El amor es complicado (7)

Y en plena cena comenzó la guerra de comentarios hipócritas de doble sentido, Javier tratando de halagar a Diana con una serie de frases más que gastadas, las cuales sospecho descargo de Internet. Yo por mi parte no podía evitar dirigirle comentarios desdeñosos, no lo soporto, una frasecita más, un halago más y lo hago tragar el tenedor para ensalada.

Hola a todos una vez mas, de nuevo muchas gracias por los comentarios de verdad me alegra mucho que les haya gustado mi historia… espero disfruten esta continuación

Paola:

Te extrañe. - anuncie en el momento que se alejo un poco de mi.

Y yo a ti - respondió sonriente abrazándome de nuevo.

Este abrazo duro mas tiempo, la sujetaba con fuerza queriendo evitar que se alejara de mi... Luego de separarnos nos dedicamos a tan solo vernos a los ojos con nuestras manos unidas en un lazo que espero sea eterno, podía sentir como su mirada escaneaba mi alma, dejándola descubierta ante su presencia, solo Dios sabe todo lo que la amo.

Unos segundos pasaron mientras nuestras miradas lo decían todo, hasta que me percate de que no traía sus maletas...

¿Y tus maletas? - Miro hacia atrás.

Allá vienen - mire hacia donde ella posaba su mirada, vi a Javier dirigirse hacia nosotras, tan sólo lo he visto un par de veces pero es suficiente para reconocerlo. Mi mente se lleno de dudas ¿qué hace Javier aquí con ella? ¿acaso Diana al fin acepto a estar con él?

Paola tanto tiempo sin verte - comentó mientras se acercaba a besar mi mejilla.

Sí - respondí a medias.

Me hizo un par de preguntas ¿como estas? ¿Qué tal tú vida? las mismas preguntas de siempre, trate de ser cordial y educada pero resulte sonar bastante antipática con mis respuestas.

No lograba entender que diablos hacia ese tipo aquí, ¿porque Diana no me dijo que venía con él?

Mientras él acomodaba las maletas en el carro con la ayuda de Diana, yo me aleje de ellos para llamar al restaurante y cancelar todo lo que tenía planeado debido a que ahora la cena sería para tres... ¿porque vino con él?

Ofuscada me subí al carro, Diana se sentó a mi lado y Javier atrás.

Me inquieto la mirada de Diana clavada en mi rostro, me mire al espejo, yo misma me sorprendí no creí que mi estado de ánimo se estaba haciendo notar tan obviamente, tenía el rostro totalmente rojo y mis ojos estaban oscuros.

No podía disimular lo que sentía y para colmo de males Javier no se callaba, su voz me perturbaba aún más pues no entendía la razón de su venida.

Llegamos al restaurante y comenzó el espectáculo de la noche.

Quería que me tragara la tierra, estaba demasiado furiosa y frustrada ¿cuándo llegara el día en que las cosas me salgan bien con Diana? ¡Que cena tan divertida y amena! Javier comiéndose a Diana con la mirada y yo asesinándolo a él con la mía. Diana estaba súper incómoda se le notaba.

Y en plena cena comenzó la guerra de comentarios hipócritas de doble sentido, Javier tratando de halagar a Diana con una serie de frases más que gastadas, las cuales sospecho descargo de Internet. Yo por mi parte no podía evitar dirigirle comentarios desdeñosos, no lo soporto, una frasecita más, un halago más y lo hago tragar el tenedor para ensalada.

¡El viaje fue un poco estresante! - intervino Diana tratando de romper el hielo y la tensión que acompañaban la cena.

¡Pero tú lo hiciste placentero! - aseguro Javier con una sonrisita de &%$¥£... Él estaba súper seguro de que ya era todo un "latin lover" por decir un par de estupideces.

Me levante de manera brusca de la mesa con el tenedor en mi mano izquierda, tomé aire tratando de hallar un poco de cordura, solté el tenedor.

