El armisticio - (El diario de Juan Lu 2/2)

La vida se narra dependiendo de los ojos de quien la ve, no importa si tienes 17 o 97. Amor, enfermedades, muerte, drama, sexo. Te sorprenderías de todo lo que un chico puede tener escrito en su diario personal. Nota: La historia contendrá un capitulo mas.

¡HOLA! Antes de que comiencen a leer tengo que dar dos avisos muy importantes:

El primero son unos agradecimientos especiales a: JSaavedra , Kiko , Alejandro , Greylook , cuco curioso , nuclearheart y Dedmundo ; Así como a los chicos del mail: Juan Diego Ariza Mancilla , Rudy Arroyo Mora , Luis García Palacios y a Christian Tom . Chicos, enserio les agradezco infinitamente sus comentarios, ya que aparte de hacerme sentir muy muy bien, aunque lo duden también me dan esa inquietud de seguirles escribiendo. También quiero agradecer a todos los que leen, pero no comentan . Para todo autor es importante conocer lo que sus lectores piensan de lo que hacen, pero me parece que es más importante respetar las decisiones de cada uno. Todos los que comentan y leen, tanto los que solo leen son importantes porque el mensaje que puede llegar a transmitir un relato va más allá de lo que se pueda escribir. Creo que mi trabajo habla por sí solo con las emociones que pueden llegar a transmitir cuando lo leen. En fin, no me gusta hacer muy largo esto. Gracias de nuevo, por darme la oportunidad de escribirles y pues espero les agrade la lectura. COMENTEN Y VALOREN PORFAVOR! xD

AVISO NÚMERO DOS: Por cuestiones de redacción, a la historia le tendré que agregar un capítulo más, por lo que este a pesar de estar marcado como (2/2) no es el final de la historia. Lo que pasa es que me adentré tanto en la trama que ya escribí un montón de cosas sin llevar un orden y por eso decidí dividir lo que llevaba en dos partes, pues aún me falta un poco más por escribir y no quería dejarlos mucho tiempo sin leer. Este capítulo podría tomarse como lo más cumbre de la historia, aunque en el próximo es donde se revelaran todas las incógnitas que dejé, e intentaré darle un final bonito y digno al diario de Juan Lu. Espero que les agrade la noticia y pues eso es todo, ahora si a leer!!! Los quiero mucho, saludos, ah por cierto, al final del capítulo dejo los métodos en los que pueden ponerse en contacto conmigo para cualquier cosa. CHAU!!

Lunes 4 de junio

Hoy por la mañana antes de ir al instituto, Gabino se ha pasado por mi casa. Mi padre había decidido irse más temprano a la oficina para ponerse al día con sus pendientes del trabajo y mamá se había quedado con Ricardo en el hospital.

Me gustó ver a Gabino de cerca otra vez, ya había olvidado el olor de su perfume y lo lindos que lucen sus ojos cuando me mira fijamente. Lo invité a pasar, obviamente, pero me resultaba imposible decirle algo, nunca se me ha dado bien iniciar una conversación.

« ¿Cómo estás? » Me preguntó con su linda voz actuada que usa cuando no quiere que esté enfadado con él. Aun me sorprendo a mí mismo de lo bien que conozco a Gabino, ya que después intentó “acercarse” a mí, por lo cual actué previamente y me dispuse a servir el desayuno mientras le respondía fríamente « Estoy bien », yo creía que no estaba molesto con él por alejarse de mí en el momento que más lo necesitaba, pero todo indicaba que sí, ya que sentía en mi pecho una acumulación tremenda de reclamos para decirle, pero solo respiré y dejé que se me pasara. Creo que Gabino sintió mi rechazo, pues casi de inmediato tomó sus cosas y se dirigió a la salida.

Antes de irse me dijo que lo sentía y se fue sin decir otra cosa. Me sentía raro, como si mi corazón se hubiera desarmado y comenzara a deshacerse poco a poco.

Ezequiel no pasó por mí esta mañana, así que tuve que caminar hasta el instituto.

Cuando llegué volví a ver a Gabino, estaba charlando amenamente con Fabián cerca de la cafetería, por un instante me imaginé con Gabino en el mismo lugar, como cuando solíamos ser amigos. Eso me puso muy triste; no sé qué fue lo que pasó en mi interior, pero ya no me siento como yo, es como si todo por lo que estoy pasando me fuera descomponiendo paulatinamente.

