El año sabático (15)

Entramos y le enseñé todo el apartamento...

Entramos y le enseñé todo el apartamento parándonos en el salón uno delante del otro, llevaba un tejano ceñido como le gustaba ponerse la mayoría de días.

YO: ¿Quieres tomar algo?

JUDIT: Quiero que me beses tan bien como antes.

YO: Te voy a besar mucho mejor que antes.

La cogí de la mano y nos sentamos en el sofá de lado dándonos la cara uno al otro, le solté la mano y la subí por su brazo por encima de la camisa acariciándoselo, la pasé por su cuello llegando a su cara.

YO: Eres tan guapa y me tienes tan enamorado.

Me miró a los ojos tensando el cuerpo acercando sus labios, entramos directamente en un morreo con las lenguas dentro de la boca del otro, moviendo los labios para poder comernos mejor, mis dedos se enredaban en su fino pelo bien peinado y ella me acariciaba la espalda, separamos los labios mirándonos con pasión.

YO: Si supieras las ganas que tenía de besarte así.

Ella me miraba sin decir nada.

YO: ¿Y tú, tenías ganas o no?

JUDIT: Lo he estado soñando desde hace tiempo. Pero ya sabes lo que pienso.

Nos volvimos a enganchar con los labios en un beso húmedo y rápido mirándonos respirando fuerte, la polla la tenía tiesa a reventar, estábamos agarrando un calentón del quince.

La volví a besar cogiéndola por debajo de un muslo levantándola y sentándola encima de mí, jadeó y me pasó los brazos por detrás del cuello sentándose encima de mi polla, debió de notarla tiesa que separó los labios mirándome con una cara de sorpresa avergonzada. Yo me moría de risa de verle la cara.

YO: ¿Qué te pasa cariño?

JUDIT (nerviosa): Nada, es que he notado algo.

YO: Debe ser el móvil, no te preocupes.

JUDIT: Sí el móvil, no me tomes el pelo que lo has dejado encima de la mesa cuando hemos llegado.

Me descojonaba de risa mientras le acariciaba los lumbares justo por encima del culo deseando agarrárselo, me miró la boca y se tiró literalmente a comérmela otra vez levantando el culo de mi paquete para hacerlo con más fuerza desde arriba, no me pude aguantar bajando las manos, una a cada nalga apretándoselas, Judit se movía encima de mi buscando mi lengua chupándola y lamiéndola a la vez que yo le amasaba el culo, notando mi polla luchando por salir de su encierro, dejó caer de nuevo su culo en mi paquete, estábamos encendidos, empezó a mover sus caderas frotándonos los sexos empezando a gemir, se levantó como un resorte poniéndose de pie colocándose una mano en la frente, como comprobando si tenía fiebre.

JUDIT: Ya, ya, no puedo seguir, me estoy, me estoy…

Yo intentaba no reírme demasiado de verla así.

YO: ¿Te está cogiendo fiebre cariño, estás enferma?

Me miró sabiendo que le estaba tomando el pelo.

JUDIT: Tú tienes la culpa de cómo me estás poniendo coño.

YO: Huy es la primera vez que te oigo decir un taco.

JUDIT: Es que me sacas de mis casillas.

Le extendí la mano para que me la agarrara, al hacerlo estiré de ella volviendo a sentarla encima de mi besándonos con pasión otra vez, ella apretaba contra mi paquetón, debía de estar sintiendo en su coño la presión de mi polla tiesa, separó los labios de los míos mirándome con la cara desencajada del calentón que llevábamos encima.

JUDIT: Deja que me marche por favor.

YO: Sabes que te puedes ir cuando quieras, no necesitas mi permiso para nada, ¿pero porque te quieres ir?, nos lo estamos pasando bien, ¿no?

Me miró dándole vueltas a los ojos, me lo estaba pasando de cojones viendo sus reacciones.

JUDIT: Sí muy bien, demasiado bien, y sé que tal como nos estamos poniendo me pedirás de follar y no me gustaría decirte que no y desilusionarte.

