El amor es para tontas. FINAL DE REMATE

El verdadero final :)

La compensación por todo, la historia dio un giro repentino. Espero que les agrade, el final lo dejo a su criterio. Gracias

DESDE LA PERSPECTIVA DEL REENCUENTRO

ADILENE

Frida y yo nos dirigimos al Starbucks. Había muchísima gente, pues debido a la temporada, el frio congelaba los traseros.

-Adi, deja voy a tirar mi  basura, vuelvo en seguida- Dijo Frida y se alejó directo a un cesto.

Saqué mi celular para avisarle a Fernando que había traído a Emiliano conmigo cuando, de repente, una voz española me sorprendió.

  • Hey, ¿Tú eres la escritora mexicana, cierto?

  • ¿Disculpa?

  • Hey, amiga. Soy la poeta española, nos conocimos hace algunos años en Madrid ¿No me recuerdas?

  • Oh, cierto… eres…- la novia de Miranda, pensé- ¿La de la editorial española, no?- Dije con cierta sorpresa, pero más sorprendida de encontrármela aquí, en México, ¿qué coños hace aquí? ¿Dónde está Miranda? Mi corazón empezó a encogerse de puro miedo, tenía un presentimiento muy grande.

  • Soy Loreto Pérez- Concretó.

MIRANDA

Loreto me ofreció un café. Caminamos hasta el Starbucks. Le dije que ella se adelantara mientras respondía la llamada de mamá. Cuando colgué, me acerque a Loreto quien estaba entretenida hablando con una mujer… esa mujer, demonios, se me hace conocida. Mi corazón empezó a latir más rápido, sólo había sentido esto con una persona, y esa persona era…

-¡¿Adilene?!- Grite sorprendida cuando logre descubrir a quién le pertenecían esos ojos que jamás olvidaría en toda mi vida.

-¡Miranda!- Respondió con más sorpresa de la que había mostrado. Fue un impacto muy grande para ambas.

  • Oh, vaya. ¿Ustedes se conocen?- Dijo Loreto confundida ante nuestras reacciones.

-¡¿Miranda?!- Gritó otra mujer que llegó y se sujetó del brazo de Adi.

  • ¿Frida?- Alcancé a decir después de descifrar esa mirada también.

  • Diablos, chicas ¿Qué sucede aquí?- Dijo Loreto.

ADILENE

Esa sensación retrógrada de ver a esa persona que te dobla las rodillas, que puede romperte las paredes del mundo con una sonrisa, que te da ganas de desprenderte de todo… No sé cómo explicar esto, como se sentía ver a Miranda después de tanto tiempo y cómo se mezclaba ese sentimiento de verla con su “novia” la rubia poeta esa de España. Tomé la mano de Frida por instinto. Quería largarme, habían pasado tantos años…

-Loreto, ¿Conoces a Adilene?- Preguntó Miranda

  • Si, cariño. Es la escritora de la que te hablé hace tiempo.- Expresó la rubia.

  • ¿Cariño?- Dije en voz baja, rota.

  • Loreto… ella es…- Pausó unos segundos y después bajó la mirada. Examinaba la mano de Frida sobre la mía.

  • Soy una descortés, Señorita Adilene. Ella es Miranda, pero por lo visto creo que ya se conocen.

  • Si, ya tenemos ese placer de conocernos- Dije todavía intentando comprender qué chingados pasaba

-¿Y usted quién es, señorita?- Preguntó Loreto.

  • Soy Frida. Un placer ¿Y tú eres…?

  • Loreto. El placer es mío- le extendió la mano- Vaya, tías. Os habéis quedado mudas. Creí que charlarían más

  • Loreto, yo…- Interrumpió Miranda y le susurró algo a Loreto, ella maquillando su sorpresa mantuvo su postura.

Se generó un silencio breve, tal vez, aun no asimilábamos que estábamos en esa situación. Yo moría por abrazarla pero conserve la calma, ella se notaba en las mismas circunstancias. Si que habíamos madurado.

  • Adi, ¿quieres que ordene tu café?- dijo Frida susurrando, sabía el tamaño del impacto que había causado ver a Miranda otra vez.

  • Por favor.

  • Supongo que este par tiene una conversación pendiente. Frida, ¿Me permites acompañarte a ordenar?

  • Claro, no hay ningún problema.

  • Volvemos en seguida, ¿Por qué no van y apartan una mesa para tener una charla más dulce? Las noto un poco impactadas, chicas.

  • Todo está bien, ¿no?- susurró Frida en mi oído, asentí y se dirigió a ordenar con Loreto. Conduje a Miranda a una mesa vacía y tomamos asiento frente a frente, ella no decía nada, sólo me miraba. Rayos, había extrañado tanto esa mirada en mis ojos.

MIRANDA

-Bien, ¿Y cómo has estado?- Preguntó rompiendo el silencio.

  • Feliz de volver a México ¿y tú?

-Feliz de vivir aquí.

  • Si…- Se había formado un silencio que, tal vez, podría ser muy incómodo, o muy tenso, para este tipo de reencuentros.

-¿Y por qué volviste? Digo, ¿Por qué estás aquí?

  • Mi abuelo falleció.

