El anito de Anita (24)

Explicaciones… por favor o por el favor

¡Diablos!... ¡Pamelita nos atrapo otra vez!... fue lo primero que se me ocurrió al sentir la luz en mi rostro... ¡Qué vergüenza o que sinvergüenza que soy!... me lamente, sobre todo, después de los cariñosos besos que nos dimos esa noche, termine acostándome con Anita… Pamelita debería querer matarme seguro.

Luego instintivamente deje de besar a Anita y voltee lentamente, impulsado por un sexto sentido, tal vez temeroso de haber sido descubierto por alguien más… quizás por mis padres o por mis tíos que retornaron de la feria... pero...

-        ¿Queeeeee?... exclame.

En la puerta no estaban ni mis padres, ni mis tíos... ni Pamela... estaba... estaba... Anita...

No dando fe a lo que veía, cerré los ojos, echándole instintivamente la culpa de esta confusión visual a mi aun alcoholizada cabeza... abrí nuevamente los ojos... y.… si... la que estaba en la puerta era... Anita... que con su rostro completamente desencajado me miraba...

Caraj... estoy viendo doble... no puede ser... pensaba... pero si Anita está en la puerta... ¿con quién compartí tan maravillosa experiencia?... temeroso volteé el rostro hacia mi compañera de aquel gratificante encuentro... y descubrí el rostro de... de... Pamela...

-        ¡Diablos!...  exclame sorprendido.

Pamelita aun yacía con su rostro hermosamente complacido por aquel encuentro. Cuando salió de su propio mundo y por fin abrió los ojos, se dio cuenta de la situación, miro asustada a su hermana en la puerta... noto la manera sorprendida y enojada con que la miraba... su rostro enrojeció de vergüenza... luego se cubrió con ambas manos.

-        Esto no puede ser…. pero si... tu... tu... estabas... en el baño... tartamudee.

Me aleje un poco de Pamela y voltee a mirar a Anita...

-        Yo escuche cuando tú le dejaste el turno a Pamela... intente explicar confundido.

Ella seguía parada allí, pálida, no sé si por la ira, o por la sorpresa... finalmente se recompuso y dijo tratando de verse inmutable...

-        Si, pero ya sabes cómo es ella (de noble)... al final me cedió su turno... y bien que le resulto, ¿verdad?...

¿Por la put... madre? ¿que mierd... hice?... era la pregunta que se repetía una y otra vez en mi cabeza, mientras veía a Anita, con aire de indignación, casi sollozante mirándome... y Pamelita echada entre las sabanas completamente avergonzada por lo sucedido y sin poder hablar... y yo entre ellas sin comprender aun como había sido posible todo esto...

¿Caraj... que mierd... paso aquí?... vamos piensa... estaba oscuro... sus cuerpos no son drásticamente diferentes y con mi borrachera no los diferencie... pero sus labios, la manera de besar, la inocencia de su accionar, la forma generosa y dulce en que se me entrego... ¿cómo diablos no me di cuenta?

Bueno el vestido era engañoso, me excusaba a mí mismo... pero el brassiere de Anita se desabrochaba por el frente, no por detrás, además Anita no traía calzón... cuantos detalles que ahora saltaban a mi mente pero que en ese momento no les preste atención... que estúpido que fui...

En ese momento no sabia que hacer con Pamelita, que llorosa de lado se ocultaba avergonzada. Solo atiene acariciar sus muslos por encima de las sabanas. Era muy tarde para lamentarse por lo sucedido, lo único que me quedo hacer fue levantarme y recoger mi ropa... mientras sentía la mirada de Anita clavada en mi ser cual filosa daga...

Me retire tambaleante, no por el alcohol, que rápidamente se había evaporado de mi cuerpo al ver a Anita en la puerta, sino por la confusión de toda esta situación... y las impredecibles reacciones de Anita, no era la despedida que había imaginado.

Iba a pasar cerca de Anita que aún se encontraba como estatua en la puerta, su rostro adquiría mil y un matices, pero intentando lucir imperturbable, como si aquello no le hubiera afectad en lo más mínimo... antes de salir ella dijo...

