis dedos juegan con el contorno de la cabeza de su polla. Siento sus gemidos escaparse de su garganta mientras mi lengua continua saboreando su saliva y sigo chupándole la lengua y labios.

Se desprende de mí y me empuja hacia abajo para que se la mame. No hacía falta, eso ya lo tenía en mi repertorio. Mientras lo ayudo a quitarse los pantalones y bóxer, él se quita el resto de la ropa. Queda desnudo frente a mí y se sienta en una silla sin brazos del comedor. Abre sus piernas y su aroma masculino llena mi nariz. Me acerco lentamente viéndole la cara y comienzo a lamerle el glande de su gran polla. El sudor del día le da un sabor particularmente salado a su verga. Me introduzco toda su cabeza y comienzo a succionar suavemente, mientras que mi mano izquierda sube y baja en su tronco aumentando el ritmo de entrada y salida en mi boca tal como si me estuviera cogiendo. Estaba caliente y sentía mis pantaletas mojadas, quería sobarme el coño pero mi ropa me lo impedía y Pablo cada vez estaba mas caliente. Aumente el ritmo de mi mano y la fuerza con que se la chupaba y notaba como comenzaba a salir algo de liquido. Era salado, pegajoso y sabroso, quería más y continué chupándosela hasta que su grito de placer lleno el salón y dejo derramar todo su semen en mi garganta. Estaba caliente y era abundante. Me lo trague todo y continué chupándosela hasta que la última gota de semen salio de su polla.

Me levante y comencé a desnudarme, nuevamente viéndole a los ojos y le dije que se preparara porque apenas comenzaba. Él solo me respondió que era una tía caliente y que mamaba pollas como un demonio. Me sonreí y deje caer la gruesa falda, quedando solo en mis pequeñas pantaletas tipo hilo dental. Me saque el saco, blusa y franelilla porque mis senos son pequeños y nunca uso sostén. Aún así mis pezones son largos y erectos sobre salen mucho y son muy sensibles. Quizás por efecto de mi agresividad y de mi presencia desnuda ante él, su polla comienza a tomar vida nuevamente. Me vuelvo a agachar entre sus piernas para ayudar a su polla a tomar vida. Se la agarro y con la punta de la lengua comienzo a girar alrededor de su cabeza y trato de metérsela en su huequito. Mi mano derecha busca sus bolas y las acaricio, jugando con ellas cual esferas chinas. De nuevo Pablo comienza a producir ruidos como los de un toro en una plaza. De repente se levanta y me toma por la cintura y me acuesta sobre la mesa del comedor y abre mis piernas y apartando la tela de mis pantaleticas comienza a comerme el coño con sabiduría y conocimiento. No se dirige directo al clítoris. Más bien circula por los pliegues de los labios. Mete sus dedos dentro de mi vagína y busca mi punto G para estimularlo. Continúa besándome, lamiéndome, mordisqueándome los labios hasta que se decide mamarme directamente mi recrecido clítoris. Pone los labios como puchero y los coloca justo encima del hinchado órgano. Succiona suavemente alternando con pequeñas lamidas, mientras que uno de sus dedos todo mojado de sus jugos busca mi orificio trasero. Coño, este tío si sabe de mamadas

Mis gemidos son auténticos gritos de delirio y pasión mis orgasmos comienzan a llegar primero pequeños y discretos y luego largos y muy sensibles. Tengo que contener su cabeza porque en este momento mi clítoris esta muy sensible. Me siento en el borde de la mesa y él me abraza buscando mis labios y nos cruzamos un largo beso. Sus fluidos con los míos producen un caldo de múltiples sabores. Nuestros olores se confunden y solo contribuyen a estimular más la pasión del encuentro. Me toma en sus brazos y me lleva al sofá grande en un lado de la sala. Irónicamente en el mismo sitio donde el presidente de la compañía estuvo sentado todo el día. Se sienta el primero y me voltea y hace que me siente encima de él mientras me va metiendo poco a poco su hermosa polla. Siento como se me estiran los labios y me va llenando completamente. Dejo caer todo mi cuerpo para que se me meta toda y siento sus vellos ásperos rozarme las nalgas. Comienzo a moverme para arriba y abajo mientras que me agarro los pezones y me los pellizcos. Él mete una mano por el frente y con su dedo medio me frota directamente el clítoris. En mi éxtasis no me doy cuenta que Manuel está parado al frente completamente desnudo y con una erección tan grande que pareciera que quisiera tumbar el edificio.

Se acerca a nosotros y se la agarro e inmediatamente y me la meto en la boca. La sensación de dos pollas dentro de mí me enloquece. Todas las sensaciones de mi sueño se hacen realidad mientras Pablo me tiene ensartada y sus manos se entretienen entre mi clítoris y mis pequeños senos, Manuel me ofrece su polla para que se la chupe mientras le agarro las bolas y se las exprimo. Quizás nunca salió de la habitación, mejor así porque sabe que estoy caliente y mientras mas me follan más quiero. Comienzo a agarrarle las nalgas a Manuel y busco su culito. Siento como lo aprieta pero las sensaciones prevalecen y se deja acariciar el huequito, siento sus contracciones y comienza a eyacular, esta es mi segunda chupada de leche caliente e igualmente no la dejo desperdiciar. Mientras Pablo parece estar cansado de la posición y se separa. Mira a Manuel con picardía quien le devuelve la sonrisa de complicidad, estos carajos estaban de acuerdo desde el principio. Agarro a Pablo por la mano y lo llevo a la cama, ya basta de malabarismos. Me acuesto boca arriba y abro mis piernas para que me monten. Les digo: - Quien es el macho que me va a montar – y Pablo sale adelante dejando a Manuel parado agarrándose la polla quien comenzaba a parársele nuevamente. Pablo se arrodilla entre mis piernas y me levanta por las caderas, penetrándome inmediatamente hasta los mimos testículos. Comienza a bombearme con fuerza y siento el calor de su verga entrar y salir de mi vagína. Nuevamente los orgasmos se acercan y busco las bolas y polla de Manuel que se ha arrodillado al lado de mi cabeza para facilitarme los movimientos. Pablo no parece aguantar y gime de placer corriéndose pero sin eyacular nada.

Me separo de ellos y me pongo en cuatro para que Manuel me coja como un perrito. A él le fascina la posición y a mi también me encanta. Pablo ya desgastado se acuesta en un lado de la cama y solo nos mira. Manuel se levanta un poco más de manera que su polla no entre directamente sino que roce la entrada vaginal, golpeándome directamente en el punto G. Manuel cógeme como tu sabes! le grito y me contorsiono de placer. Coño que vaina tan sabrosa pienso y me dejo correr. Las estrellas parecen brillar por millones frente a mis ojos y las contracciones anales acompañan a las de mi vagína. Manuel siente la presión de las paredes vaginales y también se corre. Ambos nos dejamos caer encima del colchón, aún estando ensartada por él, quien solo se separa cuando su polla es muy pequeña para causar cualquier estimulo.

Me levanto y me dirijo al baño mientras recojo mi ropa. Me aseo y salgo vestida y les soplo un beso desde lejos a los dos quienes se encuentran en cama acostados tal par de amantes. Me burlo de ellos y me voy a casa. Esta noche seguro que duermo como un tronco