-Lo siento mucho- Volvió a formarse otro silencio.

  • ¿Qué has hecho de tu vida?- Intenté rescatar la conversación.

-Terminé la carrera, escribí tres libros pero por ahora sólo me dedico a trabajar para una editorial ¿qué tal tú?

  • Tengo dos licenciaturas y un doctorado.

  • Vaya, es fantástico.

-Algo. Me ocupé de la universidad, y tu… amm?- Callé de repente, no podía preguntarle si salía con Frida, no era de mi incumbencia. Su relación se veía a simple vista, la química entre ambas, me moría de celos, sólo quería escaparme.

  • ¿Yo...?- alzó una ceja

-No lo sé.

.Parecía que no éramos nada. No había tema fluido, éramos un montón de nervios, de dudas. No estábamos aquí. Sentía que me iba a desmayar. Me costó demasiado trabajo ocultar todo, pero lo hice.

ADILENE

-Hey, tías. Hemos traído el café ¿qué tal todo?- Dijo Loreto detrás de nosotras.

  • Bien. Gracias.

-¿Se quedarán mucho tiempo?- Preguntó Frida sentándose a mi lado.

-Nos iremos en tres días, después de la lectura del testamento de mi abuelo.

  • ¿Cómo? ¿Tu abuelo falleció?

  • Si…

-Lo siento.

-Gracias

  • ¿Y cuánto llevan de relación?- Preguntó Frida incómodamente. Loreto soltó una carcajada estruendosa.

  • No, qué va, somos mejores amigas.

¡¿MEJORES AMIGAS?! ¡¿EN SERIO?! Dios, soy una tonta. ¿Cómo pude creer que eran pareja? Hace 5 años podría haber sabido esto y no hubiera dejado ir tan cobardemente a Miranda pero mis impulsos me ganaron, la perdí, pero puedo recuperarla. Mírala, Adilene. Es hermosa. ¿Cómo pude dejarla ir tan fácilmente? El café se me atoró en la garganta.

-¿Y ustedes cuanto llevan de relación?-Preguntó Miranda seriamente yo casi escupo el sorbo de café en serio.

  • Oh, nosotras no…- Sonó mi móvil- Disculpen, es mi sobrino. ¿Emiliano? ¿Qué pasa, mi amor?

  • Tía, ¿están en el Starbucks?

  • Si ¿Por?

  • Invite a un amigo por un café, ¿Dónde están? No las veo.

  • Estamos en las mesitas de adentro, ¿seguro que es un amigo?

  • Jajajajaja calla, tía. Ahorita las encontramos, te amo- Colgó.

Minutos después él llegó acompañado de un chico, más o menos de su misma edad, muy guapo, por cierto. Creo que es su nueva conquista, este galán no pierde el tiempo. La pregunta que Miranda nos hizo se omitió

-¿Imanol?- Dijo Miranda al divisar al chico.

  • Hola, tía.

  • Creo que si se conocen- Le dijo Emiliano al chico.

  • Emi, ven, mi amor. Siéntate.

MIRANDA

-¿Él es el hijo de Fernando?

  • Así es. Supongo que él es hijo de Andrés, ¿no?

-Sí, es Imanol.

  • Mucho gusto- Dijo Imanol saludándolas.

  • Vaya, este día sí que ha dado mucho de qué hablar- Comentó Loreto riendo.

Los chicos tomaron asiento, casualmente se habían conocido después de haber chocado en la pista de hielo ¿Es en serio? Oh, dios. Aquí vamos de nuevo.

Ellos tenían cierta química, pude notarlo. Adilene se llevaba excelente con su sobrino, tal como Imanol y yo. Ellos tenían la misma edad, 16 años, casi la misma edad en que Adilene y yo nos conocimos. Me recordaban a Adi y a mí. Mientras la charla surgía, Frida recibió una llamada y tuvo que retirarse. Adilene se ofreció a llevarla pero ella se negó, así que nos quedamos platicando un rato más. Note a Adi extraña, yo no me quedaba atrás, pues todavía no me caía el veinte de que estaba frente a ella, no contaba con que volvería a verla y sobretodo, con Frida, estaba deshecha. Y vaya, ella ya no era la chica soñadora de 17 años que vi por última vez en el aeropuerto, ahora era una mujer de 36 años… ¡19 AÑOS SIN SABER DE ELLA, POR DIOS!

ADILENE

Eran casi las 9 de la noche.

Loreto nos había propuesto ir a caminar, mientras nosotras hablábamos de poetas y escritores, Miranda comía un pay de manzana aparte, estaba muy distante, yo moría por hablarle pero algo me sujetaba para no hacerlo ¿así se supone que reaccionas cuando vuelves a ver al amor de tu vida o es que yo soy demasiado idiota para no darle ese toque de pasión? ¿Qué sucede? Es complicado… los chicos platicaban sobre su vida, intereses, etcétera. El teléfono de Miranda sonó:

-Sí, mamá. Llegamos en seguida. Te amo, bye.- Colgó- Creo que es hora de irnos.

  • Oh, está bien- Dijo Loreto- ¿Quieren que los llevemos a casa?

-No, gracias. Mi auto está en el estacionamiento de Bellas Artes.