Disculpen voy a tomar algo de aire fresco - me excuse para salir, de verdad necesitaba unos momentos a solas, pero más que eso necesitaba un trago, necesitaba ahogar mis problemas pero no podía permitirme esconderme detrás de la ebriedad de nuevo.

Estaba al borde de la locura, sí Javier sigue con sus comentarios idiotas me va a dar un derrame cerebral y por Dios que va a ser mejor eso que seguir escuchándolo. Pasaron un par de minutos y volví a la mesa, para terminar de pasarla genial. Terminamos de cenar y partimos, bueno terminaron ellos de cenar pues yo no me atreví a probar bocado ya que sí lo hubiese hecho el riesgo de que vomitara sobre Javier ante alguna de sus tonterías era muy grande, me tenía el estómago revuelto y la irá a millón.

Fuimos al club, quise aguantar, intenté aguantar y lo hice lo más que pude pero se me hizo imposible. Me fui a la barra en una búsqueda desesperada por Whisky, sentía como cada trago refrescaba mi garganta, como me relajaba y poco a poco iba escapando de mi realidad. Alex se acercó a regañarme.

¿Se puede saber que estas haciendo? ¿Te diste cuenta? En menos de media hora ya te haz bebido casi la botella completa.

Déjame en paz por favor. - me miro irritada y se alejo.

Pasaron los minutos, y yo ya ni sabía que tanto había tomado, Javier no dejaba a Diana tranquila, estaba desesperada por ir allá para pedirle que nos fuéramos a otro lugar las dos solas, donde pudiera besarla, abrazarla, decirle que la amo. Pero cada vez que me intentaba levantar para ir hasta ella algo me detenía. En el punto más alto de mi desesperación me encontraba cuando para mi desgracia al dj se le ocurre colocar música romántica.

Javier tomo a Diana de la mano para a guiarla hasta la pista de baile, allí la tomo entre sus brazos y comenzaron a moverse guiándose sólo por el ritmo de la música. Me encontraba sentada a lo lejos admirando la belleza del espectáculo, quisiera poder explicar todas las sensaciones que me abrigaban celos, irá, dolor, arrepentimiento, y más dolor. Todo sería tan diferente sí no hubiese sido tan estúpida sí le hubiese dicho a tiempo que la amo, sí no la hubiese dejado ir.

Pasaron un par de canciones hasta que llegó la indicada.

No podía creer mi mala suerte.

Lo siento sí alguna vez te e herido

Y no supe darme cuenta a tiempo

Mientras soportabas en silencio

Tal vez algún desprecio

Tal vez no sirva de nada

El darme cuenta ahora,

Sólo importas tú,

Siento que en mi vida sólo importas tú.

Entre tanta gente sólo importas tú

Hasta el punto que a mi mismo

Se me olvida que también existo,

Sólo importas tú...

Se me hacia imposible mi situación, Javier seguía tratando de acercar a Diana más hacia él, mi dolor estaba desquebrajándome el alma, mi vida se estaba quedando en la penumbra, mi corazón estaba destrozado y para colmo esa maldita canción retumbaba en mis oídos...

Y mientras yo jugaba tú ibas en serio

Fui tonto y no lo niego, mis aires de importante

Y me doy cuenta ahora,

Sólo importas tú...

(Franco De Vita, Sólo Importas Tú)...

Yo nunca jugué con ella jamás quise hacerlo, mi maldito bloqueo me impidió amarla, mi dolor por Carlos, mis heridas me cegaron, mi orgullo se interpuso, mi idiotez ganó la batalla por el control de mi ser pero eso de nada importa, tan sólo son excusas pues ella creyó que jugaba con sus sentimientos, que sólo me importaba su cuerpo, que la única finalidad de mis besos era llevármela a la cama, mis ojos se empañaron al instante que pensé en todo el sufrimiento que le cause.

