El Antro (Cortos y Más)
Tras desearlo por mucho tiempo termino cediendo a mis impulsos autodestructivos y me aventuro en un antro en el que me follan sin piedad.
El Antro
He deseado este momento por mucho tiempo y finalmente me decidí. Subo las escaleras al segundo piso, un hombre ya me espera en la puerta y solo me abre para dejarme entrar. La primera habitación al interior del antro es pequeña, tiene una barra con una vitrina llena de bebidas atrás de ella otro hombre me recibe
– ¿eres mayor de edad? –
– Si – respondo con timidez
– Tus documentos –
Le entrego mi DNI y luego de revisarlo me pregunta
– ¿Has venido antes? –
– No –
– Bien, la entrada hoy cuesta 25 soles, puedes entrar desnudo o con este taparrabo. Adentro no están permitidos los celulares ni las cámaras de foto o video. Te voy a dar una llave para un locker donde puedes dejar tus cosas. La atención es hasta las 11 de la noche. Tenemos tragos y otras bebidas si te apetece –
Le doy un billete de 50 soles y me entrega la llave con el llavero número 15 junto con mi vuelto. Lo tomo y voy en busca del locker número 15 el cual encuentro con facilidad. El lugar es pequeño, los lokers comparten el espacio con la barra y el lugar para cambiarse la ropa o, mejor dicho, para quitársela es ahí mismo. Me siento en una banca y empiezo con el ritual me quito primero las zapatillas desabrocho la correa y el pantalón y me lo bajo hasta los tobillos, me siento para quitármelo completamente, vuelvo a colocarme las zapatillas y ahora me quito el polo. Observo que el hombre de la barra me mira con disimulo. Me quito el bóxer y me ato el taparrabo que no es más que eso, un taparrabo, un pedazo minusculo de tela que con las justas cubre ínfimamente la parte baja de mi cintura, de hecho, puedo notar que si me siento mi verga se expone casi sin velo y si me agacho, se me ve el trasero. Me sonrojo y me caliento a la vez, el taparrabo me da una sensación de vulnerabilidad que me excita. Finalmente me quito el polo y guardo mis cosas con cuidado en el locker. Doy una ultima mirada a los mensajes en el celular y lo apago antes de guardarlo.
Estoy listo para pasar a la siguiente sala me pongo de pie y camino en dirección a la entrada, en el camino hay un mueble abierto con toda clase de “juguetes BDSM” bozales, látigos, pecheras con púas, y una gran variedad de grilletes, penes de silicona de varios tamaños entre otras rarezas. Me siento tentado a colocarme unos grilletes, pero aún estoy algo tímido.
Paso a la siguiente habitación, es algo más oscura que la anterior, pero se ve a la perfección. Hay una X de madera, con unas armellas, una picota y una hamaca de mimbre. Mis ojos se adaptan a la luz y empiezo a buscar con la mirada. Hay un hombre viejo sentado en el sillón manoseándose la verga, paso… otro parado cerca una pared, me acerco para verlo mejor, tiene una barba mal cuidada que lo hace parecer sucio, paso… hay dos hombres más sentados uno al lado del otro manoseándose mutuamente la verga, me arrecho, pero paso… asomo la cabeza a otra habitación, es una sala con un televisor grande en el que pasan una películas porno gay, dos hombres sentados uno a cada extremo de un sofá se contentan con ver porno… paso al menos por ahora. Sigo mi recorrido y entro a otra habitación, más oscura en la que casi no se ve nada, mis ojos tratan de adecuarse, pero es inútil. Camino a tientas buscando la pared oigo un ruido como de alguien que se mueve delante de mí justo antes de dar con la pared del fondo, me apoyo en ella y me volteo, mirando hacia el otro lado, apoyado por la luz del exterior es posible ver las siluetas, hay varios hombres apoyados en las paredes y delante de ellos, arrodillados otros tantos engullen sus miembros. Me quedo parado ahí mismo y me excito con la situación, cuando noto que un hombre se me acerca lentamente hasta colocarse a mi lado. Me pone la mano sobre la verga y lo dejo tocarme, pero el parece no estar tan interesado en mi miembro pues su mano se desliza con rapidez hacia mi culo el cual acaricia por debajo del taparrabo. Me dejo tocar, el desconocido pasa su mano por mis nalgas con delicadeza, sus dedos se deslizan por mi raja tentándome, sondeando hasta donde pueden llegar, se lo permito y la sombra de un paso más, busca mi mano y la lleva hasta su miembro no lleva el taparrabo. O se lo ha quitado para que lo sienta o es uno de esos experimentados que andan ya sin tapujos mostrándose enteros. Le toco la verga, se siente grande, dura caliente. El hombre ahora sube su mano por mi espalda hasta mi nuca, me presiona hacia abajo haciéndome el gesto para que me agache y le entregue mi boca, pero paso… no es que no esté excitado, de hecho, la tentación estuvo a punto de vencerme, pero al menos quiero verle la cara. Salgo de la habitación oscura y el hombre me persigue, lo veo afuera completamente desnudo, es alto, fornido tiene las piernas y los brazos gruesos, los hombros anchos una mata de pelo en el pecho hace que me percate de lo velludo que es y la barriga delata la edad, al menos 40 años que al meno spor la falta de luz no se ven reflejados en su rostro serio, la pinga parada debe medirle unos 18 cm, parece un hongo venoso circuncidada con un glande que por alguna razón parece enorme, no es mi tipo de hombre, pero debo reconocer que tampoco está mal, se me acerca, pero lo rechazo y asume el golpe.
