El ángel guardián 2da parte

¡A pedido del público! jajs! ;-)

Ese mismo día las chicas pasaron toda la tarde juntas estaban de lo más cariñosas parecían una pareja enamorada. Ya eran casi las 9 de la noche cuando Lidia le pidió a Mariana que se quedara a cenar que ella sabía cocinar muy bien, Mariana aceptó pero después le dijo que se tendría que ir que vivía con su hermana Diana y ya la había dejado sola ayer.

  • No sabía que tenías una hermana.

  • Pues sí, es 3 años mayor que yo viene a veces por casa, ahora está de novia con un chico y ayer no fue a casa, se quedó con él por eso yo me quede contigo, pero hoy vendrá, ya me llamó y me tengo que ir.

  • Y en que trabaja?

  • En una tienda de ropa.

Después de esto se pusieron a preparar la cena unas milanesas con patatas y ensalada, estuvieron hablando un poco. Mariana le contó que se tuvo que ir de casa porque sus padres no entendían que le gustaban las chicas y tampoco le gustaba su trabajo y se fue porque se sentía incomoda y su hermana la ayudó y ahora vivía con ella. Ella y su hermana van de vez en cuando por casa de sus padres, aunque a Mariana no le agrade mucho estar allí pero en el fondo les quiere y ellos también. Después de un rato charlando acabaron de cenar y se despidieron.

  • No quiero que te vayas.

  • Yo tampoco pero me tengo que ir, prometo que mañana te compensaré, este es mi número de celular, llámame cuando quieras.

Lidia anotó su número y se despidieron con un apasionado beso.

Cuando Mariana se marchó, Lidia se fue a dormir, al día siguiente tendría que ir a clases. Su despertador no sonó, se quedó dormida, lo que le despertó fue la llamada de su amiga Julia a la que le dijo que iría enseguida, que se había dormido, se duchó rápido, cogió sus cosas y se fue en su auto y lo aparco en el único sitio que quedaba que sabía perfectamente que no se podía aparcar, pero sino tendría que ir muy lejos y no le quedaba tiempo.

Julia era una de sus mejores amigas era pelirroja alta 1.72, guapa tenía un cuerpo bonito todos estaban locos por ella, pero no tenían nada que hacer, le gustaban las chicas y tenía pareja desde hace dos años. Natalia se llamaba, era más bajita 1.65, no estaba nada mal, lindo cuerpo, cabello castaño y largo, todas estaban en la misma clase y se llevaban muy bien.

  • Por fin, aquí está la desaparecida! - La recibió Julia dándole un abrazo. - Dónde te has metido estos días? No se sabe nada de ti.

  • Se pasaba todo el día preguntando por ti, por fin llegas - Dijo Ntalia dándole otro abrazo.

  • Estabas toda celosa, jaja.

  • Yo celosa? Jajaja

  • Chicas paren ya, son como niñas pequeñas - las interrumpió Lidia

  • Tienes razón, cuéntanos donde has estado.

Lidia les conto toda la historia, desde que casi la secuestran y que conoció a Mariana, Julia le estuvo haciendo preguntas y cuando le preguntó si ya eran oficialmente novias dudó con la respuesta, en realidad no lo sabía, le dijo que aún no se lo dijera, luego se despidió de ellas y les dijo que ya se lo contaría todo y que pronto se la presentaría. En ese momento recordó que no la había llamado desde ayer y decidió llamarla ya que no estaría trabajando.

  • Sí? Quién es?

  • Hola amor mío, que tal estás?

  • Muy bien, con mucho trabajo pero bien, y tú?

  • Yo bien, me he quedado dormida y he llegado tarde a clase y ahora me iba para mi casa.

  • Jaja, dormilona! Quieres que te pase a buscar a las 6 y te vienes a mi casa? Mi hermana no estará así que no tendremos problemas.

  • Perfecto, te estaré esperando, besitos.

  • Adiós, linda.

  • Adiós, hermosa.

Lidia aún estaba en la universidad, las clases acabaron y fue a buscar su auto para irse a su casa. Cuando llegó tenía un papel pegado en el parabrisas, era una multa que tendría que pagar, salió de allí toda enojada, llegó a su casa y se puso a hacer la comida y luego estuvo viendo la tele. Antes de que llegara Mariana se fue a duchar y se puso una camisa rosa que le favorecía mucho y unos pantalones ajustados. Llegó la hora, el timbre sonó Lidia iba tan apurada que casi tropieza y se cae, pero no le pasó nada, por suerte pudo mantener el equilibrio, cuando abrió la puerta disimuló un poco para que ella no se enterara y no se riera y lo consiguió.