No me sentí con ánimos de entrar a deportes, así que decidí ir a ver al Sr. Jiménez. Por primera vez en mucho tiempo pude desahogarme con alguien y reflexionar sobre muchas cosas. El Sr. Jiménez me dijo que las personas actúan de forma extraña cuando no saben qué hacer en momentos difíciles, dice que quizás Gabino actúe así conmigo porque no le gustaría verme mal o simplemente no sabe que decir. Lo pensé mucho y al final creo que tiene razón, pues recuerdo la actitud que tuve con Ricardo la primera vez que lo visité en el hospital.

Me sentó muy bien la charla con el señor Jiménez, quizás vaya a verlo más a menudo.

En la hora del descanso Ezequiel me invitó a almorzar en los prados traseros de la escuela, lugar donde solo las parejitas o los más friki de la escuela se reúnen. Por desgracia (o suerte), el lugar estaba desierto.

Ezequiel se disculpó por no haberme recogido ésta mañana y por su “actitud” que había tenido conmigo estos últimos días. « No pienses que es personal Juan Lu, me agradas mucho, es solo que… Me recuerdas a Ricardo, y yo aún no puedo asimilarlo » Era triste saber que no solo mi familia se rehusaba a aceptar la situación, quería decirle a Ezequiel que a mi hermano no le agrada vernos sufrir por él, pero no lo hice, como dijo el Sr. Jiménez “Cada quien asimila el dolor como puede y como quiere” , y eso me consta.

« ¡Pero que dices!, yo nunca podría parecerme a mi hermano, él es inteligente, fuerte, apuesto y a todo el mundo le agrada… » Le dije nervioso.Ezequiel me miró raro y comenzó a acercar su rostro al mío mientras me inspeccionaba de arriba abajo, después sonrió y se tumbó en el césped al lado de mí « Tienes razón, no se parecen en nada… Tú eres mucho más lindo » Cuando dijo eso mi estómago comenzó a vibrar como si de un terremoto se tratara, creo que me sonrojé mucho, porque sentía que mi rostro ardía y mis dientes no paraban de asomarse de entre mis labios. La cosa no paro allí, pues luego sentí como la mano de Ezequiel tomaba mi playera y me jalaba hacia atrás, provocando que quedara acostado a su lado.

Ezequiel tenía sus lentes de aviador puestos, por lo que no podía observar sus ojos, pero extrañamente sentía su mirada sobre mí todo el tiempo. Era un día hermoso, el cielo era de un azul muy claro y el sol brillaba lo necesario para no lastimar la vista, las nubes flotaban lentamente sobre nosotros y la brisa de verano comenzaba a sentirse en el aire. Todo era perfecto.

Me gustaba estar a su lado, y me gustó más cuando entre brinquitos se pegó más a mi cuerpo y extendió su brazo por debajo de mi cabeza para que lo usara como almohada. Su olor a hombre-joven-macho-adolecente era exquisito, y su torso lucía tan plano y firme como… como un puente que me incitaba a cruzarlo con los ojos cerrados… No sé si fue el aliento de su respiración lenta o el latir precipitado de su corazón, pero algo en él hacía que todo lo podrido dentro de mi interior comenzara a cobrar vida otra vez.

"Él me abrazaba y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que estaba protegido. Más que estar a su lado, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, él me abrazaba y eso era volver a sentirme vivo."

Martes 5 de junio

Gabino luce lindo cuando duerme, parece un bebé; No sé cómo logra dormir tan tranquilo sabiendo la clase de persona que es. No es mal chico, o sea, si es un calientahuevos , engreído, pretensioso, egocentrista, pendejo y otras cosillas, pero poniéndolo en una balanza, sus cualidades le ganan a sus defectos. Y si hablamos de cualidades, tiene MUUUCHAS; Físicas, principalmente.

Aun no sé cómo pasó que Gabino esté durmiendo frente a mí, en mi habitación, ¡En mi cama!, ¡¡EN ROPA INTERIOR!!

Bueno, la verdad es que si sé cómo pasó, pero aun no termino de creérmela.

Hoy en el instituto el Profesor de química nos ha encargado nuestro proyecto final de la materia, faltan escasas semanas para que termine el curso, así que era de esperarse que saliera con un trabajo estúpido como el de germinar frijoles en algodón y realizar una bitácora de los procesos y cambios que notáramos en la plantita. No habían pasado ni treinta segundos de que el profesor nos diera la indicación de que buscáramos nuestra pareja del trabajo cuando a mi lugar llego un papelito diciendo:

“Tú y yo para esto, para todo, como en los viejos tiempos… ¿Siii? :3G.”

