El año sabático (14)

Me ofrecí educadamente para pasarla a buscar...

Me ofrecí educadamente para pasarla a buscar por su casa para ir juntos a tomar algo, llamé al interfono y esperé al lado del coche que bajara de su apartamento, hostia bendita cuando la vi, esa noche se había puesto una minifalda de infarto, no la había visto nunca vistiendo así, con los zapatos de taconazo le quedaban unas piernas preciosas, completaba con una blusita que dejaba medio ver el sujetador marcando unas tetas que quitaban el hipo, tragué saliva porque yo con mi inocencia de pipiolo no había pensado que Judit pudiera llegar a querer algo conmigo, primero porque al estar con Berta no pensaba demasiado en eso, y segundo porque estaba convencido que Judit era demasiado para mí, ella era la atracción de toda la oficina, todos los hombres opinaban de lo buena que estaba, yo cuando oía esos comentarios me entraba la risa tonta pensando que era mi amiga y la veía de otra manera, que inútil que era, jamás había pensado que pudiera estar interesada en mí, que se presentara vestida de aquella manera en una salida los dos solos, me hacía sentir que me estaba tirando los tejos descaradamente, nos saludamos con dos besos y su mirada a mis ojos me puso nervioso de cojones, le abrí la puerta del coche para que entrara y salimos en dirección al hotel, por el camino fuimos hablando, me tranquilicé un poco al sentirme como siempre que hablaba con ella intentando no mirarla y fijar la vista en la carretera, creo que ella se dio cuenta porque tenía en la cara una sonrisilla guasona de ver cómo me había impresionado. Nos sentamos en un rincón y pedimos los cocteles, estuvimos hablando mucho rato de diferentes temas, con el alcohol reíamos más de lo normal y pasábamos un rato muy agradable, de pronto.

JUDIT: ¿Aquella no es tú jefa?

Giré la cabeza en dirección donde ella estaba mirando y no me lo podía creer, Berta estaba esperando el ascensor cogida del brazo de un tipo, el tío se giró para darle un beso en los labios, era el mismo con quien la vi en el andén de la estación cuando nos “conocimos”, la hija de puta me había mentido descaradamente, no se había separado de él y por puta casualidad la había pillado en aquel hotel, intenté disimular con Judit.

YO: Eso quiere decir que mañana tendré su visita, no puedo ir a dormir muy tarde para estar atento en el trabajo mañana.

JUDIT: Cuando quieras nos vamos.

YO: Gracias Judit, nos acabamos las copas tranquilamente y te dejo en casa.

Me hizo un gesto con la cabeza confirmándolo, la dejé en la puerta de su casa, como cuando la fui a buscar le abrí la puerta del coche al dejarla pensé en volver hacerlo, cuando salió nos dimos dos besos de despedida.

JUDIT: Muchas gracias, eres muy atento y educado.

No supe que decirle y moví la cabeza, se dirigió al portal del piso no sin antes volver a lanzarme su mirada a mis ojos.

YO: Judit.

Se giró con una sonrisa esperando que le dijera algo.

YO: Estás guapísima esta noche.

Ahora fue ella quien movió la cabeza sin perder la sonrisa volviendo a mirarme a los ojos, entró en el edificio, me di cuenta que había dado un paso con Judit que era más que de amistad.

Al día siguiente Berta entró en la oficina como siempre, pasando por mi lado para que la siguiera, aquel día me quedé trabajando en mi mesa como si no la hubiera visto, entró en su despacho y me miró al través del cristal, no era tonta y sabía que algo me pasaba, volvió a abrir la puerta y levantando la voz.

BERTA: Por favor Fran, puedes venir a mi despacho a ponerme al día del trabajo.

Me levanté con pocas ganas y entré, ella se había sentado en su mesa y yo me puse delante de ella.

BERTA: ¿Se puede saber qué te pasa?

La miré en silencio un rato.