-        Bueno... Pamela... parece que no fue necesario que te pagara el "favor"... tu misma te lo cobraste...

-        ¿Que?... volví a exclamar aún más confundido, viendo a Anita con cara de incrédulo.

No puede ser…. seguro me está engañando, quiere hacer quedar mal a su hermana, que bajeza la de Anita decir eso, Pamela no haría eso... mire nuevamente a Anita... y su rostro expresaba seguridad y cierta sorna, como reafirmando lo dicho...

-        ¿No me crees?... me dijo con sarcasmo Anita... anda, pregúntale...

Mas confundido aun, voltee hacia el lecho donde hace unos pocos minutos había logrado una felicidad plena... mire a Pamelita, casi sollozante, ella no pudo verme a los ojos... finalmente no soporto y se cubrió con las sabanas... se ocultó para que no la viéramos llorar... era cierto...

Todo el tiempo intentando averiguar cuál era el objeto de su acuerdo... al final yo estaba más involucrado en el de lo que pensaba... yo que sentía que manipulaba, que engañaba, era más bien el manipulado, engañado... pase de ser el abusador a convertirme en la victima del jueguito de estas hermanitas...

Sentí cierta indignación... tomé a Anita por el brazo y la saque de la habitación...

-        Ahora tú me vas a explicar bien todo esto... le dije con determinación.

-        Esta bien, está bien... dijo ella aun desafiante, pero temerosa de mi actitud.

-        Habla... le grite.

Ella se estremeció, ni siquiera el día anterior, después de la bofetada que me dio, me había visto tan molesto como ahora...

-        Y no se te ocurra mentirme... agregue con voz grave.

Así, un poco temblorosa inicio su explicación:

... Bueno... después de que ella nos encontró la primera vez, yo le conte de lo nuestro. Ella se deprimió un poco, yo sabía que tú le gustabas... ella me dijo que no hablaría, pero temí que contara algo... así que le prometí que haría lo posible para que los dos tuvieran juntos al menos una vez. Ella se avergonzó al principio, me dijo que lo pensaría, yo sabía que ella aceptaría porque, tú sabes... aparte de jugar ella sola, o intentar hacerlo con zanahorias, Pamelita nunca tuvo un encuentro (sexo) con nadie...

Recordé como al penetrarla ella (Pamelita) se estremeció, como al principio mi verga resbalaba que pensé que era por humedad, pero era su himen aun intacto. También recordé como sentí sus labios vaginales estrechos... luego, la humedad… ¿sería sangre de su sello virginal roto?... al parecer nunca había jugado con zanahorias como Anita creía.

En ese momento, llevado por la pasión no me percate de esos detalles... o tal vez si lo hice, pero no le di importancia, embebido por la pasión del momento... Anita prosiguió:

...al principio solo lo decía por fastidiarla, pero cuando tu madre casi nos atrapa... le pregunte de nuevo al respecto, y note que dudo al responderme, creí entender que si aceptaba el acuerdo... como ese día dijiste su nombre, quise saber si lo harías con ella por tu propia decisión o si es que tendría que engañarte... después del encuentro de ayer en que me demostraste que solo te importaba yo...

En este punto las cosas se tornaban confusas, las cavilaciones morales eran demasiado encontradas, yo tenía parte de culpa, claro que hubiera deseado tener un encuentro con Pamela, a pesar que era hermana de Anita, a pesar que eran mis primas... ella continuo:

...luego de que nos encontrara ayer Pamela, ya sabes, en la cocina... ella se mostró más interesada en el asunto, hasta creo que se impaciento... así que le dije que hoy día de todas formas lo hacía... te iba a embriagar un poco, pero no fue necesario porque tu solito lo hiciste... invente la pelea por la ducha, luego yo te llamaría te diría que fueras a mi cuarto después de que Pamela entrara en la ducha, así tu entrarías al cuarto pensando que ella estaba en la ducha y yo en el cuarto... en la oscuridad y un poco tomado no notarias la diferencia...

Ahora tenía más sentido esto: cuando entre al cuarto, Pamela de alguna forma pensó que yo había hablado con hermana, que ella me había enviado... que no me oponía a su supuesto acuerdo... y...