Por un instante me alegré porque había sido “la primera opción de Gabino” , aunque después recordé que todo el tiempo he sido su primera opción cuando a compañero de trabajos escolares se trata, pues siempre termino haciendo todo yo solo. Cuando me estaba preparando mentalmente para hacer añicos su pequeño y horrendo papelito decidí darle una oportunidad. No por que quisiera estar cerca de él otra vez… Está bien, sí que quería , pero también lo hacía por el consejo que me dio el Sr. Jiménez de ponerme en sus zapatos y darle la oportunidad de remediar las cosas entre nosotros.

Gabino me observaba con ojos de cachorro lastimoso mientras juntaba las palmas de sus manos como si estuviera rezando. No hubo poder de convencimiento más fuerte que ese, ya que terminé sonriéndole como un idiota pactando así el trato.

A Fabián no le agradó mucho el espectáculo, pues aún recuerdo su espeluznante mirada de “te voy a matar pendejo” . Me alegro que haya terminado de pareja con la odiosa de Patricia y tenga que ver a diario su asqueroso acné y oler su aliento a estiércol. No hay duda, son tal para cual.

En el transcurso de la última clase mi vejiga me reprochó por los dos litros de limonada que me había bebido en el descanso, así que tuve que ir al baño a hacer pis . Cuando terminé de satisfacer mis necesidades urinales me percaté de que no era el único al que le habían entrado ganas de satisfacer sus necesidades, aunque las de él eran más bien de tipo psicópatas.

« ¡Vayamos al grano! » Gritó el idiota de Fabián mientras se acercaba a mí como un gran y purpura rinoceronte asesino. No quería causarles más problemas a mis padres, así que decidí ignorarlo y seguir mi camino, por desgracia mi masa corporal no me ayudó mucho cuando me tomó con fuerza del brazo y me lanzo contra la pared. « ¡Suéltame idiota! » Le grité, pero eso solo lo hizo enfurecer más. Una de sus manos se aferró con fuerza a mi cuello y la otra se fue directamente hacia mis pantalones. Hacia mi miembro para ser más exacto.

No sé qué clase de tortura sadomasoquista era esa, pero le resultó bien porque no sabía si reaccionar al dolor o al placer que me hacían sentir sus manos… todo al jodido mismo tiempo.

« Escúchame bien maldita maricona closetera, mantén tus asquerosas manos alejadas de Gabi, sé muy bien cuáles son tus intenciones con él y a mí no me gusta compartir a mis novios » Su mano se movía ágilmente, pues en un abrir y cerrar de ojos ya tenía casi todos sus dedos enroscados en mi miembro sobre la tela de los calzoncillos. « Si decidió estar contigo ahora es porque le da lástima la situación en la que estás por culpa del moribundo de tu hermano, así que no te creas tan importante, además,YA ME LO COGÍ» Lo que recuerdo después de eso es estar en el salón de clases con un fuerte dolor en la frente y temblando de nerviosismo como si hubiera hecho algo muy malo. Acto seguido, Fabián entró al salón con dos grandes tapones de papel higiénico en sus orificios nasales y su ropa manchada de sangre.

No me arrepiento de haberlo golpeado con mi cabeza, pero creo que voy a tener serios problemas más tarde.

Cuando las clases terminaron Gabino me alcanzó en la salida del instituto para según él “preguntarme cuando nos reuniríamos para iniciar el trabajo” . Su repentino interés por la escuela me hizo sacar las siguientes hipótesis:

a) A Gabino le está yendo jodidamente mal en el instituto por no estar yo para pasarle las tareas y los exámenes.

b) A Gabino repentinamente le entraron ganas de ser un buen alumno y en verdad le importa hacer el trabajo.

c) Extraña que le haga pajas o le coma la polla, eso explica su urgencia por estar a solas conmigo.

A esas alturas de la tarde apostaba por el inciso A, aunque más tarde me di cuenta que ningún inciso estaba muy errado sobre sus verdaderas intenciones.

Como no habían dejado más tareas en el día acordamos iniciar lo antes posible, por lo cual ésta tarde no caminé solo de regreso a casa. En el trayecto comenzamos a charlar de trivialidades y a reírnos de cualquier estupidez como antes, aunque no tocamos los temas delicados de mi familia, lo cual agradecí en el interior.

Al llegar a casa todo marchaba bien, comimos, jugamos videojuegos un rato y después subimos a mi habitación a escuchar música y a “charlar” sobre el trabajo. Aún recuerdo el acelerado “boom” de mi corazón al observarlo leyendo la temática del trabajo con su cara de confusión « Básicamente solo tenemos que cultivar una planta de algodón, ¿No? » Error** . Gabino era un idiota, pero de esos que en lugar de dar risa dan ternura.

