El amor entre tu y yo iv

Sara acompaña a shulia al aeropuerto, pero al llegar a casa encuentra la cartera de shulia se devuelve al aeropuerto para entregarsela antes de que salga el vuelo pero cuando pregunta por el avion destino a grecia la azafata le enseña el avion y este................

EL AMOR ENTRE TÚ Y YO

Eugenia

La puerta se cerró y en la habitación quedó una triste y abatida Sara. Shulia entró en la casa y se dirigió a la cocina donde estaba Sonia.

  • Hola...

  • Hola hija...

  • Y... Sara?

  • Está en su cuarto, parece que se lo ha tomado muy mal, no quiere venir con nosotras esta noche.

  • Lo... entiendo.

  • OH, cuanto lo siento.

Sonia abrazó a la alta morena, tras unos instantes Sonia puso de sus mejores caras para animar un poco a la joven.

  • Venga hija, ve a cambiarte, nosotras sí que iremos.

  • Esta bien.

Shulia se dirigió a la habitación, se paró unos instantes enfrente de la puerta, tenía miedo... respirando hondo tomó fuerza y entró con cuidado. Sara estaba despierta pero no quería hablar con nadie, así que se hizo la dormida. Shulia asomó la cabeza y lo primero que vio fue el cuerpo de su amor relajado en una cama, entró sin hacer ruido y buscó entre sus ropas, la madre de Sara la dijo que se pusiera cómoda que no era nada formal, cogió uno de sus vaqueros oscuros y una camisa negra ajustada. Antes de salir de la habitación se acercó hasta la cama de Sara y la miró durante unos instantes, sus ojos comenzaron a humedecerse los cerró con fuerza para que sus lágrimas no salieran, poco a poco se fue agachando hasta quedar a unos pocos centímetros de los labios de Sara. Sara sabía que ella estaba muy cerca, sentía su respiración, y la suya comenzó a acelerarse pero no quiso abrir los ojos, Shulia rozó sus labios con los suyos y susurró algo en ellos que Sara no fue capaz de entender, instantes después Sara escuchó como la puerta se cerraba y la ausencia de Shulia dejaba un vacío en la habitación... y en su corazón.

Sonia y Shulia ya estaban en casa de María, había muchos invitados, eso sí, eran todos de la misma edad de Sonia, de la edad de Shulia solo estaban los hijos, un chico de veintidós años y una chica de veinte. Todos estaban en un patio comiendo, bebiendo y bailando, a uno de los lados había un escenario y un gran equipo de música. Muchos de los invitados bailaban en el centro del patio, Sonia estaba a un lado y desde allí podía ver a Shulia, estaba sentada en una mesa, con la mirada perdida en su vaso de refresco, sintió mucha pena por verla así.

Por otro lado... Sara estaba sola en casa, miraba una y otra vez la foto que se hicieron las dos juntas, levantó la vista y lo primero que vio fue la cajita de música que ella la regaló, la abrió y dejó que la melodía inundara el silencio de la casa, una lágrima rodó por su mejilla. El teléfono sonó y Sara fue a contestar.

  • Si?

  • Hola hija.

  • Ah, hola mamá, pasa algo?

  • Hija... deberías venir, Shulia está muy mal.

  • Yo también lo estoy mamá.

  • Shulia no tiene la culpa de tener que irse.

  • Me lo tendría que haber dicho!

  • Lo sé, pero entiéndela...

  • No hay nada que entender mamá!, me mintió!

  • Y no te has parado a pensar que a lo mejor tiene problemas?

  • Yo...

  • En eso no has pensado no?, te has comportado como una niña pequeña egoísta, así que yo que tu pensaría muy bien lo que iba hacer, hoy es su última noche Sara... tu verás lo que haces.

Lo siguiente que se escuchó fue el "ni ni ni", su madre la había dejado con la palabra en la boca, se que pensando en lo que su madre le había dicho.

Shulia no podía parar de pensar en Sara y en sus palabras... "te odio, egoísta", le dolía tanto..., sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz masculina.

  • Puedo sentarme?

