El amor me prostituyó (2)
Como una mujer me ayudo a entregarme a un hombre.
El amor me prostituyo (parte 2)
Cuando salí de la ducha, Luis ya se había ido y me dio tristeza porque no pude despedirme de él, todavía inmensamente adolorido me acosté a dormir, a la mañana siguiente lo primero que hice fue coger un espejo y mirarme el ano, afortunadamente estaba como si nada hubiera pasado, cerradito y rosado, algo irritado y todavía adolorido pero no mayor cosa.
A la semana siguiente Laura se graduó y le toco mudarse con sus padres al interior, lloramos mucho al despedirnos, pero prometimos mantener contacto por email.
Esa misma tarde todo excitado llame a Luis, me contesto un hombre y me dijo que no se encontraba, le deje un mensaje que me llamara, para mi mayor tristeza nunca me devolvió la llamada.
A la mañana siguiente lo volví a llamar, él entonces me contesto y se excuso por no haberme devuelto la llamada pero era que estaba ocupado con un cliente, sin pensarlo dos veces le dije que quería verlo, entonces me invito a su casa, volando me vestí a toda prisa poniéndome muy sexy, con unas bragas mínimas y divinas, me perfume todo el cuerpo, me puse unos jeans bien gastados y rotos en el trasero y que dejaban ver parte de mis nalgas, una camiseta ombliguera muy sexy, me hice una cola de caballo que me daba un aire muy fresco y juvenil.
Corriendo agarre un taxi, él vivía en un barrio un poco peligroso de la capital, llegue a un edificio de Aptos bastante descuidado y subiendo dos pisos hecho un mar de nervios toque la puerta, me abrió un hombre de rostro tosco, gordo y sin rasurar y dejándome entrar se fue a llamar a Luis, este apareció enseguida vestido con una bata de baño algo gastada, enseguida me acerque a él y sin pensarlo dos veces le di un beso en los labios, él no me esquivo pero no mostró mayor entusiasmo, seguidamente me convido a que nos sentáramos en un sofá viejo que había en la sala y me invito a una cerveza.
Después de conversar por varios minutos le dije que lo había pensado muchísimo, entonces él me miro a los ojos y me dijo que él no estaba interesado en una relación con otro hombre, enseguida una tristeza me invadió, presto se acerco mas a mí y poniéndome una mano en la pierna me dijo que por lo menos no así de rápido, ya que él tenia una reputación que mantener, pero que dependía de mí si tenia paciencia en esperarlo, le conteste enseguida que yo por tener tenerlo a él haría cualquier cosa.
Entonces mirándome seriamente me dijo que si estaría dispuesto a demostrarle mi amor, desesperado le dije que si, me pregunto entonces si estaría dispuesto a salir por dinero con otros hombres que él me ordenara, sentí ganas de llorar pero aguantándome le dije que no sabia si yo podía hacerlo, me contesto que esas eran sus condiciones si todavía lo quería y si todavía deseaba su verga entre mis nalgas, seguidamente se abrió la bata y agarrándose su enorme miembro me la ofreció con una sonrisa en los labios, en ese momento comprendí que me estaba manipulando, pero al mostrarme su grandioso miembro perdí la compostura y resignado le conteste que haría lo que él quisiera.
Medio serio y medio en broma me dijo pruébamelo, le mire a los ojos interrogativamente, enseguida sin contestarme llamo al hombre que me había abierto la puerta, cuando este vino a la sala, se voltio a mirarme y me dijo, quiero que le chupes la verga a él y te dejes cojer, en ese momento no pude aguantar mas las lagrimas.
Dispuesto entonces a retenerlo, me levante del sofá y agachándome enfrente de ese horrible hombre, le desabotone el pantalón y se los baje a los tobillos, al no llevar calzoncillos, pude ver que su verga estaba todavía flácida, era circuncidada y para mi tranquilidad no se veía de gran tamaño.