No podía dejar de mirarlo, era como un guapo y seductor extraterrestre venido de otro planeta con la única misión encomendada de hacerme abultar mis pantalones y acelerar mi corazón, y lo lograba con cada respiración que hacía a su pecho inflarse como un globo, lo lograba rosando su rodilla con la mía, lo lograba mordiendo sus labios o pasando su rosada lengua alrededor de ellos.

Lo lograba mirándome fijamente con sus ojos ámbar que parecían estar envueltos en llamas. Lo lograba jodidamente bien, con el simple hecho de sentirlo cerca de mi otra vez.

« Te extrañé mucho Juan Lu, ¿Lo sabes verdad? » Dijo mientras arrojaba el libro de química hacia el suelo. Su voz sonaba melancólica. « No me consta, pero si tú lo dices yo te creo » Mentira. No le creía. « No sirve de nada decirlo si no suenas convencido… Es horrible ir al instituto y sentir como si algo me hiciera falta, como si estuviera incompleto. No me gusta que estés lejos, porque te necesito más de lo que tú me podrías llegar a necesitar a mí » Esa era otra gran mentira, aunque era una que solo yo podía darle significado. Sus palabras quebradizas desgarraron mi pecho, y aunque soñé cientos de veces con escuchar eso de los labios de Gabino, en ese momento no supe exactamente qué fue lo que sentí.

« También te necesitaba… me sentía solo; También sé cómo es sentirte incompleto y vacío y no tener a nadie que te escuche sin que te mientan diciendo que todo va a estar bien, no hables buscando compasión como si la necesitaras, sabes que nunca podría estar molesto contigo, el que necesita compasión tuya soy yo… porque tú también me haces mucha falta » Ni si quiera pensé en lo que iba a decir, solo solté mi lengua y aun me alegro de que no haya dicho algo estúpido.

Los ojos de Gabino ya no lucían llamativos, estaban sumergidos en una transparente y húmeda capa de sentimientos de culpabilidad que también me hicieron sentir culpable a mí. « Perdón por no estar allí, no sé en qué estaba pensando; Siempre la he cagado contigo Juan Lu, no sé cómo es que aún me soportas » Un gran silencio congeló la habitación en ese momento. Sentía en mis cuerdas vocales como se iban formando las palabras, y no había fuerza existente en éste mundo que pudiera parar lo que durante tanto tiempo se había acumulado dentro de mí.

« Quizás sea porque… porque yo… te… te a… » Y allí estaba yo de nuevo tragándome mis sentimientos frustrados de amor , porque había una fuerza existente capaz de hacer que eso sucediera. La fuerza gravitatoria de ese meteorito ardiente de piel blanca y músculos bien definidos esperando estrellarse contra mi capa de ozono e ir directamente hacia el núcleo de mis labios. ¡Rayos!, eso sonaba mejor en mi cabeza.

Mis ojos parecían como los lentes de alta definición de una videocámara, rebobinando cada movimiento y haciéndolo cada vez más y más lento. Su boca parecía como el botón de una pequeña rosa floreciendo en plena primavera y sus manos dos grandes ferrocarriles que empujaban mi cuerpo hacia abajo.

« YA ME LO COGÍ”» Por desgracia, la puta y horrenda voz de Fabián comenzó a hacer ruido en mi cabeza con esa frase que me había dicho horas antes. Tenía a Gabino encima de mí como lo había imaginado en mis más perversas fantasías, y justo cuando su boca estuvo a punto de tocar la mía mi cabeza se giró automáticamente provocando sentir sus húmedos labios en mi cuello.

« ¿Qué pasa?, ¿No quieres? » Me dijo con voz de cortón cachondo. Sentir su miembro duro y caliente encima del mío me hacía pensar: ¡Mierda, sí que quiero! , pero lamentablemente mi frágil e inexperimentado corazón me hizo dudar. « ¿Es cierto que cogiste con Fabián? » Le pregunté con sentimiento en mi voz mientras giraba mi cara para apartarme de los escasos centímetros que me separaban de la suya. Con mi visión periférica pude ver la mueca de vergüenza en su rostro mientras rodaba un poco su cuerpo para caer boca arriba al lado de mí.

« ¿Eso importa? » Me preguntó con voz seria. « No sé… tú dime » Escupí con tono irónico.Gabino se quedó un momento pensativo mirando hacia el techo, luego se volvió para mirarme. « Tú sabes como soy… No hace falta que te responda » Sus palabras intentaron sonar arrogantes, pero lo único que pude notar en ellas era decepción. Decepción de sí mismo. « Claro que hace falta hablar de lo que sientes, porque si no te importas a ti mismo, a mí sí, claro que importas Gabino, porque hay algo en ti que te hace ser miserable e infeliz… y creo que ya eres consciente de ello » Su semblante era duro, aunque poco a poco el Gabino orgulloso y pedante de siempre terminó sincerándose conmigo.

