El amuleto del Conde de Brankford
Un chico descubre un talisman que dota de gran poder a quien lo posea y lo usa para formar su haren particular.
Primera parte: Un poco de historia
La verdad es que el como conseguí mis "poderes" suena de manera un tanto surrealista y casi a novela de ciencia ficción si me apremian. Bueno el caso es que un día estaba ayudando a Carla una amiga en su tienda de antigüedades cuando descubrimos una especie de colgante que resulto ser un amuleto, según el prospecto que lo acompañaba tenia la virtud de dar un gran "poder" al que lo poseyera.
La cosa es que me gusto y Carla como premio por ayudarla me dijo que podía quedármelo, algo que me hice mucha ilusión. Lo que ocurrió durante los siguientes días es algo que no podía imaginarme jamás.
Desde aquel día cuando iba a las tiendas nunca me cobraban a menos que yo quisiera pagarles, y si dejaba algo a deber nunca me recordaban que lo debía.
También note que últimamente la gente me daba la razón en todo lo que yo opinaba, algo muy raro pues lo hacían con plena convicción y no por acallar mis protestas.
Suponiendo de donde provenían estos efectos ahonde en la historia del talismán, y gracias a Internet encontré una historia de su anterior dueño; el Conde de Brankford, del que se decía que poseía una inmensa fortuna que nadie sabia de donde la había sacado, y que todas las mujeres de su ciudad le adoraban y estaban a su servicio y no por su dinero pues ninguna de estas mujeres llego jamás a tocar ni un céntimo de su fortuna según constataban sus vecinos.
Cuentan que todo esto le empezó a ocurrir tras comprar a un presunto "mago" de su época el susodicho talismán.
Lo cierto es que nadie daba el menor crédito a esta historia, pero yo me la creí y decidí comprobar si este talismán perdido por siglos tenía en verdad algún "poder".
Segunda parte: Empiezan las pruebas
Con objeto de realizar mis primeras pruebas me desplace a un parque cercano, tras observar un poco el panorama, sobre todo mujeres con sus hijos y alguna que otra pareja besuqueandose, pase a la acción.
Me senté en un banco donde una pareja de chicos de unos veintitantos hacían manitas, no les gusto que yo me sentase allí pues dejaron de inmediato de tocarse, sobre todo por parte de ella que parecía sentir vergüenza ante un extraño. Entonces cogí el talismán y sin saber seguro como funcionaba, pensé:
-Quiero que esta chica haga todo lo que yo piense.
Y ahora empecé a pensar en que le tocase el miembro a su pareja, cosa que la chica hizo sin ningún pudor, y que tal si le das un beso de tornillo pensé, y la chica se le abalanzo como una leona a por su presa, el pobre chaval estaba en las nubes no podía creer lo que su novia le hacia, para probar hasta que punto podía controlar la voluntad de las personas y si podía hacerlo con mas de uno a la vez pensé, ahora vas a hacerle una mamada a tu novio, sin importarte cuanta gente os vea, y tu vas disfrutar y a la vez le vas sobar las tetas a tu novia, os correréis a la vez.
Tras esto me marche de aquel banco, la verdad es que la gente alucinaba de ver como esos dos chicos si ningún pudor se lo montaban en el banco. El talismán sin duda ninguna era lo mejor que me había pasado.
De vuelta a casa, recordé que tenia que comprar el pan, y sabia perfectamente donde hacerlo.
En la panadería de mi barrio había una chica que se llamaba Ana, era hija de los dueños de la panadería y al salir del instituto ayudaba a despachar a su madre.
Ana era rubia con el pelo en media melena, tenia 23 años y unas tetas y un culo que me fascinaban. Entre en la tienda y espere a que sirviese a todos los clientes, luego su madre tuvo que ir a un recado muy urgente que le acababa de surgir, adivinan de quien surgió .
Espere hasta que su madre estuviese lejos de la panadería y a seguro de que no volvería hasta dentro de dos horas, emprendí mi plan.
-Hola buenos días ¿que deseas?
-Por lo pronto que cierres la tienda y bajes las persianas.
Con cara de extrañada pero sin pensárselo lo hizo. Después se volvió hacia mi y ahí fue donde yo comencé mi asalto particular.
-Ana tu siempre me has deseado como hombre, te resulto tremendamente sexy, de echo solo tienes ojos para mi; Tu cuerpo se estremece cuando me ve, tu coño se humedece y tus pezones crecen, te excito como nadie puede hacerlo, y un solo deseo ronda por tu cabeza; que te folle aquí mismo.
