El año sabático (12)
Una tarde que estaba fuera...
Una tarde que estaba fuera recibí un mensaje de Paola, me invitaba aquella noche a que pasara por su apartamento, había montado una fiesta con cuatro amigos según ella, ya me conocía yo sus fiestas y así fue, cuando abrí la puerta de su piso estaba hasta arriba de gente, como llegué un poco tarde ya estaban casi todos en pelotas, el que no se estaba enrollando con alguien estaba follando, pasé por el medio y fui buscándola hasta llegar a su habitación, me asomé y tenía una orgía liada con un montón de gente que pensé que no era muy buen momento para darle las buenas noches, así que me volví sobre mis pasos y cuando estaba a punto de salir me agarraron del brazo, era Margot que estaba esperando que llegara yo para venirse a mi casa, cenamos alguna cosa y pegamos un polvete antes de dormirnos.
No pasaron muchos días que al llegar a casa por la tarde, encontré a una chica con una maleta en la puerta de Paola.
YO: Hola me llamo Fran, ¿estás esperando a Paola?, yo vivo aquí.
Le decía mientras abría la puerta, me miró con unos ojos que si me hubiera podido partir por la mitad lo hubiera hecho.
ELLA (con un pronunciado acento italiano): ¿Y tú, quien eres?
YO: Pues, pues, su vecino, vivo aquí.
ELLA: No, yo conozco a Dominique y desde luego no eres tú.
YO: Porque me ha alquilado una habitación y él está fuera de viaje.
Me miraba que no se fiaba una mierda de mí.
ELLA: ¿Y tú conoces a Paola?
YO: Sí claro, somos amigos.
La tía se altero un montón.
ELLA: ¿Amigos?, ¿cómo que amigos?
YO: Pues eso, amigos, vecinos, que se prestan sal cuando hace falta y esas cosas.
ELLA: ¿Tú eres gay?
YO: No, ¿por?
ELLA: Pues espero que no os prestéis nada más que la sal, que ya os conozco a los hombres.
La vi tan alterada que no quise alargar más la conversación con ella.
YO: Mira, Paola va a tardar bastante, si quieres entrar y tomar algo en mi casa ya lo sabes.
ELLA: No gracias.
YO: Si te lo piensas solo tienes que llamar.
Entré, me cambié y me puse a prepararme un café cuando llamaron a la puerta, la abrí y allí estaba la chica con la cara más relajada.
ELLA: Perdona mi comportamiento, me llamo Antonella, soy la “novia” de Paola.
¡Hostia puta!, me dejó a cuadros, Paola tenía novia y me enteraba en ese momento.
YO: Encantado, pasa por favor.
Preparé otro café para ella, hablamos de cómo le había ido el viaje desde Milán y alguna cosa más sin importancia, hasta que oímos unos pasos por el pasillo, Antonella se levantó como un rayo abriendo la puerta, vio a Paola y se le tiró a los brazos besándola, yo le saqué la maleta al pasillo.
YO: Hola Paola, le estaba dando conversación a tú “noooviiia” hasta que llegaras, buenas noches.
Paola me miraba por encima del hombro de Antonella levantando las cejas, yo me descojonaba de risa. Por la noche volví a oír gritar a Paola de placer, fue la primera vez que la oí solo con una persona en la cama.
Por la mañana estaba preparando café y entró Paola con su novia de la mano.
PAOLA: Fran cariño, hemos olido el café, ¿nos invitas a desayunar?, yo es que no tengo nada en casa.
ANTONELLA: ¿Qué es eso de cariño?
PAOLA: “Per favore” Antonella, basta ya de celos, “non hai motivo”.
Yo pensaba, “¿que no hay motivos?”, no sé yo.
Nos sentamos los tres a desayunar, Antonella cogió confianza conmigo.
ANTONELLA: Tú Fran, me podrías prometer que a Paola no la has visto nunca con otra persona entrar sola en su casa.
PAOLA: Antonella “che ne dici”. (¿Que dices?)
ANTONELLA (mirándome seria): Contéstame Fran.
YO: No, no, no la he visto nunca entrar con una persona “sola” en su casa.
PAOLA: Per favore Antonella lascia Fran calmo. (deja a Fran tranquilo)
ANTONELLA: Y tú cállate ya joder, no me da la gana de dejarlo tranquilo.
Parecía que Antonella nos había salido un poco celosa, la verdad es que sus motivos tendría pero no iba muy desencaminada, yo me encontraba en la encrucijada de mentir o descubrir los cuernos que le ponía su novia.