Cerré mis ojos e imaginándome cualquier cosa se la agarre con mis dedos y llevándomela a los labios me la introduje en la boca, el sabor que percibí enseguida casi me hace vomitar, era una mezcla de orina vieja con sudor, pero sobreponiéndome se la empecé a chupar rápido como queriendo que él se viniera lo mas pronto posible, pero enseguida él me demostró que no tenia ninguna prisa y agarrándome por el cabello me pidió que le chupara los huevos también.
No teniendo otra alternativa, me saque su verga de la boca y apartándola un poco le empecé a lamer sus testículos igual de sucios, haciendo esfuerzo para no vomitar, tenia unas bolsas grandes y peludas, resignado me dedique a chuparle todo su sexo hasta que empecé a masturbarlo con mis dedos, para mi disgusto/placer su verga había recobrado un considerable tamaño, enseguida sentí su cuerpo tensarse, pero volviéndome a agarrar por el pelo me ordeno que me quitara la ropa que me la quería meter.
Con prisa me quite la ropa y curiosamente mi pequeño pene estaba semi parado pero queriéndole ocultar a ese hombre que estaba disfrutando de lo que estaba ocurriendo, me volví a arrodillar rápido frente a él e introduciéndome su verga en la boca otra vez, le pregunte dónde quería cojerme.
Me ordeno que me pusiera en cuatro sobre el sofá, Luis entonces se levanto y con una sonrisa burlona me cedió el lugar, me subí al sofá y poniéndome en cuatro con mi cabeza metida entre los cojines, me abrí completamente de piernas, quedando mi bellas nalgas todas invitadoras e insinuantes y el orificio de mi perdición a su entera disposición.
Sin perder tiempo se coloco detrás de mí y propinándome unas fuertes nalgadas, sonriendo le comento a Luis que tenia rato que no tenia entre sus manos un buen par de nalgas como las mías, enseguida lo escuche escupirse en la mano y lubricando su mástil, me lo deslizo entre la nalgas, lo sentí ardiente y resbaladizo hasta que llego a las puertas de mi ano y presionando fuertemente su cadera me introdujo la cabeza de un solo envión que me provoco un grito de dolor, pero esto en vez de esto disuadirlo como que lo entusiasmó mas, ya que con una fuerte arremetida continuo enterrándomela hasta que sentí su cadera pegada en mis nalgas.
Sin darme tiempo a adaptarme al tamaño de su miembro, me la empezó a sacar a toda prisa, trate en vano de huir pero él me tenia muy bien agarrado por la cadera, entonces suplicándole le dije que haría lo que él quisiera pero que no me maltratara, pero como si no me escuchara me la volvió a meter con una embestida bestial.
Afortunadamente gracias a que su estaca no era del tamaño de la de Luis no me causo tanto dolor como esperaba y cuando me la volvía a sacar sentí su mano callosa agarrarme el pene que ya estaba erecto y comenzó a masturbarme con dureza, en ese momento trate de reprimir sentir placer con ese hombre tosco y horrible, pero su miembro entre mis nalgas y su mano en mi verga terminaron por vencer cualquier resistencia restante en mi y completamente excitado empecé a empujar mi trasero contra su cadera.
Enseguida sentí que él se quedo quieto, dejando que yo hiciera el trabajo y gozando al ver su miembro perderse y aparecer entre mis redondas nalgas, al mismo tiempo que le decía a Luis como si yo no existiera, uy que rico culo tiene este putico tuyo.
Entonces Luis sin querer perderse de la acción se paro al lado del sofá y abriéndose la bata me ofreció su magnifico cetro que ya mostraba signos de excitación, por un segundo no podía creer mi suerte al poder tener otra vez entre mis labios la hermosa verga de mi macho.
Con desespero me la metí en la boca de un tirón, atragantándome enseguida con ella pero sin importarme se la continué chupando lleno de amor y deseo, él termino por agarrarme del pelo y todo excitado me empujo mi cabeza contra su miembro, creándome unas nauseas inmensas al sentir ese herramienta calienta llegarme hasta el fondo de la garganta.
