El anito de Anita (28)

Te para tres

Tras el incidente con mi padre, decidí pasar desapercibido, aun quedaban unas horas hasta que mi bus saliera al final de la tarde… put… madr… o habrá sido mi vieja la que le metió ideas… no se… ahora solo hay que hacer la técnica del muertito…

Intenté arreglar mis maletas, pero me sentí algo cansado, después de todo, había pasado por varios excesos ese día, sexo, drogas y alcohol… me senté un rato a ordenar mis ideas… pero al final, por suerte mi cabeza fue menos fatalista y en vez de centrarse en las sospechas de mi viejo… se fue dejando llevar por los encuentros con mis primitas…

Después de todo… quizás mi viejo me parta el alma… pero no me quitara lo bailado… ¿Quién diría?... vine por Anita y terminé gozando de Pamelita también… de sus dulces besos, su virginal vagina, su estrecho ano y sus carnosos labios que succionaban muy bien.

Bueno, de las destrezas amatorias de Anita, su fogosidad y demás, de eso ya sabía, sin embargo, me había llevado una grata sorpresa con Pamelita… quizás era el contrapeso que necesitaba para mi estadía ahí… al final Pamelita termino siendo el equilibrio en esa relación alocada con Anita.

Si… Pamelita nos salvo de varias… encima me permitió, bueno por decirlo así, meter mi verga en sus 3 orificios posibles… mierd… te pasaste de pendejo... ¿Dónde quedo eso de respetarla?... no seas malo, que lo intente… me justificaba ante mi conciencia… la primera vez fue a oscuras algo alcoholizado, la segunda fue medio drogado y la tercera… bueno, ella misma se despacho mi verga en sus labios.

Así sonreía apaciblemente en mi cama, recordando mis fechorías… pero a veces dicen que si uno ríe mucho es presagio de que pronto llorara… en ese momento no lo pensé así, solo me fui quedando dormido entre el desorden de mi ropa por meter en la maleta.

-        Heyyy… despierta…

-        ¿Qué?...

-        Despierta dormilón… insistió Anita.

-        Mierd… mi bus de regreso… ¿ya se fue?... dije.

-        No… no… justo de eso quería hablar…

-        ¿Qué paso?...

-        Llamaron para decir que tuvieron un problema con el vehículo… mañana temprano recién estará disponible…

-        Que mala suerte… al menos mi viejo no me puede culpar de eso…

Anita me miro un poco ofendida…

-        ¿Mala suerte?

-        Ah… no disculpa… ósea buena suerte por quedarme con ustedes… pero mala, porque cuando regresé tendré el tiempo ajustado para matricularme en la universidad… dije calmándola.

-        Ah bueno…

-        ¿Dónde están los demás?...

-        Se fueron al pueblo… a cerrar las cuentas de la feria…

-        ¿Estamos solos?... pregunte perplejo.

Quizás después de la pseudo amenaza de mi viejo, al verme palidecer y bueno dejarme roncando como tronco, habrá pensado que no podría hacer nada más… aparte mis viejos seguían en su segunda luna de miel, quizás querían ir de nuevo a los matorrales del pueblo a coger como conejos…

-        ¿Pamelita?...

-        Se fue con ellos…

-        Qué pena…

-        ¿Por qué?... pregunto curiosa.

-        No… por nada… solo que… me olvide de agradecerte por el ultimo servicio de Pamelita… dije en referencia a la mamada que me dio, gracias a la insinuación de Anita.

-        ¿Te gusto?... pregunto complacida.

-        Bueno… no es tan buena como tu… pero para ser su primera vez… esta bien… le dije, no quería que se sintiera otra vez celosa de su hermanita.

-        Uhmmm… es que yo llevo mucho tiempo practicando… dijo guiñándome un ojo.

Para esto, Anita ya se había acurrucado a mi lado, después de tiempo, teníamos unos minutos apacibles para nosotros… solo que aun la veía echarse de lado, parece que su culito aun no se recuperaba del ultimo encuentro en que le partí su anito.

-        Ya que es tu ultima noche… te tengo una sorpresa…

-        ¿Qué es?...

-        Si te digo… no es sorpresa… vennn…

Me tomo de la mano, casi me jalo de la cama, la seguí un poco desganado y algo temeroso de que no vaya ser que mis viejos se hayan quedado por ahí a la expectativa… no vaya ser que me tendieron una trampa… malditos… pero me percaté que las escopetas estaban en la vitrina de la sala… ufff… pero… ¿y los machetes?... mierd… no quiero regresar castrado a la ciudad… me lamentaba.

-        No seas miedoso… vennn… insistía Anita.

-        Está bien…

Me llevo a la cocina… caraj… eso es tentar a la suerte de nuevo, me dije. Sin embargo, Anita, que aun caminaba muy raro por su adolorido trasero…

-        Ponte esto… me dijo juguetonamente.

