El Angel de Charly
Como por primera vez, me converti en el "angelito" de Charly.
Mi mejor amiga se iba a estudiar la secundaria con su mama a Canda y yo la fui a despedir al aeropuerto, yo siempre fui muy sensible y con corazón de pollo así que llore cuando nos despedimos.
Don Carlos el papá de mi amiga y yo habíamos viajado 2 horas desde nuestra ciudad a una ciudad cerca que tiene aeropuerto internacional, a llevar y despedir a Maribel, ya que estaría en Toronto 1 año. Así que el camino de regreso lo tuvimos que hacer solos el y yo.
El siempre me había parecido muy atractivo, cuando estaba de visita en casa de Maribel mi amiga, me gustaba espiarlo o al menos verlo trabajar en el jardín o hacer de comer, lo admiraba por haber sido tan hombre de críar a Maribel solo y sin ayuda de su esposa, ya que desde su divorcio se había hecho cargo de su cuidado; yo varias veces le había hecho ver que me agradaba su compañía, ayudándolo con su trabajo y enseñándole a usar la compu, varias veces le había insinuado: "porque no se consigue una novia don Carlos, usted esta muy guapo y no créo que no haya quien lo valore", pero el estaba dedicado a su hija y al trabajo, y yo a admirarlo en silencio.
Yo era un chico de 13 años, delgado, moreno claro, sensible y de maneras delicadas(por no decir afeminado).
De regreso viajábamos en la camioneta y yo le coqueteaba, traté de usar unos shorts lo mas corto posibles y sandalias, había depilado mis piernas por 1ª ves, y usaba un top de niña muy discreto pero muy femenino, yo adoptaba poses que yo consideraba sexy y hacía lo posible por agradarle mientras conversabamos, había cierta confianza así que le pellizque cariñosamente una mejilla y le pregunte:
¿ahora si, ya se le fue su bebita, ahora quien lo va a consentir?",
no se contestó- ¿tu de casualidad no conoces alguna niña que quiera ser mi hijita ahora?
Mmmmm conozco una, pero no se si a usted le guste...
Pues si me gusta contesto, y me toco la pierna-
Yo la verdad siempre me había divertido con el juego infantil de insinuaciones que hacía con Don Carlos, pero ahora que me acariciaba las piernas y me lanzaba picarescas miradas, la verdad me dio miedo, una cosa son los juegos de palabras y otra las caricias, pero me gustaba. Me tomo del brazo y me acerco a el mientras conducía, me tocaba las piernas por atrás y las pompas, yo estaba petrificada, de miedo y de asombro.
Se desabrocho el pantalón y dejo salir su pene, hermoso erecto de unos 19 o 20 cm, me tomo la mano y me la puso alrededor de su miembro yo lo toque y me estremecí me gustaba, estaba muy nerviosa, ya había tenido experiencias, pero aquel pene no se parecía nada al de mi vecino que era de mi edad, era mucho mas grande, mas negro y mucho mas peludo. Me agache y me lo metí en la boca, quería hacerlo gemir y chillar de placer, lo lamía y lo chupaba ávidamente, como queriendo sacarle sabor, como si fuera de caramelo, el se estremecía y se retorcía, yo lo sacaba y metía de mi boca, le daba rodeaba con la lengua y lo recorría con los labios de arriba abajo.
De pronto me detuvo y me incorporo, me dijo que me esperara un poco, siguió conduciendo y tomo una brecha.
Se detuvo en un lugar solitario debajo de un árbol y una cerca. Volteo y prácticamente se abalanzó sobre mi, me besaba y me manoseaba y mallugaba las nalgas, me lamía el cuello, me encantaba eso, su olor masculino su barba rasposa. Me bajo los shorts y la tanga que usaba me tocaba las nalgas, podía sentir sus manotas tocándome y haciendome lo que deseaba, se metio un dedo en la boca y lo ensalibo, lo dirigio hacia atrás de mi, y lo pude sentir entrando en mi culito, yo lo agarre el brazo, ya que el era algo brusco y me lastimaba, pero aun cuando se lo pedí, el no dejo de meterme uno, dos y hasta tres dedos.
