El amor es importante, pero el sexo también.
Se relata un encuentro entre dos enamorados, historia que dedico a una persona, la cual me lo pidió y espero que lo disfrute y también los que la leen. Que aproveche.
Comenzaban a salir los primeros rayos de sol por el horizonte, observándolos desde mi escritorio, noté como mi corazón se iba acelerando, miré la hora, eran las 6:30, poco a poco se iba acercando la hora, tan esperada y deseada.
Me levante y me puse unos pantalones cortos y una camiseta verde de nike, tras ponerme unos deportivos blancos me dispuse a ir a desayunar unos cereales, pero con los nervios a flor de piel, debido al acontecimiento que iba a tener a lugar dentro de unas horas, no pude ni comer dos cucharadas, intenté comer de nuevo, sin embargo, mi estomago parecía estar lleno, lo deje por misión imposible.
Fui a ver la tele para ver si de está forma el tiempo concurría más rápidamente, estaban dando Big Bang Theory, algo bueno pensé, así caí en las ecuaciones incomprensibles de Sheldon y los intentos de sus amigos por encontrar a una chica a la que cabalgar, así pasé el resto de la mañana, hasta que comprobé que marcaban las 9:00.
Recogí las llaves del coche que se encontraban en el recibidor, y salí de casa, me encontré el coche con una fina capa de escarcha, entré en él y pulse el botón para que saliera algo de agua y seguidamente le dí un toque a la palanca que activaba el parabrisas, ahora estaba listo para conducir, arranqué y me dirigí a la capital de Murcia.
Una vez allí, me llevo una hora por lo menos encontrar aparcamiento cerca de la estación de trenes, ya pensaba que a pesar del tiempo que había cogido de antemano para encontrar aparcamiento no me bastaría para llegar a tiempo a la estación, pero tuve suerte, ya que justo salía un hombre de un aparcamiento, metí yo el mio, sin que nadie se adelantará como ya me había pasado dos veces.
Antes de irme corriendo a la estación memorice bien donde se hallaba mi coche, para luego no tener que pasar ninguna situación embarazosa delante de ella.
Al llegar a la estación me senté en el primer lugar que vi libre, observé el panel de horarios de los trenes, y el de Madrid, que era en el que iba ella, le quedaban 10 minutos para llegar.
Si cabía aún más nervios sentí como mi estomago parecía estar en pleno viaje aéreo, ¿qué haría cuando ella al fin llegará?, tantas conversaciones, tantos sueños compartidos, y al fin podría tenerla entre mis brazos.
Entre estos pensamientos apareció el tren, cuando paró definitivamente, vi salir un figura delgada, con unos pechos algo pequeños pero firmes, y un culo con el que solo mirarlo, se podía llenar un vaso de babas, y una cara de ángel, y sus ojos eran el punto culmine de su belleza, ahora estos buscaban algo, me buscaban a mí. Me levanté sin que me viera y entre los recién llegados del tren me oculte hasta quedar detrás de ella, y ande a su dirección, a cada paso que daba notaba un latir de mi corazón, cada paso un querer salir mi corazón del pecho que lo encarcelaba, al estar justamente detrás de ella, pose mis manos en sus caderas y la acerque a mi, para darle un beso en el cuello, a lo que ella respondió con un pequeño salto.
Se dio media vuelta de forma apresurada, y durante un breve tiempo sus ojos se cruzaron con los míos, y nos fundimos en un beso apasionado y esperado, pase mi mano derecha a su cabeza para presionarla más contra mí, quería estar lo más cerca posible de ella.
Cuando ya nos tuvimos que separar para retomar unas bocanadas de aire:
- Te quiero, mi amor, no sabemos como me alegro de al final estar los dos juntos, al alcance el uno del otro.- Dije mientras la abrazaba con fuerza.
- Te amo mi vida, y también me alegro de que podamos vernos sin la necesidad de una web cam.- Dijo ella estas palabras susurrando cerca de mi oído.
- Te ayudo con la maletas.- Dije cogiéndolas del suelo.- Vamos a dejarlas en el coche, y luego a tomar algo, si te apetece, si quieres que vayamos a mi casa para descansar del viaje también podemos hacerlo.