  • Genial, igual el mío.

-Sí quieren pueden esperarnos aquí en lo que vamos por los autos- Dijo Emiliano y se fue con Loreto e Imanol. Volvimos a quedarnos solas. Volvió a generarse otro silencio ¿era en serio? ¿Qué le pasaba al pinche mundo?

  • Cuéntame, ¿Qué ha pasado con los demás?- Preguntó ella rompiendo el silencio.

  • Josajandy se casó con el baterista de una banda, está embarazada y vive en Monterrey. Óscar y dalia están en un crucero y regresaran en 3 meses. Fernando es fotógrafo y trabaja junto a mi tío Esaú en una compañía de modelaje, están en una sesión para un certamen, donde la querida Karime es modelo, sabes. Mamá sigue dando clases en la universidad y pues… esa es la interesante vida de todos ¿Qué tal la tuya?

  • Mamá y papá siguen trabajando en lo mismo, Andrés fue obligado a estudiar arquitectura como papá. Solo eso.

-Vaya, a tu papá le gusta ser un entrometido en la vida de otros- Dije bajando la mirada. Emiliano pitó el claxon así que me despedí de Miranda

  • Fue agradable verte de nuevo- le dije intentando disimular el torbellino de emociones

-Opino lo mismo- Me abrazó amenamente, con ganas, con ternura.

  • Un gusto volver a verte, Adilene. A ver si podemos salir mañana a echarle un vistazo a tu ciudad, Frida me ha dado su móvil, espero que no te moleste si la incluyo- Gritó Loreto desde el auto

  • Me parece una buena idea- respondí- Mañana nos vemos.

KIM

-¿En serio? ¿Y qué le dijeron?- Pregunte aun sorprendida por la noticia.

  • No sé, yo conocí a su sobrino en la pista de hielo, abue. Es muy guapo y cuando sonríe se le forman dos comillas en los costados de los labios…- Dijo Emiliano casi volando.

-Si, mamá- Interrumpió Adilene- Ella sigue teniendo los ojos más bonitos y la cara más linda y sabes, el hoyuelo en su cara sigue perfecto…

  • Dios, están siendo demasiado cursis, par de ridículos- Dije riendo

  • Mamá K, usted sabe lo qué se siente- Objetó Emiliano.

  • Si, pero yo no he sido tan insoportablemente cursi.- Reí- Adilene, ¿Qué sientes tú?

Ella guardó un poco de silencio, meditó su respuesta.

-¿Crees que ella te siga queriendo?

-Por supuesto que la sigue queriendo, se la comió con la mirada.

-¿Y sí no?- Sentenció ella.

MIRANDA

-Joder, tía. Qué drama que habéis encontrado a tu musa a pocas horas de arribar a la ciudad- Comentó Loreto desde el asiento del piloto.

  • Nunca imaginé que esa mujer fuese Adilene, tía. Mucho menos que ese bombón fuese su sobrino. De verdad que esta vez el destino me ha sorprendido demasiado- Comentó Imanol

-¿Todavía la queréis, cierto?

Volteé a ver al cristal y lance un suspiro revelador. Siempre la he querido.

-Si- Esbocé, pero era difícil- Pero se ve feliz con Frida, ¿sabes?

-¿Cómo sabes que es su pareja si no se han besado en toda la tarde?

-¿Qué no es obvio? Estaba yo, ¿Cómo iba a hacerlo? Ella siempre la pretendió, no me sorprendería que fuesen pareja.

-No, tía. No creo que sean pareja, Emiliano me dijo que su tía estaba con una amiga.

-Si, tía, joder. ¿Por qué no lucháis por ella, cariño?

  • Pero Frida es su pretendiente eterna, yo sé que ahí hay algo

-Pero ella te quiere a ti- Remató Imanol.

Yo no sabía sí ella me seguía queriendo, Frida y ella son algo, lo sé, lo intuyó y de tan solo pensarlo me quiebro, pero ¿y sí tienen razón?

Llegamos a casa, la misa del abuelo seguía en pie, el sepulcro sería en dos días debido a su religión y la casa estaba hecha un desastre. Respiraba melancolía por todas partes, era sumamente triste la escena, mamá seguía llorando y lo entendíamos pero a mí en lo personal, nunca me han gustado los velorios, prefería guardarme la tristeza y llorarla en un lugar donde se sintiera menos exigente. Subí a mi habitación y Loreto fue tras de mí.

-Cariño, ¿de verdad no te incomoda que mañana salgamos con Adilene y Frida? - Preguntó- quede de intercambiar un par de prólogos con Adilene y de mostrarle un poemario a Frida.

-No hay ningún problema- Intenté disimular. No quería ser la aguafiestas, a pesar de que me dolía verlas juntas.

-Además, Imanol está fascinado con Emiliano. Podemos hacer que se conozcan un poco más- Sonreí a medias

  • Me parece buena idea

  • Genial, deja le mando un texto a Frida pero hey, tía ¿Cómo te sientes al respecto?

  • Eres mi mejor amiga, Loreto. Sabes la historia de pies a cabeza ¿Cómo te sentirías tú?

