El amor es complicado (8)
De verdad deseo que les guste. Y perdonen la tardanza. Gracias por todo. Besos.
Hola a tod@s. ¡Espero estén muy bien! Y bueno aquí les dejo otra entrega más de "El amor es complicado" con mucho cariño para ustedes. Espero les agrade y me dejen sus comentarios.
Diana:
Cada noche es un sueño diferente pero la finalidad es la misma, mi subconsciente busca desesperadamente el modo de hacerme entender que sin ella mi futuro simplemente no existe, que mi lugar es a su lado.
Hace un lindo día soleado afuera pero en mi interior sólo hay nubes grises, tempestad y un reino de indecisión.
Desde el balcón de mi apartamento observaba las personas pasar, los autos estancados en el tráfico de está estresante ciudad, la capital de mi hermoso país... Pero todo ha perdido su colorido, ahora todo luce gris, no existe ni el bien ni el mal, no hay ni blanco ni negro, ahora todo está atascado en algún sitio intermedio, una zona infinita que no llega a ningún lugar.
Mi mirada ha cambiado ahora luce triste, mi sonrisa ya no es sincera, la felicidad ha huido de mi lado, la depresión que trato de ocultar es mi más fiel compañera.
Paola se fue dejándome sumergida en una vida llena de farsas, eso es lo que me queda, sólo farsas. Una boda sin sentido, una vida sin sentido.
¡Estoy harta de esto! Todos deciden por mi, por lo que suponen es mejor para mi, Paola resolvió de un modo, que debo decir fue bastante egoísta, que estar separadas es lo mejor, ni siquiera me pregunto que pensaba, que sentía o que quería, simplemente lo decidió y se alejo condenándonos a ambas a sufrir.
Por otro lado Javier al igual que mi familia está presionándome sutilmente para que no lo deje. No puedo más con esto, no soy una niña. ¡Puedo tomar mis propias decisiones! ¡Se acabó! No vivo más este engaño. ¡Hoy comienzo a arreglar mi vida! Por fin tengo la valentía y la fuerza para hacer lo que debí haber hecho hace mucho tiempo, voy a hacer mi voz sonar, haré que mi voluntad se respete y mi voluntad es estar con ella.
Basta de miedos, basta de dudas e inseguridades.
Sí lo sé, he reaccionado con bastante lentitud pero estoy a tiempo, mientras siga respirando buscare el modo de estar con ella y mis maniobras comienzan hoy.
Me arreglé para ir a la oficina de Javier, estoy más que consciente del daño que le causare a Javier pero no puedo sacrificar mi felicidad por darle a él un teatro que a la larga con el tiempo nos pasará factura.
Estoy pensando un modo de decirle pero no hay modo de suavizar está verdad, las cosas son como son y mientras más claridad y honestidad use para expresarme mejor será.
Entré a su oficina, me recibió con los brazos abiertos pero no me acerqué a él, me miro expectante percatándose rápidamente de que algo sucedía.
Diana me sorprende verte.
No tuve tiempo de avisarte - argumente sería.
¿Qué sucede? - me saqué el anillo del dedo.
¡No puedo hacerlo! - intento protestar pero lo interrumpí - tú lo sabes mejor que nadie - coloque el anillo sobre su escritorio.
Pero Diana ya me habías aceptado.
Yo te quiero Javier, pero no te amo y casarme contigo sería mi peor error. Te agradezco todo lo que has hecho por mí pero no puedo casarme contigo amándola a ella.
Ella se fue, te dejó aquí, sola. - afirmó disgustado.
Me dejo creyendo que así yo seria feliz pero se equivoca. - unos segundos de silencio dominaron el ambiente. Javier tomo el anillo entre sus dedos.
¿De verdad eso es lo que deseas? Dejarme a mí por ir en busca de un futuro incierto.
Será incierto pero será mi futuro será el futuro que mis decisiones hagan, no las de los demás. De verdad lo siento.
Fue lo ultimo que le dije antes de salir de su oficina y de su vida.
Siempre podrá tener mi amistad pero mi corazón es de ella.
Ciertamente me duele hacerle daño pero si me caso con él, el daño será peor. Ahora el siguiente paso, encendí la eco sport para emprender mi camino hacia la hacienda, sólo le pido al cielo que ella este tan dispuesta como yo en volver lo nuestro realidad.
