El artilugio de mi tía Flora
El artilugio de mi tía me quitó la virginidad, y otras cosas más
Mi nombre es Sofía, para poneros en antecedentes debo deciros que tengo una familia sexualmente activa, yo diría qu re-activa, un pequeño resumen incluiría el hecho de que por parte de mi padre son once hermanos, por parte de mi madre son trece hermanos, la unión de ellos, ha generado diez hijos, contándome a mi que soy la séptima, de sólo 18 años recién cumplidos, aparte mi padre ha tenido hijos bastardos con otras mujeres, en total, cinco más, mi madre ya lo sabía, y mi madre antes de encontrar a mi padre, es madre soltera de otros tres hijos más de padres desconocidos
Bueno, como colofón, tengo una tía que es experta en artes amatorias, digamos que más bien prostituta, para acabar pronto, desde mamadas en todos los sentidos, hasta follar con cualquier cosa que se le ponga el pene grande. Entre unos y otros, sabemos de toda clase de sexo, hemos practicado de todo pasando por todo, todo la imaginable e inimaginable, un poco de zoofilia, incesto, (por lo menos mi padre me acarició levemente pensando que dormía, y mi madre puso su lengua en mi clítoris alguna vez que me duchó siendo pequeña), algún que otro embarazo desprevenido, también tríos tanto familiares como no, y alguna que otra fiesta inesperada en algún cumpleaños.
En fin, mi historia comienza un día que me quedo a dormir en casa de una de mis tías solteras (antes de dormir un buen dedito como es costumbre en mi chochito), independizada hace varios años, me quedo a dormir porque ese fin de semana la acompañaré a la playa, para ponernos morenas al sol que más calienta, desnudas como nos gusta a las dos, y seguramente nos pondremos cremas hasta en lo más profundo de nuestro cuerpo.
A mi tía, que es muy buena entendedora en el sexual, le gustan particularmente los objetos cilíndricos y no tanto (se mete de todo, por todos lados), quiero decir, tiene una buena colección de elementos para darse gusto en su casa, y esa semana había adquirido uno que yo desconocía, por mucho que hubiera visto sexo, tanto en vivo, como por internet.
En resumen, mi tía me había visto en más de una ocasión hacerme cosquillas con algún que otro objeto sexual, siempre en el capullito de mi clítoris, nunca por dentro, quiero decir que evidentemente soy virgen, aunque he tenido la tentación en muchas ocasiones de autodesvirgarme con los grandes consoladores que guarda en cada rincón de su casa, pues posibilidades he tenido bastantes.
Ese día en particular era sábado, fue a realizar unas compras para llevar algo de comer a la playa, con toda la conciencia de que yo despertaría, andaría por la casa, investigaría y encontraría lo que ella me dejó al alcance de mi vista.
Y acertó, tras despertarme, caliente como siempre, a primera hora del día, con los pezones tiesos, necesitando algún objeto de los que mi tía guarda en su casa, me puse las bragas, algo desgastadas por la zona del clítoris debido a los rascones que me daba cada noche con ellas puestas, para no manchar nada, y me fui directa a su habitación, y allí estaba la sorpresa del día, encima de su cama.
Era una especie de banco, pero no era un asiento cuadrado, tenía la forma como del lomo de los caballos, intuí que era para sentarse encima, al lado había un libro, unas instrucciones rápidas, una breve descripción de lo que me encontré, aparte de ese asiento donde cabalgar, era un cuadrado movible en todo el centro, con un círculo de unos cuatro diámetros de centímetro por cuatro en el centro, con un bultito, y muchos bultitos más pequeños alrededor, tomé las instrucciones rápidas, y vi debajo un mando, las instrucciones ponían lo siguiente:
"Siéntese en lo alto del cuadrado amarillo, relajadamente, acercando el clítoris al punto rojo, tome el mando y ajuste la velocidad a su antojo, con uno, sólo caricias, con dos frota veloz y con tres, penetra".
De lo caliente que estaba no tuve precaución ninguna de probar previamente la máquina sin sentarme y me senté en el sitio indicado, totalmente chorreando, con las bragas en su lugar, por si acaso mojaba que no fuera ese artilugio el que manchara y se quedara todo en mis bragas.
Una vez en lo alto, comencé con el número uno, en cuanto se puso en marcha, ¡¡aaahhh! di un sobresalto de sorpresa, mi primera intención fue abandonar y detuve la máquina, pero después pensé ¡qué coño!, así que de nuevo me coloqué y sabiendo lo que me esperaba comencé de nuevo, la sensación de placer la sentía llegar, las caricias eran tremendas, en pocos minutos me corrí en el orden de dos o tres veces, no sé si una lengua me dará tanto placer, pero estaba segura que se cansaría antes que esta máquina, mis gritos comenzaron a ser desproporcionados, pero me daba igual, estaba sola, el clítoris lo tenía chorreando, las bragas mojadas, y la máquina también, los labios los veía rojos, y mi estómago no paraba de encogerse debido a la fuerza de mi respiración.