Bajamos de la camioneta y el se saco otra vez su pene, me incline frente a el y se lo chupé otra vez, el gozaba y gemía con mis lamidas y yo era feliz, esa experienca no se parecía nada al juego de manos de mi vecinito, Don Carlos era un verdadero macho, un macho mío, un macho apasionado y sensual.
Me tomo de los brazos y me levanto, me hizo inclinarme boca abajo en la camioneta y se puso detrás de mi, puso sus manos en mis nalgas y acerco su boca a mi culo, lo comenzo a lamer y besar, lo chupaba, lo succionaba lomordía y me metía la lengua, yo me aferraba a el asiento, lloraba de placer y de temor, esta experiencia era nueva, gemía como un niñita y me sostenía como podía, ya que aquel beso me hacía desmayarme era fascinante, me encantaba tener su cara entre mis nalgas moviéndose, sentir su lengua entrando y saliendo como me chupaba las nalgas y me raspaba su barba.
Saco un tubo de pomada de la guantera y me embadurno el culito con el, me sobaba el culo y me metía los dedos me mallugaba las nalgas. Senti su capullo en mi abertura y sentí donde apoyaba su peso sobre mí, mi culito dilatado se abrió, entro solo un trozo de verga y empezó el dolor, era la 1ª ves que me penetraban, el empujaba pausadamente su enorme verga dentro de mí, metiendola y sacándola primero despacio, suavemente me la sacaba y me la metía, solo un pequeño trozo, de pronto se aferro a mi cintura me tomo fuertmente se recostó sobre mi me beso la nuca y la espalda, las orejas y el cuello, me dijo: -"¿querías ser mi bebita eh?, pues ahora lo que vas a ser es mi puta, así que preparate porque aquí te va toda"-- y me penetro de un solo golpe, de un solo empujón me metió toda la verga, yo grite muy fuerte y casi me salgo por la otra portezuela del impulso que me dio mi macho, grité y me retorcí, intente safarme pero el me sostenía fuerte además era muy pesado para mi.
Me penetraba enérgicamente y muy fuerte, muy rápido, yo sentía un dolor tremendo sentía muy estirado el culo alrededor de su verga y un dolor punzante por dentro, sentía que me iba a salir por la panza, sentía que se me iba a romper, sentía como golpeaba su cadera en mis nalgas y sus pelillos rosando mi rajadita, lloraba y gemía, le rogaba y le gritaba que se detuviera, pero el me tapo la boca con la mano, -"Ahorita lloras y gritas mijita pero vas a ver como luego me vas a pedir mas"- y era verdad, el dolor fisico era mucho, pero la satisfacción de hacer feliz a un macho, me gustaba, deje de gritar, y me resigne al dolor, el se calmaba poco a poco, me seguia penetratndo, pero ahora mas pausado, sentía como si verga resbalaba dentro de mi, como se movía aquel pedazo en mi culo, como entraba hasta el tope y salía, entraba y salía, --ah que delicia sentía que satisfacción y que gustode repente el se aferro mas fuerte y volvieron las embestidas enérgicas, yo mas dilatada ya sentía mas placer y menos dolor, de pronto gritó y me la metio de golpe varias veces muy fuerte, sentí como se inchaba su verga y como dejaba correr el semen dentro de mi, como me invadía el calor por dentro.
Se dejo caer sobre mi, resoplando y bufando exhausto y satisfecho, y se salió de mi, yo con el culo adolorido y muy abierto, recuerdo que lo toque y podía meter y sacar el dedo indice sin tocar las paredes de mi ano, estaba muy abierto, me beso y me pregunto si me había gustado, yo la verdad estaba muy confundida, por el dolor y por el asombro de lo que había pasado, pero conteste que "si".
Seguimos nuestro camino a casa, yo tuve que recostarme boca abajo en el asiento trasero, ya que me era imposible permanecer sentada.
Yo siempre lo había visto como alguien mayor, un adulto respetable, el papa de mi mejor amiga, aunque siempre me había parecido atractivo, nunca pensé en el como mi pareja, había tenido fantasías con el, pero nunca creí poder cumplirlas.