Ansío intensamente estar entre sus brazos de nuevo protegida por el calor de su cuerpo, pérdida en el sabor de sus besos, hipnotizada por su mirada...
No me gusta mucho la idea de viajar sola pero aunque se que llegare en la noche no me importa, está desesperación por estar con ella es mas fuerte que yo.
No la veo desde que se fracturo la costilla, sonreí en la soledad de mi auto contemplando la idea de poder al fin besarla y cuidarla.
El viaje aunque normal y sin contra tiempos se me hizo eterno.
Efectivamente llegué entrada la noche.
Me encontré con Pablo (el capataz) me dijo que Paola ya se encontraba dormida como imaginaba, en fin estuve conversando algún rato con él y luego fui a la habitación de ella, ¡Que ansias, que nervios!
Sigilosamente entré a su habitación que para variar dejó sin seguro, estaba completamente dormida, parecía un angelito cuanto me moría por decirle de una vez que estaba allí para compartir nuestras vidas, para amarnos con naturalidad sin tonterías de una buena vez por todas.
Me senté a su lado y la observé mientras dormía algo incómoda por lo que podía ver y aún así lucía hermosa, mi corazón palpitaba fuerte agitado diciéndome, gritándome que no podía equivocarme que era ella la persona a la cual Amaba Amo y Amaré con locura.
Seguí allí admirándola durante horas no quería y no podía dormir. Es que me sentía tan cerca de alcanzar ese sueño, de poder estar a su lado que se me hacia imposible no imaginar que sucederá, acaricie tiernamente la idea de ser suya y de que sea mía, tomé la ilusión de hacer ese sueño realidad entre mis manos con fuerza para que no se escape de mi la esperanza, estoy a tan solo un paso de que seamos felices...
No me moví, seguí allí observándola ansiosa porque despertara, por momentos su rostro mostraba gestos de dolor yo me sentía insegura quería acercarme a acariciarla pero no quería despertarla así que opté por quedarme estática, para cuando me di cuenta ya había amanecido.
Bajé a buscar desayuno para ambas y volví a la habitación.
Coloque la bandeja con el desayuno sobre la mesa y tomé asiento al frente de ella, hasta que al fin despertó.
No puedo mentir ver su rostro de sorpresa al verme fue muy divertido.
¡Diablos! - exclamó percatándose de mi presencia.
Sonreí con algo de malicia.
Diana, buen susto me diste, ¿qué haces aquí? - me acerqué para tomar asiento a su lado en la cama.
Hola ¿Cómo estas?, yo muy bien y ¿tú? - dije sonriente, me devolvió la sonrisa con algo de pena.
Hola... Lo siento es que en serio me sorprende verte.
Sí me di cuenta, - sonreímos tímidamente - para responder tú pregunta vine a verte.
¿Verme?
Sí. Verás Javier y yo - su rostro se afligió con rapidez sin que pudiera disimularlo.
Diana discúlpame pero no quiero oírlo - dijo de inmediato interrumpiendo mi confesión y con la aflicción aún presente en su rostro - de verdad estoy muy feliz de verte, como siempre y me apena mucho decírtelo pero no quiero oír lo que sucede entre tú y él, o que planes tienen, de verdad perdóname pero honestamente me resulta doloroso oírlo - la mire algo confundida pero comprendí sus palabras con prontitud, aunque la noticia que pensaba darle era que había desistido a casarme entendía sus razones, así que esperare el momento indicado.
Entiendo - respondí serena.
Desayunamos, conversamos fluidamente.
Se encontraba bastante incomoda gracias al dolor y las molestias de la fractura pero se consolaba con eso de que tan solo pasado mañana la liberan de esa faja.
Un par de horas después me venció el cansancio y fui a dormir.
Paola:
Juraba que un fantasma había entrado a mi habitación o que los tormentos que habitan mi mente al fin habían logrado escapar para acosarme en la "realidad" con mas claridad y mayor plenitud, todo eso pensé al verla sentada frente a mi, pero luego que el susto había pasado y luego que escuché su dulce voz me di cuenta de que era imposible que fuera un tormento o algún fantasma, si es que ella es el ángel mas hermoso que alguna vez he tenido la dicha de ver, su rostro siempre con una tierna sonrisa, sus bellos ojos azules mostrando bondad y compasión, ese cuerpo tan bien formado y tonificado que me enloquece, sus labios... ¡Dios! Podría hallar mil modos de describirla y jamás le haría justicia a su belleza. Y yo fui tan tonta como para renunciar a ella, debería existir alguna ley que me prohíba tomar decisiones...