YO: Bueno mujer, hay otras maneras de desahogarnos si queremos hacerlo.

JUDIT (nerviosa): Pues ya me dirás como, porque yo noto que tú estás, y yo estoy, vamos que salen chispas.

YO: A ver Judit, me intentas convencer de que tal como nos hemos puesto si te vas a casa te vas a estar quietecita y no te harás nada, porque yo te aseguro que no lo voy a estar del calentón que me has hecho coger nena.

Se hizo la enfadada.

JUDIT: Eh, eh, que si estamos así es por culpa tuya, tú has empezado esto.

YO: Y lo volvería hacer sin dudarlo un momento.

Le agarré la cabeza y nos volvimos a besar como locos.

YO: Y no me has respondido a mi pregunta.

Se hizo la tonta.

JUDIT: ¿Pregunta, qué pregunta?

Yo me moría de risa.

YO: Lo sabes perfectamente, ¿si te vas a tú casa te harás una paja pensando en mi o no?

Puso una cara de susto de la hostia.

JUDIT: ¡Hay!, que guarro eres Fran, no sé cómo me he podido enamorar de ti.

YO: Así confiesas que estás enamorada de mí.

JUDIT (más nerviosa): Joder no me líes más coño.

YO: Mira, ahora has soltado dos tacos en la misma frase, ¿pero estás enamorada o no?

Me miró a los ojos como una tigresa.

JUDIT: Joder si estoy enamorada chaval.

Se enganchó a mi boca devorándomela, le fui subiendo una mano por la cintura poniéndosela justo debajo de una teta rozándole el sujetador, me la agarró con la suya, yo pensaba que me la iba a apartar y me sorprendió arrastrando mi mano colocándosela encima de la teta apretándola para que se la agarrara bien, la apreté un poco y se la acaricié con suavidad, Judit gemía débilmente dentro de mi boca, le acariciaba con un dedo el pezón que lo tenía durísimo y de buen tamaño, separó la cabeza de la mía mirando al techo gimiendo.

JUDIT: Como me estás poniendo bandido, me vas hacer perder la cabeza.

YO: ¿Te gusta?

JUDIT: Me encanta.

Sin dejar de acariciarla con la otra mano le empecé a desabrochar botones de la camisa, me miró disfrutando de mis caricias, no me dijo nada fijando los ojos en cómo le desabrochaba los botones hasta llegar al último, le abrí la camisa y pasé la mano por su espalda llegando al cierre del sujetador, apoyó una mano en mi pecho cerrando los ojos esperando que ocurriera lo que intentaba hacer, se lo desabroché y lo aparté dejando a mi vista dos tetas preciosas de buen tamaño con unos pezones tiesos y duros, no me pude aguantar y acerqué mi boca a uno de los pezones, me pasó los brazos por la cabeza.

JUDIT: Por favor Fran, por favor, no lo hagas.

Pero no hacía nada para evitarlo, solo esperaba abrazándome la cabeza, le besé un pezón y gimió, le pasé la lengua por encima y volvió a gemir, le comí las tetas de arriba abajo con ella gimiendo sin parar, nos habíamos pasado de calentura y aquello no lo paraba ni Dios. La senté en el sofá medio estirada y le empecé a desabrochar el pantalón.

JUDIT: ¿Qué vas a hacer Fran?, respétame por favor.

YO: No te preocupes, no voy a hacer nada que no habrías hecho tú al llegar a tú casa con el calentón que llevamos.

Jadeaba mirando cómo le bajaba la cremallera abriéndole el pantalón para bajárselo, le vi por primera vez las bragas poniéndome más cachondo.

JUDIT: No te entiendo, ¿qué pretendes hacer?

YO (ciego perdido): Una paja, te voy a hacer una paja para que te corras.

Le acababa de bajar los pantalones a los tobillos y la miraba poniéndole una mano apoyada en una pierna, acerqué mi cabeza a la suya mientras subía lentamente la mano por su muslo.

YO: Si quieres que pare dímelo ahora.

