El amor no se busca, te encuentra (6)
Tras tener un tiempo aparcada esta historia, volvemos para descubrir las andanzas de estos chicos Jack y Adam. (Capítulo con lujuria, sentimientos y amor)
Nota del autor: Pido disculpas por la tardanza de este capítulo, pensaba en cerrar esta historia con el anterior relato pero gracias a las ganas que me ha transmitido el señor Lollipop16 (Gracias!) voy a continuar esta historia.
Dado que el último capítulo se publicó en octubre, voy a hacer un mini-resumen: Jacob junto con Adam, Héctor y Susana van a una fiesta, allí Jacob conoce a Gaby, esté le convence de declararse a Adam, ocurre un malentendido y Adam se emborracha, Gaby le recrimina y Jacob y Adam se vuelven a encontrar y se besan.
Disfrutad y comentad :)
(Recomiendo leerse los capítulos anteriores para una mejor experiencia)
Jack (Jacob):
Me gusta cómo duerme.
Respira sin prisas, nada de ronquidos, cómo si nadie pudiera atormentarle, la paz le posee mientras su cuerpo inhala el aire.
Me gusta cómo su pelo se pone sobre sus ojos, salvaje y caótico pero bello.
Me gusta cómo a veces farfulla palabras sin sentido, ¿Sobre qué soñara?
Me gusta Adam.
Después de el primer beso que fue breve pero intenso, me toqué los labios e intenté asimilar lo que había pasado “¿Me ha besado?” pensé, no creía que aquello que mi corazón deseaba se había producido.
Al ver la expresión de mi cara, Adam se horrorizó,
- Lo siento, lo siento, lo siento Jacob. No quería molestarte, pensaba que eras gay, yo, yo… - Le puse un dedo en los labios y le hice callar –
Y entonces le besé, fue un beso largo y la cara de sorpresa de Adam fue descomunal.
¿Qué quiere decir todo esto Jack? – Me preguntó con una sonrisa en sus labios tras recuperarse de la impresión –
Significa lo que tú quieras qué significa, venga, tienes todavía el pelo mojado, vamos a secarlo.
Entramos en la casa de Adam sin hacer ruido y nos fuimos de puntillas hasta el baño que tenía él en su habitación, cogí una toalla blanca y empecé a secarle el pelo y la cara, no decía nada pero me miraba cavilándome con una mirada de perro desvalido que sólo me daban ganas de abrazarle.
¿Qué? – Dije mientras una risita se escapaba de mis labios –
Eres perfecto.
Tú sí qué eres perfecto, venga vamos tonto, que Sus se encontraba mal. – Lo llevé a rastras mientras le daba un ligero beso en el cuello –
Oh dios, ¿Qué le pasa a Susana? – Me miró con cara de preocupación –
El alcohol le sentó mal, la última vez que la vi había expulsado una gran cantidad y se encontraba mejor.
Vamos rápido venga.
Salimos de la casa de forma silenciosa y caminamos por la calle con grandes zancadas, no sabía lo que estaría pensando en ese momento Adam pero su cara era de preocupación. Cuándo me sorprendió mirándole, me sonrío y me dio un leve pico en los labios ¿A qué es adorable?
Cuándo llegamos a la fiesta eran las dos de la mañana y empezaban a formarse grupos más íntimos y parejas juntas, vimos a Sus y Héctor apoyados hombro con hombro, estaban en un momento íntimo por lo que con una sola mirada decidimos no molestarlos, le dije a Adam que les mandara un Whatsapp con la explicación de que nos habíamos ido a casa.
Aunque había sido un paseo corto, dando la vuelta otra vez a casa de Adam, nos encontramos con Gaby.
¡Gaby! Tú por aquí. – Dijo Adam a su amigo con una sonrisa.
¡Hola chicos! Anda, os veo juntos, no cómo antes, sea lo que sea lo que haya pasado os doy mis bendiciones.
Vete a dar un paseo con nosotros, anda Gaby. – Dije yo intentando ser cortés –
Lo siento mucho, chicos, otro día, tengo asuntos… pendientes. – Se despidió dando un abrazo a Adam y me dio la mano a mí -
Adam y yo seguimos hablando hasta llegar a su casa, subimos las escaleras y entramos en silencio en su casa otra vez, caminábamos de puntillas para no despertar a los padres de Adam que seguramente estarían durmiendo. Entramos en la habitación, cerramos la puerta y nos quedamos quietos. Fue un momento extraño, estábamos en absoluto silencio mirándonos, ninguno de los dos se atrevía a decir la primera palabra. Entonces Adam rompió el silencio:
Bueno… ¿Y ahora qué? – Me miró nervioso –
¿Y ahora qué? No sé, tú sabes lo que quieres.