Su cara cambio ahora su expresión era la de una mujer ardiente deseosa de ser follada y que no entendía como había podido esperar tanto tiempo, su mirada irradiaba pasión y seria capaz de derretir el Polo Norte.
-Ahora voy a follarte en la trastienda y me vas a proporcionar todo el placer que jamás le has proporcionado a nadie.
Ana se lanzo sobre mí y comenzó a besarme y a desnudarme desesperada por encontrar consuelo al ardor que cada vez era mayor en su cuerpo.
Le quite la bata que llevaba puesta y comencé a desabotonar su blusa, mientras ella me quitaba los botones de mi camisa ayudada con sus dientes, de un tiron arranque su sujetador fue ella la que tras quitarme mis pantalones y bajar mis calzoncillos subió su falda hacia su estomago y haciendo a un lado su tanga se ensarto en mi polla que ya estaba al máximo, cabalgaba con furia y con placer, en cada embestida se calentaba mas y mas y sus flujos resbalaban por mi pene, Ana no descansaba y en cada envite el placer que me daba era indescriptible, -Vamos si dámelo todo mi hombre no te pares es maravilloso- se esforzaba al máximo por darme placer, en este preciso instante note una pequeña resistencia al avance de mi pene, era increíble la chica mas buena del barrio y aun era virgen pero ya no lo seria por mucho mas tiempo, subía y bajaba mientras yo tocaba sus tetas y sus pezones que estaban como rocas eso descubrí que le ponía cachonda como pocas cosas, inconscientemente quería follarme y darme placer pero evitaba desvirgarse, la agarre por sus caderas y la hice bajar hasta que mi polla se clavo entera en su clítoris, un pequeño reguero de sangre callo por mi polla, pero a ella no pareció importarle pues gemía como loca y a fe mía que no tardaría mucho en correrse. Al rato me sentí incapaz de aguantar mas y eyacule en sus entrañas mientras ella se retorcía de placer por un orgasmo brutal.
Tras vestirnos y adecentarnos un poco le transmití unas órdenes y me fui.
-Ana desde hoy soñaras conmigo, y todos tus pensamientos eróticos serán para mi, podrás hacerlo con otros hombres pero nadie te hará disfrutar como lo has hecho conmigo y desearas por todo repetir esta experiencia.
Tercera parte: Conquistando a las mejores
La verdad es que jamás pensé en que algún día podría tener esto, gracias al talismán ahora tenia el control siempre que quisiera sobre cualquier persona.
Así que pensé que ya era hora de formar mi harén personal.
La primera "agraciada" sería por supuesto mi amiga Carla, ella me dio mi poder sin saberlo y yo le iba devolver algo mejor que eso, ser mi esclava personal y conquistar para mi a todas las mujeres que yo quisiera.
A ultima hora cuando ya estaba cerrando la tienda acudí a su encuentro.
-Hola Juan que tal, ¿como tu por aquí?
-Ya ves pasaba por aquí y me dije voy a hacerle una visita a mi futura esclava Carla.
-¿Futura esclava?, de que va eso.
-Bueno veras recuerdas la historia del talismán que me regalaste.
-Si claro, pero ¿que tiene eso que ver?
-Pues que es cierta.
-No me hagas reír, son todo cuentos que la gente se invento. Nadie puede controlar a otra persona por un simple talismán
-Carla tócate las tetas.
Carla llevo sus manos hasta sus tetas y se las toco, después puso cara de no saber lo que hacia.
-¿Aun no me crees?
-No se que me ha pasado pero no creo nada de eso que dices.
-Bueno otra prueba, me vas a dar el beso mas caliente que jamás le hayas dado a nadie, y tras ese beso vas a quedar prendida de mi, y jamás podrás mirar a otro hombre que no sea yo.
Carla se acerco a mi y me propino el mejor beso que nunca haya recibido y lo mejor de todo es que ella no sabia porque lo hacia.
-No entiendo lo que me pasa, de repente he sentido una enorme necesidad de besarte como nunca lo he hecho.
-Yo te lo he inducido, y desde ahora siempre será así. Ahora basta de charla me vas a invitar a subir a tu casa y allí acabaremos esta historia.
-¿Quieres subir a mi casa Juan?
-Con gusto lo haré Carla.
Una vez dentro hice que se sentara en un sillón y con el talismán en la mano la programe a mi gusto.