ANTONELLA: Así que tú Fran me aseguras que Paola no se ha acostado con otra persona en su casa chico o chica.
Paola disimulaba sirviéndonos más café.
YO: Mmmm, sí, sí, con "otra" persona no la he visto nunca, ¿y tú, a que te dedicas en Milán?
Intentaba desviar la conversación.
ANTONELLA: No me mientes, ¿eh?
YO: No, no, te digo la verdad.
Y no le mentía, nunca la había visto con otra persona, siempre follaba como mínimo con dos y la mayoría de veces en orgias monumentales.
ANTONELLA: Pues yo me dedico a la moda, trabajo con ropa y esas cosas…
Mientras Antonella se enrollaba con su trabajo Paola y yo respirábamos mirándonos disimuladamente, llamaron a la puerta, era Margot.
YO: Hola Margot, te presento a la “novia” de Paola.
MARGOT: ¿Qué dices?
Entró en el apartamento y se encontró con las dos en la mesa besándose, se quedó de piedra.
ANTONELLA: ¿Quién es ella?, respóndeme Paola.
YO: Es, es, es, mi novia, es mi novia, ¿eh que sí Margot?
La agarré de la cintura y le di un beso en los labios, juntando su cuerpo con el mío con los ojos de Margot abiertos como platos.
ANTONELLA: ¿No me estaréis engañando y es la amante de mi novia verdad?
PAOLA: ¡Antonella!, sei pazzo? (estás loca?)
Margot se dio cuenta del mal rollo que había y yo con la mirada le hice entender que me siguiera el juego.
MARGOT: Soy la novia de Fran no te preocupes.
Me cogió por la cintura mirándome como si estuviera enamorada.
PAOLA: Antonella “non ridicolizzare più per favore”. (no hagas más el ridículo por favor)
YO: Bueno, Margot y yo nos vamos, ¿verdad?
MARGOT: ¿Eh, qué?
Le di un codazo en las costillas.
YO: Que teníamos que ir a hacer aquello que hablamos ayer, ¿no te acuerdas?
MARGOT: Hay sí, ya no me acordaba, bueno adiós chicas.
Nos fuimos, al salir al pasillo Margot me miraba sin entender nada.
MARGOT: ¿Pero se puede saber que pasa hay dentro?
YO: Es la “novia” italiana de Paola nena, y no veas lo celosa que es, como se entere de lo que hace le da un infarto te lo digo yo.
MARGOT: Paola con “novia”, venga ya, pero si es incapaz de comprometerse con nada.
YO: Pues eso digo yo, mejor que se aclaren entre ellas y no nos pillen en medio guapa, vamos te invito a desayunar por ahí.
Cuando volvimos al medio día no había nadie en casa, estábamos preparando algo para comer con Margot y abrió la puerta Paola, respiró profundamente relajándose y se sentó en el sofá, Margot y yo la mirábamos esperando que nos dijera algo.
PAOLA: Ya está, la he dejado en el aeropuerto, vuelve la tranquilidad.
MARGOT: A mí no hace falta que me des ninguna explicación, ya te las apañarás tú con ella cuando se entere.
YO: A mí tampoco, estoy con Margot.
Nos giramos los dos para entrar en la cocina, oímos la voz de Paola desde el salón.
PAOLA: No se va a enterar no os preocupéis.
Escuchamos como se cerraba la puerta, nosotros comimos tranquilamente y al acabar recogimos la mesa dejándolo todo en la cocina, Margot se acercó a mí poniéndome la mano en el paquete.
MARGOT: ¿En tú país no hacéis una cosa muy buena que es la siesta?
Le acaricié la cara besándola.
YO: ¿Quieres saber lo que es una buena siesta?
MARGOT: Estoy deseando que me lo enseñes.
Entramos en la habitación, nos besamos y nos desnudamos despacio, en bolas uno delante del otro nos volvimos a besar abrazándonos, la estiré en la cama y me puse a su lado.
YO: Muy bien, ahora para hacer una buena siesta nos dormimos y hasta luego.
Cerré los ojos y simulé estar roncando, Margot me dio un toque en el hombro.
MARGOT: ¿Pero qué haces loco?
YO (riendo): ¿No querías saber lo que era una buena siesta?, pues esto.
Me agarró la polla.
MARGOT: Esta es la siesta que quiero idiota.