¿Y qué es lo que quiero? – Me sonrío burlonamente –
Besarme, abrazarme, follarme… Pedirme salir, muchas cosas Adam.
¿Y qué es lo qué debo hacer primero? – “Lo sabes perfectamente, estás ansioso por hacerlo” pensé –
No sé, ¿Pedirme salir quizás? – Le sonreí –
Jack, ¿Quieres ser mi novio? – Me dijo serio –
Sí quiero.
¿Y ahora qué debo hacer Adam? – “Otra vez el jueguito” –
Besarme como tú sólo sabes hacer.
Se acercó lentamente y me dio un leve toquecito con los labios en la nariz, después fue desplazándose con los labios por toda la cara, uno en los ojos, otro en las orejas, encima del labio, en la barbilla…. Por último, de forma suave posó sus labios sobre los míos, abrí la boca y alojé su lengua dentro de mí. Era un beso tímido al principio pero terminamos morreándonos como dos bestias salvajes.
Mientras nos besábamos, sus manos recorrían mi cuerpo intentando llegar a todos los lugares de mi ser, me acariciaba la espalda y me arañaba contagiado por los espasmos de los besos que nos dábamos. Yo le quité la camiseta dejando mostrar sus músculos marcados por el fútbol y el deporte, “Joder, qué bueno está” pensé, pasé mi mano por sus abdominales marcados admirando toda su belleza y esplendor. Adam dejó de besarme y marcando sus ojos verdes me preguntó:
¿Te gustan, Jack?. – Su pupila se clavó en mí ansiosa –
Me encantan, Adam. Dios, son como los de una escultura, son la jodida ostia. ¡Eres el David de Miguel Ángel! –Reí y le besé mientras pasaba la mano por sus rizos rubios-
¡Oh, deja de idolatrarme tanto que me voy a sonrojar! Tú eres como un dios pagano caído del cielo, salvaje y maldito. Esa mirada de ojos pardos robada de un animal que me va a devorar y es lo que haces, devorarme. Y yo soy tu presa y quiero que me beses y me hagas tuyo para siempre, ¿Por qué no viniste antes a esta ciudad, Jack? Siempre te he necesitado, durante mucho tiempo he necesitado a alguien cómo tú, mi rey. –Sus ojos verdes centelleaban cómo luciérnagas en la noche mientras me decía estas palabras-
Eres joder… yo no sé cómo expresarme. Tú siempre me demuestras que la perfección es posible y tú eres su ejemplo, sólo has necesitado 3 meses para hacerlo, 3 meses en que mi corazón ha vuelto a amar. Quiero devorarte como tú bien dices, quiero hacerlo ahora, quiero follarte Adam. – Me había excitado con sólo su visión de nuestros cuerpos unidos con un beso, ¿Cómo sería el roce más profundo, la conexión follando? –
Jack, yo, yo… Mira, yo soy virgen, nada me pone más que pensar en follar contigo pero no me siento preparado… todavía. Supongo que tú habrás follado para estar tan seguro pero yo no, esto sonará algo cursi pero yo he estado buscando la persona ideal para hacerlo, mi virginidad hetero lo perdí con alguien especial y quisiera lo mismo con la gay. Creo que tú eres el perfecto chico pero todavía no… lo siento. – Sus miradas se perdían en el vacío intentando huir de mis ojos –
Jack, el que debe pedir disculpas soy yo, no debí ser tan podidamente vicioso y anteponer mis necesidades sobre las tuyas, lo siento Adam, he sido un idiota – “Subnormal, subnormal, subnormal” repetía como un mantra en mi cabeza dirigido hacia mi persona –
Tú nunca eres un idiota, Jack. – Y cerró los ojos y me besó –
Los dos nos tumbamos en la cama y seguimos besándonos hasta que Adam se le empezaron a cerrar los ojos, yo le dije que descansara, cerré la puerta y mientras él se terminaba de recostar, me puse a su lado cambiándome la ropa por el pijama que había traído (Pasando completamente del colchón que había traído yo) y lo abracé. Dormí al lado de mi reciente novio con la mano enterrada en sus rizos rubios y una sonrisa en los labios.
