El ángel que eres tu (2)

Es tan difícil creer que a quien quiero, solo se hace realidad en mis sueños.Es increíble como apareces dentro en mi mente cuando no estoy despierto. Siempre apareces como un ángel entre mis sueños.

La acurruque en mis brazos, no podía creerlo ella me veía y la tenía entre mis brazos, acariciaba su pelo, su rostro, no entiendo cómo, pero me dio el poder de tocarla de sentir su calor, era consciente de lo que sentía y también de lo malo que era sentirlo, cuando pensaba en esto una luz apareció, cuando pude ver donde estaba, parecía una parte mala del cielo…una sala de juicio.

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  • Voz: ¿Sabes por qué estas acá? – sonando en eco por todo esa habitación oscura –.

  • Antonia: supongo que por lo que estoy sintiendo.

  • V: acertaste, lo único que no puedes hacer es enamorarte de ella, lo sabes.

  • A: no estoy enamorada de ella, solo… – pensando mis palabras mucho después de decirlas –.

  • V: ¿solo qué?

  • A: no lo sé, juro que no lo sé.

  • V: mejor aclárate estarás a prueba, no te equivoques.

  • A: ¿por qué me ve y me siente?

  • V: ¿ella puede tocarte? – pregunto con un tono diferente parecía de…sorpresa –.

  • A: si… y me ve, no entiendo porque.

  • V. tu le abriste los sentidos, si te ve es porque lo quisiste.

  • A: no lo entiendo, no sabía que esto fuera posible.

  • V: creo que le estas dando algo de mas.

  • A: ¿algo como qué?

  • V: tal vez tu amor.

En cuanto dijo eso volví aparecer en su habitación, ya había amanecido y ella hablaba sola mientras salía del baño con toalla, sin aviso ni consejo de nadie volvería a trabajar, por lo que había escuchado le quedaban aun dos semanas, pero ella estaba lista para volver al trabajo, mientras se vestía discutía sola, no le tomaba atención hasta que la escuche decir.

  • Sofía: aparece… ¿qué tengo que hacer para que aparezcas? Ahora estoy hablando sola, como no entiendo que me lo imagine, fue solo un sueño…pero como un sueño hace este cambio en mi, tengo fuerza, fe, ganas de ir a trabajar, ¿todo por un sueño? ¿Tan loca estoy?

  • Fabiola: Hija, ¿qué haces vestida así?

  • S: así es como me visto para ir a trabajar.

  • F: por eso te pregunto, ¿por qué estas vestida así?

  • S: porque iré a trabajar mamá.

  • F: hija pero, yo pensé que…

  • S: ¿qué me iba a echar a morir? ¿Qué me iba a quedar aquí en la casa haciendo nada?

  • F: bueno yo... – aun conmocionada por lo que veía y escuchaba –.

  • S: no mamá iré a sacar adelante nuestra empresa.

  • F: me encanta escucharte hablar así.

  • S: y a mí.

  • F: ¿cómo es eso de un día para otro Sofía? ¿Cuál fue la magia?

  • S: ay mamá si te dijera pensarías que estoy loca de remate.

  • F: hija, ¿cuál es el misterio?

  • S: ninguno madre, tengo que irme – besa su frente y salió rápido de la habitación -.

Subió al auto y en pocos minutos esa nostalgia volvió a ella, lo sentí, pero cuando llego a su lado parece robarme fuerzas y trasplantárselas a sí misma, arrancó el auto que antes era de Álvaro y que ahora era un recuerdo más. El mundo sería difícil pero yo no me lo esperaba, pensé que todo sería más fácil para ella, pero pronto me enteraría que fácil no es una palabra que esté en su vida.

  • Roberto: ¿y tú qué haces aquí?

  • Sofía: trabajando, ¿algún inconveniente? – no entendía tal tono de voz pero al mirarlo, al adentrarme un poco en la mente de Roberto, aprecie tanta frialdad… tanta competitividad -.

  • R: pensé que aun tenías vacaciones.

  • S: pensaste bien, pero prefiero estar aquí, vigilando mi empresa.

  • R: ¿tu empresa? ¿Así que ya está a tu nombre?