  • Estas en tu casa (dijo la morena sin mirarlo).

  • Es verdad, pero tal vez no te agrade mi compañía.

  • Nunca he estado contigo, no sé si me agrada o no.

  • También es verdad, bueno y tu eres...

  • Shulia, estudiante de intercambio en la casa de Sonia.

  • Pues encantado Shulia, yo soy Emilio.

  • Igualmente Emilio.

  • Y qué haces aquí tan sola?

  • Nada, solamente he venido por Sonia.

  • Yo pensé que también vendría su hija, pero al parecer no ha venido.

  • No...

  • Te gustaría bailar?

  • La verdad es que no tengo ganas, pero te lo agradezco de verdad.

  • Vamos mujer solo uno (puso carita de perrito abandonado).

  • Como negarme con esa cara.

Ambos jóvenes salieron a bailar con las demás parejas, era una melodía lenta, de vez en cuando se sonreían, pero Shulia estaba demasiado pensativa y aunque la hablaran no se enteraba. La canción acabó y ambos se dirigían a la mesa hasta que una dulce voz llegó hasta sus oídos.

  • Buenas noches a todos...

Shulia se giró y sus ojos por fin se encontraron con esos verdes tan deseados, verdes y azules se mezclaron, Sara estaba encima del escenario y con un micrófono en la mano, todos los allí presentes se giraron y prestaron atención a la joven. Sara estaba realmente preciosa, llevaba unos vaqueros desgastados y una camisa verde que se le caían los tirantes por los hombros, hacia juego con sus ojos.

  • Esta canción... se la quiero dedicar a la persona que llenó mi vida de ilusión, de sueños y... de amor (esto lo dijo mirando fijamente a los ojos de Shulia).

Una melodía empezó a sonar y con ella la dulce voz de Sara. (la canción es en inglés pero pongo la traducción).

Solo un último baile... pequeña... solo un último baile...

Nos encontramos en la noche en el café Español

Miro en tus ojos y ya no sé que decir

Siento como si me estuviera ahogando en agua salada

Quedan unas pocas horas para que el sol comience a brillar

Mañana te irás y será el momento de darnos cuenta

Que nuestro amor terminó para siempre.

Como desearía ir contigo (desearía ir contigo)

Como desearía que pudiéramos hacerlo hasta el final.

Tras decir esto Sara se abrazaba a sí misma y cerraba los ojos, de pronto sintió que una figura alta la abrazaba por detrás y la pegaba a su cuerpo, Sara se apoyó en el cuerpo de su amada morena, ambas se movían al compás de la música, Shulia la tenía agarrada de la cintura, Sara giró su cabeza para mirarla directamente y seguir cantando.

Solo un último baile

Antes de decirnos adiós

Cuando nosotras nos tambaleemos y demos vueltas y vueltas y vueltas

Como si fuera la primera vez

Solo una casualidad más

Abrázame fuerte y mantenme caliente

Porque la noche se está haciendo fría

Y yo no sé a dónde pertenezco

Solo un último baile.

En el momento en el que solo sonaba la música Shulia y Sara se fueron acercando, rozaban los labios la una en la otra, Shulia tenía un brazo alrededor de la cintura y la mano entrelazada con la de Sara. Todos los de allí dejaron de bailar para mirar atentamente la actuación de las chicas. Sara estaba de espaldas a ella apoyada en su cuerpo, giró su cabeza y escondió su cara en el cuello de la morena dejándose llevar por el sensual baile y la voz de Shulia que se disponía a cantar ahora.

El vino y las luces y la guitarra española

Nunca olvidaré lo romántico que eran

Pero yo sé, que mañana perderé lo único que amo

No hay manera de ir contigo

Es la única cosa que puedo hacer...

Ambas se giraron para mirarse la una a la otra, entrelazando sus manos a la altura de los hombros sus voces se unieron en una sola cantando a dúo.

Solo un último baile

Antes de decirnos adiós

Cuando nosotras nos tambaleemos y demos vueltas y vueltas y vueltas

Como si fuera la primera vez

Solo una casualidad más

Abrázame fuerte y mantenme caliente

Porque la noche se está haciendo fría

Y yo no sé a dónde pertenezco

Solo un último baile.