-Me he impresionado como si fuera de mi propia carne. Imagínate

  • No sé qué hacer, amiga…

  • Joder, no la dejes ir - Me tomó de los hombros

  • Te he visto desarmada todo este tiempo, metida en libros de 7am a 11pm, vagando como si tú no tuvieses derecho a ser feliz. Estás acomplejada, arraigada a las normas, te interesó más colgar un título universitario en la sala de tu casa que un poco de amor a ese corazón casi arruinado. No lo sé, cariño, en tu posición, yo si iría por ella- Sus palabras a estas alturas me habían sacado tremendas lágrimas. Me abrazó con mucha fuerza- Tenéis que luchar por tu felicidad al menos una vez en la vida.

-Loreto… pero ¿Y sí son pareja y solo me interpongo?

  • ¿y sí no y sólo la pierdes?

  • Es complicado, la sigo queriendo como nunca, mierda.- Llore con más furia.

-¿qué sucede aquí, cariño?- Dijo mamá interrumpiendo y acercándose preocupada al ver mis lágrimas.

  • Mamá…- Limpie mis ojos- He vuelto a verla.

ADILENE

-       ¡JURAMELO POR TU VIDA,  ADILENE!- Gritó Josa desde la bocina contraria

-       En serio, volvió. Su abuelo falleció ayer y tuvo que volver a México, sabes, tuvimos que volver a vernos.

-       Es neta, amiga. Yo sabía que estaban hechas la una para la otra, es que sólo echa un vistazo y date cuenta de cómo todo el mundo se acomoda para tomarte por sorpresa.

-       Lo sé, Josa, se me ha encogido el corazón de tan solo verla otra vez

-       Caray, qué cosas suceden mientras yo estoy lejos ¿qué vas a hacer, Adi? No puedes dejarla ir, cierto.

-       No sé, Josa ¿Y sí ella ya no me quiere?

-       Has dicho que no está comprometida, ¿cierto? ¿Y sí todo este tiempo ha estado esperándote?

-       ¿Cuántas posibilidades hay? Ella se va en tres días.

-       En esos tres días puede haber un terremoto que destruya una ciudad completa o puede caer una tormenta que inunde un continente, o sea, el mundo puede colapsarse en tres días o sujetarse, así que tú decides- suspiré- Mi amor, escucha: Has estado años de tu vida escribiendo sobre ella y dices que no, has bebido por ella y también lo niegas, te la pasas follando con cualquiera solo para anestesiarte de su recuerdo ¿me vas a decir que no valdría la pena arriesgar el trasero una vez más? ¿Dónde carajos está mi mejor amiga, esa que no le importó nada desde que se enamoró por primera vez?- ella escuchó mis lágrimas caer.

-       No sé cómo hacerlo.

-       Siempre has sabido qué hacer, solo necesitas valor.

-       La quiero como nunca, Josa.

-       ¿entonces?

-       No sé, tengo que verla de nue…- En ese momento recibí otra llamada- Oye, aguarda un segundo, Frida me está llamando.

-       Uh, bueno, está bien, amor. Tengo que salir con mi marido. Me llamas mañana para saber cómo va todo, ¿sí? Te amo- Colgó, respondí la otra llamada.

-       ¿Hola?

-       Hola Adi… Loreto me dijo que si salíamos mañana ¿puedes?

-       De acuerdo.

-       Bueno, oye…-pausó- ¿Cómo estás?

-       ¿A qué te refieres?

-       Ya sabes, ella.

-       Frida… Yo…

-       Escúchame, Adi, sólo escúchame un poco, no quiero sonar dramática, ni mucho menos intensa pero…- suspiró—Somos una mujeres adultas, he estado cerca de 10 años, incluso más, intentando enamorarte y estoy consciente de que no puedo interferir en ese corazón que esta derribado por una chica mas ¿entiendes? Sí tu eres feliz yo lo soy. Ella ha vuelto, después de años… Me odio por decirte esto pero… No la dejes ir, por favor. Paso por ti mañana a las 6 ¿sí?- Colgó. Su llamada me dejo sin palabras.

Medite toda la noche, ella ha vuelto, por dios. Tal vez, esta vez si valga la pena.

FRIDA

Me metí a la bañera un rato, estaba hundida en ella acariciando mis dedos de los pies entre ellos, las lágrimas bajaban por mis mejillas hasta perderse en mi pecho. Me veía en el espejo ¿por qué ella no me quiso? La nostalgia inundó mi alma, es que me siento un cúmulo de escombros… aquel día, cuando la vi en tercer grado, cuando llegó con su madre en una bicicleta y su madre casi se estrella contra la banqueta y ella se espantó mucho, ahí me dio ternura, después vi que íbamos en el mismo salón y yo no dejaba de mirarla. Era una niña bonita y agradable. Me odio por haberme fijado en ella y es que odio más el ritmo de la vida que se empeña en joderme, con el tiempo llegue incluso a aceptar que ella sería un platónico indiscutible y cuando uní valor para decirle lo que sentía, consciente de  soportar el rechazo, me entero que le gustan las chicas y viéndole esperanza por fin a todo, llega otra chica y le roba el corazón ¿Te ha pasado? ¿Te ha pasado que el mundo decide darte una oportunidad pero después te la retira porque quizás es una mala idea? no sé, qué cosas. Tal vez el amor no es para todos.