Carla desde este momento tu serás mi esclava personal, harás todo cuanto yo te diga, vivirás por y para mi, y el sexo primara en tu vida, estarás disponible sexualmente siempre que yo lo quiera y nunca podrás montártelo con otro hombre a no ser que yo te lo pida. ¿Entendiste?
Con voz lacónica pero firme contesto:
-Si mi vida te pertenece.
-Bien Carla ahora que tal si de deleitas con un sensual striptease.
Carla se levanto y comenzó a bailar sinuosamente delante de mi, con sus manos recorría su cuerpo y sobre todo sus partes mas intimas, sabia bien como hacerlo, y lo mejor de todo no era un robot disfrutaba con lo que hacia, Poco a poco su blusa cayo y dejo al descubierto un nada sensual sujetador de algodón, no es problema yo cambiaria eso mas adelante. Llego el turno de su pantalón y ahora su culito quedo a mi vista apenas tapado por un minúsculo tanga blanco, eso ya me gustaba mas, de espaldas a mi y jugando como si no se lo quisiera quitar su sujetador se encontró con el suelo, dejando a la vista los mejores pechos que jamás había visto, redonditos y grandes daban ganas de ser un bebe para chupar de ellos, por ultimo pero no menos sensual su coño quedo a mi vista, lo tenia bien rasuradito, y pedía a gritos ser follado pues desde mi posición se lo veia húmedo.
-Me encanta tu cuerpo Carla, ahora vas a darme placer, todo el placer que puedas proporcionarme, no podrás correrte mientras yo te lo diga, pero sentirás en doble de placer que yo sienta.
Carla se arrodillo ante mi, bajo la cremallera de mi pantalón y con cuidado como si fuese una de las antigüedades mas valiosas de su tienda saco mi pene que estaba tremendamente hinchado por el placer al que ella me había sometido visualmente.
Apartando su pelo como una diosa, comenzó a lamer la punta de mi capullo, daba pequeñas pasadas, mordisquitos que me ponían a cien, para acabar tragándose todo mi miembro, que chupo y lamió como el mas sabroso de los dulces, estuve asi durante un rato yo sentía cada vez mas placer, y ella estaba al borde del orgasmo aunque no tenia permitido acabar aun.
-Ahora Carla cuando yo acabe voy a corredme en tu boca, y quiero que te tragues toda mi corrida y al mismo tiempo tendrás el orgasmo mas fuerte y placentero que jamás hayas soñado que podrías tener.
No pude mas y explote dentro de la boca de Carla, ella estaba teniendo el orgasmo mas grande de su vida que le producía unas enormes convulsiones que hacían que su vagina expulsase leche como si de una fuente se tratase, pero ala vez intenta no perder ni una gota de mi tremenda corrida.
Acabamos lo dos extasiados y esa noche dormí por primera vez con la que mujer con quien siempre soñé que lo haría.
A la mañana siguiente cuando me desperté vi que Carla no estaba a mi lado, al poco rato apareció por la puerta del dormitorio portando una bandeja, vestida solo con una bata debajo de la cual se percibía que no llevaba nada.
-Hola amo me he levantado temprano para prepararte el desayuno, ¿esta contento amo?
-Muy bien Carla veo que eres una gran esclava, ahora tengo que darte unas instrucciones, escucha con atención.
-Vas a salir de compras y vas a cambiar la ropa que tienes ahora por los conjuntos mas atrevidos que puedas encontrar, así mismo vas a renovar toda tu ropa interior, desde este momento solo usaras caros y sexy conjuntos de lencería, que sean capaces de provocar por si solos un orgasmo al hombre mas frígido.
-¿Entendiste Carla?
-Si amo haré lo que me ordenas?
-En cuanto al dinero no te preocupes, llevate mi colgante y cuando te digan de pagar les dices con voz firme que la ropa va a ser un regalo de su tienda y que tiene que ser un honor para ellos que tu vistas su ropa, y que siempre que quieras comprar algo en su tienda nunca deberás pagarlo.
-Dicho esto me quite mi "amuleto" y se lo entregue, tras lo cual y después de vestida salio de compras, unas compras que durarían toda la vida pues su necesidad de actualizar su vestuario seria desde hoy muy a menudo.
Ya se que es una temeridad dar mi amuleto a otra persona, pero Carla estaba bajo mi control y no seria capaz de usarlo para algo que yo no le hubiese dicho.
Otro día os contare como seguí aumentando mi harén particular de bellas mujeres on cuerpos esculturales.