Luego de mucho conversar se fue a su habitación a descansar.
Me sentí muy mal por decirle que no quería oír sobre ella y Javier pero como le dije me resulta muy doloroso, no puedo fingir lo contrario.
Bajé con pasó lento y aún adolorida a las caballerizas quería hablar con Pablo, en estos momentos desahogarme con un amigo me asentará genial.
Pablo está al tanto de lo que ha sucedido entre ella y yo, me ha apoyado mucho y también a tratado de distraerme (está de sobra decir que ha sido en vano).
Me senté en una mesa de madera antigua donde suelen almorzar los empleados y yo muchas veces.
¿Porqué crees que este aquí? ¿Vino a buscarte?
No Pablo eso sí es verdad que no, no hay esperanzas de que sea eso, tal vez sólo quiere relajarse, en poco más de una semana se casa, ¡la perderé para siempre! - argumente con tono triste, desearía que hubiese tan sólo una posibilidad, tan sólo una de que está aquí para mi, pero no puedo ilusionarme sabiendo que no es así.
Te diré lo mismo que te he repetido desde que llegaste a la hacienda con la mirada apagada y el alma colgando de un hilo, ¡habla con ella! - exclamó con fuerza, yo negué moviendo mi cabeza hacia los lados - ¡que testaruda mujer! Acaso es que aún no te das cuenta de que todos los problemas que han tenido han sido por falta de comunicación, ¿todavía no lo vez? o ¿te estas haciendo la ciega, sorda y muda?
Es mucho más complicado que sólo eso - me defendí.
No, no tú lo estas haciendo complicado, piensa bien o mejor no pienses actúa, ¡bésala, ámala como se lo merece!
Pablo tiene razón, que más pudiera desear yo sino amarla, pero no puedo dar marcha atrás mi decisión ya está tomada y ella está a punto de que alguien más, alguien que no soy yo, trate de hacerla feliz y Dios sabe que deseo que Javier tenga éxito, ¡sólo quiero verla feliz!
Ese día transcurrió tranquilo con su presencia.
No durmió mucho tiempo a lo mucho cuatro horas y ya luego de despertar conversamos sobre muchas cosas, la mayoría sin objetivo claro pero era genial estar con ella así fuera a distancia sin poder mostrarle mis sentimientos...
Diana:
Me moría por decirle pero no quería ser imprudente, puedo esperar un par de días para decirle que al fin tenemos la oportunidad de estar juntas.
Segundo día en la hacienda:
Me levante a desayunar con ella, estaba feliz contando las horas para que le quiten esa faja, decidimos salir a caminar un poco, además de ir al pueblo por unos helados.
Llegamos a una heladería pequeña pero acogedora, cuya estructura era de una casa colonial antigua. Paola sin preguntarme pidió un helado de mantecado para mi (para que me va a preguntar sí me conoce mejor que nadie), y uno de fresa para ella.
Tomamos asiento en una de las mesas alejadas a la entrada.
Le ofrecí de mi helado, se acercó para probarlo y yo aprovechándome de dicha cercanía le llene el rostro con mantecado. Se limito a sonreír y a obviamente, vengarse llenando el mío de helado de fresa.
Sonreíamos al igual que en aquellos años que tan sólo éramos unas niñas.
Límpiame - exigí sonriente, ella asintió y de inmediato acato mi mandato limpiando el helado de mi rostro con una servilleta.
Ese contacto de la piel de su mano con la de mi mejilla logró que mi cuerpo se electrizara. Término su trabajo y procedía a limpiar su rostro pero la detuve.
Es mi turno - tomé la servilleta de su mano y comencé a quitar de su rostro el mantecado, me miraba fijamente a los ojos en silencio pero ambas con unas radiantes sonrisas, disfrutando del momento.
Limpie todo a excepción de un pequeño rastro de helado cerca de sus labios, con el nerviosismo tratando de dominarme aleje la servilleta de su rostro y acerqué lentamente mis labios a ese rastro de helado para removerlo aprovechando a darle un tierno beso.
