El amor no tiene edad 9

Kassandra: necesito verte Adriana: es muy arriesgado, si me ven a tu lado estaré en problemas

Salimos del restaurante pues ambas teníamos que continuar con nuestras obligaciones, fui a dejarla de nuevo al consultorio y antes de bajarse se despidió con un besito en los labios.

Mónica: nos vemos

Adriana: Adiós –sonriendo-

CAPITULO 9

Chicos estoy en un completo dilema, pues la mitad de ustedes quieren que se quede con Mónica, y la otra desea que termine con Kassandra…

Me encantaría poder complacer a todos, esperen… ¿Qué opinan del poli-amor? Jaja nah es broma, ya veremos que ocurre con este trio ;)

GRACIAS :D

Pasaron muy de prisa los días, en los que diariamente convivía con Mónica, pero había algo que no me permitía continuar, después de buscar por varias semanas la razón llegue a la conclusión, que estaba así porque necesitaba hablar con Kassandra. Aclarar y finalizar asuntos, pero no podía si quiera acercarme a ella.

Su padre se encargó de desprestigiarme con algunas empresas, sin embargo, mi trabajo hablo por mí misma e hizo que muchos de ellos hicieran caso omiso.

Un día me encontraba en la oficina, había comprado recientemente un celular, busqué el número de Kassandra entre mis contactos, y sin pensar en las consecuencias le llamé. Sonó un par de veces hasta que por fin contestó

Kassandra: ¿alo?

-silencio-

Kassandra: ¿Quién habla?

-silencio-

Kassandra: voy a colgar…

Adriana: espera

Kassandra: ¿dígame quien habla, y que desea?

Adriana: ¿tan rápido me olvidaste?

Kassandra: ¿Adriana?

Adriana: -silencio- (¿pero que estoy haciendo?)

Kassandra: Adriana, contéstame por favor... ¿Eres tú?

Adriana: será mejor que no pronuncies mi nombre tan fuerte, pueden escucharte

Kassandra: tienes razón, discúlpame... ¿Cómo estás? –emocionada-

Adriana: pues bien, ¿y tú?

Kassandra: no tan bien como tú, -en su tono de voz se podía apreciar un poco de tristeza-

Adriana: ¿y eso porque?

Kassandra: porque nos separamos de una manera injusta, quedaron muchas cosas por aclarar, te he extrañado como no lo imaginas… y tu muy feliz con Mónica ¿cierto?

Adriana: -silencio- (no sabía que responder, pues todo lo que ella decía era verdad)

Kassandra: ¿para qué me llamaste?

Adriana: al igual que tu siento que hubo muchas cosas inconclusas

Kassandra: necesito verte

Adriana: es muy arriesgado, si me ven a tu lado estaré en problemas

Kassandra: nadie tiene que saberlo

No lo pensé mucho y accedí a verla, nos pusimos de acuerdo para vernos de noche en un restaurante-bar.

Pasé gran parte de la tarde pensando en lo que le diría, estaba ansiosa por verla de nuevo. En eso recibo una llamada de Mónica, la cual me invitaba a una reunión que tendría con sus amigos de la facultad, y le comenté que ya tenía planes, ella simplemente no preguntó nada más y acepto mi negativa. Esa es una de las razones por las cuales me encanta, no es de las personas hostigosas que no aceptan un No como respuesta, simplemente me ha dado mi espacio.

Cerca de las 9pm estaba a unas cuadras de llegar al sitio acordado, la calle era muy oscura y la noche muy fría. Estuve estacionada por un par de minutos, quizá para llenarme de valor, y por fin bajé del coche para adentrarme al lugar.

Al principio me asusté, revise la dirección nuevamente y efectivamente era el nombre del restaurante que me había dado, era un lugar donde había muchas personas ebrias y prostitutas por doquier.

Adriana: dios mío, ¿Dónde me fui a meter?

Pedí un par de cervezas para amenizar la espera, miraba el reloj a cada rato, ya Kassandra estaba un poco retrasada.

Extraña: hola linda

Sin si quiera voltear a verla le digo que estoy esperando a alguien, que simplemente no moleste.