YO: Berta, mañana dejo tú apartamento, ya he visto por internet uno que me gusta, esta tarde voy a verlo y firmar el alquiler.

BERTA: A ver, a ver, ¿qué pasa?

YO: Pues pasa que me has mentido desde el primer día que nos vimos.

BERTA: ¿A sí, en qué?

YO: Me dijiste que te habías separado y sé que sigues con tú pareja, y no entiendo que pinto yo en tú vida, aparte de las folladas que nos pegamos claro.

BERTA: Eso no es verdad, yo nunca te dije que me separara de nadie.

Ya vi que no tenía ninguna intención de ponerme las cosas fáciles.

YO: Da igual, está claro que nunca íbamos a llegar a nada, tú solo me quieres para lo que me quieres, me has puesto el pisito y a follar conmigo todo lo que quieres, por eso no te interesaba que estuviera en la central contigo, allí tienes tú vida con tú pareja de siempre, aquí tienes la tapadera perfecta para ponerle los cuernos. Lo que no entiendo es porque te lo traes, ¿lo dejas encerrado en el hotel?

BERTA: A veces se empeña en venir conmigo, esta noche no me voy a quedar a dormir contigo como entenderás, pero esta tarde si estaremos juntos.

YO: ¿Solo te ha interesado el sexo?, ¿nada más?

Le entró una risa cabrona.

BERTA: Vamos Fran, de verdad te creías que podrías tener algo serio conmigo, si eres un crio.

Me estaba poniendo de mala leche.

YO: Cuando follamos y te corres no te parezco tan crio.

Me miró perdonándome la vida.

BERTA: Va, déjate de hostias, esta tarde nos vemos en casa y te haré unas cuantas cositas que te gustarán mucho.

Me estaba poniendo nervioso la manera que me estaba tratando, como si fuera un trozo de carne sin cerebro.

YO: ¿No te has enterado de nada?, que te digo que me voy de tú casa y me da igual como te pongas.

BERTA (enfadada): ¿Me estás dejando?

YO: ¿Dejando?, ¿el qué?, si no tenemos nada que coño quieres que deje, ahora entiendo porque pasaste de mí cuando te dije de volver contigo a la central y vivir juntos.

BERTA: Vivir juntos dice, que iluso y que tonto eres.

Salí de su oficina y me senté en mi mesa disimulando que trabajaba, lo que intentaba era tranquilizarme de la mala hostia que me había puesto la cabrona.

Por la tarde fui a ver el apartamento y firmé para quedármelo, esperé que se hiciera tarde cenando por ahí porque sabía que a esas horas ella estaría con su pareja, si me hubiera presentado en casa antes igual me la encuentro esperándome y no tenía ganas de discutir más, no sabía porque había venido con ella aquella vez su marido o lo que fuera, ni me importaba, recogí todo lo que me pertenecía y le dejé las llaves dentro cerrando la puerta de golpe.

Me instalé en el nuevo apartamento con la ilusión de seguir viéndome con Judit, había tenido una desilusión con Berta, pero esperaba empezar algo nuevo y limpio con un encanto de persona.

Pasaron varios días sin noticias de Berta, quedé para cenar con Judit, tuvimos una de nuestras largas e interesantes conversaciones y aproveché un silencio para…

YO: Me he cambiado de apartamento, me encanta, había pensado en celebrarlo contigo invitándote a cenar el viernes sin prisas porque el sábado no tenemos que madrugar.

JUDIT: Muy bien me encantaría, ¿y el apartamento es bonito?

YO: Bueno, por eso te quiero invitar a cenar, para que lo veas y me des tú opinión.

Se quedó parada mirándome.

JUDIT: ¿Me estás diciendo que la invitación es en tú apartamento?

YO: Claro, así lo ves y me dices que te parece, yo creo que es muy chulo.

Se quedó pensativa, bajó la cabeza y se metió comida en la boca masticando, cuando se la tragó volvió a mirarme.

JUDIT: Fran yo, yo es que quiero ir despacio.