Sonia veía como su hija apoyaba su frente en la de su... amiga?, no, estaba claro que era más que eso, en la de su amor, nunca antes había visto a su hija tan feliz, tan entregada a alguien, y aunque no conocía tanto a Shulia podía apreciar en sus movimientos, en sus palabras... que la quería de igual forma, la voz de su amiga María acompañada por su hija la sacaron de sus pensamientos.

  • Sonia, no sabía que Sara era...

  • Pues si... lo es.

  • Y a ti te parece bien?

  • Mírala, se la ve feliz, completa y llena de amor, cualquier madre quisiera ver así a su hija.

  • La verdad es que si que lo parece.

  • Lo es... créeme.

  • Lo que es, es asqueroso (la voz de la hija les llamó la atención).

  • Hija no digas eso! (le dijo la madre).

  • Pero míralas mamá!, no hacen más que sobarse la una a la otra.

  • Ellas se aman (dijo Sonia).

  • Si si, lo que tú digas, aun así sigue siendo asqueroso.

  • Lo que pasa es que tienes envidia (dijo Sonia).

  • Envidia de qué?!

  • Tienes envidia porque tú no has encontrado un amor así y como el de ellas tal vez no lo encuentras jamás.

La Hija de María no pudo decir nada, simplemente miró hacia el escenario y las dos jóvenes que cantaban y demostraban su amor en él.

Shulia y Sara estaban abrazadas en un estrecho abrazo, mirándose fijamente y dejando que la voz de una llenaras los oídos de la otra, balanceándose y acercándose más la una a la otra siguieron cantando hasta finalizar la canción.

Solo un último baile

Antes de decirnos adiós

Cuando nosotras nos tambaleemos y demos vueltas y vueltas y vueltas

Como si fuera la primera vez

Solo una casualidad más

Abrázame fuerte y mantenme caliente

Porque la noche se está haciendo fría

Y yo no sé a dónde pertenezco

Solo un último baile

Solo un último baile, Solo un último baile, Solo un último baile...

Tras decir la última palabra Sara y Shulia se besaron apasionadamente sin importarlas que las vieran todos, Sonia se reía mientras que las demás mujeres se ruborizaban. Todos aplaudieron, las chicas ruborizadas también bajaron sonrientes cogidas de la mano. Fueron donde estaba Sonia, María y su hija.

  • Habéis estado increíbles chicas (dijo Sonia abrazándola a las dos).

  • Gracias! (dijeron a la vez).

  • Hacéis muy buena pareja chicas (dijo María con una gran sonrisa).

Ambas se miraron, sonrieron y Shulia la abrazó por detrás. La hija de María, Ana que así se llamaba las miraba atentamente. Las dos chicas salieron a la pista y estuvieron bailando un buen rato. Cuando la fiesta acabó las tres volvieron a casa, Sonia se despidió de ella con un beso en la mejilla.

Ambas chicas ya estaban en la habitación tumbadas en la cama, abrazada la una a la otra.

  • Shulia...

  • Dime.

  • Por qué tienes que volver?

  • Hay problemas en mi casa, y es necesario que vaya.

  • Qué clase de problemas?

  • Sara... no me gustaría hablar de eso ahora.

  • No me lo quieres decir?

  • No es eso, simplemente no me apetece hablar de ello.

  • ... está bien...

El abrazo de Sara se volvió más frío y Shulia lo sintió, la morena la abrazó y la acercó todo lo que pudo a ella y a pocos centímetros de su cara le decía.

  • Sara... mírame (Sara la miró con los ojos humedecidos).

  • Sara, te quiero más de lo que imaginas, te prometo que volveré lo antes posible.

  • No quiero que te vayas... (Dijo entre lágrimas).

  • Yo tampoco quiero irme cariño, Sara...

  • Qué?

  • Prométeme... que me vas a esperar.

  • Te lo prometo... claro que te lo prometo.

Sara dejó salir todas sus lágrimas y abrazando más fuerte a Shulia con la cara pegada a su pecho la dijo.