Suspiré y me empeñe en convencerme.

Sí no me quiere, no y punto.

Me sumergí en las burbujas y cerré los ojos. Cuando Adilene estuvo aquí, conmigo, y me hizo suya, se quedó ese sabor de sus labios, aun siento sus dedos sobando mis pezones y  las penas de mi corazón, besándome como si me quisiera como mujer y hasta me veo tonta, sin gracia, me ilusioné con alguien que mientras hacia el amor conmigo, bueno, follaba mejor dicho, pensaba en otra chica que vivía del otro lado del mundo.

Me estremezco en mi debate emocional, el reloj suena y son las 5 de la tarde. Salgo sin ganas de la bañera y me arreglo.

Podría intentar que Miranda y Adilene vuelvan… es eso o admitir que soy una egoísta y solo seguiré buscando mis propios intereses. Haré que ellas aprovechen el tiempo perdido. Sonreí antes de tocar su puerta:

-       ¿Lista para irnos?

ADILENE

Frida y yo íbamos calladas en el trayecto, yo iba pensando qué haría con todo esto, ¿Josa tendría razón y sí vale la pena arriesgarme otra vez? Por un lado estaba dispuesta a hacerlo pero por el otro lado observaba a Frida, era hermosa, pero mi corazón no podía corresponderle, por más que se lo exigiera. Y si lo hacía sería por lastima y el amor no se trata de eso.

-       ¿No la dejarás ir, cierto?- Dijo inesperadamente.

-       Frida… yo…

-       No, Adi. Descuida.

-       Quisiera poder encontrar a la persona que te haga feliz, yo no pude, y me alegra que hasta ahora no hayas esperado nada de mí, Frida. Eres una buena amiga.

-       No me digas nada, Adilene. Por favor. No hay que entorpecer las cosas.- Batió una lagrima de su mejilla.

-       Te voy a querer siempre, pase lo que pase.

-       Yo también.

Llegamos al colegio de Emiliano y nos dirigimos al punto de reunión. Tomamos las cosas con naturalidad después de que él subió al auto, lo que en realidad, dolía mucho.  Ahí estaban ellos esperándonos. Ella lucía hermosa

Toda la tarde la dedicamos a pasear por distintos puntos de la ciudad, desde museos hasta el zoológico y las bellas avenidas. Emiliano e Imanol iban sumergidos el uno con el otro en sus conversaciones. Loreto y Miranda iban sujetadas del brazo mientras Frida y yo intentábamos estar lo más cerca posible. Ya estaba a punto de oscurecer, Emiliano me dijo que iría con Imanol a una tienda de ropa y que me veía más tarde. Loreto y Frida esta vez iban platicando acerca de poemas. Miranda y yo estábamos un poco más cerca.

-       -¿Por aquí fue donde Kim me atropelló, no?-Preguntó antes de llegar a la avenida.

-       Si, en esa esquina. Aquí empezó todo.

-       Adilene, yo…- Pausó, me detuve para encontrarme con su mirada. Loreto y Frida se adelantaron, volteé a verlas, Frida me miró decidida, un poco rota para ser sinceras pero después sonrió “ve por ella” susurró y se perdió con Loreto entre la multitud de gente.

-       ¿quieres que hablemos en un lugar más cómodo?

-       Me parece bien.

Fuimos al departamento de Fernando. Estaba a dos estaciones del metro, yo conservaba las llaves mientras él estaba trabajando. La invite a tomar asiento. Todavía no decíamos nada. Nos miramos algunos segundos intentando descifrarnos.

-Miranda…- Susurré.

-Yo…- Ella cedía a mis brazos ansiosos, esto fue la introducción, me acerque lentamente, podía sentir su respiración y nuestros corazones saludándose de nuevo.

-¿Me sigues queri…?- Pausé. Me abalance a sus brazos y empecé a besarla. Era un beso definitivo, decidido, arrancando todas las telarañas que se encontraban en nuestros labios, armonizando una fiesta entre nosotras y todas nuestras partes punzantes que pedían más y más.  De repente, ella me empujó bruscamente.

  • No, Adi… ¿Qué estamos haciendo? Esto está mal, no podemos hacerle esto a Frida- Gritó con arrepentimiento.

-Miranda… ¿De qué hablas? ¿Frida? ¿Frida, qué?

-¿Por qué estás aquí conmigo?- seguía gritándome histérica.

  • Yo te quiero a ti, carajos.

-Creo que ahora eres feliz con ella.

-Frida y yo no somos nada, Mírame ¿Parece que soy feliz?

-No mientas, Adilene. No me mientas- Sus ojos se humedecieron

  • Tienes razón, estoy feliz ahora porque estás aquí- Pase mi pulgar por las bolsas de sus ojos.

MIRANDA

Tomó mi rostro y empezó a besarme desenfrenadamente. Yo me derretí. Me aprehendió contra la pared.

-       Dime que no me quieres y me detengo.

-       No te quiero- Dije en medio de gemidos ligeros.