« Tienes razón, pero no sé qué es lo que me pasa Juan Lu, siempre que intento llenar el vacío que siento dentro de mí termino sintiéndome peor. A veces siento asco de mí mismo, de lo que hago con esos chicos… Sus ojos me miran como si lo único que vieran fuera mi exterior y no desearan otra cosa más que poseerme, me siento como un puto trofeo frío y oxidado al que a todos les gusta presumir pero que siempre terminan olvidando en el ático. Tengo miedo de no ser lo suficientemente bueno para alguien » Gabino no es mucho de llorar y menos de hablar sobre él mismo aunque eso le haga sentirse bien. Pero así es él y no puedo juzgarlo por ello.

« El problema es que buscas llenar tu vacío con mal sexo e intentos de relaciones furtivas con personas que te ven como un simple acostón, y eso provoca que te veas a ti mismo como poca cosa… La gente no se olvida a menos que así lo deseen Gabino, depende de ti hacerte notar y marcar la vida de los demás para que no te olviden y para que te vean como lo que en verdad eres. Y si de algo sirve, yo creo que si puedes llegar a ser todo lo que alguien esté buscando, solo pienso que aún no ha llegado quien logré despertar al verdadero Gabino, ese que solo tú conoces bien » La tensión sexual había desaparecido en su totalidad. Ahora solo era una charla entre dos viejos amigos, y eso me hacía sentir mejor que cualquier besuqueo intenso que pudiera haber tenido esa tarde.

« Juan Lu, si nunca quise tener algo serio contigo antes no era porque no me gustaras. Tenía miedo de lastimarte, o peor aún, de perderte. Ahora me doy cuenta de toda la mierda que hubiera podido evitar si me hubiera fijado en ti antes… Gracias, y quiero que sepas que eres el único que ha logrado despertar al genuino yo, porque es este que tienes justo en frente »

Aun después de todo si hubo algo intenso entre nosotros ésta tarde. No pedí mi virginidad, ni tampoco lo besé, pero al menos pude deleitarme nuevamente con sus gemidos de excitación y el sentir su cuerpo desnudo encima del mío. Ambos necesitábamos corrernos como lo hicimos ésta tarde; Y aun así nada cambio entre nosotros, fue solo una simple y amistosa paja entre colegas.

Lo importante del día acabo allí. La organización del trabajo se fue a la mierda pero al menos pudimos arreglar las cosas entre nosotros. Se nos hizo tarde hablando de cosas sin transcendencia así que por eso Gabino se quedó a dormir en casa.

Aun me siento confundido con todo lo que pasó, aunque siento como si me hubieran quitado un gran peso de encima.

Miércoles 6 de junio

Anoche tuve el sueño más perturbador y revelador que haya tenido jamás. No sé si fue la excitación que sentía por tener el cuerpo de Gabino pegado al mío, o fue la pizza que cenamos lo que originó que mi sueño no fuera del todo “placentero”. Mi sueño comenzaba conmigo recostado sobre una gran sabana de color purpura bajo la sombra de un inmenso árbol. Recuerdo que hablaba por teléfono con Ricardo y me decía que ya se sentía mejor y que pronto lo darían de alta en el hospital; En eso Ezequiel aparecía de la nada y se montaba en mi estómago y me decía que colgara el teléfono. Todo parecía tan real que hasta pude apreciar el olor de su cuerpo cuando levanto sus brazos y se quitó la playera ante mis desorbitados ojos; Su torso era flexible y sus abdominales lucían fuertes y sensuales.

Me miraba con deseo y sus manos recorrían su cuerpo lenta y provocativamente, después se agarró la polla con fuerza y dijo « ¿Quieres esto? » Recuerdo que sonreí con malicia y negué con la cabeza, luego lo tomé del cuello y lo atraje hacia mí. La escena que ronda en mi cabeza es como sacada de la más atrevida y explicita película porno que haya visto jamás.

Todo era tan excitante y glorioso que era demasiado bueno para que pudiese tener un final feliz, por lo que el sonido del despertador terminó por arruinar todo. Gabino también se había despertado y ambos nos quedamos en silencio mientras mirábamos hacia la nada de forma reflexiva.

« ¡Vaya, se ve que estuviste soñando conmigo! » Exclamó de pronto Gabino mientras reía y observaba asombrado mi notable erección. Yo sonreía por fuera, pero por dentro mi cabeza era un mar de pensamientos confusos y preguntas que quería evitar a como diera lugar.

