El amor es para tontas lV

Duramos un año. Le obsequie mi vida. Eramos de las parejas que siempre tienen un tema de discusion pero prefieren arreglarlo a besos. Un amor unico y artistico. Ella tocaba el piano y yo la tocaba a ella.

Este capitulo será narrado desde la perspectiva de Kim cuando era joven para darle más coherencia a las cosas que sucedieron y están por suceder e.e

Gracias otra vez

KIM (Cuando tenia 19 años)

Óscar invitó a Dalia a salir otra vez. Ésta vez yo no estaría en medio de ellos como solía ser. Hablarían acerca de sus sentimientos sin pedirme permiso ni consejos. Estaba acostumbrada a ir a todas sus citas porque Óscar temía echar a perder todo.

Dalia era mi mejor amiga desde la primaria, no iba a dejar que ese individuo, que también era mi mejor amigo, le rompiera el corazón.

Mientras ellos charlaban yo fui a dar una vuelta en la motoneta de Óscar. Le llamé a Sofia para ver si me hacía compañía.

  • Bueno?.- Contestó con una respiración agitada.

  • Hola, ¿Sofia? ¿Eres tu?.- Se escuchaban sonidos raros y respiraciones aceleradas.-¿ Estás bien?

-¿Eres Kim?.- Dijo mucho más acelerada.

  • Si, ¿Sucede algo?

  • No, es que...- Gimió.- Estoy....- Gimió.- Ocupada.- Gimió más duro.

Voz de un tipo: Oh, perra ¿Te gusta?

Morí de risa. Con que estaba "ocupada". Que oso.

  • Sofia, ¿Quien carajos contesta el teléfono mientras folla? Te llamo luego.- Colgué.

Era muy incómodo que haya contestado el teléfono en esa posición, bueno, en realidad no sabia en qué posición la tenían JAJAJAJA Diablos! Soy tan graciosa

Seguí dando vueltas por la ciudad, estaba aburrida. Tenía más o menos cuatro horas de haber terminado una relación y no estaba de ánimos. Pensé en ir a beber, total, Óscar y Dalia tendrían que recogerme, ebria o no. Iba directo a la cantina mas cercana pero justo en la avenida casi arrollo a una chica que se cruzo sin fijarse. Perdí el equilibrio y caí contra la acera, ella solo resbaló. Fue rápidamente a ver si estaba bien.

-¿Estas bien?- Preguntó asustada y sujetandome de los brazos para incorporarme.

  • Si, gracias.- Dije un poco dolida. Me quite el casco para respirar mejor.- Sólo me golpeé un poco.

La gente se había acercado a ver que sucedía pero seguía su camino cuando veía que se trataba de mi. Jajajaja. Bueno, no.

La chica me ayudó a sentarme mientras buscaba la herida que me fatigaba.

La vi muy bien. Era de piel blanca y sus ojos eran miel verdosos. Toda un lindura. Tal vez me aproveche de esto para coquetearle.

No fue una herida grande, de hecho no fue un accidente grave. Bueno, metafóricamente si fue el accidente mas grave de mi vida, conocerla.

-¿Como te llamas?.- Pregunte al verla sin saber qué hacer.

  • Regina ¿Y tu?

  • Kimberly. Mucho gusto.- Le di la mano

  • Pudiste haberme matado y no sabría tu nombre.- Dijo sonriendo.

  • Pudiste haberte fijado por donde ibas y no sabría el tuyo.

Ambas reímos.

Sé que es patético pero esta chica me daba una especie de cosquilleo en el estomago.

  • Perdón por no fijarme, estaba pensando cosas.

  • ¿Pensabas cómo suicidarte y echarle la culpa a una conductora inocente?

  • Casi le atinas.

-¿ A donde ibas, Regina?

  • Al metro. ¿Y tu?

  • A beber alcohol.

  • Supongo que tu eras la que quería matarse.

  • Tal vez, ¿No quieres morir conmigo?

  • Lo siento, no tomo.

  • Lo siento por ti.

Estuvimos platicando un buen rato, cosa que no sucede con las personas que casi te atropellan o casi te dan un pase a prisión. Supongo que la química de las personas establece los vínculos con el destino para que eso suceda.