  • Hola, amor mío - dándole un beso apasionado a lo que Lidia le correspondió.

  • Vaya recibimiento, mi amor, así da gusto.

  • Tenía muchas ganas de verte, nos vamos?

  • Por supuesto que sí.

Fueron coger el auto de Mariana e iban de camino a su casa, mientras estuvieron hablando Lidia le contó que alguien le había puesto una multa y que estaba enojadísima. En ese momento Mariana tragó saliva porque le había puesto una multa esta mañana y podría ser ella, entonces le pregunto dónde lo había aparcado y no se equivocaba, era de Lidia. Entonces se lo dijo, eso la puso más enojada pero Mariana le dijo que lo intentaría solucionar, después no hablaron más hasta que llegaron a su departamento. Era grande y estaba todo bien decorado tenía muy buen gusto y los colores eran bonitos.

  • Aún sigues enojada?

  • Pues un poco sí - dijo poniendo su mejor mueca de enojo, arrugando la nariz.

Mariana se acercó a ella, la besó, Lidia dejó cerrados los labios, y cuando se apartó siguía sin aflojar la nariz.

  • Cuánto más seguirás enojada? - rodeando su cintura con los brazos.

  • Hasta que lo arregles - dijo sin mirarla.

  • Descuida, los de tránsito son amigos míos, cuando se meten con algún pariente de nosotros siempre les borran las multas.

  • Pero yo no soy tu pariente.

  • Tienes razón. Quieres ser mi novia?

Lidia levantó la cabeza con los ojos bien abiertas, atónita por lo que acababa de oír.

  • Lo...lo di...lo dices en serio?

  • Jaja, eres muy graciosa cuando tartamudeas - acariciando su rostro. - Lo digo en serio.

Puso las manos en su nuca, empujándola hacia ella, Lidia separó un poco los labios y Mariana la besó metiendo su lengua. se volvió a apartar de ella succionando su labio inferior y Lidia dejó escapar un suspiro y su pecho subió y bajó al ritmo de su respiración.

  • Sí, quiero ser tu novia - susurró.

  • Genial - dijo antes de volver a besarse.

Lidia la abrazó con todas sus fuerzas, empujándola hacia atrás, pegándose a su cuerpo, se besaban muy apasionadas, Mariana le acariciaba la espalda, arrugando su camisa rosada, le empezó a besar el cuello, encendiendo la líbido de Lidia, ella suspiraba y metía las manos bajo la tela de la blusa blanca de Mariana, acariciando su cintura. Mariana se apartó de ella sin quitar la mano de su cuello, Lidia mantuvo las manos en sus caderas, y ella la miró de arriba a abajo.

  • Te queda muy linda - dijo subiendo los dedos por la línea de su torso. - Pero esta camisa se tiene que ir.

Le sonrió con picardía y comenzó a subirle la camisa, Lidia extendió los brazos y Mariana terminó por quitársela. La volvió a abrazar y a besar mucho mas apasionada. Subió la mano por su espalda semi desnuda y la detuvo en el broche de su sostén.

  • Estó también se tiene que ir - dijo desabrochándolo y lanzandolo al aire, sin importar a donde fuera a parar.

Manoseó los senos de Lidia, apretujándolos con sus dedos, los pezones poniéndose erectos, besándolo cada vez mas intenso. Bajó las manos a sus caderas y le apretó el trasero, Lidia le sonreía con mirada traviesa y Mariana captó su mensaje.

  • Esto...también se va.

Le bajó el cierre del pantalón y tironeó hasta sacarselos y desparramarlos en el suelo. Subió acariciando sus piernas y mantuvo las manos en su culo, acariciandoselo, sin dejar de besarla.  Lidia comenzó a desabotonar los tres botones del escote de su blusa, metió una mano dentro y manoseó sus senos por encima del sostén, Mariana siempre usaba ropa interior de algohodon, una costumbre para estar más cómoda en su trabajo. Le besó el cuello y la piel libre de los senos, Mariana se sacó la blusa; una prenda mas fue a parar al suelo. Lidia llevó las manos a su espalda y le desabrochó el sostén, lo dejó caer deslizándose por el cuerpo semivestido de su ahora novia. Manoseó sus senos agachando la cabeza, besándoles la piel y los pezones. Mariana le acariciaba el cabello, despeinándola, gimió mientras le chupaba los pezones y cogió su cabeza con ambas manos elvándola hacia sus labios, besando su frente primero y luego dándole un beso intenso.