  • S: como viuda de Álvaro e hija del antiguo dueño ¿es obvio no crees?

  • R: creí que dejarían a cargo a otro… a uno con más experiencia.

  • S: ¿alguien como tú?

  • R: no se... tal vez.

  • S: jajaja, muy gracioso, enserio, me encanto. Tengo mucho que hacer rogaría soledad… Gracias.

  • R: OK entendí, nunca seré de tu confianza ¿verdad?

  • S: qué bueno que lo entiendas.

Desapareció pronto de la oficina, se perdió entre papeleo, llamadas, y todo lo que tenía que hacer en su trabajo, yo solo la miraba, es tan linda… su pelo, su carita, sus manos… ¿que estoy haciendo? Tomo un poco de aire y ahí viene de nuevo, ella acercándose a mí y yo congelándome, como si se me olvidara que no soy más que viento, ella me traspasa y se detiene.

  • Sofía: ese perfume… ¿de quién es?... ¿eres tú? …

Yo solo me aleje como intentando esconder mi aroma, sonrió para donde yo estaba casi mirándome como si supiera que estaba ahí, ¿qué es lo que me estás haciendo sentir? Todo es nuevo para mí y siento un poco de temor aunque ese cosquilleo cuando me miras es especial.

Termino su horario de oficina, y nos dirigimos, bueno ella se dirigió a un bar, se sentó y pronto un hombre se le acerco.

  • Desconocido: Hola, ¿puedo preguntarle a la hermosa señorita cuál es su nombre?

  • Sofía: la verdad es que no, le agradecería que no usara sus estúpidas frasecitas conmigo.

  • Desconocido: ¿cuál es tu problema?

  • Sofía: en estos momentos tú lo eres…

  • Desconocido: jajaja, me encantan cuando se hacen las difíciles.

  • S: ¿tú no vas a entender verdad?

  • Desconocido: no…

  • S: OK, disculpe, aquí le dejo el dinero… adiós-dijo refiriéndose al barman-.

  • Desconocido: oye, para – parándola en la calle poniéndola contra el auto –.

  • S: ¿qué te pasa imbécil?… suéltame.

  • D: jajaja, ahora no vas a ser tan rudita.

Tenemos derecho a interferir en las vidas de nuestros protegidos pero casi siempre hay que mantenerse al margen, pero no pude de nuevo, mi control se pierde e instintivamente lo empujo, la primera vez no logro nada, solo traspasarlo, pero en el segundo intento lo tiro al suelo, queda sorprendido no entiende el que lo tiro al suelo y Sofía solo reacciona para subirse al auto e ir a su departamento. Ya ahí no entiende lo que paso y pronto comienza a ordenar unos papeles hasta que llega la noche, y es cuando toma una botella de whisky y comienza a perder la conciencia en cada trago, me quedo frente a ella no puedo detenerla pero si acompañarla… cuando de pronto nuevamente mira fijamente donde mi.

  • Sofía: gracias por lo de hoy.

  • Antonia: ¿me ves?

  • Sofía: no, bueno sí, bueno no se… tal vez estoy loca pero te siento.

  • Antonia: no estás loca, ya te lo dije.

  • Sofía: eres, eres… eres preciosa.

  • Antonia: Sofía no digas eso.

  • Sofía: tu sabes mi nombre… ¿puedo yo saber el tuyo?

  • Antonia: no creo que yo deba decírtelo, lo lamento.

  • Sofía: bueno, ¿te puedo pedir un gran favor?

  • Antonia: el que tú quieras.

  • Sofía: no me dejes, tú no me abandones – cayendo inconsciente a mis brazos -.

No se como logre sostenerla, de nuevo me sorprendo con su capacidad, con sus palabras… que no te abandone? Aunque pudiera apartarme de tu lado te juro que no lo haría… no se de donde saco la capacidad de poder tocarte, te cargo hasta tu cama donde tus brazos me aprisionan obligándome a quedarme contigo. La mañana siguiente te despiertas a las 12:30, es día sábado por lo que ni te inmutas al ver la hora, te quedas en la cama dando vueltas… hasta que de pronto te levantas como asustada, mirando toda la habitación.

Continuara…