Fue un momento mágico, el tiempo se detuvo.
Me aleje luego de darle el beso, la vi abrir sus ojos, los cuales brillaban y se inundaban en un color claro.
Diana...
No supe en que terminaría su frase ya que en el momento más oportuno, llegaron un par de amigas de la infancia a saludarnos y no partieron, allí se pasaron el resto de la tarde junto a nosotras.
Yo no podía apartar la mirada de su sonrisa es que cada vez que la veía me enamoraba más de ella, me enloquece, estoy loca y pérdida por esto que siento.
Al oscurecer partimos a la hacienda a cenar.
Le pedí fuésemos a su habitación para ver una película juntas, acepto encantada.
Nos acostamos sobre su amplia cama pero ella guardo distancia de mí, una distancia que no estaba dispuesta a soportar.
Lenta y cuidadosamente fui acercándome hasta que logré reposar mi cabeza cerca de su cuello y ajustar mi brazo a su cintura, pude sentir como se erizaba su piel, como se estremecía su cuerpo al sentirme tan cerca, me moría por besarla. Me fascina estar así de cerca a ella, no quería separarme por ninguna razón, y ninguna razón era lo suficientemente válida para separarme de ella.
Vi la película así del mismo modo abrazada a ella ya que ninguna de las dos se movió, me quedé dormida del modo más perfecto percibiendo el aroma de su piel, siendo abrazada por el calor que emana su anatomía, en instantes sentí su mano acariciar tímidamente mis cabellos me sentía en la gloria, dormí de lo mejor.
No aguanto más mañana hablaré con ella.
Tercer día en la hacienda:
Me desperté al oír que ella se levantaba, se excuso por haberme despertado pero debía ir al médico temprano así que con prontitud me levante y me aliste para ir a acompañarla.
Luego de que le quitaron esa fastidiosa faja quedó feliz y aliviada aunque todavía un poco adolorida y con la piel algo inflamada.
Volvimos a la hacienda y yo le pedí a Pablo que por favor la entretuviera hasta las siete pm, yo tenía una cena que preparar...
Paola:
Sentía amplias ganas de saltar debido a la alegría, al fin me han quitado esa faja que me aprisionaba.
Ayer fue un día bastante intenso mi autocontrol estuvo a punto de fallar en cada momento que la sentí cerca de mi pero sobre todo en la heladería, fue totalmente perfecto estar allí con ella divirtiéndonos de ese modo, de verdad que no podía resistir, estuve a segundos de decirle "Diana Te Amo", luego de que besara mi mejilla del modo tan lindo y especial en que lo hizo con la excusa de retirar el helado de mi rostro, pero me salvo la campana como dicen pues aquellas viejas amigas interrumpieron oportunamente mi frase.
La noche ¡Ay! La noche me hizo suspirar y me hace suspirar con tan solo recordarlo, sentía mi sangre recorrer mi cuerpo cual auto de la Ferrari en plena Formula 1, con rapidez y con furia, me costo mucho esfuerzo el contener los besos, las caricias y las frases bonitas que se querían escapar hacia ella, pero lo logré tan solo me dediqué a admirarla y a disfrutar de su proximidad hacia mi.
Bueno luego de la visita al doctor llegué a la hacienda con Diana que no más pisamos la casa se me desapareció y Pablo me pidió ayuda con algunos libros de contabilidad de la hacienda, cosas sencillas pero que toman tiempo para cuando al fin me dejó ir ya eran casi las siete pm, partí hacia la hacienda hambrienta.
Me sorprendió ver algunas luces a mediana intensidad, y la mayoría apagadas, los empleados tienen libre mañana seguro ya se habrán ido pero Diana debería estar adentro.
¿Y sí se fue? No pero tan pronto ¿Por qué? ¿Sin despedirse?
Acelere el pasó para saber que sucedía, coloque mi mano en la manilla de la puerta y me detuve.
Claro que se ha ido - afirmé para mi misma, seguro partió a cumplir sus compromisos con la boda, con Javier, con su nueva vida.
Sin una triste despedida.
Abrí con lentitud con desilusión, se me partió el corazón al recordar que ella debía irse, que su lugar está en Caracas junto a su prometido, su futuro esposo.
Por un momento creí, creí que...
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por las imágenes que percibían mis ojos...