Con lagrimas en los ojos me repuse y haciendo buen uso de mi boca lo empecé a masturbar deliciosamente al mismo tiempo que trataba de seguirle el ritmo a las embestidas de su amigo que me taladraba el culo sin compasión alguna, pronto sentí que me venia y en un estado de completo éxtasis me arroje con todo mi cuerpo para satisfacer a esas dos vergas que me penetraban, chupando y moviendo mis nalgas con frenesí mientras me corría copiosamente.
Al instante sentí que me apretaban fuertemente las nalgas y después de unas fuertes estocadas una sensación caliente me invadió por completo las entrañas, entonces Luis sin querer quedarse por fuera, me saco su verga de la boca y masturbándose magistralmente se corrió en mi cara y labios con chorros grandes e interminables que me golpearon con fuerza como gruesas gotas de lluvia, sin querer perderme de tal manjar lleno de lujuria abrí mi boca al máximo recibiendo y tragando con locura ese delicioso néctar, caliente y espeso.
Tan pronto ambas vergas abandonaron mi cuerpo, me deje caer en el sofá todo rendido y satisfecho, después Luis me ofreció el baño para limpiarme, pero preferí que no y limpiándome allí mismo, vestí a aprisa, avergonzado por haber dejado que un tan hombre horrible hubiera tenido acceso a mi culo, me despedí de Luis con un beso en los labios y salí corriendo del Apto mientras le decía que lo amaba.
No había terminado de sentarme en el taxi cuando sentí los jugos de semen mojarme todas las nalgas y muslos, lo que me obligo a salir corriendo a mi Apto antes que alguien me viera en ese estado.
Tan pronto entre me fui directamente a la ducha, enjabonándome varias veces todo el cuerpo, queriéndome quitar de encima el olor horrible de su amigo.
Luis me llamo bien temprano la mañana siguiente para decirme que al día siguiente me tenia un trabajo con un cliente que necesitaba que un hombre que sirviera de "mucama" para que le limpiara la casa, me explico que debería ir muy ligero de ropa y que debería hacer todo lo que el cliente me pidiera, sin poder oponerme lo acepte, reconociendo que por amor y una maravillosa verga estaría dispuesto hacer cualquier cosa.
A la mañana siguiente me levante muy temprano, vistiéndome a propósito para la ocasión con un pantie chiquitico y apretado que se me metía entre las nalgas, resaltando aun más su prefecta redondez y encima me coloque unos ajustados shorts de jeans bien cortitos, gastados y raídos que con solo inclinarme un poco dejaban ver mis respingadas nalgas, me puse una camiseta ombligo afuera sin mangas como me fascinan a mí, una cola de caballo y unas bellas sandalias que hacían juego con mi vestimenta.
Todo coqueto tome un taxi para donde el cliente, me tranquilizo mucho saber que la casa quedaba en unos de los mejores la ciudad, al llegar quede impresionado con el tamaño de la casa, era una mansión antigua con una entrada imponente, con cierta angustia toque el timbre, enseguida me abrió un hombre mayor de unos 55 años, canoso, de estatura normal con un buen cuerpo y con unos profundos ojos azules que te desnudaban, todo cortado le dije que venia de parte de mi amigo Luis, enseguida pude ver un brillo de satisfacción en sus ojos y con una franca sonrisa me convido al interior.
La casa por dentro era divina, impecable y exquisitamente decorada, me comento entonces que había enviudado hacia unos años y que estaba necesitando de la ayuda de alguien que estuviera dispuesto limpiar y ordenar toda la casa, honestamente le confesé que la veía bastante ordenada, me contesto que se veía ordenada por encima pero que había cosas que estaban necesitando una buena limpieza y guiándome me condujo a la cocina.
Entonces me pedio que empezara por lavar los platos sucios que había en el lavaplatos, inmediatamente le di la espalda y me puse hacer lo que me ordenaba sintiendo enseguida sus intensa mirada clavada en mi espalda y trasero, con cierto descaro de mi parte me agache para recoger el jabón que se encontraba debajo del fregadero, dejando a propósito que mis cortitos jeans se me subieran y se metieran entre mis respingadas nalgas, quedando por fuera la mitad de mis glúteos.