Y yo sintiendo celos porque tan sólo está bailando con él ¿qué derecho tengo? Sí la valiosa oportunidad que tuve de estar a su lado la desperdicie, la arruine. Estaba agonizando lentamente cuando termina la canción y veo a Javier arrodillarse ante ella. ¿Qué diablos piensa hacer?

Diana:

Paola no ha dejado de beber desde que llegamos al club luego de esa desagradable cena. Yo tan sólo deseaba estar a solas con ella para hablar, para resolver nuestra situación, para darnos una oportunidad mas, mi vida es una completa desolación sin ella. Ahora que se que me ama no debería detenernos nada pero como siempre apareció un obstáculo, Javier, se vino conmigo sin invitación, ¿Qué se suponía le dijera? "Ni se te ocurra venirte conmigo yo voy en busca de la mujer que amo y no quiero mas complicaciones". Analice un segundo y si exactamente eso es lo que debí haberle dicho.

Ahora Javier sigue evitando que deje de bailar, quiero ir con ella y hablarle, impedir que siga bebiendo de este modo, no sabe cuanto me duele verla así. Término la pieza que esperaba para al fin liberarme de él e ir hasta donde ella. Pero Javier me tenia una amarga sorpresa estaba a punto de irme de su lado cuando lo veo arrodillarse sobre el suelo, lo mire temerosa de lo que diría.

¿Qué haces? ¡levántate!

Diana quiero pedirte que seas mi esposa. No me refiero de inmediato sólo quiero que me permitas amarte, mostrarte un modo distinto de amar.

No puedo aceptar, y tú lo sabes muy bien. Estoy enamorada de alguien más.- dije segura mirándolo a los ojos. Se levanto y me tomo de las manos.

¿Ella? - pregunto con un tono de voz bastante agrio - mírala no ha cambiado está embriagándose sin prestarte atención y tú deseando amarla - dijo irritado - Y yo deseando amarte a ti - confesó en lo que fue un susurro - por favor acéptame - suplicó con la mirada llena de esperanza pero acceder a su petición era imposible para mi.

No puedo, de verdad no quiero herirte...

Lo solté y me aleje dejándolo allí botado.

Me acerqué a Paola, a cada pasó que daba mi nerviosismo aumentaba, su mirada me intimido por completo lucía no se como decirlo vacía pero a la vez llena de pena.

Hola - comenté apenada, sabiendo que estaba furiosa por lo que acababa de ver. Me miro intensamente a los ojos un par de segundos...

¿Aceptaste? - pregunto completamente sería y con su mirada aún clavada en la mía.

¡Claro que no!

¿Porque? - replico secamente, me dejo fuera de si esa pregunta no me la esperaba.

Sabes perfectamente que te amo - me sincere.

No deberías rechazarlo. ¡acéptalo! Ve con él, seguro te va a saber amar más que yo.

¿Que dices? ¡Estas demasiado ebria!

No es ebriedad, es realidad. Vete con él así tal vez yo deje de sentir está tortura que llaman amor.

Es el alcohol quién habla por ti. ¡Deja de beber! - resoplo.

Acercó el vaso a su boca, lo agarré y lo lance al suelo pero sin la suficiente fuerza como para partirlo, me sentía decaída no podía creer que estábamos teniendo los mismos problemas de comunicación y que tal vez Javier tenga razón y en realidad ella no haya cambiado nada. Me miro furiosa.

Ese maldito licor siempre ha sido un obstáculo entre nosotras.

No el único obstáculo que yo veo es ese idiota que acaba de arrodillarse ante ti.

Se levanto de golpe para irse, la retuve tomándola del brazo.

¿A dónde vas? - le pregunté con un tono de voz muy bajo, me ignoro y de nuevo intento irse, la tomé con más fuerza.