-        ¿Para qué?

-        Confía en mi…

Termine aceptando a regañadientes… Anita me puso una venda en los ojos, luego me guio fuera de la casa… bueno, las escopetas están en la sala, no me van a fusilar… reconocía el camino, porque lo hacia todos los días a arrastras de madrugada, cuando Anita me llevaba a ordeñar las vacas y me sacaba también mi leche… pero ¿Por qué tanto misterio para eso?...

Bueno… déjala… quizás ahora si es nuestra última noche juntos… al día siguiente temprano mi bus partía de regreso a la ciudad… si ella quiere darle ese aire de misterio a este ultimo encuentro, entonces me dejaría llevar para complacerla… quizás esta vez si desea un encuentro romántico… dudo que después de reventarle el ano quiera otra cogida asi.

Termine como de costumbre recostado entre la paja, con Anita dándome unos cálidos besos… luego fue bajando su mano a mi pantalón y liberando mi verga, que iba endureciendo en sus dedos… la venda que me tapaba la vista se iba soltando de a pocos y podía ver a medias el establo poco iluminado y a mi prima hacendosa… pajeando suavemente mi verga… quizás para tenerme más ansioso… hasta que…

-        Pamelita… vennn… este es tu examen final… dijo Anita pícaramente.

-        ¿Qué?... dije extrañado.

-        No… no te la saques… me reprocho Anita, manteniendo la venda en mis ojos.

Acomodando el rostro para poder ver por debajo de la venda… pude apreciar a Pamelita que salía tímidamente de las sombras en las que había permanecido oculta.

-        ¿Puedo pedir algo?... dijo tímidamente.

-        Lo que sea… agregue emocionado de que se uniera.

-        Puedo empezar… con el examen oral… dijo sonrojándose.

-        Por supuesto… le dijo Anita sonriendo

Al parecer a Pamelita le había gustado mucho mamármela esa mañana. Su petición de volver a hacerlo me daba morbo y al mismo tiempo me liberaba de besar los carnosos labios de Pamelita, para que Anita no se pusiera celosa…

-        Ok… ok… dije sintiendo ahora los dedos de Pamelita en mi verga, mientras Anita me besaba.

Uy… caraj… creo que mas que ser la despedida de Anita… seria la mía… en agradecimiento a los servicios prestados a estas dos hermanitas, ahora se disponían a cogerme… yo que había abusado de ellas, por decirlo de alguna manera… ahora ellas se despacharían de mí, teniéndome vendado a su merced…

-        Ay… mierd… ufff… exclame agradecido al sentir los labios de Pamelita en mi verga.

-        Esta mejorando… ¿verdad?... pregunto Anita coqueta.

-        Si… si… bastante… dije casi sudando, quería mantenerme firme y no soltar nada antes de tiempo.

Ahora comenzaba a sentir con más frecuencia la garganta de Pamelita en la cabeza de mi pene, ella se lo estaba tragando hasta donde podía… quizás en ese afán de hacerlo mejor que Anita, que a su vez no dejaba de besarme lujuriosamente con lengua y sobar mi pecho…

-        Ya Pamelita… déjame algo… se quejó Anita.

Hasta el momento solo oía la voz de Anita, Pamelita se había avocado a mamármela con pasión, como lo hizo en la mañana, solo emitía algunos sonidos de sus labios y saliva con mi tieso miembro. Entonces sentí como Anita alejaba a su hermana y se iba colocando encima mío, su húmeda vagina se fue abriendo con mi dura verga…

-         ¿Ves hermanita?... asi tienes que hacerlo… hummm… gimio complacida.

-        Si… si… esta bien… decía Pamelita como tomando nota de lo que hacia Anita.

-        Pero… Uhmmm… no saltes muy fuerte… le puedes doblar la verga al primo… Uhmmm… decía jadeante sin dejar de saltar armónicamente en mi verga.

Mis manos fueron subiendo de su cintura a sus henchidos senos… Pamelita no quería sentirse fuera de la función y empezó a besarme tímidamente, luego tratando de imitar a su hermana… con mas pasión, usando su lengua… tomé instintivamente su mano y la dirigí al seno de Anita, solo por jugar... quería que ellas también se exploren mutuamente…

-        Uyyy… Pamelita… Uhmmm… hermanita… ohhh… decía sorprendida Anita.

-        Tienes lindos senos hermana… decía Pamelita nerviosa.

Al principio la mano de Pamelita se movía temblorosa, manoseando el seno de Anita, luego le fui enseñando a estrujar sus tetas, jalar sus pezones, para llenarla de mas placer… lo que hacia efecto en Anita, porque la sentía saltar cada vez más rápido.

-        Ahora bésala… le ordene a Pamelita.