Me desperté con las primeras luces de la mañana, algo resacoso y ni sabiendo dónde estaba, entonces me fijé en Adam y empecé a asimilar todo lo que había pasado. Tras haberlo hecho, posé mi mirada sobre la ventana en el que un día maravilloso empezaba “Un día maravilloso y una etapa maravillosa también” pensé.
Mis manos se posaron distraídamente en los muslos de Adam y empezaron a acariciar lentamente las largas piernas de él. Él respira suave cómo si fuera a empezar a tararear una cancioncilla y yo sonrío ante la visión de Adam canturreando una tonadilla como un señor tirolés y río.
Eso lo despierta y sus ojos empiezan a abrirse cansados, resacosos tales como yo los tenía hace un momento.
¿Jacob? ¿Qué ha pasado? Oh, mi cabeza…. – Sus manos mesaron sus cabellos como si tuviera campanas dentro de la mente –
Fiesta, alcohol, besos y locura. – Resumo mientras miró divertido cómo intenta despejarse –
Anoche pasó algo, tú y yo… Algo hicimos – Entorna los ojos intentando recordar –
Esto hicimos.
Y le besó mientras él me mira a los ojos alucinado.
Y entonces empieza a recordar.
Adam:
Jack se encontraba sentado en mi cama, con los ojos puestos en la ventana, llevaba puesto un pijama sencillo que resaltaba los músculos de todo lo que practicaba, sus anchos hombros, su espalda recta y marcada, mientras miraba el exterior una risa ligera salía de sus labios y era cómo una música celestial. Algo había hecho anoche con Jacob, algo….
¿Jacob? ¿Qué ha pasado? Oh, mi cabeza. – Me quejó lastimosamente mientras los efectos del alcohol del día anterior se manifiestan en mi pobre cabeza –
Fiesta, alcohol, besos y locura. – Exclama elocuente y enigmático Jack mientras me sonríe –
Anoche pasó algo, tú y yo… Algo hicimos. – Intentó recordar pero mi cabeza me duele y me impide hacerlo –
Esto hicimos. – Su cabeza se acerca y mí y cierra los ojos, “¿Qué coño? Pienso estupefacto –
Y me besa y yo sólo puedo flipar cómo un idiota, y mientra sus labios están sobre los míos, mi mente se libera y empiezo a recordar todo lo que había pasado.
Mi sorpresa de ver a Jacob con una tía besándose, mi borrachera, Gaby ayudándome, mi beso a él, su reacción, su manera de demostrar su amor, el paseo de vuelta a la fiesta, Susana y Héctor, Gaby dando sus “bendiciones”, mi juego con Jack, yo pidiéndole salir, los besos y las promesas de sexo y por último dormir a su lado.
Una noche de infarto hemos pasado…. – Digo yo mientras intento comprender todo –
Y que lo digas, Adam. – Sonríe –
¿Ahora somos pareja entonces? – Preguntó aunque ya sabía la respuesta de antemano–
Hombre, tú eres el que me pediste salir – Ríe - Pero sí, somos novios.
Joder Jack, es una perspectiva perfecta pero yo nunca he tenido antes novio, así qué…
Anoche me dijiste que eras virgen, hoy que nunca habías tenido novio, ¿Qué más me ocultas de tú homosexualidad? – Sonríe pero sus ojos no corresponden con la boca –
Verás, yo sabía que era bi, siempre los chicos me pusieron palote igual que las chicas, pero algo me decía que lo ocultara y sólo exploré mi faceta hetero y aparte de mis líos con Gaby…. – Lo de Gaby hizo poner los ojos como platos a Jack y me interrumpió –
Eh, eh, ¿Líos con Gaby? No te entiendo. – Jacob se estaba haciendo un lío y temo haberlo cagado –
No es lo que piensas, empezaron cómo pajas normales como colegas, nos hicimos más amigos, yo confesé lo de mi bisexualidad, Gaby que era gay, nos hacíamos mamadas y sólo llegamos a eso, nada más. – Explico rápidamente –
Ah, coño, ahora lo entiendo todo. Yo he tenido dos novios antes que tú y varios rollos, se puede decir que tengo carrera en esto. – Río por la ocurrencia – Te ayudaré a conseguir comprender que la homosexualidad no es mala y juntos saldremos del armario.
¿”Juntos”? ¿Pero tu padre no lo sabe?