-       Mentirosa-  Susurró en mi oído suavemente. Me cargó y me condujo a la habitación,  cayó encima de mí y lentamente subió sus manos por mis muslos

No dejaba de besarme desesperadamente, se quitó la blusa con furia y se resbaló por mi cuello hasta rasgar mi blusa con sus agiles dedos, quitó el brassier y todo lo que estorbaba, en un pestañeo, y acarició mis pezones con ternura. Rasguñé su espalda con euforia, desesperada, con este estar de sentirla. Habíamos vuelto.

Me deje llevar por la pasión y rápidamente tome su lugar, la aprisione contra la cama y me subí encima de ella, encadené sus manos con las mías y moví mis caderas, se aferró a mis glúteos mientras yo trataba de tatuarme en su cuello. Rompí su brassier torpemente y ella besaba mi pecho y se deslizaba por mis curvas. Volvió a tomar el control y lentamente llevó su mano hasta el botón de mi pantalón. Ya me tenía, ya era suya.

Estábamos amándonos como nunca, en venganza de todos estos años, se escuchaba la melodía de nuestras bocas cantando victoria, gemía y se sujetaba a mi espalda, nos hacíamos nuestras. Toda parecía estar bien, hasta que mi torpe lengua tropezó con la estupidez y en medio de una lluvia de gemidos casi colapsando le dije:

-       ¿Has estado así con Frida?- Ella se detuvo y me miró confusa e incómoda.

-       ¿Qué carajos?

-       ¡Contesta! ¿Lo has hecho con ella?- Exigí muerta de celos. Ella se limitó a guardar silencio, ahí entendí todo.- DIME, ¿HAS ESTADO ASI CON ELLLA? Guardo silencio. Era incapaz de mentirme- ¡Suéltame!- Grité.

-       Miranda, soy una persona, tengo impulsos, necesidades, debilidades ¿cómo puedes juzgarme? ¡¿Quién carajos me iba a asegurar que tu volverías! ¡No seas egoísta!- Se defendió pero hasta ese punto, me había herido que ya hubiese sido de alguien más. Solté algunas lágrimas, la empuje y me senté en el suelo a orilla de la cama. Ella acarició mi cabello, yo solo me abracé. Se tocó la frente con frustración y pateó un cojín que estaba en el suelo

-       ¿No piensas decir nada? ¿solo ponerte a llorar? ¿es enserio? Vaya, que egoísta- rió irónicamente- Tenemos 36 años, ¿O qué? Se te olvidó de repente, ya no somos unas niñas, yo sí sé lo que quiero a estas alturas, eres todo lo que he querido desde aquel día- Mis lágrimas colapsaron más fuerte- ¿Neta te vas a quedar ahí? ¿sabes qué? A la mierda- Se puso el brassier y la blusa violentamente- A pesar de todo, no sabes lo qué quieres.

Se fue directo a la sala por una copa de vino.

-Te quiero a ti- Susurré cuando ya se había ido.

Me quede anclada a mis sentimientos estúpidos un rato, después procedí a vestirme e irme sin mirar atrás, ella estaba desplomada sobre el balcón, llorando.

Salí sin ganas, la lluvia estaba tenue pero no omitía la tristeza, llegue a casa desarmada y me encerré en la habitación. Primero el abuelo y luego esto. Qué días. Me quede profundamente dormida, avergonzada por mis celos… creí que Adilene era la celosa, ¿en qué me he convertido?

La sepultura del abuelo fue en la mañana. Estaba triste y por dentro era un pedestal de confusiones y sentimientos encontrados, me sentía derrumbada. Es patético. Se me hace increíble la ironía de esta máquina llamada vida que puede construir una torre de naipes en un día y al otro, solo sopla. Se me había juntado todo pero me mantenía con la mirada tibia, a pesar de no ser cercana al abuelo me dolía lo que había pasado, pero así él ya no sufriría, estaría en un lugar mejor lejos de esa enfermedad.

Todos estaban tristes. Al terminar el entierro, el abogado leyó el testamento del abuelo, él me había dejado, además de bienes materiales, una carta que estaba fechada desde hacía un mes. Cuando el notario me la entregó me fui al patio trasero a leerla con una taza de té y en completo silencio. El abuelo escribió:

“Querida Miranda:

El día que desapareciste tu mamá estaba destrozada. Solo la había visto dos veces así en toda mi vida, la primera fue unos años antes de que tú nacieras. Te contaré, ella se había enamorado de una mujer. Esta situación me volvió loco, pues mis padres me habían inculcado una religión donde me enseñaron que eso estaba mal visto por dios. Imagínate qué desastre. Yo solo quería que mi hija fuera feliz, pero esa no era la forma. Me empeñé en separar a mi hija de esa muchacha, le dije que sí no la dejaba iba a mandarla a estudiar a Japón con mi hermano. Ella no quería y me rogó qué no lo hiciera pero yo siempre la omití, incluso, una vez  le di una bofetada. Yo no entendía por qué se había aferrado a esa mujer. Eso estaba mal. Después de mis amenazas estúpidas e incoherentes, ella dejo de ver a esta muchacha y tu papá, el hijo de uno de mis amigos, se enamoró perdidamente de ella.

Yo la obligue a casarse con él.