Yo me descojonaba de risa, ella me agarraba la polla metiéndosela en la boca, me pegó unas chupadas que me quitó la risita de la cara rápido haciéndome cerrar los ojos, me chupó, succionó y pajeó poniéndome caliente como una estufa, se metió los huevos en la boca y me tenía a punto de explotar, la giré metiéndome en medio de su piernas chupándole los muslos para ir subiendo para explorarle todo el coño con la lengua, le hacía gemir y agarrarse con fuerza con sus manos a la sabana levantando el culo tensando la espalda del gusto que le daba, se volvió de golpe subiéndose encima de mí metiéndosela en el coño pegando un grito, me cabalgó de una manera espectacular de rápido corriéndose en nada de tiempo dejándose caer a mi lado, le acaricié la cara y le besé los labios con dulzura, me miró a los ojos.
MARGOT: No entiendo como un chico como tú no tenga una chica enamorada, una novia que te quiera y te cuide.
YO: Supongo que no he dado con la persona adecuada.
La volví a besar y me fui colocando en medio de sus piernas, Margot me pasó los brazos por el cuello abriéndolas para dejarme entrar dentro de ella, follamos despacio, muy despacio, sintiéndonos, disfrutando de cada beso, roce de los labios, caricias de nuestra manos, jadeábamos y gemíamos mirándonos a los ojos acariciándole la carita, ella lo hacía con mí pelo, me acabé apoyando con las dos manos en la cama incorporando el tronco para penetrarla con más fuerza, nos corrimos a la vez con sus manos apretándome en mis brazos. Entre unas cosas y otras había pasado bastante tiempo, nos duchamos y salimos al salón cogidos de la mano, Margot me miró a los ojos.
MARGOT: ¿Si no tuvieras que volver a tú país yo te serviría como novia?
Le rodeé la espalda con mis brazos.
YO: Si no me tuviera que ir en algún momento no dudes que tendría una relación contigo.
Nos besamos y se fue, la verdad es que no le mentí, era una buena chica, cariñosa y atenta, pero los dos sabíamos lo que pasaría, sobre todo yo después de la experiencia con la sueca, aún así me quedé en casa con cierta tristeza, en aquel viaje había conocido a chicas muy buenas y validas pero no podía mantener una relación seria con ellas, me senté en el sofá a pensar en la situación cuando oí pasos de gente por el pasillo y la voz de Paola, abrí la puerta y por delante estaba desfilando un montón de gente con botellas en la mano y cosas para comer, Paola había abierto la puerta de su apartamento esperando que entraran todos.
YO: Paola por favor, que desastre eres criatura, acabas de dejar a tú “novia” en el aeropuerto y ya estás montando esto.
PAOLA: Tranquilo Fran, si quieres venir ya sabes.
YO: Gracias Paola, hoy no creo.
No estaba muy fino, no sé si por la conversación con Margot o porque algo me decía que aquel día no acabaría bien.
Cené, al poco rato empezaron los gemidos en casa de la vecina, me iba a ir a dormir y escuché a alguien aporreando la puerta de Paola, salí al pasillo y me encontré a Antonella enfurecida, dándole unos golpes a la puerta que la iba a tirar abajo.
YO: Antonella, ¿pero qué haces aquí?
Me miró que pensaba que me iba a matar.
ANTONELLA: Bugiardi de merda, siete bastardi. (mentirosos de mierda, sois unos cabrones)
Intentaba acercarme.
ANTONELLA: No te acerques que te la juegas cabrón.
Alguien abrió la puerta y entró como una exhalación para dentro.
ANTONELLA (gritando): Che cazzo è questo, dove sei figlia di puttana. (Que mierda es esta, donde estás hija de puta.)
Me asomé a la puerta, estaba caminando por el medio de gente que se estaba levantando en bolas, entrando en la habitación, no quise ni imaginarme lo que debió de encontrarse allí dentro.
ANTONELLA: Come puoi essere una tale puttana. (como puedes ser tan puta)
Sacó a Paola de los pelos en pelotas, levantando la mano para darle un buen hostión cuando varias personas se abalanzaron sobre ellas separándolas, Antonella estaba fuera de sí, se giró y salió dándome un empujón al pasar por mi lado, la gente empezó a vestirse y largarse, cuando todo el mundo se fue, entré a la habitación cogiendo la bata que llevaba Paola siempre puesta, salí de nuevo al salón tapándola con ella, nos sentamos en el sofá y me abrazó llorando, ella la quería pero no podía serle fiel como una pareja normal, quedamos en que descansaría y al día siguiente hablaríamos, pero por desgracia no pudo ser.