Extraña: que genio bonita

Ese tono de voz me era conocido, gire inmediatamente para encontrarme con una chica pelirroja, con ropa sumamente provocativa, sus labios perfectamente delineados con labial rojo, pero había algo en ella que me resultaba familiar… esos ojos, es imposible no recordarlos.

Adriana: ¿Kassandra? –Hablando en voz baja-

Kassandra: si jeje

Adriana: ¿Qué haces vestida así?

Kassandra: tenía que pasar desapercibida, no te pueden ver conmigo ¿recuerdas? –hablando muy bajito-

Adriana: -mirándola de pies a cabeza- woow realmente nadie te conocería así

Kassandra: pues es la idea boba, vamos… reservé un privado

Adriana: ¿privado? ¿Qué es eso? –siguiéndola-

Guardia: señoritas, esperen –gritando-

Ambas nos detuvimos enseguida y muy nerviosas volteamos hacia donde estaba ese tipo, lo miramos y tenía cara de muy pocos amigos… los nervios estaban al límite, en mi mente repetía constantemente: “estoy en problemas” la adrenalina que había liberado mi cuerpo era el doble de la dosis normal permitida.

Se acercó a nosotras y nos pidió nuestras identificaciones para poder entrar a la habitación, estuve a punto de confesar la verdad, pero Kassandra no me lo permitió, de su bolso sacó una credencial.. La miré con una cara, como diciendo “te voy a matar” ella simplemente sonreía divertida al ver mi expresión, supongo que se me vinieron los colores a la cara.

El chico reviso la credencial de Kassandra, y se la entregó de nuevo, posteriormente me pidió la mía, e  hizo el mismo procedimiento.

Guardia: muy bien chicas, pásenla rico –guiñándonos-

Yo aún no podía creer lo sucedido, supongo que a mi edad ya no podía recibir emociones fuertes.

Adriana: pensé que me daría un infarto, ¿quieres decirme porque elegiste este lugar?

Kassandra: porque no podíamos vernos en ningún otro sitio, sabía de la existencia de estos privados y creí que era una buena idea.

Adriana: -riendo-

Kassandra: ¿Qué es gracioso?

Adriana: jamás imagine verte así vestida, sin duda me gustas más con tu cabello castaño y con poco maquillaje

Kassandra: la idea era dar un cambio radical de apariencia para que no pudiesen reconocerme jejeje

Adriana: lo conseguiste, jajaja

-silencio-

Kassandra: ¿empiezas a hablar tu o yo?

Adriana: tu

Kassandra: jajaja tenía pensado decirte muchas cosas, pero en este momento mi mente esta en blanco.

Adriana: lo sé, a mí me pasa lo mismo.

De esa manera, aclaramos todo lo que nos habían pasado durante nuestra relación, así como lo que pasó después de ella. Nos dimos cuenta de muchísimas cosas, entre ellas, que aún existía un sentimiento entre ambas, pero lastimosamente estábamos conscientes de que aquello no se podía llevar a cabo por muchísimas razones externas a nosotras.

Kassandra: iré  a estudiar al extranjero, ¿recuerdas que te dije que me gustaría estudiar derecho?

Adriana: si, lo recuerdo muy bien… ¿cuándo te vas? –evidentemente triste-

Kassandra: en un par de días supongo

-silencio-

Kassandra: podría ser tan fácil para mi aferrarme a ti, y suplicarte que no permitamos que esto nos separe, pero es injusto para las dos, me duele muchísimo tener que estar lejos de ti, porque lo que yo hubiese deseado es estar contigo toda mi vida.

Adriana: -abrazándola- lo sé hermosa, a mí también me duele muchísimo, tal como dice la frase: “quizá si éramos nosotros, pero no era nuestro tiempo” te quiero muchísimo Kassandra, te ganaste mi corazón entero en muy poco tiempo, me demostraste que la edad no es un factor determinante para enamorarse.

Kassandra: me da impotencia que lo que nos separa no es la falta de amor, si no esas estúpidas leyes que nos prohíben amarnos libremente, la estúpida sociedad que se la vive pensando mal. Me alejo de ti no por cobardía –mirándome a los ojos- me alejo porque te quiero, y no deseo verte en la cárcel.