-        Si ese era tu plan, entonces... ¿por qué no me llamaste?

-        No sé, comencé a dudar, si hacerlo o no... total Pamela después de la feria no me comento nada al respecto...

Claro, después de aquellos apasionados besos que nos dimos en la feria, parece que Pamela se había olvidado del asunto...

-        Así que el asunto se te escapo de las manos... dije.

-        Creo que si... nunca pensé que irías al cuarto... me dijo apenada.

-        A pesar de que no me llamaste, mientras te duchabas, ¿pensabas seguir con tu plan?...

-        Si... dijo un poco reacia, pero segura de que, si lo haría, y luego me explico... Después de que se duchara le explicaría a Pamela lo que quería hacer, no creo que se hubiera opuesto, así que luego te iría a buscar... te llevaría al cuarto, te iba a pedir que esperaras un rato, mientras yo me escondía en el closet. Desde mi escondite te pediría que pases, y en la oscuridad Pamela tomaría mi lugar como… como tu amante...

-        Oye, pero al final de cuentas... casi todo resulto como querías, termine teniendo relaciones con tu hermana... entonces ¿por qué te enojaste?... pregunte a un confuso.

-        Es que no esperaba entrar al cuarto y verlos así... me impacto... no pensé que me iba a afectar tanto... dijo visiblemente dolida.

-        Pero si tu prácticamente planeaste todo esto... sabias lo que pasaría...

-        Si, pero pensé que no sentiría celos... me dijo casi sollozante.

Quizás en otros tiempos me hubiera sentido halagado por aquella muestra de despecho, tal vez me hubiera acercado a abrazarla... pero por la forma en que habían sucedido las cosas, ya no creía en nadie, ni en nada, hasta comencé a desconfiar de mí mismo: de lo que hice, lo que no hice, lo quise hacer, lo que deje hacer... me estaba haciendo un nudo en la cabeza... este asunto no me estaba siendo del todo claro... así que volví a la carga:

-        Déjame entender bien esto: ósea que tu enredaste a tu hermana en tu jueguito... me hiciste creer que ella te demandaba algo cambio de tu silencio, cuando en realidad tú eras la que le hizo ilusiones respecto a esto... tu planeaste todo esto... ¿por qué?...

-        No fue tanto así... al principio fue algo inocente... creí que ayudaría a Pamela, pensé que sería lindo que ella pudiese saber lo que se siente estar con chico, y que no siguiera fantaseando al respecto. Por si no te has dado cuenta, en este lugar no hay mucho material disponible... después de tu llegada pensé que podría facilitar las cosas para ella...

Ahora resulta que Anita ¡era la alcahueta oficial de su hermana menor... fue lo que pensé. Seguí inquiriendo, tratando de atar más cabos sueltos:

-        Así que hubieras observado tranquila, desde tu escondite, como desfloraba a tu hermana... le dije sarcásticamente, aun no me creía esta parte.

-        Si... bueno no... dijo dudosa.

-        Te dije que no me mintieras... le dije enseriándome de nuevo.

-        ... bueno en realidad, después de que terminaran, pensaba salir de mi escondite, para que te dieras cuenta de la trampa que te tendimos...

-        Así que de todas formas todo terminaría como ahora: tu encendiendo la luz, atrapándonos después de tener relaciones, tu hermana avergonzada y nosotros discutiendo... pero ¿por qué?... ¿por qué actuarías así?... ¿por qué harías eso?...

-        Porque quería que vieras que ella tampoco es ninguna santa... además te dije que te contaría todo antes de irte...

Aunque quise seguir preguntando, haciendo más comentarios al respecto, decidí abstenerme, no quería seguir en esta enredada discusión... creo que en parte los celos de Anita hacia su hermana, por como la miraba o trataba, hacían que ella quisiera que yo descubra a Pamelita como una chica poco santa.

Además, ¿cómo podía juzgar a Anita?, si yo mismo le mentía diciéndole e intentando hacerle creer que para mí era la única, cuando pensaba en su hermana también... ¿Como podía juzgar a Pamela si yo mismo le di alas para que intentara involucrarse conmigo?... al final todos éramos culpables de este triangulo...