No. Nunca he sabido su opinión sobre los gays y tengo miedo. Él es de pueblo y quizás no lo entienda. – Frunce el ceño –
Tranquilo, Jack, juntos podremos seguir adelante. Ahora que estoy despejado completamente y ya sin borracheras, ¿Quieres ser mi novio y tener una relación seria conmigo y sin sexo hasta que yo esté preparado? – Le miró a los bonitos ojos pardos –
Huy, por lo del sexo no sé si quiero una relación. – Me sorprendo y le miró horrorizado – Es broma, tonti. Cómo ya te dije anoche, sí quiero.
Nos reímos de nuestras estupideces y nos besamos borrachos de euforia.
Jack se duchó en el baño de mi habitación y salió con una toalla alrededor de la cintura, demostrando su poderío y su entrenamiento de esgrima y gimnasio en el cuerpo.
Ojalá yo viendo lo que hay tras esa toalla. – Digo excitado –
No, cariño, hasta que no estés preparado o el matrimonio. – Se burla y se pone de espaldas para ponerse el calzoncillo mostrando un culo con algunos pelos pero firme y perfecto. –
Bufó y me meto en el baño, me quitó la ropa y me sonrío en el espejo “Justo lo que tú querías, mamón”, entró en la ducha y me empiezo a despejar con el agua fría.
Mis manos enjabonan mi cuerpo y yo me desintoxico de toda la mierda de alcohol de anoche, mis manos pasan por mi ombligo y empiezan a bajar, acarician mi polla y pienso en la imagen de Jack postrado en mi cama con el culo dispuesto a follar. Ese jodido culo. Mi rabo se pone erecto y yo sin importarme que Jack esté al lado o que me oigan mis padres, empiezo una paja perfecta.
Subo y bajo, acaricio mis huevos con la otra mano, pienso en Jack suplicando mi polla, pienso en un beso negro, pienso en una mamada en esa polla todavía desconocida con unos centímetros exagerados en mi cabeza.
Subo y bajo, recorro el glande con los dedos, pienso en yo follándome el culo de Jacob a toda ostia, pienso en como acariciaría esa espalda recta, pienso en el compás de nuestras cuerpos mientras follamos.
Sueño que yo soy el sumiso y que Jack pasea su polla por mi boca y yo cómo buena putita de mi dios pagano abro la boca y me la tragó hasta el fondo, que él me acaricia y me dice “Así, así”, pienso en como abriría yo mis nalgas ante él.
Pienso en nuestras corridas y yo me corro aullando y pidiendo esos polvos que vendrán.
Tras secarme, entró en la habitación y no está Jack, la puerta está abierta, la cierro y me visto. Extrañado, bajó a la cocina y me encuentro a mi madre riéndose con los chistes de Jacob y mi padre diciendo “Qué chico tan ingenioso, sí, sí”.
¿Hola? – Digo intentando reclamar su atención –
¡Adam, hijo! ¿Por qué no nos has dicho qué tenías un amigo que era una joya? ¡Si es que tiene unas ocurrencias! Anda, ponte a desayunar que llegasteis tarde por lo visto. – Dice mi madre con su salero habitual -
Ya te he dicho, Adam, que no bebas alcohol y tú no me escuchas. ¡Es que el alcohol es muy malo! Mira tú amigo, él no ha bebido alcohol y está radiante y tú pareces una piltrafa. – Dice mi padre mientras se alisa el bigote –
Nos ponemos a desayunar, Jack sigue cayendo de puta madre a mis padres y mi madre me deleita con anécdotas mías que me dan una vergüenza tremenda. Él se ríe y nos anima a todos, “Al menos” pienso “le cae bien a sus suegros” y sonrío. Tras terminar de desayunar, les digo a mis padres que hemos quedado con unos amigos y me lo llevó a rastras tras las súplicas de mis padres que se quedara un rato más.
Me lo llevó al garaje, lleva puesto un chándal de deporte que le sienta genial y se mueve ligero moviéndose alrededor mío.
¿No hemos quedado con nadie, verdad? – Ríe –
Son muy pesados, Jack. – Resopló –
Bueno, al menos les caigo bien a ellos y ellos me caen bien a mí. ¡Me llevo bien con mis suegros, fíjate tú! – Se carcajea –
Eso estaba pensando yo antes, aunque no sé si fliparán mucho cuando descubran que su hijo y su amigo perfecto son novios. – Yo siempre de quejita vamos
¿Sabes cómo podías decirlo? – Me sonríe cómo un duendecillo –
¿Cómo? – Aunque sabía lo que iba a hacer –
Así.
Y me morrea abrazándome con esos brazos hechos para el amor.
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