- ¿Tu casa está sin gente hoy?.- Me preguntó con una mirada que llevaba escondida algo, y ese algo era un deseo, sexo.
- Sí, vamos.- Dije empezando a andar hacía la salida de la estación.
Durante el paseo al coche hablemos de como había pasado el transcurso del viaje, cuando lleguemos al coche, metí sus maletas al maletero, y nos metimos dentro. Arranque y puse música. Me dispuse a sacar el coche, con algo de dificultad ya que alguien había dejado su coche muy cerca del mio.
- Me acabo de acordar de una cosa.- Dijo ella a mitad del trayecto.- Es algo que me dijiste en una de nuestras conversaciones perversas.
- ¿Qué era?.- Pregunté sin saber a que se refería.
Pero no recibí contestación, paso su mano izquierda por mi muslo, hasta llegar a mi paquete, lo tanteo un momento, proporcionándome un ligero gustillo, pasó la mano a mi cintura, para meterla dentro de mis calzoncillos, y cogérmela, ya estaba algo erecta cuando la cogió, pero con un par de sacudidas de esa mano, que me hacía sentir placer, terminó de ponerse en su máximo esplendor.
- Intenta conducir con la parte de arriba del volante, y cuando quieras cambiar de marcha dimelo.
Dicho eso tuve que poner las manos en la parte superior del volante, pues se abalanzó sobre mí entrepierna, sacando a mi pene de mis pantalones, y llevándoselo a la boca, como si llevará muchos días sin comer, y fuera su primera comida, mi nabo.
Primero le dio un beso a la punta de mi pene, y luego le empezó a lamerlo de arriba a bajo, y antes de meterse entero mi pene en la boca, hizo como círculos alrededor de la punta con la lengua.
- Segunda.- Dije como pude entre gemidos.
Fui utilizando el motor para que fuera frenando, mientras ella se la metía y se la sacaba, como si chupará un pirulo, en mitad del Sahara, y a mi me estaba haciendo sentir el paraíso entre las piernas, al parar en el semáforo, vi como un hombre de mediana edad se paraba a nuestro lado y cuando vio lo que pasaba dentro de mi coche, abrió los ojos de par en par, yo lo miré con una sonrisa en los ojos y le dí una palmada en el culo a mi amor, lo cual a ella le hizo succionar con más fuerza, y entonces el cabrón no pudo hacer otra cosa que sacar el móvil, pero antes de que le diera tiempo a darle una foto o video.
- Primera rápido.- Dije pisando el embrague.
Y salí disparado, unos momentos antes de que cambiara a verde el semáforo, y dejando al tío con las ganas de llevarse un recuerdo, con el morbo note que se acercaba mi corrida, vi un sitio donde poder para un momento algo ladeado de la carretera, puse el indicador intentando aguantar que saliera la corrida, cuando paré el coche pisando el freno mantuve el embrague para que no se calara, y con las manos empuje la cabeza de ella, para meterle mi miembro entero dentro de la boca y dejando que grandes chorros de semen llenaran su garganta, dios sentía un enorme placer, tanto que acabe con un gran esbozo de voz.
Al notar que no quedaba nada más de semen, quité las manos de su cabeza, ella levantó la cabeza y me guardó el pene dentro, de los pantalones, formando una tienda de campaña.
- Parece que tu pene aún quiere más.- Dijo mirándolo.- Pero, ¿te gustó?.
- Me encanto amor.- Dije metiendo primera y saliendo de allí.
El resto del viaje, fue normal, hablando de cosas dispersas, al llegar a mi casa, comprobé aliviado que no estaba el coche de mis padres, pues se habían ido junto a mis dos hermanos a la casa de mis abuelos, y no volverían hasta después de comer, es decir, la cuatro o cinco de la tarde.