  • Ven, amor mío, vamos a la cama.

Lidia asintió con la cabeza y Mariana la guió a su habitación, entraron en una habitación muy linda, iluminada por el sol del atardecer. Lidia se distrajo viendo el ventilador de techo, Mariana la empujó por la espalda y cayó panza arriba en el colchón, rebotando un poco por los resortes. Mariana se subió encima de ella, con las piernas a los costados, puso las manos en su cintura, subiendo y bajando, masajeando un poco su espalda. se inclinó y le besó la nuca y los hombros, bajó dándole besitos a la piel de su espalda, llegó a la parte baja, y levantó la tela de las bragas rojas que Lidia traía puestas y le besó las dos nalguitas. Lidia gimió cuando Mariana se puso a acariciar su trasero, mirándolo con ojos lujuriosos.

  • Sabes cuál es la parte que mas me gusta de tu cuerpo?

  • No, cuál? - preguntó aunque ya sabía la respuesta.

  • Tu culo.

Tironeó de sus bragas, arrancándoselas, le besó las nalgas, succionando un poco la piel, metió la mano entre ellas y le frotó suavemente el coño, arrancando mas gemidos de sus labios, haciendo que se mojara y le empapara los dedos. Lidia empezó a moverse, sacudiendo sus caderas, y Mariana supo qué debía hacer. La dio vuelta y se puso encima de ella volviéndola a besar, sin dejar de frotarla con su mano, ejerciendo movimientos circulares con sus dedos.

  • Aaaaahhhh...Mariana, ya...

  • Sí, preciosa.

Bajó de inmediato a su entrepierna, se puso a lamer su coño suavemente, prolongando el orgasmo que se estaba por producir, chupeteó su clítoris y los gemidos de Lidia fueron en aumento. Mantenía su cabeza pegada a su coño, emppujando un poco su cabeza con una mano. Mariana apartó un poco su boca y la miró. Sus senos erectos subían y bajaban rápidamente por su agitada respiración.

  • Quieres que te meta mis deditos, amor?

  • Ajá...

Le introdujo dos dedos en su lubricada vagina, haciendo un mete-saca lento y luego rápido, obedeciendo sus ruegos que se oían bajitas por sus jadeos. Lidia tensó sus músculos pélvicos, curvó la espalda y apretó su labio inferoir con los dientes, ahogando su alarido de placer cuando alcanzó su merecido orgasmo. Mariana le lamió el coño cuando pasó, limpiando y saboreando sus jugos. Subió a besarla con ternura, Lidia necesitaba un poco de calma, la acarició con sus dedos, besando su cuello y sus hombros. Lidia estiró ambas manos y le acarició el trasero por encima de la tela de sus pantalones que no eran ajustados como los suyos que permanecía tirados en el living. Mariana besaba sus labios uno por uno, se apartó y acostó a su lado, bajándose el cierre del pantalón. Lidia la ayudó a quitárselo, tironeando de la prenda, también le quitó las bragas, Mariana abrió las piernas y Lidia se quedó viendo sus labios rosados y húmedos.

  • No vas a devolverme el favor?

Lidia asintió con la cabeza y se inclinó para besarle el coño, se lo lamió con ternura, estirando las manos para tocar sus senos, y Mariana la observaba con los ojos llenos de excitación. Los cerró, concentrándose en la sensación de la lengua de Lidia lamiendo su clítoris, sus labios que se lo chupaban, y luego su lengua que penetró en su vagina, sacudiéndose dentro, obligándola a sacudir sus caderas, tensar sus músculos, arquear la espalda y pegar un grito cuando alcanzó el climax.

  • aaahhh...Lidia, mi amor, eres increíble...

Lidia la besó y reposó su cabeza sobre sus senos, acariciándolos con sus dedos, y Mariana la abrazó y le besó los cabellos antes de que se quedaran profundamente dormidas.


"Jirafita" escribió la mitad del relato, yo le agregué las partes hots! ;-)

Hasta la próxima!

  • Brasita.