Me miró encendida, nos volvimos a besar sacando las lenguas comiéndonos los labios y media cara del descontrol que llevábamos encima. Le abrí la pierna apoyándola encima del sofá y acerqué mi mano a su coño, le acariciaba la ingle rozándole las bragas con un dedo, Judit gemía de lo caliente que estaba.

JUDIT: Haz lo que te salga de los cojones, lo vas a hacer igualmente.

Le apoyé la mano suavemente en el coño por encima de las bragas.

JUDIT: ¡Hay Dios mío!

Se lo froté un poco notando que las tenía empapadas, levanté la mano y se la metí entera por la parte de arriba de las bragas, acariciándole el clítoris suavemente con la palma y el agujero con dos dedos, pegó un gemido enorme estirando una mano agarrándome la polla por encima del pantalón, le bajé las bragas acariciándole el chochete por todos lados, ella seguía gimiendo.

YO: ¿Te gusta así cariño?, dime como te gusta.

JUDIT: Me gusta, me gusta, sigue, sigue.

Me pegó un tirón del pantalón.

JUDIT: Bájate esto de una vez.

Con nervios me lo desabroché bajándomelo a los tobillos con la ropa interior dejando libre por fin a mi polla que lo pedía a gritos, me la agarró al momento subiendo y bajando la mano haciéndome una paja.

JUDIT: Hay Dios mío, ¿que tienes aquí?

YO: ¿Te gusta?

JUDIT: Me gusta todo sinvergüenza, ¿qué me estás haciendo pedazo de guarro…?

La besé con pasión sin dejar de mover dos dedos por encima de su clítoris hinchado y mojado, muy mojado.

Nos fuimos dejando llevar por los gritos de cada uno pajeándonos, abrió mucho los ojos mirándome los míos sin dejar de gemir, se empezó a correr cerrando y abriendo las piernas del gusto tensando la espalda, su mano me hacía la paja totalmente descontrolada, de ver como se corría ella me empezaron a salir lechazos de la polla en todas direcciones, nos dejamos caer relajados en el respaldo del sofá mirando para arriba, se incorporó un poco cogiendo un pañuelo de papel de su bolso limpiándose la mano llena de semen, se subió las bragas y el pantalón.

JUDIT: Que cerdos somos, como lo hemos dejado todo.

A mí me dio un ataque de risa.

YO: ¿De verdad lo que te preocupa es como lo hemos dejado todo?

JUDIT: Es para disimular joder, que no sé ni cómo mirarte de la vergüenza que estoy pasando.

La abracé con la polla colgando para tranquilizarla.

JUDIT: Y tú, quieres guardarte “eso” por favor que me pones nerviosa.

YO: Hay sí perdona.

Me subí la ropa tapándome y la volví a abrazar.

YO: Tranquila cariño, no hemos hecho nada malo, lo hemos pasado bien en pareja y ya está.

JUDIT: Y ya está, ya está, ¡sinvergüenza!

No reímos juntos y hablamos un rato antes que ella dijera de irse.

YO: Quédate a dormir conmigo por favor, mañana no tenemos que trabajar.

Me besó en los labios con cariño.

JUDIT: Déjame que asimile lo que ha pasado hoy por favor, creo que ya hemos hecho bastante esta noche, nos llamamos mañana vale.

La acompañé a la puerta y antes de que se marchara…

YO: Judit.

JUDIT: ¿Qué?

YO: Dime que lo volveremos a repetir.

JUDIT: Que guarro eres por Dios.

Nos reímos y se marchó.

Me dediqué un buen rato a limpiarlo todo, a quitarme la ropa tirándola a lavar y ducharme para limpiarme yo antes de meterme en la cama, estaba contento de haber avanzado con Judit, me gustaba mucho y me lo pasaba genial con ella, no me gustaba mucho la idea de que fuera virgen por la falta de experiencia, pero la veía con ganas de hacer cosas y me encantaba escandalizarla, verle la carita que se le ponía cuando le decía algo que no se esperaba me hacía partirme de risa, y por supuesto me encantó la paja que nos hicimos. Me quedé dormido como un angelito.