Déjame ir Diana, no tengo nada que hacer aquí tú ya tienes acompañante. - aseguro con un tono de voz mezclado entre pena e irá (ese tono de irá reprimida que siempre se escapa de sus labios cuando está a punto de explotar). Escondiendo de mí la mirada pues la tenía empañada, estaba a punto de llorar, lo sabía bien y no quería presionarla pero no podía permitir que pensara que Javier y yo teníamos algo.

Bueno permíteme ir contigo, ¡necesitamos hablar!

¿Hablar? ¿De qué?

De nosotras Paola, tú lo sabes. - sonríe con un aire de ironía en su rostro. - por favor hablemos. - suplique.

¿Quieres hablar? Está bien hablemos - se acercó a mi intimidante - ¿para que lo trajiste, para demostrarme que ya no eres mía que te he perdido?

No Pao... - negué apresurada pero me interrumpió.

¿Has estado con él? ¿lo hace mejor que yo? - me quedé helada ante la injusticia de sus preguntas - supongo que sí es un hombre tiene algo que yo no - mi mano se alzó para golpear su mejilla sin pensarlo, su rostro totalmente enrojecido por la irá y el golpe quedó volteado hacia el otro lado, sus lágrimas escapaban de sus ojos y por mi rostro ya corría un manantial de dolor.

En este par de meses sin estar a tú lado en lo único que pude pensar fue en ti, vine a verte con total emoción e ilusión pues me creí todas esas cosas bonitas que me has dicho cada día en cada llamada. Pero ahora que estoy aquí solamente puedo contemplar dolorosamente como continuas arruinándote con la bebida, como la terapia no ha servido de nada sólo ha sido una pérdida de tiempo pues sigues comportándote del mismo modo, sigues hiriéndome. - la mire un par de segundos, seguía con su rostro a un lado, con sus lágrimas desbordadas.

Partí deseando con toda alma que me detuviera pero sabía muy bien que eso no iba a suceder.

Vi a Alex cerca, a lo único que atine fue a refugiarme en sus brazos. Atónita me abrazo y trataba de entender lo que había sucedido.

Diana pero trata de respirar ¿que sucedió? - luego de poder tomar aire y recuperar el aliento, le conté lo sucedido.

Totalmente disgustada se levanto con la intensión de ir a buscar a Paola para reclamarle, la detuve no quería más drama, no podía soportar más nada. De inmediato le pedí que me acompañara al departamento. Después de que ella partió, lloré sin consuelo hasta quedarme dormida.

Paola:

Sólo sentí la palma de su mano golpearme como me lo merecía. Un ardor recorrió todo mi rostro, ni siquiera me moví tenía la esperanza de que todo esto era una pesadilla de la cual pronto despertaría. Escuché cada una de sus palabras quebrantadas por el llanto, cada una de esas palabras se clavaban como cuchillos en mi corazón dejándome sentir un poco del daño que le sigo causando.

Luego de que ella se fue, salí de allí de prisa casi corriendo.

Llegué al estacionamiento, me subí a mi carro, llorando recosté mi cabeza al volante.

Me asustó sentir una mano acariciando mi espalda lentamente con cariño mire a mi lado, Sandra estaba allí mirándome con compasión.

Descargue en ella todas mis penas.

Paola no se que decirte está vez...

Me pase de la raya lo sé, me sentí abrumada por todo, no resistí más. La perdí. - concluí aturdida.

Luego de un rato logré calmarme, comencé a pensar con más claridad.

Sandra me dejó a solas sabiendo que yo necesitaba de la soledad, tenía demasiadas cosas en las cuales pensar.

Arranque el carro para ir a las residencias de Diana, me detuve en el estacionamiento, bajé del auto pero no avance más, la inseguridad me atrapo. No puedo llegar a su departamento en medio de la madrugada con mi cara muy lavada esperando que simplemente me perdone, no puedo tener el descaro de intentar entrar de nuevo a su vida como sí nada hubiese pasado, como sí no la hubiese herido, como sí no la hubiese ofendido del modo tan infame como lo hice.