Como si no me hubiera dado cuenta de nada me puse a lavar los platos, enseguida sentí su mano acariciarme suavemente las nalgas pero continué como si nada estuviera ocurriendo, esto lo animo mas ya que enseguida sentí su cuerpo pegado al mío y sus dos manos en mi trasero y sus dedos explorándolo, palpando y apretándolas muy dulcemente, sin poder contenerme y sucumbiendo ante sus caricias me abrí de piernas y arqueando mi espalda y levantando mis nalgas al máximo hacia él, se las ofrecí como un trofeo con orgullo y lujuria mientras me apoyaba en el fregadero.
Enseguida se arrodillo a mis espaldas y con manos un poco torpes me desabotono el pantalón corto dejándolo caer a mis tobillos, pero dejándome mis lindos panties puestos, apoyo su cara en mis nalgas cubriéndomelas con besos suaves y cortos, esas caricias me excitaron tanto que impaciente me agarre los cachetes de mis nalgas con las manos y separándomelas le revele y ofrecí el capullo rosadito de mi martirio, enseguida sentí su lengua húmeda lamerme el ano encima de la tela del pantie y apartándola la tela, me metió metió su lengua punteándome el orto, enloquecido de placer me baje el pantie a los tobillos y subiendo una pierna encima del fregadero y con la otra en el piso, me abrí desesperadamente de nalgas.
Y ya sin el obstáculo del pantie me propino toda clase de caricias, pasándome su lengua ensalivada desde la base de mis testículos hasta el comienzo de mis nalgas, a todo lo largo de la raja que separa mis glúteos, muerto de placer le rogué que me la metiera allí mismo, entonces el se puso de pie, rápidamente se quito el pantalón y calzoncillos y pude ver por vez primera su verga grande, circuncidada y completamente parada con una bolsa de huevos largas y arrugadas.
Sin poder contenerme me arrodille frente a él y desesperado me metí su miembro en la boca, era grueso y lleno de venas, sentí enseguida un olor agradable a jabón perfumado mezclado con sabor salado de sus jugos preseminales, todo excitado me dispuse a pegarle a ese hombre dulce y tierno la mejor mamada de su vida, chupándole y masturbándolo con mis labios con tanto ahínco que no demore mucho en oírlo suspirar y gemir de placer.
Entonces apunto de venirse muy suavemente me retiro su linda verga y susurrándome me dijo que me la quería meter, sin pensarlo dos veces me volví a colocar en la postura que tenia antes, con una pierna apoyada en encima del fregadero y la otra en el piso, quedando espernancado y con mis nalgas levantadas y completamente abiertas a él le volví a ofrecer mi culo mientras le decía, cojeme papito, hazme tuyo.
Desesperado por sentirlo dentro de mí, agarre el jabón liquido para lavar platos y echándome una buena cantidad en la mano, me lo restregué entre las nalgas apresuradamente hasta sentirme completamente lubricado.
Enseguida sentí sus manos agarrarme por la cadera y su verga caliente empezó a deslizarse suavemente entre mis nalgas hasta llegar a las puertas de mi orificio, sin poder controlarme entonces empuje mis nalgas al encuentro de su miembro caliente parado y duro como una barra de hierro, sintiendo enseguida como la cabeza penetro mi esfínter de un solo envión pero sin importarme el dolor y el ardor producido por el jabón, continué empujando mis nalgas hasta estrellarlas contra su cadera.
Lleno de lujuria entonces, le pedí que no se moviera y completamente nublado por el placer empecé a retirar despacio mis nalgas de su cetro para después furiosamente volver a empujarlas hacia él hasta sentir su mástil enteramente dentro de mí.
De ahí en adelante enloquecido me dedique a mover mis glúteos frenéticamente de adentro hacia fuera y viceversa, masturbando su preciosa verga con toda las ganas y fuerzas de mi ano y nalgas, provocando divinos ruidos sordos cada vez que mis glúteos se estrellaba con sus caderas.
De pronto lo sentí crispar sus dedos en la carne de mi nalgas y empezó a rugir como un león, entonces empezamos a embestirnos furiosamente al mismo tiempo, enseguida gritando de placer sentí que me corría sin llegar a tocarme con chorros interminables que caían sobre el fregadero y el piso de la cocina casi al mismo tiempo que después de una estocada larga y profunda lo sentí venirse dentro de mi llenándome las entrañas con su esperma caliente y abundante.