Cuando me desperté el sábado miré la hora en el móvil que cada noche dejaba cargándose en la mesita, tenía un mensaje de Judit.

JUDIT: “Te has despertado ya?”

No hacía mucho que me lo había enviado y la llamé.

JUDIT: Hola Fran.

YO: Hola cariño, ¿cómo estás?

JUDIT: Bien, ¿y tú?

YO: Fenomenal, muy contento, ¿qué vamos a hacer hoy?

JUDIT: No sé, es que…

Ya le empezaba a oír la vocecita de cuando estaba dudando de algo.

YO (voz de paciencia): ¿Qué te pasa cariño?

JUDIT: Que no sé si quiero verte hoy.

Me senté en la cama de golpe.

YO: ¿Pero qué dices Judit, estas enfadada conmigo?

JUDIT: No, no, es por mí, es que, es que me da vergüenza verte, después de lo que pasó ayer.

YO: Joder cariño, que no hicimos nada tan raro coño, que todas las parejas lo hacen y no pasa nada.

JUDIT: Bueno, bueno, que no pasa nada, en un momento que me dejé ir me viste las tetas, las bragas y hasta el…

YO: Y tú a mí la polla, pero no pasa nada, es normal.

JUDIT: Hay no sé, para ti todo es normal y luego…

YO: Luego, ¿qué?

JUDIT: Me haces hacer guarradas.

YO: Perdona pero yo no te obligué a nada, hicimos lo que tú quisiste y te recuerdo que fuiste tú quien me agarraste la polla meneándomela.

JUDIT: Eres un cerdo.

Me colgó el teléfono, lo miré con cara de idiota porque no me lo creía, volvía a llamarla.

JUDIT: ¿Qué?

YO: Que me has colgado dejándome con la palabra en la boca…

JUDIT: Sí, porque no decías más que cochinadas.

YO: Pero que cochinadas ni que cochinadas, anda que no nos lo pasamos bien.

Me volvió a colgar, entonces pensé que debía estar tan nerviosa que no se controlaba, la volví a llamar.

JUDIT: ¿Qué quieres ahora?

Yo me descojonaba de risa.

YO: Explicarte mi plan para hoy.

JUDIT: ¡Ah!, tienes un plan y todo.

YO: Claro cariño, ¿quieres saberlo?

JUDIT: No me vas a dejar con la duda, dímelo anda.

YO: Pues había pensado que te hicieras una pequeña bolsa con ropa para cambiarte, vengas a mi casa, pasearemos hoy y mañana juntos, prepararemos la comida, comeremos, haremos la siesta, podemos escuchar música o ver una película, hablar y conocernos mejor…

JUDIT (muy nerviosa): Ya, y en lo que estás más interesado es en la siesta y conocernos mejor ¿no?, cerdo, voy a colgar y no me llames más por favor, ya te llamaré yo.

Colgó una vez más y yo me moría de risa revolcándome por la cama, me levanté y me preparé el desayuno, había pasado casi una hora desde que hablamos con Judit y no tenía noticias suyas, hice la cama, ventilé la habitación, preparé una lavadora y ordenaba un poco la casa cuando llamaron al timbre, abrí la puerta y era ella con una bolsa colgando del hombro, bien peinada como siempre, con sus zapatitos de tacón que tan bien le sentaban, una minifalda y la blusita a juego, le iba a decir algo y me miró levantando una mano señalándome con un dedo…

JUDIT: No digas nada que según lo que digas voy a salir corriendo, todavía no entiendo que hago aquí.

A mí se me escapaba la risa entrando en el salón de espaldas para dejarle sitio y no agobiarla, le hice un gesto con el brazo para que pasara, entró mirándome a los ojos con una sonrisa, como me gustaba cuando me sonreía con aquella carita de enamorada.

YO: ¿Quieres tomar un café con leche sin azúcar como a ti te gusta?

Seguía de pie en la entradita con la bolsa en el hombro.

JUDIT: Vale.

Entré en la cocina a preparar un café para cada uno y escuché como cerraba la puerta, cuando salí con los dos café se había sentado en la mesa, me senté a su lado dejándole el café delante.