Seguí meditando recostada a mi camioneta y de pronto lo entendí, entendí que no la merecía, nunca la he merecido y nunca la mereceré, no puedo permitir que siga sufriendo por mi causa, que siga esperando a que yo solucione mis problemas, aún me faltan demasiadas cosas por cambiar, por mejorar. La mejor decisión que puedo tomar en estos momentos es renunciar a ella, dejarla libre para que así tenga un mejor futuro sin todo mi drama, sin todos mis problemas a su alrededor. Sólo quiero verla feliz, verla sonreír no me importa con quién lo haga.

Me fui a mi departamento y por todos los lados en que lo veía, renunciar a ella sería la mejor decisión de mi vida. Logré dormir a penas una hora. Tuve un sueño que fue hermoso porque la vi sonreír en el medio de un bello paraíso lleno de flores, con la luz iluminando directamente su rostro haciéndolo lucir espectacular, reluciente. Pero ese sueño me hizo sentir la desesperación de cada paso que tomaba para alejarse de mi aunque me sentía tranquila pues con cada pasó que daba veía como su felicidad aumentaba. Luego me vi a mi misma en medio de la oscuridad, en medio de la nada con tan solo la soledad como mi compañera y me sentía inmensamente tranquila porque no me importa si mi alma se sumerge en el infierno eterno que será estar sin su compañía, sin su dulce voz, sólo me importa su felicidad y esa felicidad la encontrará lejos de mi estoy segura.

Alterada me desperté muy temprano.

No me pude resistir y sin retardo fui a su departamento.

Desconcertada me invitó a pasar, así lo hice, tomé asiento en el sofá.

Se quedó de pie a distancia de mí, mirándome como siempre lo ha hecho cuando quiere saber lo que pienso.

No sabes cuanto lamento todas las idioteces que te dije anoche, tenías razón el licor hablaba por mi. Mi intensión nunca fue ofenderte, sinceramente quiero pedirte perdón por todo. - me miro con ternura, ¿como puede ser está mujer tan noble y tan hermosa? A pesar de todo el mal que le he provocado aún me mira con ternura. ¿Por qué se me ha dado por destrozarle el corazón? ¡Soy lo peor!

Esta perdonada – respondió relajada.

Se acercó y se sentó a mi lado, tomo mis manos entre las suyas acariciándolas con delicadeza.

Solté una de mis manos para con ella acariciar su rostro, cerró los ojos ante el contacto.

También he venido a pedirte una cosa más - anuncie esperando no acobardarme y tener el suficiente valor para no rendirme ante sus labios que me incitan a besarlos con ternura, a no rendirme ante mi corazón que me suplica que la ame...

Diana:

Quiero pedirte - continuo con tono nervioso la esperanza estaba recobrando fuerzas rápidamente - que rehagamos nuestra amistad, quiero que seamos como antes - espero paciente mi repuesta pero se me hizo imposible dársela esa petición fue un corto circuito para mi organismo ¿amigas? Pero sí yo la amo ¿como pondremos ser amigas de nuevo? Pretende que olvide todo lo que ha pasado con tan sólo un chasquido de dedos, no puedo, no puedo ignorar que la amo y que la necesito a mi lado.

No yo ...

Este amor que siento por ti me ha traído de vuelta a la vida, pero yo no puedo darte la felicidad que quisiera, no estoy capacitada para hacerlo hasta los momentos lo único que mis actos han logrado provocar ha sido dolor

Eso no es del todo cierto también me has hecho feliz

Diana por favor no hagas esto más difícil, no podemos estar juntas y debemos aceptarlo. - así que esa es la decisión que ha tomado, dejar morir nuestro amor.