Mi celular sonó, Óscar y Dalia me estaban esperando.

-Oye, tengo que irme, mis amigos me esperan en el zócalo, ¿No quieres un aventon al metro?.- Le dije entusiasmada.

  • Lo siento, no me gustan las motos- Me desilucione un poco, sabía que tenía que despedirme de ella entonces, pero de repente me vio sonriente.- Aunque... Tengo prisa. ¿Podrias hacerme el favor?

Le Sonreí de vuelta y le di mi casco.

  • Te prometo que vas a estar bien.- Subió un poco nerviosa y se aferro a mi con mucha fuerza, sentía sus manos presionandome fuerte.

  • Por favor, ve despacio, amo mi vida.

Me dio muchísima ternura. Emprendimos hacia el zócalo. Ahí estaban Óscar y Dalia ¡Tomados de la mano! ¡WTF!

O sea? Llegue y los mire sorprendidos. Ellos también, por un momento olvide que traia a Regina.

Me baje y los abraze fuertemente.

-¿Entonces ya es oficial?.- Grite emocionada.

  • Si. Por fin me dijo que si.- Dijo Óscar felizmente y besó a Dalia.

Yo moría de dulzura, siempre me los había imaginado juntos desde que los presente. Me hacían feliz. Dalia me alzo una ceja, sabia a que se refería.

  • Oh, cierto. Ella es Regina. Y ellos son mis amigos Óscar y Dalia.

-Hola.- Dijo tímidamente y los saludo de beso.

  • Mucho gusto.- Dijeron.

-¿Y...?. - Siguió Dal, curiosa.

  • Casi la atropello.

-¿ Qué?.- Dijo Óscar sorprendido.- ¿Fuiste a beber? A ver, Soplame.

-Estaba a punto, tranquilo.

  • Todo fue mi culpa, no me fije por donde iba, lo siento.

  • Descuida, Reg. Son cosas que suelen pasar.

  • Pues yo creí que era tu nueva conquista.- Dijo Dalia riendo.

La mire con cara de "Muere" y me sonroje. Ellos rieron y Regina se sonrojó también. Nos reimos tímidamente y Óscar fue con Dal por un helado. Tan lindos ellos dejandome sola con una linda chica.

  • Bueno, tengo que irme.- Dijo por fin.

  • De acuerdo.- Nos despedimos de beso y vi como se alejaba.

Algo por dentro me decía que le preguntara algo que me diera indicios de su paradero. Su numero, su dirección, su escuela. Ni siquiera sabia su edad. No podía ser una cobarde, no ahora. Era una chica linda pero ¿Y si no le iban las chicas? No podía arriesgarme a otra decepción pero ¿y qué? Una herida más no me va a matar. Reaccione rápidamente y fui tras ella.

  • Oye...- toque su hombro- ¿Crees que podamos vernos otra vez?

Ella volteo y me miro fijamente pero después sonrió.

  • Claro.

  • El 20 de Junio es el concierto de mi banda favorita en el foro Alicia. Empieza a las 3. Te espero a un costado de la taquilla.

  • Ahi estare.- La abraze. Sé que suena demasiado precipitado pero alguna vez alguien me dijo que dejar correr el tiempo es perder otro minuto de historia.

Solo vi como ingreso al anden, pero volteo a verme, y me sonrió. Eso me lo dijo todo.

Óscar, Dalia y yo estuvimos emanando felicidad todo el resto del mes y parte de Junio. Por fin llego el día del concierto. Ese día nos dimos nuestro primer beso.

Regina fue el amor de mi vida. Se convirtió en mi mejor amiga y mi gran prioridad.

Era un año menor que yo. Y era una artista en potencia y amante de los animales. Estudiaba Relaciones Internacionales en la misma universidad que yo. Jamás la había visto. Tal vez porque ella era de nuevo ingreso.