Me limité a abrazarla muy fuerte, nuestras lagrimas salían una tras otra sin parar, era muchísimo más difícil de lo que pensé, pues sabía que esa era la despedida.

Kassandra: nunca me olvides

Adriana: jamás hermosa, -dándole un tierno beso en la mejilla- eres y serás ese amor que perdura por siempre, que aunque pase el tiempo, está presente en cada una de mis acciones y pensamientos.

Kassandra: y yo te recordaré siempre como mi primer amor –llorando-

Adriana: no llores preciosa, -secando sus lágrimas- me mata verte así

Kassandra : esto no puede ser una despedida ¿cierto? Es decir, que no podamos ser pareja no quiere decir que me voy a desterrar de tu vida, cuando esté lista, te aseguro que voy a regresar, solo deseo que hagas tu vida, y que seas muy feliz.

Adriana: también deseo que tú seas feliz, no pierdas esa esencia mi niña, que los cambios en tu vida, sean para bien. Lucha siempre por tu felicidad, no importa lo que tus padres o la sociedad digan.

Me acerqué a su boca, para besarla quizá por última vez, estaba sorprendida por la manera en la que había tomado las cosas, eso hablaba de la gran mujer en la que se estaba convirtiendo, el dolor ni las lágrimas cesaban, era muy difícil para nosotras estar en esa posición.

Salimos de ese lugar, con los ojos hinchados de tanto llorar, la gente que estaba a nuestro alrededor nos miraban extrañados, nos subimos a mi coche y la llevé a casa de una de sus amigas, pues vestida así no podría llegar a su casa evidentemente.

Nos abrazamos y nos besamos nuevamente, lo que le había dicho era real. Estoy segura que ella será ese amor que todas las personas tenemos, las cuales recordamos con muchísimo cariño, y nos van acompañar a lo largo de nuestras vidas, quizá no físicamente pero que permanecerá por siempre en nuestro corazón. Un amor como el que Kassandra y yo tuvimos, muy pocas veces en la vida se presenta, y no cualquier persona lo siente. Fue un amor puro, inocente, lleno de locura y pasión. Pero desgraciadamente el destino nos hizo una mala jugada, lo que ocasionó que nos separáramos así, sin más.

Era injusto para ambas pedirnos que nos esperásemos un año, pues nosotras no sabíamos si quiera lo que pasaría.

Lo que aquella noche había pasado, era una de las peores experiencias de mi vida, pues, separarte de la persona a la que quieres con todo tu corazón es muy difícil, es una sensación muy similar a la tortura, que estoy segura hubiese preferido mil veces más.

Estábamos muy tristes pero a la vez felices, porque aquello había acabado en los mejores términos,  sin peleas, ni malos entendidos. Teníamos la garantía de que nos habíamos querido como muchas parejas no lo han hecho nunca.

Me marche a casa, con un amargo sabor de boca, no deseaba hablar con nadie, así que apague mi celular. Los siguientes días estaba completamente desconectada del mundo, no había hablado con Mónica. Mi vida únicamente se limitaba a trabajar y regresar a casa.

A los pocos meses me reincorporé de nuevo a la sociedad, Mónica estuvo en todo momento conmigo, trataba de animarme diariamente, su amor me hizo que me recuperara poco a poco. Espero pacientemente y sin cuestionar nada.

Adriana: ¿estas lista?

Mónica: ya casi linda –corriendo por toda la habitación-

Adriana: estamos retrasadas, te espero en el coche

Nos dirigíamos a casa de Beatriz, pues amablemente nos había invitado a cenar, encendí el coche y lo estacione afuera de mi casa, para esperar a Mónica. De pronto la veo salir, en lo que cerraba la puerta de la casa, me dispuse a detallarla, últimamente se preocupaba mucho por su apariencia y trataba de verse hermosa para mí. Desde aquella vez que habíamos hecho el amor, no había pasado nada más.

Mónica: listo –subiéndose al coche-

Dejó su bolso y guardo las llaves, yo por mi parte no dejaba de observarla, su cabello perfectamente alisado me encantaba, ella miraba directamente enfrente, esperando que el coche avanzara, pero al percatarse de que yo la estaba mirando, volteó hacia a mí, regalándome una sonrisa.