JUDIT: Muchas gracias.

Se acercaba la taza a sus bonitos labios para beber.

YO: Que guapa te has puesto para venir a verme.

No llegó a tocarse los labios con la taza que la bajó y me miró.

JUDIT: ¿Ya empiezas?, mira que me largo.

YO: Judit por favor que no te he dicho nada malo, ¿o sí?

JUDIT: ¿Nada malo?, ya me estás diciendo cosas bonitas para liarme, no debía de haber venido.

Se levantó, yo lo hice con ella, la agarré por la cintura rodeándola con un brazo y de un tirón junté su cuerpo con el mío, le puse la mano en la cara acariciándosela, sujetándola por la nuca la atraje a mis labios besándola, abriendo la boca ofreciéndole mi lengua que ella aceptó sin dudar comiéndonos la boca con pasión, separé los labios para mirarle los ojos y ver cómo me miraba entreabriendo la boca queriendo más, nos volvimos a besar devorándonos.

YO: ¿Quieres dejar de hacerte la mártir?, te quiero Judit, quiero ser tú novio para todo, y sé que tú también quieres estar conmigo, iremos al ritmo que tú quieras, pero no te apartes de mí por favor, yo estoy dispuesto a comprometerme contigo, ¿lo estás tú para hacerlo conmigo?

Me miraba fijamente a los ojos, me acariciaba la cintura y la espalda con sus manos, empezaron a caerle unas lágrimas lentamente por la carita.

YO: No, no, lo siento Judit, no quiero hacerte llorar.

Me abrazó muy fuerte poniendo sus labios al lado de mi oído.

JUDIT: Lloro de felicidad tonto, me has dicho lo que quería escuchar de tus labios, que eres capaz de comprometerte, claro que quiero hacerlo yo contigo, te quiero con locura.

Nos separamos un poco, ella seguía con sus brazos por mi espalda agarrándome como si no quisiera separarse, le pasé la mano por su cara secándole las lágrimas, acercó sus labios a los míos y nos besamos despacio con mucho cariño.

YO: ¿No tomamos el café tranquilamente?

Me dijo que sí con la cabeza y nos sentamos, me agarró la mano y nos tomamos el café sin soltarnos.

JUDIT: ¿Y qué querrás hacer ahora?

YO: Lo que tú quieras, prefiero no decir nada que igual te vas asustada.

Me apretó la mano riendo.

JUDIT: No volveré a salir corriendo nunca más, quiero estar a tu lado.

YO: ¿Has traído ropa cómoda para estar por la casa, o prefieres ir con esa faldita que me está poniendo tonto perdido?

Volvía a reír.

JUDIT: ¿Te gusta mi minifalda, por qué te pone tonto?

YO: Hija mía es que haces unas preguntas criatura, tú sabes lo guapa que estás con ella y las ganas que me cogen de, de…

No quise acabar la frase para no asustarla.

JUDIT: ¿De qué te cogen ganas Fran?

YO: De meterme en la cama contigo y acariciarte todo el cuerpo, besarte los labios y lamerte de arriba abajo…

Se puso de pie de golpe y pensé, esta se larga y no vuelve en la puta vida.

JUDIT: Ponte de pie por favor.

Me levanté delante de ella, me miró a los ojos, puso la mano que me tenía agarrada en su parte baja de la espalda, mitad espalda mitad culo, me cogió la otra y la puso en el mismo sitio, me rodeó el cuello con sus brazos y me besó, nos rozábamos las lenguas, yo la apretaba más contra mi cuerpo, separó los labios, me besó la cara y luego el cuello.

JUDIT (Susurrando): ¿Y por qué no lo haces mi amor?

Me sorprendió tanto que no sabía de qué me hablaba.

YO: ¿Hacer el qué cariño?

JUDIT: Meterme en tú cama.

La cara de tontito que se me debió quedar debía de ser de la hostia por la manera que me estaba mirando, se le escapaba una risilla burlona porque sabía que me había pillado en bragas.