  • Te quiero demasiado, no sé cómo voy a aguantar sin ti.

  • Te llamaré todos los días.

Se miraron y muy despacio se acercaron la una a la otra, besándose con ternura, se estuvieron besando durante largo rato, hasta quedar dormidas la una pegada a la otra.

La mañana llegó y con ella la angustia de ambas mujeres, estaban abrazadas en la cama, las dos despiertas, solamente estaban disfrutando del momento.

  • Estas despierta? (le susurró la morena al oído).

  • Mmm, si, si que lo estoy.

  • Dentro de cuatro horas tengo que coger el avión.

  • Lo se...

  • Antes... quiero que vengas conmigo a un sitio.

  • A dónde?

  • Tu solo ven.

  • Claro que voy (Sara le dio un beso en el cuello).

  • Mmm, me encanta que hagas eso...

  • Lo se... (Y le dio otro beso mas).

  • Te quiero Sara.

  • Y yo a ti Shulia.

Tras besarse una y otra vez, las chicas se levantaron y arreglaron para ir al sitio

Shulia ya estaba sentada en la moto y estaba esperando a que saliera Sara. Instantes después salió de la casa y se disponía a montar en la parte trasera de la moto, pero Shulia se lo impidió.

  • Siéntate aquí (Shulia le indicó que se sentara delante de ella).

  • Y eso? (preguntó la rubia juguetona).

  • Porque quiero abrazarte en todo momento.

Sin decir nada, Sara se sentó delante de ella echando su cuerpo hacia atrás y quedando refugiada entre los brazos de Shulia. Antes de ponerse los cascos Shulia la dio un suave beso en el cuello, Sara se giró y le dio uno rápido en los labios. Tras un recorrido corto Shulia se paró delante de una tienda.

  • Espérame aquí, enseguida vengo.

  • Esta bien.

Shulia entró en la tienda y tras estar en el mostrador unos cinco minutos salió de allí sonriente.

  • Que has hecho?

  • Ahora lo verás.

Shulia volvió a montar en la moto y se dirigió al parque del retiro, una vez aparcaron entraron cogidas de la mano y Shulia la invitó a montar en una barca. Shulia remó durante un rato hasta llegar al centro y allí dejó los remos.

  • Bueno y qué es lo que has hecho en la tienda?

  • Cierra los ojos.

  • Que...

  • Ciérralos.

  • Vale.

Sara cerró los ojos y sintió como Shulia la colocaba algo en el cuello.

  • Ya puedes abrirlos...

Sara los abrió y tocó con su mano lo que Shulia le había puesto, era un broche redondo, era de plata y tenía unos brillantitos de color azules y verdes, en el centro un brillante más grande que los demás, era de un color extraño... pero precioso, era el verde y el azul juntos. A Sara se le empezaron a caer las lágrimas.

  • No llores mi amor, eso no es todo, gira la tapa.

Sara sin poder decir nada giró la tapa con los brillantitos y dio paso a una foto de ellas, a la foto que se hicieron el primer día que se conocieron.

  • Dale la vuelta...

Sara giró el medallón y vio un grabado en ella...

Siempre te amaré... Shulia

Sara no pudo más y se tiró a los brazos de Shulia quien la abrazó y la acunó.

  • Shulia esto es... es precioso no deberías...

  • Tranquila, solo es un detalle, para que te acuerdes de mi, para que sepas que volveré cueste lo que cueste y para que sepas cuánto te amo.

  • Yo también te amo Shulia... con todo mi corazón.

Las dos se abrazaron fuertemente durante un largo rato, después se besaron y Shulia se separó un poco de ella para enseñarle algo.

  • Mira...

Shulia tocó su cuello y sacó otro medallón igual, con la misma foto y el mismo grabado, solo cambiaba el nombre.

  • Tienes otro igual...

  • Si, este es el objeto que nos unirá.

Shulia besó su frente y después apoyó la suya en ella.

  • Será mejor que volvamos, aún tengo que hacer la maleta...