Solo que, a mi juicio, de esta situación, Pamelita era la menos culpable... claro que confabulo, pero era la única que de alguna forma actuó sin mala fe, además mostraba un real remordimiento acerca de esto... ella solo se dejó llevar... se dejó enredar por nuestras conflictivas relaciones...

Mientras pensaba en estas cosas, Anita esperaba con los ojos aun humedecidos por algunas lágrimas, provocadas por la impresión de aquella escena, su rabia, sus celos, su despecho... o provocadas por su propio remordimiento al darse cuenta del daño que le causo a su hermana... después de un largo silencio me anime a decir:

-        Vaya... dije lanzando un suspiro: ...al final parece que caíste en tu propia trampa... agregué con cierto aire de ironía.

-        ¿No estas molesto?... pregunto Anita con cierta desconfianza.

-        Bueno... ahhh diablos…. que importa ya... todo esto es muy complicado y no tengo ganas de pensarlo... ni de molestarme... a estas alturas ¿de qué valdría?... me voy mañana... dije con cierto hastió de todo el asunto.

Escuche un leve sollozo... nos habíamos olvidado de que Pamela seguía en el cuarto...

-        Oye ve a calmar a tu hermana... le dije.

-        No, mejor ve tu... no creo que quiera verme por ahora... dijo Anita ahora apenada dándose cuenta de todo el pesar que la había causado a su hermana.

-        Está bien...

Entre al cuarto, Pamela echada de lado aun sollozaba...sentí pena por aquella muchacha que busco tener un encuentro con un chico que le gustaba...

-        Hey…. vamos... deja de llorar... le dije dulcemente.

Ella volteo con los ojos enrojecidos... la abrace...

-        Lo siento... no quise engañarte así... me dijo con pesar.

-        Ah, no te preocupes, Anita ya me conto todo... y no estoy molesto...

-        ¿En serio?... pregunto un poco incrédula, se alejó para verme.

-        No, porque estarlo, tuve un maravilloso encuentro con una hermosa muchacha...

Ella sonrió... y bajo la cabeza tímidamente para que no viera como se ruborizaba.

-        Pasamos un lindo momento... ¿verdad?... me dijo finalmente.

-        Si, hace mucho tiempo que no hacia el amor... le confesé con una sonrisa.

Ella entendió perfectamente lo que quise decir... había tenido sexo muchas veces con su hermana, encuentros por demás lujuriosos, aunque también tuve muchos momentos tiernos con Anita... pero tener un encuentro tan íntimo como el de esta noche con Pamelita... bueno no seas tan mezquino... me dije... tal vez aquella ocasión en el rio, si aquello fue algo especial...

Lo cierto es que, al escuchar mis palabras, a Pamelita se le ilumino el rostro... me regalo una hermosa sonrisa... no pude evitar inclinarme un poco... ella se inclinó a su vez entendiendo mi invitación... nos besamos... quise grabar aquellos dulces labios en mi memoria, pero finalmente me perdí en ellos, en su calidez... no pude pensar más... solo nos besamos...

-        Ejemmm...

Cuando escuché este sonido, entendí que era Anita... nos separamos, ambos lucíamos una sonrisa por demás delatadora... Anita nos miró con cierta incomodidad... y celos...

-        Bueno Pamelita, hay que arreglarte, antes de que vengan nuestros padres... le dijo Anita, que al parecer quería congraciarse con su hermana.

-        ¿Esto es normal?... pregunto inocentemente, mostrando la mancha de sangre en su pubis.

-        Uy si hermanita… ven… vamos a lavarte y limpiar la sabana... le dijo amorosa.

Aun desconfiada Pamela se acercó a ella, Anita la abrazo, parecía que hicieron las pases... luego juntas se dirigieron al baño para intentar borrar las huellas del prolongado sollozo y de su himen roto, a fin de cuentas, Anita creo que le explico que la sangre era normal...