Duramos un año. Le obsequie mi vida. Eramos de las parejas que siempre tienen un tema de discusion pero prefieren arreglarlo a besos. Un amor unico y artistico. Ella tocaba el piano y yo la tocaba a ella. Pero como todo amor autentico, tenia que agotarse el tiempo. Sus papás no estaban de acuerdo en nuestra relación. Tres veces se escapó a mi departamento y tres veces sus padres la encontraron. Su papá me amenazó de muerte. Idiota. Su religión iba en contra de las parejas integradas por chicas. Según él, yo debia de tener una suite presidencial en el infierno por pecadora. A pesar de todo eso, Regina y yo seguíamos amándonos. Hasta que un día no supe mas de ella. Me evitaba, dejo de ir a la universidad, se cambio de casa. Una catástrofe.

Me llegó una carta cuando yo estaba decidida a buscarla sin importar nada.

Se casaría la siguiente semana con el hijo de uno de los amigos de su padre.

Ahora entiendo todo. Después de mi vida divirtiéndome con las chicas, follando, bebiendo y jugando a amarlas tenia que llegarme la indicada pero nunca pense que doleria de esa forma. Mucho menos cuando al año por casualidad la encontre en un centro comercial, con su esposo y un embarazo avanzado. Su mirada pidiéndome perdón pero desconociendome por completo. Jamás en mi vida habia llorado tanto. Tome, tome como si de una puta vez quisiera acabar con mi hígado y termine en la cama de un amigo de la universidad. Rota.

Mi hijo Fernando nació a los 9 meses. Y Adilene llego un año después cuando volví a buscar refugio en ese mismo tipo. Él falleció al año siguiente, víctima de un asalto. No supe nada más de Regina, salvo que iba por su segundo embarazo. En el fondo me dolía pero como la adulta y madre que era tenia que entender que cada quien había fabricado su propia vida.

Consegui trabajo en la universidad como catedratica. Me mude a la casa de Óscar y Dalia quienes tambien habian tenido una niña. Mi vida iba fenomenal. Tuve otras aventuras pero ya nadie podia tocarme como Regina.

Un día Óscar me dió noticias de ella. Se habia presentado en el MP, mientras el trataba un caso -era abogado- , denunciando que habian robado a su bebé. Se veía destrozada, me dijo. Me sentí mal. Me dolía, todavía me dolía todo lo que le pasaba pero ya no podía hacer nada. Nunca más supe de ella. Ni hubo rastros de la bebé quien por desgracia quedo impune el caso. Y ella se habia mudado del pais. Fue lo ultimo.

Jamás volvi a saber de ella.

La extraño. Pensé mientras llevaba a mi hija Adilene a la escuela. Ella tambien estaba pensativa. Qué cosas tendrá esta niña es su cabeza, me pregunte. Paramos en el semaforo, y le pregunte qué quería de desayunar. Se veia perdida... ¿Sería correcto preguntarle qué es lo que tiene?

El semaforo cambio a verde y continue la marcha pero un golpe me hizo detenerla. ¡EN LA MADRE!

Me baje corriendo a auxiliar a la chica. Cuando la volteé quede impactada...

¡¿REGINA?!

[…]

  • Óscar, te juro que la chica se parece a Regina. No estoy ebria, no alucinó, nada. Creeme.- Le dije convencida.

  • Es imposible, Kim.- Me dijo incrédulo.- La niña desapareció hace más de 15 años. Se realista, podría estar muerta.

  • Juraría que es el retrato vivo de Regina. Tienes que verla. Tienes que darme la razón y asegurarme que no me he vuelto loca.

  • Kim, tienes que declarar acerca del accidente no intentar averiguar los origenes de esa chica.

  • Óscar... Conocela. Y si me dices que tu no ves a Regina en ese rostro, regreso a la clínica de rehabilitación.

  • ¿De qué hablas, Kim? Tu nunca has estado en una clínica de rehabilitación.

  • Bueno, me meto a una pero Óscar, en serio.

  • Esta bien, Kim. Terminando este desmadre me llevas con la chica.

Sonreí.

Ingresamos con el licenciado a declarar, Miranda dijo que ella era la culpable por lo cual me quitaron los cargos pero me comprometi a pagar los gastos médicos.

  • ¿Sabe donde vive la chica, agente?

  • Sus padres murieron y ella viene de Michoacán. Al parecer esta perdida, no ha dado razones por las cuales llego a la capital.

  • Licenciado, quiero hacerme cargo de ella hasta que se recupere.