La entendí porque era una de nuestras primeras citas más o menos seria.

YO: No te preocupes, a mí también me gusta que vayamos despacio.

No me atreví a hacer ningún otro comentario sobre el asunto y cambiamos la conversación a otros temas.

Fuimos saliendo a diario más de tres semanas, un viernes por la tarde que fui a recogerla en la puerta de su casa, al subir al coche nos fuimos a dar los dos besos de rigor, yo me hice el listo con el segundo beso girando un poco la cabeza dándoselo en la cara y medio labio.

JUDIT: Fran por favor, ya te dije que me gustaría ir despacio.

Le contesté sin pensarlo.

YO: Llevamos varias semanas viéndonos a diario, ¿tú crees que seguimos siendo solo amigos?

Creo que a ella no le gustó el comentario.

JUDIT: ¿Me estás diciendo que somos algo más?

YO: Haber Judit, cuando tú me dices que quieres ir más despacio, a que te refieres exactamente.

Noté que se ponía nerviosa.

JUDIT: Pues a eso, a no tener prisa…

YO: Prisa, ¿en qué?

JUDIT: Pues en eso, en la relación que tengamos o lo que sea.

YO: ¿Cómo que lo que sea?, a ver Judit, yo te gusto o solo quieres pasar el rato hablando conmigo como un amigo, porque tú a mi me gustas mucho y me estoy haciendo ilusiones que a lo mejor son infundadas, y lo que me gustaría es tener una relación de pareja normal contigo.

Me miró a los ojos fijamente, estábamos dentro del coche parados en la puerta de su piso.

JUDIT: Creo que será mejor que no salgamos hoy.

YO: ¿Pero porqué, que he dicho que te moleste tanto?

JUDIT: Lo siento Fran, ya hablaremos.

Se bajó del coche y se metió en el portal de su casa, desapareciendo de mi vista dejándome sin saber que pensar, me fui a casa, cuando llegué le envié un mensaje…

YO: “Lo siento si te he molestado, no era mi intención.”

Comprobé que lo había leído pero no tuve respuesta, cené algo y me preparé un pelotazo de whisky que un amigo de un foro me había regalado, para tomármelo medio estirado en el sofá pensando en ella, no entendía que le pasaba, tal vez tenía algún problema que no me quería contar, yo que sabía, en ningún momento hablando con ella le detecté nada raro, tal vez simplemente quería ser mi amiga y no llegar a más, allí estaba dándole vueltas a la cabeza sin llegar a ningún sitio cuando sonó el móvil que había recibido un mensaje.

JUDIT: “Perdóname, ¿quieres que nos veamos y tomemos un coctel?”

YO: “Cómo tú quieras, ¿te paso a buscar?”

JUDIT: “No, mejor nos vemos allí, ¿en media hora va bien?”

No me gustaba mucho ir al hotel donde vi a Berta con su pareja pero por ella acepté, entré en el bar y me estaba esperando sentada en una mesa con bastante intimidad, me acerqué y le fui a dar dos besos como siempre, me puso una mano en la cara y me beso en los labios, un beso rápido, solo contactando para besármelos y separarlos, un pico vamos, me senté algo confuso.

YO: ¿Qué te pasa Judit, tienes algún problema conmigo?

Me miró a los ojos con aquella mirada suya que me daba todas las señales que estaba enamorada de mí.

JUDIT: No, no, como voy a tener algún problema, me gusta mucho estar contigo, pero es que yo quiero que vayamos despacio.

YO: Otra vez, ¿pero a que te refieres con eso de ir despacio?, creo que nunca te he metido prisa para nada.

Me miró dudando de lo que iba a decir, en ese momento llegó el camarero y rompió la tensión, le pedimos las bebidas y se fue, yo la miré a ella esperando que me dijera algo.

JUDIT: Mira Fran, ya sé que somos algo más que amigos, pero tengo miedo de según qué cosas porque…

YO: ¿Porqué Judit?, dímelo de una vez por favor que me tienes loco con todo esto.