Posé una de mis manos en su mejilla, acariciándola. Es una gran chica –pensé-

Mónica: será mejor que nos apresuremos, seguro ya nos está esperando.

Adriana: tengo miedo Mónica

Mónica: ¿miedo a qué? –mirándome extrañada-

Adriana: a arruinar esto –bajando la cabeza-

Mónica: no vas a arruinar nada bonita –levantando mi rostro- yo también tengo miedo, incluso puedo asegurarte mucho más del que tu sientes, es la primera vez que me enamoro realmente de una mujer y lo sabes, y para colmo de la que es mi mejor amiga. –riendo-

Adriana: perdóname, -tomando su mano- he sido muy egoísta este tiempo, has estado pasando por este proceso tu sola, pues yo con mis problemas no he tenido la delicadeza de estar al pendiente de cómo es que te sientes con esto.

Mónica: no tengas cuidado, lo he sabido sobrellevar jeje, a mí me basta con estar cerca de ti, siempre ha sido así.

Adriana: gracias por todo –besando su mejilla-

Mónica: gracias a ti, por dejarme seguir a tu lado, -correspondiendo mi beso- ya vámonos

Eche a andar el coche y a los pocos minutos ya estábamos en la nueva casa de Beatriz, para mi sorpresa cuando llegamos ya estaban todos en la mesa, y con TODOS me refiero a que estaban también los hijos de ella.

Al principio fue un poco incómodo, pues no sabía si tomarían represalias por lo de la demanda, pero no fue así, al contrario, la cena estuvo súper bien, todos convivíamos y conversábamos. Me agrado el hecho de que se habían reconciliado.

Al terminar la cena, nos despedimos de todos y nos marchamos.

Adriana: ¿quieres dormir en mi casa?

Mónica: jejeje ¿tú quieres?

Adriana: sip

Mónica: está bien

Eran aproximadamente las 12am y nos acostamos en la cama, con el televisor encendido.

Adriana: te quiero mucho –mirándola a los ojos-

Mónica: yo te quiero mucho más, me encantas

Adriana: eres hermosa ¿sabías?

Mónica: si, ya me lo habían dicho –guiñándome-

Adriana: ¿ah sí? Y ¿Quién te lo ha dicho? Si se puede saber –cruzando los brazos-

Mónica: pues en el trabajo –dándome la espalda- ya es hora de dormir

Adriana: hey nada de dormir, dime quién te coquetea en el trabajo

Mónica: ¿para qué quieres saber? –Colocándose frente a mí- ¿Qué vas a hacer si te digo?

Adriana: pues tomar medidas preventivas, no puedo permitir que me quiten tu amor y tu atención

Mónica: jajajajaja hay una chica del hospital, ella es residente está a mi cargo, y ocasionalmente me invita a cenar, me envía flores, cartas, peluches etc.

Adriana: dios!!  O sea que me lleva ventaja he! Jeje

Cuando me dijo eso, fue como si un balde de agua helada me despertara. ¿Qué pensabas Adriana? Que eras la única, nunca me había planteado la idea de que alguien quisiera ganarse su afecto, con eso me convencí más que era una egoísta. Sentía una especie de ¿celos? de tan solo pensar que alguien estuviese luchando por su amor, evidentemente no lo podía permitir.

Mónica: heeey –gritando-

Adriana: disculpa, me quedé pensando

Mónica: me di cuenta jajaja, ¿qué tanto piensas?

Adriana: ¿ella es guapa?

Mónica: jajajaj ¿de verdad en eso pensabas?

Adriana: no precisamente eso, pero me gustaría saber a qué me atengo jeje

Mónica: es una chica muy guapa, inteligente, definitivamente tiene un futuro prometedor en la medicina, más aún en el área de pediatría –interrumpiendo-

Adriana: ¿te gusta?

Mónica: no, a mí me gustas tú nada más.

Adriana: ¿segura? Jeje tendré que ir a conocer a esa chica, dime su nombre

Mónica: estás loca jajaja no te lo daré…espera ¿estas celosa?