  • Señora Sanchez, usted no puede hacer eso. La chica tiene que estar en un albergue hasta que se sepa del paradero de algún familiar que la reclame.

  • Si, pero los albergues están llenos y además ella tiene que mejorarse de la fractura.

  • En eso tiene razón pero no podemos hacer eso.

  • Yo me encargo de esto, Kim.- Dijo Óscar. Estuvo dos horas argumentando el por qué seria mejor que ella permaneciera bajo mis cuidados y cómo podríamos hacer para encontrar a algún familiar aparte de que nos hicieron una especie de test para comprobar que teníamos posición económica suficiente para sostenerla. Finalmente nos dieron la razón, después de que solté dinero para agilizar el tramite, ella estaría de alta al día siguiente.

Adilene declaró en calidad de testigo y le comentamos que la chica se quedaría en nuestra casa algunas semanas. Se notaba en desacuerdo pero nunca refutaba en mi contra.

Óscar y yo fuimos a recoger a Miranda al hospital.

La primera vez que Óscar la vio quedo tan impresionado como yo.

  • No es necesaria la clínica, cierto?.- le susurré al oído. Él me miro sorprendido.

  • No puede ser. Pero, Kim, tranquila. No sabemos si ella es hija de Regina, en concreto.

  • Esos ojos yo los conocería en cualquier rostro.- Le grite.

  • Pero no es prueba suficiente.

  • El punto es que ella vivira con nosotros mientras hallamos a Regina.

Miranda se instaló en nuestra casa feliz. Le compre ropa, accesorios y note que se empezaba a llevar bien con Adilene. Le dije a las chicas que la llevaran a pasear, por un momento olvide que Miranda tendria que usar bastón, pero se me olvidó y aun adsí las deje que se la llevaran a Chapultepec. Pobres. Debieron de haber lidiado mucho con ella. Ni modo. Mi mamá siempre me dijo que seria una mala madre. Ahora entendía por qué Jajaja.

Las semanas siguientes Miranda se había ganado todo mi cariño, adoraba verla sonreír, me recordaba a Regina. Me hacia querer más a mi Regina. Era demasiada coincidencia. Yo, atropellando a Miranda. Quien diablos se imaginaría que 19 años atrás también conocí a su madre de manera similar. El mundo está lleno de casualidades, no sé por qué razón a mi me suceden las más raras y "chocantes"

  • ¿Cuanto demoraremos en encontrar a Regina, Óscar?

  • Ya estoy en su búsqueda. Mas o menos tardaría uno o dos meses mas, mientras investigo en qué puede estar trabajando, dónde tramito su visa y cuanto lleva fuera del país y si hay registros de que ha venido.

  • Perfecto. Te confieso, tengo miedo.

-¿ De volver a verla?

  • ¿Todavia la amas?

  • No existe "todavía" en el amor o amas o dejas de amar. Y creo que la amo.

  • Eres una romántica deprimente.

  • No sé qué hare.

  • Apenas lleva dos semanas la niña en casa ¿Ya te encariñaste, no?

  • Es un amor de persona, Os. Apuesto que tu también te has encariñado.

  • Admito que un poco pero he visto que Josa ha estado celosa.

  • Si, ella y Adilene se llevan perfecto. Así me ponía celosa de Dalia con sus otra amigas cagadas.

  • Todas igual que sus madres.

  • ¿Crees que se... Gusten?

  • Pues Adilene apuñala a Fernando cada que éste la mira o le invita cosas y demás.

El comentario de Óscar me había hecho pensar. Es cierto, Adilene y Miranda tenian algo en comun. Algo que las unia tanto, no sé qué sea pero mi hija siempre habia sido timida y hasta ese momento, en la tienda, habia construido un lazo fuerte con Miranda.

¿Será posible?

Nah. No creo. Seria demasiado... Bueno, por sí las dudas, me asegurare que Fernando deje de coquetearle a su cuñada. JAJAJA estoy demente. ¿Como puedo creer eso?

  • Óscar, ¿Crees pueda haber algo entre Adilene y Miranda?

  • No lo sé, pero el amor puede vivir en la genética.

Su comentario me dio miedo. Tengo que ponerle más atencion a las chicas... Y encontrar a Regina.