Extenuado y satisfecho él me abrazo por detrás y besándome tiernamente en el cuello me saco su verga todavía goteando de esperma, un poco encalambrado baje mi pierna del fregadero mientras chorritos de esperma me empezaron a salir entre las nalgas corriéndome por los muslos cayendo al suelo.
Agarrando mi mano me condujo a su baño y llenando el jacuzzi con agua tibia me propuso que nos metiéramos juntos en ella, tan pronto nos metimos por primera vez pude detallar su bello cuerpo que para su edad estaba en muy buena forma, delicadamente me puse enseguida a lavarle su cuerpo con una esponja, concentrándome mas tiempo en su pene que lo tenia un poco flácido pero seguía teniendo un buen tamaño, el después hizo lo mismo conmigo.
Al final me pidió que me diera la vuelta porque quería también lavarme las nalgas, obedientemente me coloque en cuatro y con el agua apenas cubriéndome los glúteos le deje hacer lo que él quisiera conmigo, arrodillado detrás de mí él volvió a acariciar y besar mis nalgas confesando que las tenia irresistibles, tan duras y paradas que no podía dejar de tocármelas.
Entonces le confesé que de las partes mi cuerpo, mis nalgas eran la zona más erógena al tacto después de mi pene, después continuo acariciando también mi espalda dándome besos suaves y cortos hasta llegar a mi cuello, deseando sentir su cuerpo yo también me puse de rodillas, entonces él me abrazo tiernamente por detrás notando enseguida su verga parada entre mis nalgas y piernas, correspondiéndole a sus caricias alargue mis brazos hacia atrás y le acaricie su cadera y nalgas y por primera vez en mi vida desee besar a otro hombre.
Sin esperar un segundo volteé la cabeza y unimos nuestros labios en un beso largo y tierno sintiéndonos atraídos mutuamente, deseando entonces sentirlo dentro de mi otra vez, me incline un poco y abriendo un poco mis piernas me agarre las nalgas separándolas.
Enseguida sentí como su delicioso cetro volvió a pasar el umbral de mi esfínter y se me introducía lentamente hasta que nuestros cuerpos juntaron completamente, sintiendo dentro de mí una ternura inmensa volví a acariciarle su cadera y piernas mientras él comenzaba a sacármela y volver a metérmela con una delicadeza hasta ese momento desconocida para mí.
Entonces apoyando mis manos a cada lado del jacuzzi, me entregue a él e inclinándome mas hacia delante, empecé despacio a empujar mis nalgas contra su verga que ya se desliza con prisa dentro de mi mientras el agua a nuestro alrededor se movía agitadamente golpeándome deliciosamente las nalgas con cada embestida de él.
Con ternura me acaricio mi verga y agarrándomela entre sus dedos me empezó a masturbar delicadamente hasta que me hizo venir copiosamente, entonces deseando satisfacerlo hasta enloquecerlo a él también, me puse en cuatro dentro del jacuzzi y levantado mis nalgas un poco sobre el agua lo empecé a embestir con mis nalgas una y otra vez hasta que lo oí gritar de placer que me amaba mientras se corría completamente en mis entrañas.
Cuando no separamos nos pusimos de pie y nos abrazamos besándonos apasionadamente, yo estaba lleno de ternura y amor por ese hombre, entonces le susurre al oído que lo amaba, después me convido ala ducha nos bañamos otra vez, me vestí y jurándole que volvería, me despedí de él besándolo en los labios lleno de amor por primera vez.
Al volver a mi Apto me llamo Luis preguntándome como me había ido y sin relatarle detalles del maravilloso día que había pasado, me percaté en es instante que lo que sentía por él no era amor sino devoción enfermiza por su majestuoso miembro.
Pero encantado con las experiencias sexuales alcanzadas con otros hombres, decidí continuar prostituyendo por placer mas no por dinero.
Esta historia continuara ......