Adriana: jeje puede ser…

Mónica: yo te quiero a ti, no tienes por qué estar celosa –abrazándome-

Adriana: de igual manera, dime su nombre –seria-

Mónica: se llama Carolina… acabas de hacer realidad uno de mis sueños

Adriana: ¿ha si? Y cual es

Mónica: verte celosa –riendo-

Adriana: jajajajajajaja mala, lo disfrutas ¿no?

Mónica: poquito… ¿me puedes regalar un beso?

Adriana: -se lo di en la mejilla- listo –riendo-

Mónica: mmm no era donde lo esperaba, pero igual muchas gracias

Adriana: ¿dónde lo querías? –sonriendo, sabía perfectamente donde lo quería-

Mónica: jejeje así está bien, tengo un poco de sueño –tallando sus ojos-

Adriana: ¿lo querías aquí? –Besando sus labios-

Mónica: mmm si, ya los extrañaba

Adriana: ¿quieres otro?

Mónica: quiero muchos más

Adriana: pues dile a Carolina que te los dé –jugando-

Mónica: jajajajaja ella no besa tan bien como tu

Adriana: ¿queee? ¿Ya la besaste? –levantándome-

Mónica: si

Adriana: -sabía perfectamente que no podía reclamarle nada, pero sentí una rabia inmensa de tan solo pensar que haya besado otros labios, dudé en preguntarle si había tenido sexo con ella, pero de verdad quería saberlo.

Mónica: no creo que sea buena idea hablar de eso

Adriana: vamos, contesta, ¿lo hicieron?

Mónica: si –bajando la cabeza-

Adriana: entiendo, me ha tomado por sorpresa, estoy consciente que yo no debo reclamarte nada, soy la menos indicada, solo quería saberlo.

Cuando me molesta algo, es muy evidente por mi cara, Mónica me conoce más que nadie en la vida, así que se dio cuenta, trató de tranquilizarme, pero yo simplemente no concebía la idea de saberla con alguien más, quizá eso fue lo que me abrió los ojos, la quería más de lo que yo pensaba. Y saber que se había entregado a alguien más, me hizo ver que tenía que luchar por ella, tenía que demostrarle que debía permanecer a mi lado.

A la mañana siguiente, cuando desperté ella no estaba en la cama, baje a la cocina y ahí estaba, preparando el desayuno.

Mónica: buenos días linda

Adriana: buenos días hermosa –abrazándola por la espalda- ¿Cómo dormiste? –Dándole un tierno beso en los hombros-

Mónica: muy bien, ¿ya se te paso el enojo? Jajajajajajajaj

Adriana: muy graciosa!, aun no, pero tampoco quiero estar mal contigo, sería como lanzarte a sus brazos

Mónica: -abrazándome- me encantas celosa, me pone muy feliz que me celes así

Adriana: pues a mí no me gusta sentirme así… -haciendo puchero-

Mónica: me vuelves loca, -abrazándome muy fuerte- esas caritas que haces son mi debilidad

Adriana: ¿y las caritas de tu amiga Carolina te gustan? Jajajajaja

Mónica: jajajajaj no la de ella no, solo las tuyas.

No pudimos contener más las ganas y nos besamos al fin, apenas rosábamos nuestros labios y de pronto ella comenzó a besarme de manera apasionada, succionaba mis labios y los mordía. Me encantaba sentirla así, de pronto percibimos un olor a quemado, y en efecto era nuestro desayuno. Nos separamos y Mónica trató de salvar la comida, en vano, pues ya no había nada más que hacer.

Adriana: ejerces la medicina también en la cocina… le estabas tratando de salvar la “vida” al desayuno.

Mónica: jajajaja si bonita, lamento informarte que debido a las intensas quemaduras que presentaba tu desayuno, fue imposible salvarlo…

Adriana: te invito a desayunar entonces, y te dejo en tu consultorio

Mónica: entiendo tu juego, quieres ir a conocer a Carolina ¿cierto?

Adriana: jajajajaja por esto es que es mala idea enamorarte de tu mejor amiga…

Mónica: así es mi niña, se todo de ti…

muchas gracias por leerme!! saludos