El arte de comentar
Los autores agradecemos los comentarios pero ¿cómo comentar un relato? algunas pinceladas para hacerlo.
El arte de comentar un relato
De acuerdo. Hemos leído un relato, y además lo hemos valorado porque nos ha gustado mucho, o bastante, o poco, o nada. No nos resulta indiferente y queremos decírselo a su autor. Pulsamos en el enlace de “comentarios sobre este relato” y luego el de “enviar comentario” y ¿ahora qué? ¿Qué le decimos al autor?
No se trata de hacer una critica literaria a fondo, pero tampoco un simple “me ha gustado, muy morboso”, al estilo del querido HombreFX. Tampoco hacer una crítica rebuscada que ocupe más que el propio relato y que nadie entienda. No. Se trata de ser capaz de decir si nos ha gustado o si no y, sobre todo, porqué de nuestra opinión, razonarla. Trataremos de esbozar unas cuantas ideas sobre la materia sin ánimo de ser exhaustiva.
¿Por donde empezar? Pues por una opinión general tipo “me ha gustado porque” o “en mi opinión, este relato es un bodrio porque ...”. Aunque también se puede acabar el comentario con lo mismo: “en resumen un buen relato” o “para acabar, el autor promete y esperamos la continuación.” o también “la autora tiene mucho que aprender si quiere seguir en esto”.
¿Y luego? Luego explicamos porqué hemos dicho eso, siempre según nuestro propio criterio, plenamente subjetivo. Podemos dar unas pinceladas generales: comentar la historia general del relato en torno a:
a) el contexto general: cómo es la situación descrita, ¿es creíble?, interesante o no, te ha atrapado desde el principio o bien resulta aburrido, es una historia ya leída o muy común o, por el contrario, muy novedosa.
b) los personajes: ¿completos o redondos? ¿son creíbles? Es decir, aunque transcurra en el futuro o en el pasado, o en cualquier época, cada personaje nos dice algo, o nada. Nos puede dejar tibios o enamorarnos del personaje. Nos puede entrar por los sentidos o dejarnos absolutamente vacíos.
c) la situación narrada: ¿ha sido excitante? ¿divertida? ¿triste o aburrida? ¿nada nuevo? Se veía venir el final desde la primera línea o por el contrario nos ha sorprendido ese giro.
d) Y el sexo: podría ser o resulta completamente inverosímil, ¿nos ha calentado y hemos tenido que recurrir a la manita para ...? ¿o por el contrario nos ha dejado más fríos que un hielo?
Luego se puede entrar más a fondo:
i) Coherencia del relato: ¿hay fallos garrafales del tipo la protagonista empieza llamándose Laura y luego se llama Lara, el tipo era bombero al principio del relato y en el medio se ha convertido en policía?
ii) Errores de la historia: anacronismos como narrar una historia ambientada en el pasado y que aparezca un elemento discordante, etc.
iii) Elementos increíbles en el sexo, como por ejemplo, en una historia que leí, la protagonista estuvo atada tres días (hubiera muerto antes), o lo habitual de hombres con órganos de 50 cm (en reposo) y cosas así.
Por último entrar en las cuestiones del idioma, la forma escrita. No se trata de ser filólogo ni crítico literario de los que hacen reseñas, no. Se trata de opinar sobre el uso del idioma por parte del autor, desde un conocimiento común del mismo:
1) Ortografía: es la parte más fácil y, aunque ahora todos escribimos con ordenador y el corrector ortográfico corrige los errores por nosotros, muchas veces se escapan. No se trata de buscar con lupa los fallos del autor, sino opinar, desde nuestra óptica, sobre ellos. Puede que, si la historia es buena, perdonemos algún fallo o, por el contrario, un acento mal puesto nos dañe los ojos y haga pésima una buena idea sólo por el hecho de que el autor sea poco cuidadoso.
2) Puntuación: las pausas del relato deben hacer legible el mismo, se puede señalar si el autor las usa bien o mal, o pasar por encima de esta parte siempre teniendo en cuenta el sentido común y nuestro conocimiento de las normas de puntuación. Este aspecto es también valorable y puede empeorar nuestra valoración de un buen relato o mejorar la de un relato medio, pues en este caso demuestra que el autor cuida el lenguaje.
3) Diálogos. Suele haber diálogos en los relatos, cómo se escriben formalmente tiene sus reglas, pero también existe flexibilidad como recurso de estilo. Pero a veces se enredan y el lector no los sigue con soltura. Si lo consideramos así hay que hacérselo saber al autor.
4) Léxico: si bien en nuestra lengua se dan muchos localismos y regionalismos, el abuso de ellos puede hacer ininteligible a un relato para los hispanohablantes de muchas zonas. Algo parecido ocurre cuando el autor maneja pocas palabras, resultando frases aburridas y reiteradas.
5) Estilo: esto es más difícil, cada autor tiene el suyo, los hay que abusan de párrafos largos, otros de sólo diálogos, algunos usamos frases muy complejas, otros oraciones simples. Siempre habremos de comentar lo que nos produce al leerlo, así el autor puede corregir o variar su estilo
En el fondo, el comentario de un relato es un arte si queremos que el autor mejore porque nos gusta pero hemos detectado ciertos fallos o queremos que mejore en algunos aspectos, ya que, por lo general, los autores tenemos en cuenta los comentarios, tanto positivos como negativos, para ir mejorando las historias y el modo de contarlas.
Otra cuestión es el tono y es respeto en el comentario. Dejando aparte los comentarios insultantes totalmente rechazables, lo mejor, si un relato no nos ha gustado, es decírselo al autor pero con respeto, como mínimo se ha tomado la molestia de escribir un rato, y eso ya es, de por si, meritorio. En estos casos lo mejor sería indicarle porqué no nos ha gustado, qué fallos le vemos, siempre en tono constructivo, tipo “la idea es buena, pero la ortografía la empeora”, “el personaje de él es creíble pero el de ella no porque una no se puede creer que esa mujer se haya comportado así”, etc. Si el relato nos ha gustado, digamoslo, aunque no sólo eso sino que incidamos en las cualidades positivas que tiene, no sólo en los fallos cometidos.
Seguramente me dejaré cosas en el tintero, muchas sin duda, pero desde aquí animo a que comentéis los relatos, los autores lo agradeceremos y los lectores notaran cómo, por una parte saben más de lo que creen y por otra, el autor mejorará los relatos, sin duda.
Ana del Alba