Un chico joven me mira con ojos de deseo. Pero parece que ya transo con alguien, un hombre alto lo sigue, el chico se hecha boca arriba en la mecedora abre las piernas y el hombre alto le ensarta la verga, una exhibición de sexo en vivo se monta y en un instante y se congregan alrededor de la hamaca varios hombres que sacan sus miembros y se masturban mientras observan, el chico gime, el hombre que lo folla también. He sido de los primeros en llegar lo que me ha dado una posición privilegiada le acerco mi verga a la boca, el chico se da cuenta y se la engulle mientras lo follan uffffff, la mamada no es la mejor, pero la situación es demasiado caliente me rehúso a terminar así, demasiado rápido, demasiado fácil, no he ido por una mamada, he ido buscando un hombre que me ate a la X y me coja con furia, que me acabe adentro y me deje ahí para que alguien mas se anime y me use también. En medio de mis pensamientos me encuentro con la mirada de otro hombre, no ha de tener más de 24 años, lleva unos lentes cuadrados, y por lo que veo tiene una cara agradable, dientes blanco, piel trigueña, cara de macho. Me retiro del espectáculo y alguien mas toma mi lugar dentro de la boca del penetrado. Hay otra habitación como un pasadizo en el que están los baños y al fondo un cuarto pequeño, casi como un armario en el que no entran más de dos personas. Regreso a la habitación principal cuando el acto ha terminado. Busco al machito de lentes con la mirada, pero ya no está ahí. Regreso a la sala de video y me asomo, pero tampoco, salgo a la recepción y nada, la única posibilidad es el cuarto oscuro. Entro nuevamente y avanzo esta vez mas confiado hasta el fondo desde donde se que puedo tener mas oportunidad, ubico a las siluetas de los hombres y me acerco uno a uno. Lo encuentro pegado a una esquina, está recibiendo una mamada, pero no me importa, aquí nadie pertenece a nadie. Le toco el pecho, es duro como una roca pero su piel es suave como la seda, bajo mi mano y recorro su abdomen, siento las marcas de su esfuerzo, reflejadas en un abdomen plano y marcado, me derrito, él apoya su mano sobre mi hombro con la indicación no escrita, caigo de rodillas, suplicando por su polla, peleo por ella, le lamo las bolas respiro sintiendo su olor recibo las sobras del que llego primero que ahora la tiene secuestrada dentro de su propia boca. Pero recibo mi recompensa, mi chico aparta a su mamador y me ofrece la posición privilegiada la cual tomo sin dudarlo, tiene una verga poderosa, no es fácil de ver pero no es del todo necesario, es gruesa y grande, la tiene dura como un tronco, palpitante. Me la meto toda con un deseo incontrolable la remojo con mis labios la lamo con deseo, me la saco y me enfoco en su glande, buscando darle placer, lo abrazo con mis labios, lo humedezco con mi saliva lo absorbo y lo dejo libre para lamerlo de nuevo y engullirme todo su miembro otra vez. El reacciona a mis estímulos, se calienta mas y me embiste con su verga encajándomela en la garganta una y otra vez. Me lastima y tengo que voltearme a escupir. Mi contendor aprovecha el momento y se apodera de la verga dura de mi dominador. Él lo deja entretenerse un rato y yo me quedo de nuevo con las sobras, pero lo despoja de su favor y me hala hacia si. De nuevo, abro la boca y vuelvo a ser follado, esta vez aguanto, me someto por completo, me lastima, pero su disfrute es lo único que me importa. Me toma de la cabeza y me obliga a seguir marcando el ritmo de la follada bucal que me propina. Me hace pararme y me voltea encajando su verga entre mis nalgas, me someto de nuevo y lo dejo disfrutar. Se acerca a mi oído y me dice - sígueme -. Sale de la habitación y voy tras de él, atraviesa el cuarto de la X y sala al pasadizo, se para frente a la puerta que esconde la habitación para dos, abre la puerta y me indica que entre. Obedezco y el entra tras de mí, cierra la puerta, me despoja del taparrabo y sus manos se apoderan de mis nalgas, sus dedos juguetean en mi raja buscando dilatarme. Se pone un condón y apunta su pene a mi orificio, me inclina hacia adelante y de un solo empujón me clava por completo, trto inutilmente de contener un