Después de levantarnos hicimos lo habitual para prepararnos para el instituto y luego bajamos a desayunar. Cerca de las 7:30 de la mañana y al ver que Ezequiel no daba señales de llegar nos dispusimos a caminar hasta el instituto, Gabino se veía radiante, como si la charla, o el sueño, o la paja de ayer le hubieran hecho un bien necesario que anhelaba desde hace mucho. Cuando al fin llegamos Fabián ya se encontraba allí, por lo cual decidí mantener mi distancia.

En el transcurso del día (incluyendo la hora del descanso) decidí estar solo. Gabino y el hipócrita de Fabián me rogaron para que almorzara con ellos pero les dije que no, porque tenía algo muy importante que hacer. Yo quería ver a Ezequiel, ya que ésta mañana tampoco había ido a buscarme para llevarme al instituto. Me extrañó un poco ya que ayer mediante un mensaje de texto me había prometido hacerlo.

Lo busqué un rato (tratando de no verme desesperado) hasta que lo encontré en los comedores de la cafetería con los populares chicos del equipo de baloncesto. Me miró fugazmente y solo levantó su cabeza en modo de pseudo saludo; Comprendí el gesto y no quise molestarlo, a fin de cuentas es obvio que uno de último grado se avergüence de junarse con alguien menor. Me pasé todo el descanso mirándolo de lejos y al fin las preguntas del millón emergieron de mi subconsciente… ¿Estaba enamorado de Ezequiel?, ¿Sera por eso que no pude sentir nada más que excitación y placer ayer mientras estaba con Gabino?

La conclusión fue un rotundo: ¡N O!

Quiero decir, Ezequiel está bueno, no es del ejemplar de galanes al que pertenece Gabino, pero atesora lo suyo. Tiene brazos sexys y una espalda ancha y fuerte que lo hacen parecer nadador profesional. Además es alto y eso lo hace verse imponente y rudo, aunque su cabello ondulado y sus delicadas facciones lo hacen lucir como si no matara ni a una mosca.

Me gusta estar con él y se me hace un tipo de lo más atractivo, y aunque lo que pasó el lunes entre nosotros fue jodidamente extraño y lindo a la vez, no sé, creo que lo que no me gusta de él es que estoy seguro de que nunca se fijaría en alguien como yo.

Además, pienso que todo lo que ha pasado entre nosotros no es más que un mal entendido. En mi cabeza.

Siempre suelo confundir la gentiliza con el amor, así que esa fue la conclusión. A Ezequiel no le gusto, solo le recuerdo a Ricardo y por eso se porta así conmigo, fin de la historia.

Faltan dos días para la “gran” fiesta en el deshuesadero. Sé que le prometí a mi hermano que asistiría, pero aún no se si decirle a Gabino, él da por sentado que no iré ya que sabe que los viernes y los fines de semana me la paso en el hospital, así que eso me facilita las cosas.

Mañana tendré que decidir si iré o no. Odio tomar decisiones de última hora.

Jueves 7 de junio

Ezequiel llegó puntual a casa ésta mañana. Tocó el claxon un par de veces y luego encendió el motor del auto como para apresurarme. Cuando salí de casa con media rebanada de pan tostado en la boca y con mi mochila a medio cerrar me percaté de que había algo extraño en él. Su semblante era serio y en ningún momento volteó a mirarme o a hacer algún gesto amable como es costumbre en él.

Al principio creí que se había levantado del lado izquierdo de la cama o le habían salido mal algunas cosas antes de venir a recogerme, pero mientras transcurrían los segundos me iba dando cuenta de que era algo más personal.

« Creí que hoy tampoco vendrías, ayer te estuve esperando » Musité con algo de nerviosismo, el ambiente entre nosotros era tenso « Si pasé a recogerte ayer, pero ya tenías compañía, no quise… entrometerme » Sonaba molesto, su mirada se mantenía fija en el volante y su respiración parecía estar algo agitada. « Bueno, el profesor de química nos encargó un trabajo en equipo, y Gabino solo fue a casa a… » « Juan Lu, no te ofendas pero sinceramente no me importan tus explicaciones, ahórratelas, solo avísame cuando no necesites que te recoja, así no me haces perder el tiempo » Un escalofrió terrible recorrió mi nuca. Sus palabras en serio me hicieron sentir mal.

« En verdad lo siento, ayer quería hablarte en la hora del descanso pero muy que apenas me saludaste, yo… solo quería saber cómo estabas, quería estar contigo » A veces se me da pensar en voz alta, y para mi desgracia lo acababa de hacer. Grave error, pues Ezequiel me miraba con cara de horror.