Sentada como estaba y tras un breve reposo, quise probar el dos, esa frotación veloz, ya todo mojado como estaba daba igual, después lo secaría bien, una vez colocada, empecé unos segundos con la primera opción y rápidamente cambié al dos, ¡¡¡ufff!!! Eso era indescriptible, llamaba a un hombre, ¡¡¡hombres, venid a mi, esto en forma de polla tiene que ser genial!!!, estaba enloquecida, clamaba por mi padre que alguna vez había puesto algún dedo en mi clítoris, y también gritaba por esas pollas enormes que veía por internet a los actores porno, estaba desquiciada
En cierto momento, desconozco cual, apreté el mando y pasó a la opción tres, volvieron los movimientos suaves y sentí que algo apretaba hacia el interior de mi vagina, lentamente atravesaba mis labios vaginales, era tanto el placer que sentía que me dejé hacer sin pensar bien lo que pasaba aunque algo me imaginaba, después sentí que todo volvía a su lugar, de nuevo el placer de las caricias a mi clítoris y labios, de nuevo mis corridas tremendas, y de vez en cuando, ese algo que entraba dentro de mi, poco a poco era más grande, ya me estaba empezando a dar igual, el placer que sentía era sublime,, ahí fue cuando comencé a sentir un movimiento rápido que entraba y salía de dentro de mi coño, hasta que atravesó en el lugar menos indicado, mi virginidad, sentí un pequeño dolor, pero rápidamente placer y ya me dejé hacer de todo lo que quisiera la máquina conmigo, estaba siendo follada, de manera grandiosa,después de unos veinte minutos de corrida tras corrida, la máquina se detuvo, y yo no podía moverme, ni siquiera levantarme, tenía como agujetas en mis muslos, de los saltos que daba acompañando el movimiento follatorio.
Cuando quise levantarme, me resultó difícil, algo me impedía salir de aquel asiento, así que esperé un rato, la verdad es que si hubiera leido las instrucciones en su totalidad, habría sabido que la máquina vuelve a su posición diez minutos después, pero yo tan bruta hice lo posible por levantarme, lo conseguí al final y me salí de aquel poste que me había penetrado sin saberlo, era como un consolador, de unos cuatro centímetros de diámetro, subía desde la base unos 20 centímetros, había sido bien follada, mi virginidad, fue a tomar por saco, yo que tanto la guardé, pero fue genial, al cabo de pocos minutos desapareció en su base, un artilugio muy especial.
Fue en ese momento cuando regresó mi tía, no me dio tiempo a moverme y me encontró encima de su cama, totalmente destrozada por el placer, observó mis bajos todo chorreantes, y se sorprendió de que mis bragas continuaban puestas pero con una rasgadura en el centro, donde me propinaba mis caricias con los dedos, que parece ser que al ser bien manoseada, estaba la tela frágil y había roto la máquina por ahí para poder meter bien su polla de goma.
Haciéndose un poco la despistada preguntó:
¿Qué te pasó en tus bragas?
Ni me acordé de que estaban puestas, y esa máquina me folló, digo, me ha desvirgado sin esperarlo.
No te ha gustado, claro está.
Me ha encantado, pero no esperaba que me vieras en estas condiciones, ha sido fabuloso, lo siento tía Flora, por usar tu máquina sin permiso.
No te preocupes, si llevo años viendo como te masturbas con mis cacharritos.
En eso que se acerca y sube junto a Sofía, le da un morreo y le pone un dedo en el clítoris, buscando el agujero de las bragas, comienza a acariciárselo en cuanto lo tiene descubierto, a su vez, con la boca, toma una de sus tetas, todavía vestidas.
- No puedo más Flora, acabo de salir de veinte corridas al menos , estoy agotada
Cuando terminó de decir esa frase, ya tenía los pechos descubiertos, y un dedo sintiendo el calor interno de su vagina. Mientras calmaba su calentura nuevamente renacida chupaba esos pechos que tan preciosos eran.
- Me estás haciendo enlo quecer, nunca había sentido nada así tan profundo de ninguna mano , qué rico, aaahhh, aaahhh, aaahhh.
Seguía dejándose hacer, mientras ella no realizaba ningún movimiento, en cuanto le llegó el clímax, comenzó a moverse lentamente hacia su tía, que para ese momento estaba muy mojada, puso una mano en su chocho afeitado y alucinó, jamás había visto algo así.
- Sofía, cómemelo , por favor.
Su respiración comenzaba a estar acelerada también, su sobrina le obedeció, puso la lengua donde sabía que iba a producirle mayor placer y le aplicó la velocidad justa para que su tia en pocos minutos ya estuviera alcanzando la cumbre del placer.
Guapa ¿esa lengua... cuántos coños ha conocido ya?
Mi lengua es virgen en estos trabajos, el tuyo es el primero.
Ufff pues trabaja muy bien sigue aaaahhh, aaahhh, que me corro de nuevo.