JUDIT: Porque ya sé como son las relaciones de la gente ahora, lo hacen todo muy rápido.

YO: ¿Tú dirías que llevamos tres semanas saliendo?, me refiero a salir como algo más que amigos como dices tú.

JUDIT: Sí.

YO: Hoy ha sido el primer día que nos hemos besado los labios, ¿eso te parece ir demasiado rápido?

JUDIT: Es que empezarás besándome en los labios y de aquí poco querrás hacer más cosas.

YO: Hostia, ¿y tú no tienes ganas de besarme y de hacer más cosas?

JUDIT: Sí tengo ganas, pero no quiero hacerlas.

Me salió de los labios sin pensarlo.

YO: ¿Tú no serás de un pueblo que conozco?

Me acordé de cómo se relacionaba la gente en el pueblo de Irene.

JUDIT: ¿Pero qué me estás diciendo hombre?

YO: Nada, nada, cosas mías.

No entendía nada y me quedé callado, habíamos tenido mil conversaciones interesantes, pero nunca hablamos de sexo y lo que opinaba cada uno al respecto, ella se dio cuenta que no decía nada y pensaba, se puso triste.

JUDIT: Lo siento, se que te he decepcionado.

YO: No, no me has decepcionado, es que no te entiendo.

Se quedó callada mirándome fijamente.

JUDIT: Fran yo, yo, es que yo, soy virgen.

Me hizo abrir los ojos como platos, no me lo podía creer, debía ser la única chica que con lo guapa que era y a su edad que era virgen a miles de kilómetros a la redonda, ¿qué pasaba?, ¿era una especie de mojigata religiosa?, ¿se convertía en pantera si lo hacía?, se me estaba aturullando la cabeza.

YO: No puede ser, ¿me estás diciendo que nunca has mantenido relaciones con nadie?

JUDIT: Cuando una chica es virgen es precisamente por eso tonto.

Me puse nervioso.

YO: Ya, ya lo sé, pero es que me extraña tanto que alguien como tú lo sea.

JUDIT: Y porque te extraña, no te gusta la idea de que lo sea, de que me estrene contigo cuando nos casemos, que me entregue a ti y solo a ti.

Hay la hostia, eso sí que no me lo esperaba, me dejó de piedra. Se dio cuenta y se volvió a poner seria.

JUDIT: Lo siento, supongo que eres como los demás y ya no querrás saber nada de mí, también lo entiendo no creas, no soy tan tonta, pero soy así, si quieres que dejemos de vernos lo entenderé.

YO: No Judit, no pensaba en eso, es que no me lo esperaba.

JUDIT: ¿A ti no te parece normal que una chica sea así?

YO: Lo que no entiendo es que alguien de este tiempo le de tanta importancia a firmar un papel.

JUDIT: ¿Eh?, ¿qué quieres decir?

YO: Que para ti sea más importante firmar un papel que dice que estás casada con alguien que amar, querer, y disfrutar del sexo con la persona que quieres, me parece curioso.

Se puso muy nerviosa y quiso acabar con la conversación.

JUDIT: Es mi manera de ver las cosas y se me tienen que respetar ¿no?, mejor cambiamos de conversación.

YO: A no, hemos hablado de un montón de temas sin problemas exponiendo nuestras razones, ¿y este no lo quieres discutir?

JUDIT: Es que me da vergüenza.

YO: ¿Por qué?, es una cosa natural de la vida de la gente.

JUDIT: ¿Eso crees?, que es natural ir follando por ahí con la primera persona que te atrae.

YO: Con la primera no, pero con quien te sientes bien, te gusta y te enamoras es normal querer besarla, sentirla, amarla…

Se notaba que no estaba nada cómoda con aquella conversación y a mí me hacía gracia.

JUDIT: O sea, que tú ahora mismo te tirarías como un salvaje encima de mí y me harías de todo.