« ¿Qué clase de mariconada fue esa esa? » Exclamó de pronto mientras frenaba bruscamente el auto a medio camino. « No, no, lo que quise decir fue… » « Mira, déjalo así, solo déjame conducir; EN SILENCIO… sino te gusta pues ya sabes que hacer, no soy tu maldito chofer » De nuevo fui interrumpido, aunque esta vez sus palabras se estrellaron con más fuerza en mi ego.

« Eres un pendejo » Fue lo único que pude decirle antes de salir del auto y verlo desaparecer a lo lejos. Por suerte no faltaba mucho para llegar al instituto.

Ezequiel es en verdad un grandísimo pendejo, es el rey de los pendejos. No sé cómo pude pensar que estaba enamorado de él.

Viernes 8 de Junio

Hoy es el día más esperado por la mayoría de los chicos de mi pequeña ciudad. Faltan un par de horas para que la “fiesta del año” comience, y yo ya estoy preparado con mi mejor ropa y mi mejor loción para estar allí.

He decidido escribir antes en mi diario porque puede que ésta sea la última noche que sea virgen . Ayer después de la discusión con Ezequiel y el estarnos evitando cada vez que nos topábamos en el instituto, me hizo desear con más ganas el estar con Gabino en la fiesta, beber, charlar y que pase lo que tenga que pasar entre nosotros. Gabino se puso muy contento cuando le dije que si iba a asistir a la fiesta, aunque debo admitir que si no fuera por Ricardo no me hubiera animado a ir.

Cerca del medio día los profesores tuvieron que entrar a una junta de sindicato, por lo cual las clases terminaron antes. La fiesta no iba a comenzar hasta las ocho, por lo que decidí ir a visitar a mi hermano al hospital. Cuando llegué vi a mamá peleándose con la máquina expendedora de golosinas, siempre olvida como seleccionar el producto. Después de explicarle por milésima vez el procedimiento le dije que iba a pasar con Ricardo.

« Pues vas a tener que esperar, una linda rubita y Ezequiel  llegaron hace un rato y ahora están con tu hermano… Deben tener una media hora allí, ya no deben tardar » En ese momento sentí como si mi madre me apuñalara en el estómago con la barra de chocolate que mantenía entre sus manos. « ¿Y quién carajos es la rubia? » Exclamé entre una rabieta de enojo y… celos.

« No lo sé, debe ser amiga de tu hermano, o quizá la novia de Ezequiel, ese chico debe ser todo un rompecorazones con las chicas » « ¡Hay madre, que cosas dices! » Le dije mientras reía sarcásticamente y me iba acercando despistadamente a la habitación de mi hermano.

Efectivamente en la habitación se encontraba Ezequiel junto a la delgada y perfecta Sara Magenta , la capitana del equipo de vóleibol femenil del instituto. Debo aceptar que sentí un poco de celos cuando los vi, me sentía como derrotado.

Con la poca dignidad que me quedaba y con mis ánimos por los suelos me dispuse a esperar con mamá en el corredor. A los quince minutos maso menos Sara y Ezequiel salieron de la habitación abrazados el uno del otro. Sara lucía triste y Ezequiel trataba de animarla dándole palmaditas en la espalda, mamá me hizo una seña como para que la siguiera pues la chica se veía con intenciones de decirnos algo.

Seguí a mamá pero justo antes de llegar a donde se encontraban decidí seguir caminando hacia la habitación de mi hermano, intercambiando una fría e indiferente mirada con Ezequiel, quien junto con mi madre intentaba consolar a la destrozada chica.

Cuando llegué a la habitación mis ojos no podían creer lo que veían, pues en los diecisiete años que llevaba de conocer a mi hermano nunca lo había visto llorar, no hasta éste día. « ¿Te sientes mal?, ¿Quieres que llame a la enfermera? » Le dije rápidamente mientras me acercaba. Ricardo negó con la cabeza y me pidió que cerrara la puerta, su llanto no era causado por algún dolor físico, sino del tipo de dolor que se siente en el alma, el dolor de un corazón roto. Me quedé en silencio mientras le acariciaba la cabeza y lo dejaba desahogarse en mi pecho.

« ¿Alguna vez has tenido que actuar como un verdadero patán con alguien, solo para no lastimarle? » Mepreguntó de pronto entre suspiros y sollozos « No, pero sé que se siente estar del otro lado » Le contesté serenamente. No mentía, regularmente las personas que me lastiman dicen que lo hacen por mi bien o para no lastimarme de más. « ¿Y cómo se siente? » Preguntó intrigado con sus ojos bien abiertos mirándome fijamente. « No es tan malo, te llegas a acostumbrar » Al decir eso noté como su semblante se tranquilizó y comenzó a sonreír. « Eres un idiota » Ambos nos echamos a reír y después me contó lo que le sucedía.