Se levanto yo imite su movimiento de inmediato cruce mis brazos por su cintura y aloje mi cabeza en su cuello, tratando de retener mis lágrimas. Ella acariciaba mi espalda y le dio un par de besos a mis cabellos. Este es el final ella ha resuelto unilateralmente que dejar las cosas así será lo mejor, pero ¿lo mejor para quién? Para mi jamás y para ella mucho menos yo se que aunque trate de ocultarlo al igual que yo está muriéndose porque al fin podamos amarnos pero no salimos de un problema para entrar en otro.

Mi corazón me grita que luche por ella pero siento que ya es una batalla pérdida, ella simplemente se rindió antes de la guerra.

Permanecimos abrazadas en el medio del living un rato más, luego con un nudo en su garganta bastante notable se despidió de mí.

Pase un par de días más en Caracas hallándome aún envuelta en la pena que me dejó su decisión, no soporte verla sin poder abrazarla o besarla o expresarle que mi amor seguía allí latiendo con aún más fuerza que antes así que partí de regreso a Mérida.

Pasaron cinco meses antes de que Javier al fin logrará convencerme de que accediera a ser su prometida, pero la AMO aún más que antes, la extraño, la necesito, carezco de su presencia en mi vida. ¿En que punto nos enredamos la vida de este modo? ...

Ya va para casi un mes desde que he regresado a Caracas, Javier se vino a mi lado, claro obviamente no iba a permitir que me quedará a solas con ella.

Paola se ha mantenido soltera todo este tiempo ni siquiera a tenido citas, ojala esa fuera una señal de que aún me ama... Pero no ella insiste en que mantengamos sólo lazos de amistad y siendo honesta nuestra amistad a fluido casi normal pero a veces nuestras miradas se cruzan y me quedó sin aliento, sin ánimos de pasar otro segundo de mi vida sin estar a su lado pero siempre evade mi mirada, de inmediato se escabulle cuando hay algún recuerdo, algún indicio, algún gesto que nos recuerda el amor que compartimos.

Paola:

Ver ese anillo ajustado a su dedo anular ha sido el peor castigo que he podido recibir en la vida y por sí fuera poco todos estos días en que la he visto me he tenido que tragar todo lo que siento al verla, cuando su mirada invade la mía, cuando su piel roza inocentemente la mía he tratado de disimularlo pero cada vez se me hace más difícil. Pero eso era lo que yo quería, esa fue mi decisión ofrecerle mi sincera amistad como siempre había sido, sólo deseo verla feliz y sí con ese imbécil ella va a serlo pues seré la mejor aliada de Javier para ayudar a que estén juntos.

Llegó un viernes en la noche y el plan era ir todos a cenar porque Javier nos tenía una sorpresa preparada.

En medio de la cena yo miraba mis alimentos con desgano estando cerca de ellos no tenia ganas ni de respirar si quiera. Javier se levanto e hizo sonar su copa para llamar la atención de todos.

Como todos saben Diana acepto mi propuesta de matrimonio, ya hemos decidido una fecha, será dentro de tres meses - ¡Que bien el final de mis días ya tiene fecha! - he pedido traslado en la compañía y fue aprobado, así que Diana, podremos casarnos aquí en Caracas y vivir aquí - Diana lo miro sorprendida al igual que todos los presentes pero yo estaba aterrada, creí que en unos días se irían a Mérida y la tortura de la boda seria allá no aquí (como si eso afectara en algo la situación, no importa el lugar donde sea lo importante es el hecho, será la muestra definitiva, así sabré para siempre que la he perdido) Javier miraba a Diana con dulzura (no lo niego), pero siendo bastante sincera lo odio porque tendrá a la persona que yo más deseo amar. - quería que estuvieras cerca de tus amigas, te amo - declaró delante de todos yo seguía preguntándome que diablos hacia allí, debería irme del país no se a otro lugar donde tal vez pueda encontrar algo de paz.

Diana no respondió a su declaración simplemente le dio un fugaz beso, pero Javier intensificó más el beso volviéndolo más largo. Yo no soporte, me levante para hacer una propuesta fingiendo alegría con la finalidad de separar sus labios.