-        ¿Qué?... pregunto perpleja.

-        Solo hazlo… le insistí.

Tenia que satisfacer a mis dos primitas, era un reto, así que debía incentivar su morbo para que ellas también lleguen. Ya para esto la venda poco cubría mi vista, y pude apreciar la reacción de sorpresa de Anita ante mi propuesta… mientras Pamelita ruborizada se le acercaba tímidamente.

-        Solo cierren los ojos… y háganlo… les propuse.

Ambas me miraron y luego cerraron los ojos, se dieron un beso tímido, luego de a pocos, cada vez mas cálido, mas jugoso. Anita empezó a enseñarle sus trucos aprendidos con la lengua, lo que iba enloqueciendo a la inexperta Pamelita.

-        Pamelita… que ricos labios tienes hermanita… dijo Anita sorprendida.

-        Ay… hermanita tu lengua… Uhmmm… que bien besas… decía Pamelita extasiada.

Yo comencé a tomar de la cintura a Anita, dejando que Pamelita continúe manoseando los senos de su hermana que ya estaban al aire, saltando armónicamente. De a pocos, Anita también iba manoseando los senos de Pamelita, que eran medianos, ella se estremeció al sentir las manos de Anita y luego las mías…

-        Ay… ¿qué me hacen?… mis tetas… Uhmmm… se quejó sorprendida Pamelita.

Anita parecía enloquecida con los labios de su hermana, me miraba por ratos de reojo, como diciendo… ya se porque te gustaban tanto… ahora Anita saltaba frenéticamente, ante lo manoseos cada vez más fuertes de Pamelita que había entrado en calor con los besos de su hermana…

-        Uyyy… nooo… uhmmm… Pamelita… Uhmmm… exclamo Anita retorciéndose encima mío.

En un último movimiento había meneado todo su rabo en mi verga, sintiéndola hasta la raíz, mientras Pamelita, en un arranque de pasión, engullo uno de los pezones de su hermana… quizás imitando lo que yo le hice a oscuras… estos movimientos en conjunto hicieron llegar a Anita en un terrible orgasmo.

Anita casi se deja caer en la paja satisfecha… su hermana la contuvo… mientras las animaba con mas besos, entre los jadeos de Anita… hasta que se dieron cuenta que yo aun era parte del juego… Anita me miro agradecida y con sonrisa traviesa hacia Pamelita.

-        Bueno primito… yo no te puedo dar mi culito… porque me lo reventaste… ¿recuerdas?

-        Mierd… Cierto… lo siento… me disculpe, recordando como deje sangrante su orto.

-        No te preocupes tontito… pero… dijo intrigante.

-        ¿Pero?... pregunte curioso, mi primita era muy maliciosa.

-        Pamelita quiere intentar de nuevo… dijo sonriendo.

-        ¿Qué?... nooo… dijo miedosa Pamelita.

-        Vamos hermanita… yo te voy a ayudar… le dijo animándola.

-        ¿No me va doler?… repuso dudando.

-        Esta vez no… dijo segura Anita.

-        Y ¿Cómo?... pregunto un tanto ansiosa Pamelita.

-        Como perra… me atreví a decirle en mi excitación.

-        Si hermanita… como perra… es la mejor posición… ya verás… le dije guiñándole un ojo.

Sin decir más, Pamelita se ubicó en 4 patas sobre la paja… Anita busco la grasa que tanto nos ayudo en su momento. Me hizo señas para que fuera al frente, mientras ella se quedaba atrás… Pamelita vio mi verga en su rostro y dudo en mamármela, hasta que Anita le fue hundiendo uno de sus dedos… entonces Pamelita se estremeció y desfogo todo su sentir en mi verga…

-        Uhmmm… uggg… la escuche resoplar con mi verga en el paladar.

Luego vi a Anita hacerme una seña con los 2 dedos de su otra mano embadurnados de grasa, y segundos después le hundió esos dedos en el inexperto ano de Pamelita… ella abrió los ojos sorprendida, apresando con más pasión mi verga y succionando como loca.

-        Creo que ya está… Ven primito… me dijo Anita y cambiamos de posición.

Me embadurne la verga con grasa, mientras Anita se echaba de lado, frente a Pamelita. Luego al ir metiéndole suavemente mi verga, entendí que era para que Pamelita la bese, como cuando mamaba mi pene. Asi, Pamelita desfogaba su dolor o placer con los labios de su hermana… incluso succionaba los pezones que Anita le ofrecia.

-        Uhmmm… siii… asiii… siii…. al finnn… decía complacida Pamelita

-        ¿Ves hermanita?... es bien rico… le decía Anita.

