El aperitivo
Violeta decide quedarse a "comer" en casa, esto es sólo la primera parte de la comida.
Me había levantado temprano, Violeta aun dormía cuando salí de casa a correr un poco, era domingo, la mañana era fresca y era el momento perfecto para hacer deporte. Estuve más o menos una hora corriendo. Cuando llegue a casa oí como Violeta se duchaba, me preparé un zumo, me lo bebí y esperé a que terminara en la ducha para entrar yo.
Nos cruzamos en la puerta del cuarto de baño, casi ni nos vimos, ella iba envuelta en toallas, una para su cuerpo, le cubría desde el pecho hasta los pies, y otra en el pelo haciendo uno de esos rulos tan graciosos que se ponen las mujeres.
Tengo un espejo pequeño para afeitarme mientras me ducho, muchos domingos no me afeito, pero este teníamos una comida con una compañera de trabajo de Violeta y su marido, así que me tenía que poner un poco presentable. Esta llegando el verano, se acerca el momento de la piscina, la playa, el mar, la arena así que me afeité y, aunque a Violeta le gusta que tenga algo de pelo sobre mi polla, en verano siempre me rasuro por completo, así que decidí que ese era el momento, puse un poco de espuma y pase la cuchilla todo alrededor de mi polla y mis huevos, es una operación que me excita bastante, a veces me lo hace Violeta y luego acabamos jugando un rato, así que me empalme un poco, pero la cosa no fue a mayores.
Salí del cuarto de baño con una toalla rodeándome la cintura, Violeta seguía cubierta por la toalla del pecho, la de la cabeza estaba en el suelo y ella estaba cepillándose el pelo, sentada en el borde de la cama.
- He llamado para anular la comida de hoy- me dijo.
- ¿ Por qué, ha pasado algo?- Aunque a mi aquella comida no me apetecía nada intente parecer desilusionado al preguntar.
- Nada, sólo que prefiero comer en casa- me contesto Violeta sin mirarme y continuando con su pelo.
- Creo que habrá que salir a comprar algo, la nevera está vacía- le dije.
- No te preocupes. Mientras me duchaba he pensado que ya que los dos estamos limpios y frescos, y hoy sólo tenemos esa comida, que no nos engañemos, a ninguno nos apetece, prefiero pasar el día aquí. Ya se me ha ocurrido un menú que te va a gustar- Dijo todo esto mientras se levantaba de la cama y se acercaba a mi.
Violeta estaba frente a mi, con una sonrisa pícara, mirándome a los ojos, agarro la toalla de mi cintura y me la arranco, tirándola a su espalda. Su mirada empezó a bajar por mi cuerpo, sus ojos lo recorrieron lentamente, muy despacio, hasta llegar a mi polla, que estaba un poco empinada.
- ¡ Huy!, que bien, hemos tenido la misma idea- dijo sonriendo y dejando caer al suelo la toalla que cubría su cuerpo.
Ahora fueron mis ojos los que recorrieron su cuerpo, un poco brillante por la crema que se había dado y que su piel aun no había absorbido, y llegué a su coño, completamente rasurado, se había quitado la fina línea de pelo que normalmente recorría su pubis.
Antes de poder decir nada, Violeta se arrodilló y se metió toda mi polla en su boca, yo aun no estaba totalmente empalmado, así que le cupo toda ella, hasta los huevos.
Toda mi polla estaba en su boca, su lengua se movía muy despacio, yo me estaba empalmando y la boca de Violeta no podía mantenerla toda dentro. A medida que mi polla crecía ella dejaba salir un poco, empapada con su saliva, su lengua se movía, succionaba. Finalmente ya solo mi capullo, terriblemente hinchado y sensible, estaba dentro. Provocándome un estremecimiento, ella se saco mi capullo de la boca, rozándolo, presionándolo con sus dientes. Con una de sus manos empujó mi polla, ya completamente empalmada, pegándola a mi tripa, metió su cabeza entre mis piernas, y con su lengua empezó a recorrer desde mi ano pasando por mis huevos y luego todo lo largo de mi polla. Allí por donde pasaba lo dejaba empapado con su saliva, mis huevos, mi polla, mi capullo, todo estaba terriblemente húmedo.
Paró, miró mi polla, abrió la boca y se la metió todo lo larga que era en ella, note como llegaba hasta su garganta, pero a Violeta no parecía molestarle, porque empezó a mover su cabeza, haciendo que mi polla entrara y saliera de su boca violentamente, sus labios, su lengua la recorrían una y otra vez, cada vez que entraba salía más húmeda con su saliva. Cada vez que mi polla golpeaba su garganta ,Violeta parecía querer que entrara en ella más profundamente, su saliva salía de su boca para dejar sitio a mi polla chorreando por su barbilla, su cuello, sus pechos. Ella emitía ruidos deliciosos, parecía como si quisiera devorarme. Estaba a punto de corrérme, tenemos una señal para las veces en las que Violeta no quiere que me corra en su boca, así que le di un par de golpes en el hombro, la señal convenida. Violeta siguió chupándome la polla violentamente sin hacer caso a la señal, presionando con la lengua para pegarla a su paladar, golpeándose la garganta con mi capullo. Yo no aguantaba más, así que descargue toda mi leche dentro de su boca, con su saliva y la cantidad de semen que la excitación me había hecho soltar desbordó cayendo por la comisura de sus labios su saliva y mi semen mezclados, recorriendo su barbilla, su cuello, su pecho. Violeta dejo salir mi polla ya flácida de su boca y relamiéndose, empujando hacia su boca con los dedos el semen y la saliva que quedaban en la comisura de sus labios, se tragó hasta la última gota.
- Bueno, yo el aperitivo ya me lo he comido. Ahora te toca a ti- me dijo sonriendo.
Se levanto y me llevó hasta la cama donde me tumbó, ella se subió a la cama y mirando hacia los pies de la cama vi como su coño se acercaba a mi boca al sentarse ella sobre mi cara, con sus dedos, mientras se sentaba, abrió un poco su coño para que encajara perfectamente en mi boca, sus muslos me aprisionaron entre sus piernas, abrí la boca, saque mi lengua y la metí entre los labios de su coño, ya hinchados de excitación. En esa posición, con ella sentada sobre mi, su coño en mi boca, mis manos agarrando sus tetas fuerte, empujándola sobre mi facilitando a mi lengua el acceso a su interior. Mi lengua recorría su coño, por dentro, por fuera, en ocasiones atrapaba su clítoris entre mis labios y ,,dentro de mi boca lo masajeaba suavemente con la punta de mi lengua. Todo estaba terriblemente húmedo, la humedad de su coño se mezclaba con mi saliva, toda mi cara estaba mojaba, notaba el sabor de Violeta escurriéndose por mi garganta, era delicioso poder saborear así su excitación.
Su respiración empezó a ser cada vez más profunda y lenta, sus piernas se pusieron en tensión, un escalofrío de placer recorrió su cuerpo, note como su coño se contraía una y otra vez atrapando mi lengua en su interior, una oleada de su humedad inundó mi boca. Violeta se derrumbó sobre mi cuerpo, liberando mi cabeza de entre sus piernas.
- Bueno, ya hemos tomado el aperitivo los dos, ahora toca el plato principal- dijo con voz entrecortada y aún con ligeros espasmo.
Publicaré la continuación de esta historia en unos días, espero que esta primera parte os haya gustado y esperéis con impaciencia la segunda parte. Agradecería me dierais vuestra opinión de lo que llevo escrito.
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