Resulta que Sara es, o era hasta hace unas horas su novia desde hace dos años. Ricardo dice que la quiere tanto que prefiere que termine odiándolo para que así pueda olvidarlo, pues no quiere ser el culpable de que ella sea infeliz. Me contó que le había encargado a Ezequiel que no le dijera a Sara en que hospital estaba porque no quería que lo viera en el estado en el que se encuentra, pero que Ezequiel no pudo ocultárselo mucho tiempo porque es un blando de corazón .

Dice que le tuvo que decir mentiras horribles a Sara, como que durante su relación le fue infiel y que nunca la quiso en realidad, que solo estuvo con ella para follársela y porque le gustaba sentir envidia de los demás chicos de la escuela. Sé que se arrepiente de todo pero es tan terco que nunca acepta cuando se equivoca. En éste caso no supe bien que decirle, el único consejo que pude darle es que el hecho de estar muriendo no le quitaba el derecho de amar, ni tampoco tenía el derecho de quitárselo a Sara. También le dije que hablara de esto con mamá, pues ella podría darle un punto de vista más claro sobre las cosas porque ya era mayor y porque además también era una chica. Creo que me hizo caso, pues antes de marcharme vi como escuchaba atentamente lo que mamá le decía con una linda y sincera sonrisa en sus labios.

El estar yendo frecuentemente al hospital y ver sonreír a esas personas cuyas vidas están colgando de un hilo me hace pensar en lo afortunados que deberíamos de estar los que estamos “bien”, pues mientras ellos aprenden a valorar al máximo lo que les queda de vida, sus familiares solo aprenden a ver lo miserable e injusta que puede llegar a ser la misma.

En realidad no entiendo a la gente que aborrece tanto su vida que preferirían estar muertos. Uno debe tener coraje para vivir. Ellos son cobardes. Narcisistas, egoístas, creen que el mundo gira alrededor de ellos. ¿Cómo pueden desechar el mejor regalo que tienen?, ¿Cómo puede hacerse eso a uno mismo y a los que ama?, No entiendo eso.

Durante mi trayecto a casa solo pude pensar en el chiste de mal gusto que Ricardo solía decir siempre que podía: “¡Ya falta poco para la fiesta en el viejo deshuesadero!, ¡ Moriría por poder estar allí!”

Creo que la única razón por la que quiero asistir a la fiesta es porque espero que mi presencia sea la sustitución de mi hermano. No me agrada la idea de que deseé morir solo por no poder ir a esa estúpida fiesta.

Sábado 9 de Junio

Él es el tipo de hombre que pasa por la vida de todo chico gay. Es esa persona que está allí, a diario, ya sea en la escuela, en el trabajo, en la cafetería o en el parque al que vas con regularidad solo para ver si de casualidad lo ves.

Él es esa persona que deseas con cada centímetro de tu piel, con la cual sueñas y te imaginas cientos de historias en tu cabeza, pero que irónicamente muchas veces ni si quiera conoces el timbre de su voz. Él es la clase de hombre que te hace suspirar de la nada y que causa un aceleramiento masivo a tu corazón cuando te mira solo por una fracción de segundo.

Él es esa persona por la que tardas un poco más en arreglarte a diario, por quien usas enjuague bucal y tu mejor perfume antes de salir de casa. Él es ese desconocido por el que darías todo sin importar que eso te haga infeliz.

Él es lo primero que tus ojos buscan, es esa imagen de perfección que tiene el efecto de alegrar un día nublado con solo sonreír.

Él es tu estado de ánimo, tus ganas de querer y ser querido, es tu comida preferida, es olor a tierra mojada, es un café caliente por la mañana, es tu “11:11” de cada noche, es escuchar por la radio tu canción favorita, es un 10 en matemáticas, un helado en verano, es poder dormir de madrugada después de haber estudiado toda la noche, es ver llover desde tu ventana; Él es reírse a carcajadas sin importar que los demás te miren raro, Él es viajar, comer chocolate, contemplar una puesta de sol, compartir tiempo con tu familia y amigos. Él es leer un buen libro, levantarse hasta tarde y desayunar en la cama. Él es amar… Es dar tu primer beso, es enamórate por primera vez.

Él es todo eso… y un poquito más.

Aquí llega el capitulo, espero que les haya gustado.

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