-        Uhmmm… ahora sé porque te encanta… Uhmmm…

Aun no me movía, solo había logrado atorar su joven esfínter hasta la raíz, la tenía completamente empalada… sentía como palpitaba gustoso en mi verga, mientras Pamelita temblaba de placer. Como pensé, ahora era diferente… iniciarla de esa manera fue mejor, que clavármela bruscamente en la cocina con un poco de mantequilla…

-        Ya primito… muévete… me animaba Anita.

-        Suave por favor… no me partas el culito como a Anita… me suplicaba sumisa Pamelita.

Tomé la estrecha cintura de Pamelita y comencé a moverme, ella contraía sus manos en la paja, hasta que Anita nuevamente le ofreció sus labios. Esta vez Pamelita la besaba como loca… pensar que días antes, apenas le pude robar unos besos y ahora casi succionaba la lengua de Anita como si fuera una verga.

-        Dale mas fuerte… ahora ella es tu perra… me decía Anita, quizás deseaba que también le reviente el ano, para que las dos estén parejas.

-        Siii… siii… tu perra primito… ahora soy tu perra… Uhmmm… decía Pamelita febril, como nunca la había oído o pensando que actuaría.

-        Entonces muévete… perra… le ordene con un palmazo en sus nalgas.

-        Pamelita… culealo hacia atrás… asiii…

Pamelita torpemente fue retrocediendo, chocando con mi ingle siguiendo la indicación de Anita, clavándose ella misma ante su sorpresa, la aprete y nuevamente la aleje, el recorrido de retorno lo hizo Pamelita esta vez más fuerte, hasta que agarro ritmo mientras Anita sonreía complacida de como su hermanita lo disfrutaba…

-        Uhmmm… ¿Así de rico es siempre?... Uhmmm… gemía extasiada.

-        Si Pamelita… cada vez se pone mejor… le decía Anita acariciando sus cabellos y tomando por momentos los senos de Pamelita que rebotaban.

Anita me miraba pícaramente… quizás Anita pensaba ¿ves primo que no era tan santa? en el fondo ambas somos iguales… unas perras… tal vez esa era su intención… sacar la loca reprimida que tenia su hermana adentro… que Anita dejara de ser la oveja negra de las hermanas… que esa dulce perversión anal también fuera de Pamelita…

-        Ayyy primito me revientas… Uhmmm… decía Pamelita con sus senos henchidos.

-        Voltea… mira como se deleita con tu culo… le animaba Anita.

Pamelita algo nerviosa fue volteando a verme, cerro los ojos tímidamente y luego su morbo pudo más y me vio como yo cada vez estaba mas embelesado con su estrecho agujero... vio por primera vez sus nalgas temblar en mi ingle, no dando fe de lo que veía, paso su mano por su nalga, sintiendo esa vibración, jalándola y dejándome que la penetre hasta el fondo…

-        Uhmmm… no puedo más… ohhhh…. exclamo agarrotada.

-        Ufff,,, yo tampoco… ufff… dije casi sin aliento.

-        Uyyy nooo… va explotar mi culito… uhmmmm… gimió asustada Pamelita sintiendo el aluvión de leche en sus intestinos.

-        Tranquila hermanita… disfrútalo… la calmaba Anita.

-        Uhmmm… siii… Uhmmm… resoplo Pamelita, con unos ricos espasmos en su columna.

-        Ufff… mierd… que rico… exclame satisfecho y me deje caer en la paja.

Pamelita también se dejo caer de bruces, intentando recuperar el aliento. Solo Anita, mas repuesta, se acerco a mi verga para limpiarla.

-        Que desperdicio… mucha leche… dame un poco… dijo juguetona.

En realidad, no paro hasta tras unos segundos sacarme una descarga remanente de leche… de manera alocada, engullo un poco y se alejo como para que la salpique… quizás no quería dejar que la última imagen de placer en mi retina, fueran las nalgas de su hermana… a pesar de todo, algo de competencia había entre ellas…

Luego Anita se dejó caer a mi lado, con una sonrisa de oreja a oreja… mientras su hermana yacía destrozada en el suelo, boca abajo, quizás avergonzada o solo reponiéndose, mientras su ano comenzaba a destilar mi leche… solo de reojo veía que esta vez Pamelita, entre su maraña de cabellos, parecía tener una sonrisa complacida…

-        ¿Te gusto la sorpresa?... pregunto risueña Anita.

-        Ufff… me encanto… eres la mejor… dije complacido

-        Lo se… me dijo orgullosa.

Luego nos reímos… pero como dije… a veces cuando uno ríe mucho es presagio de que va llorar igual o más… solo que no esperaba que fuera tan pronto…

-        ¿Qué mierd… pasa aquí?... escuche una voz masculina de… mi… mi viejo.

-        ¿Qué cochinada es esta?... oí la voz horrorizada de mi tía.

A la put… madr… se jodio todo.

Continuara…