Descansaron un rato, Flora también estaba agotada, pero quería enseñarle algo a su sobrina, algo con lo que iba a hacer gozar de nuevo a su tía.
De un cajón sacó un consolador, el cual estaba puesto en un arnés a su vez, era desproporcionado, Sofía se asustó al verlo.
- No pretenderás que eso penetre en mi recién estrenado como, ¿verdad?
Era lo que pretendía, pero viendo la cara de susto que se le puso le indicó como se ponía y se abrió bien de piernas en la cama, quería que Sofía le penetrara con gigantesco juguetito.
- Sofía, en esta familia nuestra compartimos bastantes momentos juntos, como bien sabrás, te mostraré uno de ellos, -abriéndose bien de piernas- entra y fóllame hasta la saciedad.
Sofía puso manos a la obra, comenzó a penetrar a su tía, en principio despacio, observaba como era atravesada por el chisme tan largo que tenía atado en su cintura, después Flora la rodeó con sus piernas y una vez que tuvo todo fuera, empujó hacia su interior, y le dijo:
Así de rápido quiero que me lo hagas.
Tus palabras son órdenes tita.
Comenzó a follarla fuerte, los gritos de Flora eran enormes, Sofía entre asustada y excitada continuaba con sus vaivenes, hasta que la ordenó detenerse.
Quieta cariño detente no puedo más, me he corrido bien.
¿Lo hice bien?
Perfecto, no es lo mismo cuando se hace a solas, por cierto, esta tarde tendremos compañía, viene tu primo Pedro, para darle unas sesiones de gustito.
Pero, si es gay.
Bueno, da igual, siempre le doy gustito, ¿nunca te dieron por el culo?
No -eso le hacía volver a recordar el chisme que tuvo dentro hacía una hora- ¿está bien?
Estaba ya muy mojada de nuevo, pero decidieron reposar hasta la llegada de Pedro, con el que le esperaban sorpresas nuevas.
Mientras llegaba la visita, comieron, durmieron un poco, juntas, claro está, y recuperaron fuerzas.
Pedro llegó a las siete de la tarde. Le esperaba una sesión sin igual.
Tras los saludos familiares y una breve charla pusieron manos a la obra.
Sofía, hoy vas a ser follada por un hombre.
¿Qué dices?, si es gay.
A mi las mujeres me gustan para que me den por el culo, tía Flora, ya sabes.
Sí, pero hoy vamos a hacer una cosa especial, de momento Sofía va a chuparte la churrita, después, dejadme hacer a mi.
La prima también era nueva en eso de chupar churritas, alguna vez hizo el intento, pero no resultó, fue un fracaso, o el chaval era maricón.
En este caso, recordando su poca experiencia empezó a trabajarse al primo, primero lamidas por su pequeñito pene, que para nada crecía, el ni se inmutaba, después tras retirar el prepucio lamía toda su piel liberada, no existía el efecto esperado, empezó a lamerle por el frenillo, ahí parecía al menos que la barriga se le encogía, empezaba a ponérsele dura, pero tampoco terminaba con la erección, siempre estaba a la mitad, aún así Flora animó a los dos a acoplarse.
Sofía se tumbó en la cama, le ordenó abrirse de piernas y que las pusiese hacia arriba, para una penetración más profunda, y a continuación
Pedro, métela en esa profunda raja.
Ahora mismo, tía Flora.
El miembro viril de Pedro entraba un poco con dificultad, por el hecho de que no estaba erecto del todo, así que tuvo que empujar un poco más, Sofía sentía el calor de la polla como penetraba en su cuerpo, aunque no tenía miedo ni le encontraba sentido puesto que no sería igual que lo que había tenido metido de 20 centímetros unas horas atrás.
Pedro empezó a gemir como loco, y al mismo tiempo se le empezó a endurecer la polla, que entraba con mayor facilidad en el coño de Sofía, que a su vez, agarraba por ambos flancos a su primo para que no se le escapara la sensación de placer, gimiendo como loca en cada empujón que recibía, los dos estaban bien pegados, penetrados hasta el fondo, y mientras, Flora, ya había sobrepasado algunos centímetros el ano de Pedro con el arnés y el consolador que llevaba colocado, la que empujaba realmente era Flora, que disfrutaba de ver como gozaban los otros dos, poco a poco fue introduciéndose en Pedro mientras este ya había conseguido penetrar a Sofía hasta los huevos.
En unos minutos, tras muchos jadeos y grititos por parte de los primos, Pedro sentía que se iba a correr, lo iba a hacer dentro de su ya desvirgada prima, a ninguno le importaba y a la que menos, a Flora, cuando llegó el momento en que iba a correrse se introdujo bien en Sofía, a su vez, Flora apretó bien el consolador en Pedro, la corrido fue brutal, puesto que Sofía también gozó a su mismo tiempo, corriéndose los dos primos como nunca lo habían hecho.
Pasado un tiempo se supo que Sofía pasaba un embarazo, Pedro practicaba con su tía pero a menudo con Sofía durante el embarazo y Flora continuaba comprando y comprando juguetes.