Un día antes de la boda, Regina vino a mí y me dijo que estaba condenando su felicidad, que estaba poniendo en coma su vida por querer ser el titiritero y verla como una marioneta. Me quedé pensando en ello hasta que una semana después, mientras conducía, vi a la muchacha de la que se había enamorado mi hija, estaba tirada en una calle, toda deshecha y ebria casi sin conocimiento. Al principio dudé en ayudarla pero terminé llevándola al departamento de donde tantas veces fui a sacar a mi hija a jalones. Me di cuenta que dañé a esa muchacha y a tu madre irreparablemente, pero Regina ya se había casado cuando me di cuenta de todo y era irreversible.

Me quede frustrado mucho tiempo pues impedí que Regina fuera feliz con esa mujer, después naciste tú y ella recuperó la felicidad, volvió a nacer. Aunque ella y tu papá se veían forzados a permanecer juntos, ella era feliz porque te tenía. Hasta que sucedió aquella tragedia.

Regina dejó de comer, lloraba horas enteras y se encerraba en la habitación como sí quisiera morirse y en mi posición de padre, esto también me mataba.

El día que volviste a nuestros brazos, la vi revivir otra vez. Y pensé “así quiero ver a mi hija toda la vida” luego me entere que había vuelto a ver a aquella muchacha y me quede sorprendido, muchísimo más cuando supe que ella fue quién te había encontrado.

Cuando volví a ver a la muchacha y a mi hija con sus vidas ya hechas comprendí que de algún modo yo tenía que intervenir aquí, pues  no hubieras nacido, ni tú ni la hija de aquella muchacha, sí yo no hubiera forjado mis acciones de esa manera.

Tal vez, tu madre si era la indicada para aquella mujer pero tenías que nacer tú y eso ya no fue mi culpa, fue el destino. Lo único que quiero explicarte es que así como separe a tu madre de la muchacha quiero que tú vuelvas a encontrarte con su hija. Si, lo sé todo. Aquella noche cuando las vi entrar al baño pensé “¿Qué demonios están haciendo?” y cuando salieron me dijiste que te había ayudado con tu tirante lo cual fue un mal pretexto porque la chica tenia restos de tu labial en los labios y mis dudas se aclararon aquel día del pleito con tu papá.

Ahora que ya estoy viejo y moribundo me mantiene vivo la idea de enmendar el golpe que dejé en tu madre… cuando muera, hija, sé que volverás a México y estoy casi seguro que volverás a ver a esa chica, que debe de ser una mujer como tú, porque uno no viene a México a perder el tiempo, ya ves a tu mamá, se encontró con aquella muchacha. Si no me fallan los cálculos, sé que se merecen una segunda oportunidad como todo humano. El destino es aleatorio y si ese es el suyo, agárrenlo.

Tal vez pueda estar equivocado, esto solo es una conjetura mía pues soy un romántico sin remedio creyente del destino, pero, hija, por favor, sí la encuentras… no la dejes ir.

Te ama, tu abuelo”

Mis ojos estaban derretidos en lágrimas y un cumulo de sentimientos que salían sin más hasta el punto final. El cielo se había puesto grisáceo con ánimos de llover y mientras las primeras gotas me acompañaban sentí el nudo en la garganta… tengo que ir a buscarla.

Salí corriendo pero papá me detuvo en el camino.

-       ¿A dónde vas, princesa?

-       Papa… tengo unos asuntos pendientes.

-       Nada de eso. Me surgió un problema en Madrid y cambie el vuelo, salimos hoy a la media noche. Busca tu equipaje, hija.

-       -Pero…

-       -Hazme caso- sentenció.- Iré por Loreto y tu madre a avisarles que nos vamos hoy.

Yo era de esas hijas que acataban las órdenes sin segundas opciones. Subí a hacer mi equipaje mientras Imanol entraba

-       Nos vamos hoy.

-       ¿Qué? Creí que nos iríamos pasado mañana

-       Papá cambió el vuelo

-       Rayos, quería quedarme un poco más.

-       Lo siento.

-       ¿cómo está todo, tía?

-       Terminado, creo.

ADILENE

-       Imanol me contó que quiere estudiar teatro, le comente que la convocatoria para la escuela superior salía en una semana y dice que convencerá a su papá de que lo deje venir a estudiar acá, sabes, ojalá volvamos a vernos.

-       No te emociones, Emi. Los de nuestra sangre casi nunca tienen finales felices- Dije con nostalgia dándole un sorbo a mi vino.

MIRANDA

Regresamos a Madrid. Emiliano y Frida nos fueron a despedir al aeropuerto. Loreto estaba encantada con Frida que le prometió darle un ejemplar de su próximo poemario, Imanol y Emiliano se despidieron melancólicamente mientras papá los analizaba. Me despedí de Frida con un abrazo de tregua.

-       Le diré que hoy te fuiste- Susurró

-       Gracias. Hasta luego, cuídate mucho.

El vuelo despegó, desde las alturas veía las luces de la ciudad y no pude evitar llorar en silencio. Llegamos agotados y nos dirigimos a dormir. Durante la comida, Imanol se paró en el centro de la mesa.

-       Tengo que decirles algo.