Estábamos sentados en una especie de banco con la mesa delante, deslicé el culo y me acerqué mas a ella que se intentó retirar pero no pudo hacerlo mucho porque tenía la pared al lado, rocé mi cadera con la suya y le pasé un brazo por detrás dejándole la mano encima del hombro, desde que salíamos era la primera vez que estábamos tan cerca, Judit abría los ojos como platos mirándome.

YO (susurrándole): Como un salvaje no, lo haría con mimo, con cariño, con mucha delicadeza porque me gustas y me tienes enamorado, y no te haría de todo, te haría lo que tú quisieras que te hiciera.

Me miraba asustada y yo le acariciaba la carita.

YO: En todo caso te lo pediría, como te pido ahora que me beses por favor.

Tenía sus ojos clavados en los míos con la boca un poco abierta con aquellos labios tan bonitos, cerró los ojos y acercó lentamente su cabeza para encontrarse con mis labios que estaban muy cerca, se rozaron y se juntaron, dejé su labio inferior en medio de los míos chupándolo suavemente, después de un ratito hice lo mismo con el superior, separé los labios, estaba roja como un tomate.

YO (susurrándole): ¿No te ha gustado?

No me decía nada mirándome enamorada, le puse la otra mano en la cintura y acerqué mi boca a la suya de nuevo, separó más sus labios volviendo a ofrecérmelos con más seguridad, esta vez empecé suave pero poco a poco se los fui comiendo, primero el inferior después el superior, me puso una mano en la nuca acariciándomela, saqué un poco la lengua acariciándole los labios con ella, sacó la suya rozándola con la mía, se iba poniendo tensa abriendo más la boca, le chupé su lengua y me chupó la mía con una fuerza brutal, se le escaparon un par de jadeos dentro de mi boca, se separó de golpe quitándome la mano de la nuca poniéndose bien la blusa nerviosa, una blusa que ya la tenía perfectamente en su sitio.

YO: Ya está, tranquila, ya te he dicho que no pasara nada que tú no quieras que pase.

JUDIT (nerviosa): ¿Lo ves?, empezamos por aquí, nos vamos animando y me descontrolo.

Me tenía que aguantar la risa de verla así.

YO: Está bien, no nos besemos más pero vuelve a acariciarme por favor.

Me sonrió levantando la mano volviendo a ponérmela en la nuca, yo acercaba disimuladamente mi cabeza a la suya, bajó la mano a mi cara acariciándomela suavemente sin dejar de mirarme, yo le acariciaba la espalda con una mano y con la otra le tocaba la barbilla, le pasé un dedo por encima de los labios, dio un suspiro y se tiró a mi boca comiéndomela con unas ganas tremendas, le pasé el otro brazo por detrás y ella me abrazó con fuerza dándonos un buen morreo durante un rato, al separar las bocas escondió su carita en mi cuello sin dejar de abrazarme.

YO (susurrando): ¿Te gusta besarme?

JUDIT: Me encanta, ahora que he empezado no pararía de hacerlo, y eso me da miedo.

YO: Vente a mi casa y nos besamos con más intimidad.

Levantó la cabeza de golpe.

JUDIT: ¡Nooo!, luego me pedirás más que os conozco.

YO: Te prometo que no te tocaré un pelo que no quieras que te toque.

Me miraba pensando, me volvió a besar relamiéndose los labios, como saboreándolos.

JUDIT: Vamos.

Salimos al parking del hotel cogidos por la cintura, la primera vez que lo hacíamos. Me siguió en su coche hasta mi apartamento que no estaba muy lejos, como estaba alejado del centro teníamos aparcamientos libres delante de la misma puerta, subiendo en el ascensor nos besamos brevemente un par de veces más.

YO: ¿Estás bien y tranquila?

JUDIT: Confío en ti Fran.

YO: No te arrepentirás, te lo prometo.

Apoyó su cabeza en mi pecho y yo la rodeé con mis brazos hasta que llegamos al piso.