Bueno chicos ¿qué les parece sí vamos a la casa de la playa? ¡Para celebrar en grande! - todos me vieron como preguntando ¿QUÉ?, nadie se esperaba esa proposición ni siquiera yo.

La mañana siguiente partimos a la playa me tocó aguantarme a Javier todo el camino, ya que él y Diana me acompañaban en la camioneta.

Llegamos, nos instalamos y comenzó la diversión.

Me mantuve toda la fiesta sobria y alejada de Diana, mejor dicho alejada de todos.

Para cuando cayó la noche la fiesta estaba en pleno apogeo.

Yo me decidí a salir a admirar al mar desde la orilla, comenzaba a relajarme.

¿Qué haces tan lejos? Te estaba buscando. - me dijo exactamente la misma frase que use yo cuando estábamos en la hacienda, cuando era completamente feliz a su lado.

Sonreí y me gire a verla, cada día está más hermosa, con ese short de Jean que deja ver sus preciosas piernas, una franelilla sencilla, su cabello suelto. ¿Como logra verse tan inocente y tan sexy a la vez? ¡Dios! ¡Que bella es y es de otro! Me odio a mi misma por haber renunciado a ella.

¿Y eso que me buscabas? - Pregunté sin desdibujar una pequeña sonrisa de mi rostro.

Pues todos me preguntaban por ti y me dio curiosidad por saber donde estabas.

¡Ah! - deje un suspiro escapar, como me moría por besarla y proponerle que nos escapáramos a una isla desierta o cualquier lugar donde sólo estemos nosotras. Pero debo dejar de soñar...

¿Ya vas a entrar a la casa de nuevo?

No, tengo ganas de caminar por la playa un poco, ¿vienes?

Sí, una caminata me hará bien.

Sonreímos e iniciamos el recorrido.

Trate de mantener una conversación relajada tranquila sin tocar el tema del amor, ni el nuestro, ni eso que tiene con Javier resultó bastante divertido.

Diana:

Paola me estaba matando de la risa, allí estaba mi mejor amiga a la cual conozco mejor que a nadie, aquella que disfruta de un excelente buen humor. Aunque las risas me han distraído bastante aún así no evitan mi deseo de besarla se veía demasiado provocativa con ese top que dejaba al descubierto su abdomen, un pantalón de seda casi transparente que dejaba ver sus lindas y torneadas piernas, su negro cabello suelto moviéndose libremente por la rica brisa que corría, su rostro angelical ¡que irresistible!.

Comencé a salpicarle agua y salí corriendo.

¡Hey! - me grito entre risas - ¡te voy a alcanzar! - y pues sí, me alcanzó. Me tomo de la cintura.

¿Creíste que podías escapar de mí? - susurro en mi oído con tono de villano de película, me gire quedando frente a ella con tan sólo un par de centímetros separando nuestros rostros.

Sonreímos. Pero ella tan sólo permitió que nuestras miradas hicieran contacto 30 segundos, luego soltó mi cintura y se alejo.

Tomé asiento sobre la arena quedando frente al mar, ya estábamos bastante lejos, se sentó a mi lado. Teniéndola tan cerca de mi ya erizaba mi piel e irremediablemente me hacia temblar.

¿Tienes frío? - pregunto al notar mi cuerpo temblar.

Sí, un poco - mentí.

Pasó su brazo alrededor de mis hombros y se acercó más a mí proporcionándome calor y a la vez inquietud me moría por besarla, acomodé mi cabeza sobre su hombro.

Paola:

Sí vuelvo a tenerla frente a mi no podré controlarme voy a besar sus labios, la AMO, la deseo, ella es todo lo que ocupa mi mente, mi mundo es ella.

Trato de darle calor y evitar así que tiemble. Percibo el aroma de su piel junto con el de la arena y el mar es la combinación perfecta, estoy embriagada.

