El ángel que eres tu (4)
De un angel, pasara a ser parte de su vida...
- S: ¿ósea que no pasaría nada si yo me enamoro de ti?
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A: jajaja… no digas eso… no me conoces.
S: te conozco lo suficiente como para saber que jamás me abandonarías aunque cometiera mil errores tu estarías conmigo ¿verdad?
A: por supuesto, ese es mi deber.
S: ¿tu deber? ¿Ósea que si no fueras mi ángel no te importaría?
A: no es así… no quisiera estar en otro lugar que no fuera aquí contigo.
S: ¡AY! Que linda eres…
A: yo solo digo la verdad.
S: ¿te puedo confesar algo con respecto a Álvaro?
A: por supuesto.
S: el era tierno y todo, muy atento… pero… pero cuando bebía se ponía violento.
A: ¿de verdad?, ¿el alguna vez te golpeo?
S: si… después me pedía disculpas y yo como tonta enamorada seguía a su lado.
A: lo lamento mucho.
S: ¿por qué no me protegiste? ¿Por qué no lo sabías?
A: porque me asignaron a ti hace poco tiempo.
S: ¿y por qué? ¿qué paso?
A: digamos que es para probarme.
S: ¿probar que?
A: no, no lo puedo hablar contigo.
S: a claro… las reglas.
A: si, ¿esta será la última noche ya?
S: Pero ¿Por qué?… ¿cuál es el problema de que hablemos?
A: por favor, para mí también es difícil.
S: dime, ¿cuál es el problema?
A: el problema es que no debo, no debe estar pasando… el problema es que no sé como sentirme cuando escucho tu voz.
S: ¿que sientes cuando escuchar mi voz? ¿Cuándo te pido que me abraces? ¿Que sientes ahora que estas a mi lado?
A: ¿cómo sabes que estoy a tu lado?
S: por tu aroma… ese olor tan único, tan tuyo que me encanta.
A: Sofía para!… por esto no podemos seguir hablando.
S: me dijiste que no sabías que era enamorarse… ¿a que le temes?
A: le temo a que seas tú quien me enseñe.
S: en cambio yo a lo único que le temo es a que te saquen de mi vida.
A: por eso tenemos que dejar de hacer esto.
S: pero… ¿con quién conversare?
A: por favor Sofía, no se… búscate un novio, esa es mi misión, buscarte una pareja.
S: ¿qué? ¿tu solo quieres buscarme a otra persona? ¿Para qué?
A: para que seas feliz, para que hagas tu vida…
S: ¿y qué va a pasar si la encuentro?
A: no lo se... por lo menos esa es mi misión ahora.
S: ¿y si te alejan de mi? ¿Está dentro de las posibilidades?
A: si, creo que es la posibilidad que tiene mayor porcentaje.
S: entonces no quiero a nadie en mi vida.
A: Sofía ya no empieces… tienes que seguir adelante.
S: ¿y si no quiero?
A: ¿y por qué no vas a querer?
S: porque al igual que tu, prefiero estar contigo que con cualquier otra persona.
A: primero que nada, soy tu ángel no puedes sentir nada por mi… segundo ni siquiera me ves, ni tocar, ni besar ni nada y tercero… aunque tuviéramos la oportunidad yo soy mujer y tu también.
S: eres mi ángel y bueno… si no debo, no debo… pero eso no significa que sea imposible… con lo segundo no estoy de acuerdo, a veces creo que estoy loca, pero cuando escucho tu voz lo haces todo tan real y perfecto que se vuelve mágico… y con lo tercero, no es que sea lesbiana ni nada… eres tú, solo tú con quien me siento así.
¿así como?
S: así… con ganas de darlo todo porque no fuera imposible – acercándome a sus labios incontrolablemente-.
A: Sofía ya… detente por favor – controlando justo a tiempo mis instintos –.
S: ¿por qué lo hiciste?
A: ¿hacer qué? – pregunte desconcertada –.
S: ¿por qué te alejaste?
A: ¿alejarme de donde?
S: de mis labios, ¿por qué no me besaste?
A: yo, yo…
S: no te preocupes… acércate de nuevo.
A: Sofía paremos con esto…
S: solo para sentir tu aroma, recuerda que no te siento… solo eres viento para mí.
A: pero yo si te veo, yo si te siento… para mi tú no eres viento.
S: ¿y qué soy para ti?
A: para mi eres una mujer.
Estaba muy cerca de sus labios, muy cerca de probarlos… cuando otra vez esa luz blanca me absorbe y me lleva al juicio que pensé seria el final… de todo
Voz: ¿En qué pensabas?
Sofía: la verdad es que no pensaba.
V: Te dije que estabas a prueba.
S: lo sé… y falle, lo siento.
V: no lo sientas tanto… tienes que cumplir tu misión, pero ahora será diferente, ya no serás su ángel.
S: ¿entonces?
V: te harás parte de su vida en la realidad… pero ella nunca tiene que saber quien fuiste.
S: pero…
V: escúchame… al entrar a su vida tendrás contacto con las personas a su alrededor y sé que encontraras a la adecuada, tu sabes lo que no puedes hacer y que lo que ibas hacer no se puede volver a repetir.
S: si, pero ¿qué estoy sintiendo?
V: las respuestas más difíciles de la vida se encuentran dentro de uno mismo.
Fue cuando la luz apareció de nuevo pero esta vez para llevarme a un departamento, el cual no reconocía… y encima de la mesa una carta:
Todo comienza otra vez de cero, los errores que cometas tendrán efectos en la vida de ella, este es tu nuevo departamento esta tarde tienes que presentarte a las oficinas donde ella trabaja y llevar los papeles que a continuación están, es tu curriculum y tu nueva identidad, iras a una entrevista para ser la secretaria personal de Sofía, recuerda que todo lo que tienes que hacer es para beneficio de ella. La vida tiene dificultades imposibles de sobrepasar no tenemos que siempre luchar para ganar, a veces arrodillarse ante las dificultades te hace más grande que ponerte frente a un problema que eres incapaz de superar, el amor es más difícil que cualquier problema y la pregunta más difícil de responder… no necesitas nada más que las respuestas de tu corazón… Suerte.
Saque el papel que había a continuación, mi curriculum y luego de eso mi identificación… Antonia Isabel Montes Acevedo, la verdad es que no sabía cómo llegar a la oficina de Sofía, ¿cómo la miraría a los ojos sin derretirme a sus pies? ¿Cómo sería capaz de presentarme frente a ella sin morirme en ese instante? Tendría que saber cómo hacerlo… y casi por obra de magia mientras pensaba en ella aparecí frente a las oficinas me asuste pero al parecer ese era mi nuevo poder, me podía tele transportar donde yo quisiera. Y cuando estaba pensando en esto alguien choca conmigo, era ella.
Sofía: perdón, no fue mi intención.
Antonia: no se preocupe, fui yo quien se interpuso en su camino.
S: soy descuidada, acepta mis disculpas para poder irme tranquila
A: si eso la deja sin culpa, las acepto solo si usted acepta las mías.
S: las acepto… que tenga buen día.
A: perdón, ¿a qué piso tengo que ir para la entrevista?
S: ¿entrevista para secretaria?
A: si.
S: ven conmigo, yo soy quien hará la entrevista.
A: que fatal primera impresión entonces.
S: jajaja, despreocúpate… ¿te puedo preguntar algo?
A: por supuesto.
S: ¿te conozco? Algo de ti se me hace familiar.
Continuara...