No es un buen momento para declarar tu homosexualidad, cariño” pensé.

-       Adelante, campeón ¿Qué sucede?- Dijo Andrés tomando un poco de jugo. Imanol suspiró decidido.

-       He estado pensando y… - Meditó- Me iré a la ciudad de México a estudiar Literatura Dramática y teatro- Soltó, papá golpeó ligeramente la mesa, exaltado.

-       ¿Qué estás diciendo?- Todos nos quedamos mudos- Estás demente, tú tienes que estudiar arquitectura como tu padre y como yo.

-       Abuelo yo…- Intentó Imanol calmarlo pero él se exaltó más.

-       Además la ciudad de México es un verdadero infierno, tú no eres apto, debes de estudiar algo de hombres- gritó cuando fue interrumpido por Andrés.

-       Papá, Ya basta- Dijo tranquilamente y se dirigió a Imanol- ¿estás seguro de que eso es lo que quieres?- Él asintió- Bien, tu decisión está tomada, campeón.

-       ¿Qué? Pero que coños estás diciendo, Andrés? Él es un hombre y tienen que estudiar cosas de hombres…

-       Papá, Imanol es mi hijo. Tú ya hiciste lo qué quisiste con los tuyos, déjame manejar esto a mi modo. Sí el chico quiere estudiar eso, está bien. Él estudiará, no tú. Por favor, respeta su decisión y la mía.- argumentó frente a papá- Campeón, cuando estés listo, tienes todo mi apoyo para partir a tu sueño- Finalizó abrazando a Imanol.

-       Andrés, estás demente ¿Cómo vas a dejar que el chaval viaje solo a ese país de mierda?- Objetó papá.

-       Él no irá solo- Dije. Las miradas se posaron en mi- Yo iré con él.

-       ¿Qué coños dices, princesa?

-       Si, papá. Iré a México con Imanol.

-       Pero, ¿qué todos están dementes? Tú no vas a ningún lado, Jacqueline.

-       Tengo 36 años, papá ¡Ya basta! He seguido las reglas todo este tiempo, he sido la “perfección” para esta casa. Déjame tomar mis propias decisiones, déjame vivir.- Me paré bruscamente de la mesa, enfrentándolo.

-       Pero ni tú sabes lo qué quieres- Gritó

-       Oh, claro que lo sé- Sonreí.

( UNA SEMANA DESPUËS)

MIRANDA

-       Prométeme que cuidaras a mi hijo con toda tu vida, hermanita.

-       Si, Andrés. Confía en mí.

-       Los amo- dijo besándome la frente. Mamá se acercó a mí.

-       Te extrañaré.

-       Yo más, mamá

-       Llámame en cuanto lleguen. Mi madre los recibirá en el aeropuerto con Jorge…- Asentí. El llamado a abordar había sonado

-       Supongo que es hora- Dijo.

-       Nos veremos pronto- Besé su frente.

-       Le das esto a Kim de mi parte- Sacó un sobre de su chal y me lo dio. Sonreí.

-       Ve por ella- Susurró y precipitó una lágrima, la abracé con todo mi ser.

Arribamos a la ciudad de México a las once de la noche. La abuela y mi primo Jorge nos recibieron en el aeropuerto, subimos el equipaje al carro de él y partimos. Estaba decidida a ser feliz. Antes de llegar a casa le pedí a Jorge que me dejará en la siguiente esquina.

-       Tengo algo que hacer, llego al rato- Dije y me baje corriendo, corrí todas esas calles y las pequeñas gotas de lluvia se estampaban en mi cara, era libre.

ADILENE

Había pasado una semana desde que Miranda había vuelto a Madrid. Estaba tomando vino en el balcón del departamento de Fernando. La ciudad estaba cubierta de lágrimas y las farolas se reflejaban en el concreto mojado. Tal vez y todo ya estaba escrito y nuestro destino era el mismo que de mamá y Regina. Sí Imanol viene a la ciudad y se empareja con Emiliano, tal vez ellos puedan rescatarnos de esta epidemia de mal de amores, pero es imposible. Reí con ironía, por esto, por todo. Todo es tan PFF! Sin sentido. No entiendo nada ¿Por qué todo tiene que ser así? Ya la tenía ¿Por qué se fue? ¿Por qué es de ley conocer el dolor para apreciar la felicidad? ¿Y qué pasa cuando tu felicidad es una mujer perdida en otro país? ¿Por qué no pudimos ser felices un día seguido, por lo menos?

Son cosas que explicarlas suena tan sencillo y resulta tan complejo… casi imposible.

Bebo y bebo, con coraje, con remordimiento, con todas mis ganas. ¿Por qué, sí ya tenías la herida de bala, vuelven a dispararte otra vez? Estoy llorando mi propia mierda y tocan la puerta de repente. De seguro es Frida. Casi sin equilibrio me dirijo a ella. No esperaba a nadie por eso la abro sin ganas y ¡BOOOM! Mi corazón explota.

-       ¿Tú?- alcance a decir con tanta impresión.

Su cara y su cabello húmedos, sonríe, uniendo todas mis partes y al mismo tiempo desarmándome.

-       Ya sé qué es lo que quiero.