Bese su frente tratando de darle aunque sea un poco de todo el cariño que quisiera poder darle.

¡Te extraño! - Susurro.

Yo te extraño más - replique.

Se separó de mí, para arrodillarse justo adelante de mí.

Tardó unos segundos para hablar, miraba la arena dudosa pero luego subió la mirada para posarla en la mía.

¿Por qué Paola? ¿Por qué me dejas ir, por qué me dejas lejos de ti? - esa ha sido la pregunta que más dolor me ha causado en la vida. La entonación de su voz era triste, llena de sufrimiento.

Diana de verdad no creo conveniente hablar de esto. - dije evadiendo su mirada.

Ella tomo mi rostro entre sus manos y con un leve movimiento me obligó a mirarla.

Me partió el alma en mil pedazos ver sus ojos humedecidos por las lágrimas que amenazaban con salir huyendo de ellos.

Respóndeme, por favor - suplicó.

Porque fui y soy una estúpida, una tonta, pero por más que nos duela Diana debemos entenderlo no podemos estar juntas. Mira el lado bueno tienes a Javier vas a casarte con él, con el tiempo lo vas a amar y al fin podrás olvidarte de mi. - vi la primera lágrima escaparse de su ojo derecho. - Diana por favor no quiero verte llorar por mí de nuevo, no lo merezco, no soy nada, no lo valgo. Y tú significas todo para mi por eso quiero que seas feliz y eso será con él yo sólo logró provocarte dolor, debes ser feliz Diana, yo Te Amo pero no puedo estar contigo, no puedo hacerte más daño me moriría sí lo hago. - sin decir nada, sin previo aviso acercó sus labios a los míos besándome con ternura, trasmitiéndome con ellos todo su amor hacia mi, toda su pena.

La abrace con fuerza por unos segundos que resultaron eternos y hermosos. Se alejo y volvió a su posición junto a mí, dudosa volví a abrazarla del mismo modo, poso su cabeza en mi hombro de nuevo.

Estuvimos así un buen rato en silencio, admirando el mar y entendiendo que todo se ha quedado hasta aquí, que ya no seré suya (aunque mi corazón este con ella siempre) y que más nunca será mía.

Regresamos el lunes a la ciudad y yo había tomado ya mi decisión de alejarme por completo de ella, al menos por algún tiempo.

No aguanto más me estoy haciendo daño pero eso es lo que menos importa, lo que más pesa es que le estoy haciendo daño a ella con mi presencia sí sigo aquí nunca podrá olvidarme ni dejar de amarme.

El martes antes de partir pase por su departamento a notificarle la noticia.

¿Paola que haces tan temprano por aquí? - pregunto aún con sueño, sonreí avergonzada.

Discúlpame que te despertara pero vengo a despedirme

¿Qué? ¿A dónde vas? - inquirió algo acelerada.

Voy a la hacienda necesito algo de soledad. Ya hable con Beatriz (gerente del centro comercial) y con Marcos (gerente del club), están a cargo pero quería pedirte que estés pendiente. Yo estaré viniendo de vez en cuando pero cualquier cosa que necesites me llamas y yo me vengo de inmediato.

Está bien. - asintió un poco aturdida.

La abrace y partí...

Dos meses y medio después...

Me he vuelto un genio domando los caballos en la hacienda ja, ja.

Nunca creí que me gustaría tanto la vida de campo todo ha sido genial sacando el dolor que llevó en el alma sabiendo que falta poco para su boda y el dolor físico que me provee la fractura que tengo en la costilla, hace 22 días me la lesione mientras domaba un caballo, en un par de días me quitan esta faja que me colocaron y que me fastidia a mas no poder.

Los días en que no me he podido mover gracias al dolor han resultado un infierno pues no tengo distracción y mi mente de inmediato viaja hacia ella, haciéndome recordar cada detalle de nuestra complicada historia.

Pero aun sigo pensando que he tomado la decisión correcta al dejarla libre...