grito de dolor - !aaaaauuuuuuuuu! - atraigo el interés de los visitantes del antro que hacen un corro fuera de la habitación pequeña para oírme gemir. Una, dos, tres, cuatro embestidas. Mi macho me penetra como un salvaje me la saca toda por completo y vuelve a meterla sin piedad. Cinco, seis, siete, ocho. Gimo de placer, siento mi cuerpo desvanecerse, cada vez que me la saca y llenarse de energía cada vez que me la mete, es como si su falo fuera un cable eléctrico capaz de inyectarme electricidad. El condón se rompe por la brutalidad de sus embestidas. Pero yo no estoy dispuesto a quedarme sin pinga, he ido preparado para ser follado, me agacho y saco de mi media un condón que le entrego, el lo abre, enfunda su herramienta y nuevamente me la clava – ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh , ahhhhhh – no paro de gemir hasta que siento su verga engrosarse, sus movimientos hacerse más rápidos y finalmente su leche llena el condón. Mi macho sale de mi interior se quita el condón y lo lanza en el piso, abre la puerta y me abandona dejándome huérfano, aturdido por el placer. Antes de que pueda reaccionar, otro hombre entra a la pequeña habitación se enfunda un condón y como si fuera mi dueño, como si fuera su perra sumisa me ensarta de un solo tirón. Me coge de la cintura mientras me mete la verga, mi macho de lentes cuadrados se me antoja delicado ahora que me folla este animal, su polla se me clava hasta las entrañas me empuja de los hombros obligándome a inclinarme mas y dejar mi culo mas expuesto a sus necesidades – ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh , ahhhhhh – vuelvo a gemir y lo oigo murmurar – así, grita perra, grita, a mi ningún pasivito me va venir a despreciar grita, grita – sigo gimiendo – ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh , ahhhhhh – me duele pero a la vez lo disfruto como un cerdo estoy atrapado por un hombre enorme que me destroza por dentro pero no puedo ni quiero soltarme, con sus brazos me obliga a seguir inclinándome hasta casi tocar el suelo con mis manos cuando siento que esta por acabar me muevo, meneo el culo, para darle y recibir más placer. Me la saca entera, justo antes de venirse se quita el condón y me chorrea su leche sobre la espalda, tres latigazos de su esperma recorren mi cuerpo. Sale del cuarto sin decirme nada igual que mi amante anterior y me percato que es el hombre velludo. Me quedo de nuevo solo, esta vez he sido yo el espectáculo, me percato que la puerta esta abierta y lo ha estado mientras el hombre belludo me clavaba a su antojo, me percato que me miran y decido salir justo antes de que un nuevo interesado por mi culo decide aventurarse a darme su leche. Me aterra despreciar a otro hombre luego de la brutal cogida que me ha dado aquel macho, pero mi culo no puede soportar por ahora otra cogida como aquella, necesito descansar y también necesito regresar con mi macho, agacharme a sus pies y lamerle la verga en agradecimiento, en vez de eso termino agachado a los pies del tercer interesado al que le como la polla casi como si se tratara de un deber. El hombre parece percatarse de mi desgano y me abandona dando por terminado el espectáculo del que fui el protagonista.
Algo adolorido, recojo el taparrabo y me lo pongo como sea, salgo del cuartito y voy a buscar al chico de los lentes. Lo encuentro prado a un lado de la X, me acerco a él y ni me mira le beso el pecho y se cruza de brazos, me agacho para chuparle la pinga y me deja en cuclillas, se interna en la oscuridad del siguiente cuarto. Lo sigo, me paro a su lado. – átame a la cruz – le digo, hazme tuyo una vez más atado en la cruz – me ignora, me agacho para mamársela y nuevamente se cambia de lugar… entiendo el mensaje. Me pongo en pie, vuelvo a observar a mi alrededro y recupero la cordura. Salgo de la habitación oscura, salgo de la habitación de la X y me dirijo a la entrada en donde me visto sin prisas, como esperando a que el chico de lentes salga pero no lo hace, algunos hombres salen y me ven en retirada, siento que piensan ahi esta el quejumbroso. Me voy como vine, salgo por la puerta que entre, en parte satisfecho en parte no.