Me quedé solo en su habitación... recordando aquel encuentro en la oscuridad... pensé en Pamela. Me di cuenta que ella era una chica que me inspiraba ternura, cariño... fue un grato encuentro, pero no se va a repetir, me dije... es mejor que sea así... de alguna forma me llevare un bello e inesperado recuerdo... iluso, no sabía que seguiría explorando a mi inocente prima…

Minutos después me saco de mi ostracismo, y mi cursilería, el ruido de un vehículo acercándose... mis tíos y mis viejos seguramente... Anita y Pamela también sintieron el ruido y regresaron presurosas a su cuarto, rápidamente me despedí de ellas mientras veía como escondían la sabana y yo huía a mi habitación...

Me revolví entre las sabanas y me hice el dormido... al poco rato levemente abrieron la puerta, seguro mis padres confirmando si aún estaba vivo... cerraron la puerta. Yo volví a mis cavilaciones... comencé a deducir algunas cosas, de lo que me dijo Anita, de lo que yo aprecie, al final, más o menos fue esto lo que saque en claro:

Al principio Anita actuó de buena fe, sabiendo que su hermana era un tanto sonadora respecto a estos asuntos, y dado que Pamela había mostrado cierto interés en mí, se dispuso a actuar como mediadora para que su hermanita finalmente tuviera un encuentro con un hombre... y ¿celos?, bueno, no los tendría, porque yo estaba tan ligado a Anita que había recorrido medio país para reunirme con ella.

Anita conociéndome, pensó que no me interesaría en una mojigata como su hermanita, así que solo sería un jueguito, pagarle una especie de favor a su hermana por sus silencios y ayudas. Hasta cierto punto llego a creer que sería una buena acción, seguro tendría que mentirme, engañarme, pero era aceptable considerando que le ayudaría a su hermanita a cumplir una vieja fantasía.

Aquel día después de que nos descubriera, creyó que sería un buen pretexto para llevar a cabo su idea, comenzó a picar mi curiosidad con aquello de: "solo tengo que hacerle un favor"... quizás luego me haría participe de su idea dándome a entender que Pamelita deseaba eso... al parecer si era lo que Pamelita deseaba, pero dudo que se hubiera atrevido a actuar, si su hermana no lo hubiera propuesto... así instigaba por los dos lados a fin de llegar a su meta.

Pero a medida que fue avanzando en este jueguito las cosas se fueron desvirtuando, ya que yo empecé a mostrar interés en Pamela. De por si Anita ya sospechaba algo, pero todo quedo develado el día en que, en un momento de placer, pronuncie el nombre de Pamela... a partir de entonces los celos fueron tomando forma, dejo de ser un jueguito para convertirse en una especie de revancha, comenzó a gestarse la venganza...

Ahora me daba a entender continuamente que la impulsora de este favor era Pamela, que de alguna forma ella se sentía obligada a retribuirle un favor que no quería contarme, así mantenerme en vilo, pendiente, de tal forma que, llegado el final, yo me desilusionara de su hermanita... quería poner al descubierto a su hermana... pero al final termino descubriéndose ella misma como la principal confabuladora de este enredo...

Tampoco quise ser tan enérgico en mi juicio sobre ella... recordé que sobre el final Anita comenzó a dudar acerca de su accionar, seguro algún atisbo de remordimiento tuvo acerca de las consecuencias de todo esto... o simplemente se dio cuenta que aquello le sería más doloroso de lo que pensaba... lo cierto es que el destino le jugó una mala pasada, las cosas se precipitaron, se le escaparon de las manos...

Después de analizar todo esto... me dije a mi mismo: Suerte que esta noche tuve ganas de tener un encuentro apacible, tierno... pero que hubiera pasado si es que en ese momento se me hubiera antojado tener relaciones de la manera en que a Anita le gustaba... es decir, si es que en medio de la oscuridad se me hubiera ocurrido practicarle sexo anal a mi compañera...

Uyyy pobre Pamelita…. seguro hubiera salido corriendo al sentir mi verga pugnando por entrar en su estrecho ano (no sabía que pronto lo averiguaría)... o tal vez Anita nos hubiera interrumpido antes de tiempo, no porque terminara de bañarse antes, sino por los gritos que hubiera pegado su hermana...

Así alucinando todas estas tragicómicas variantes, me fui quedando dormido... al final no tenia de que enojarme sino estar agradecido que, durante este viaje, impensadamente disfruté de los favores de mis guapas primas.

Continuara…