Al entrar en dentro de la casa no hubo tiempo para palabras, solo cerrar la puerta y dejar las maletas en la entrada me abalance sobre ella, agarrando con ambas manos ese culo firme y apretado, para atraerla a mi, haciéndola notar como mi pene se le hincaba en sus partes intimas, ella me beso con fuerza, como si quisiera fundir sus labios a los míos en la eternidad. Le quite la camiseta dejándola caer sin mirar donde paraba, y desabroche el sujetador, el cual callo al suelo, mientras yo me introducía en la boca un pezón, que se endurecía entre mis labios poco a poco y con la otra mano pellizcaba el otro, que también se endurecía. Ella por su parte, me bajo mis pantalones y empezó a pajearme, de forma brutal. Al rato pase a chupar el otro pezón y a pellizcar el otro. Ella dejo mi pene para quitarse los pantalones y la bragas, y se puso mi pene entre los muslos rozando su raja, la cual note húmeda, y con su cadera empezó un va y ven, y se sentía delicioso, tanto que me hizo despegarme de esas tetas que me llamaban a gritos, la cogí de las piernas y la levante y medió pudiendo andar, la lleve a la mesa de la cocina, la senté y con una mano la empujé para que se acostará, y con la piernas de par en par, puse la cabeza de mi pene en su entrada. Y empuje con fuerza, entro con algo de dificultad, pero entro entera con un par de embestidas más.
- Vamos, párteme en dos, joder que bueno.- Me dijo entre gemidos cada vez más altos.
- Ahora veras.- Dije cogiendo con las manos su cadera.
La embestí y atraje para mi su cuerpo, empezó una fuerte follada, tanto que hasta se la sacaba entera y se la volvía a meter sin dificultad ya, al rato, note su primer orgasmo, inundando su vagina, eso me puso más cachondo, y la penetre con más rapidez y fuerza, hasta la mesa se movía al compás de mis movimientos, noté que me iba a correr, pero no quería terminar aún así que reducí el ritmo, haciéndolo más suave. Pero de repente, se levantó y me tiró al suelo, para ponerse encima de mí.
- Ahora, me toca cabalgarte vaquero.- Y a la vez que decía eso cogía con una mano mi pene y lo apunto a la entrada de su vagina.
Bajo lentamente, al tener la cabeza metida, la agarré de los hombros y la empuje para abajo, jalándose el pene entero, lo acogió pronunciando un enorme “Ohhhh”.
- Venga, enseñame que sabes hacer.- Dije soltando sus caderas.
Eso que le dije le debió poner mucho, porque empezó a botar como una loca, sin parar, y sus tetas no paraban de moverse, me incline hacía ella sin interrumpir su actividad, y cogí las dos tetas, y llevé los pezones al centro para meterlos en mi boca, dios estaban como piedras, lo puse entre mis dientes de forma suave, y los apreté. Eso le provocó un enorme placer, ya que gimió de forma exagerada y inundo de nuevo su vagina, con su segundo orgasmo, y ya poco me faltaba a mi, para el mio, pero quería acabar su boca, además, no llevaba condón.
- Chupamela.- Dije empujándola para arriba desde el culo.
Sin decir nada, se sacó mi pene, del coño, y se lo metió en la boca, presionaba su boca, para estimular más mi pene, y a medida que pasaba el tiempo incrementaba el ritmo, un ritmo que me estaba volviendo loco de deseo, hasta que no aguante más, y descargue todo en su boca, ella no dejo que se escapará nada, pero un poco de semen se quedó en su labio, y pasó la lengua por esa parte del labio, para tomarse esa pequeña porción de toda la leche calentita y sabrosa que se había bebido.
- ¿Cuando vuelven tus padres?.- Dijo mientras se tumbaba en el suelo a mi lado.
Aún faltan unas cuantas horas.- Dije mirando la hora en el horno digital
¿Vamos a bañarnos juntos?.- Dijo poniéndose sobre mi, y con una sonrisa en la boca.
- Como quieras amor, pero una cosa, al final, ¿cuanto tiempo podrás quedarte aquí conmigo?.- Dije cogiendo su mano con la mía.
- Una semana.- Dijo con algo de tristeza.
- Bueno, tendremos que aprovecharla bien, vamos a ducharnos.- Dije empujándola para que se levantará.
Nos levantemos, recogimos la ropa desperdigada por doquier, y la echamos en la ropa sucia, luego no dirigimos a la ducha, pero eso ya es otra historia.