Sara puso su mano detrás de la cabeza de Shulia atrayéndola hacia sí, le dio un beso que no olvidarían ninguna de las dos, era suave y fuerte, rápido y lento, salvaje y pasional... lo tenía todo, era un beso inolvidable, sus lenguas se exploraban una y otra vez, el aire no era capaz de pasar entre sus bocas, por fin el aire pudo llegar a sus pulmones, aun jugaban con sus labios en pequeños mordisqueos. Una vez que se separaron... se miraron y sonrieron.

  • Vamos (dijo la morena).

  • Si.

Sara se colocó entre las piernas de Shulia apoyando su espalda en su pecho, ambas cogieron los remos y con movimientos compenetrados empezaron a remar.

El tiempo fue pasando, Shulia ya tenía la maleta echa, su cartera sobresalía del bolsillo del pantalón, escuchó la voz de Sara que estaba fuera de la habitación.

  • Shulia si no te das prisa llegaremos tarde.

  • Ya voy!

Shulia salió corriendo de la habitación, y con la prisa la cartera se le cayó. Antes de irse Sara pasó por la habitación de su madre, al parecer no se encontraba muy bien y se quedó en la cama.

  • Mamá te encuentras mejor?

  • No mucho hija.

  • Quieres que me quede?

  • No no, tu vete con Shulia a despedirla al aeropuerto.

  • Esta bien mamá.

Shulia apareció por la puerta, y entró para despedirse de Sonia.

  • Sonia...

  • OH!, pasa hija, dame un abrazo antes de irte.

  • Claro.

Shulia se acercó, abrazo a la mujer, antes de soltarse Sonia dijo...

  • Ahora sé por qué mi hija esta tan a gusto entre tus brazos.

  • Jajajaja (ambas chicas rieron).

  • Cuídate mucho hija, espero que vuelvas pronto, te echaremos de menos... y sobre todo mi hija.

  • Volveré lo antes posible... se lo prometí a su hija.

  • Espero que lo cumplas hija, que tengas buen viaje.

  • Gracias, que se mejore pronto.

Tras un último abrazo Shulia y Sara salieron de la habitación y cogieron un taxi para ir al aeropuerto. Fueron todo el camino abrazadas y mimándose la una a la otra. Ya estaban enfrente de la puerta por la que Shulia tendría que entrar, dejando la maleta en el suelo, Shulia se giró para despedirse de Sara que ya le caían las lágrimas, Shulia la abrazó fuertemente.

  • Vamos cariño, no llores.

  • Es que... no puedo evitarlo, no quiero que te vayas.

  • Volveré... te quiero... te quiero mucho.

  • Yo también te quiero mucho (dijo entre lágrimas).

  • Te llamaré cuando llegue.

  • Esperaré tu llamada.

Shulia se separó lo justo para besarla con todo su amor, se besaron hasta quedarse sin aliento. A Shulia se le escaparon las lágrimas también, tras un último beso Shulia se fue alejando, antes de entrar por la puerta Shulia volvió a mirar hacia atrás, quería ver esos ojos verdes. Shulia desapareció tras la puerta. Sara preguntó a una azafata cual era el avión que despegaría con destino Grecia, la chica se lo dijo que hasta dentro de media hora no saldría, iba con retraso, así que decidió irse a casa con su madre ya que estaba mala.

Sara tardó quince minutos en volver a casa, primero fue a ver a su madre y luego entró en la habitación, aún olía a ella, avanzó por la habitación se encontró en el suelo la cartera de Shulia, la abrió y lo primero que vio fue la foto de ellas dos, Sara sonrió y después se acordó que el avión aun no salía y a lo mejor le daba tiempo, salió corriendo de la casa para llegar a tiempo a al aeropuerto.

Shulia estaba sentada en el avión, miró su bolsillo y se dio cuenta de que no tenía la cartera, así que decidió salir fuera para ver si se la había caído, no la encontraba, pregunto a la azafata si alguien había dado aviso de ella, ella le dijo que una mujer se encontró una cartera en el baño, a Shulia le extrañó porque ella no había ido al baño, pero de todas formas fue a ver. Entró en el baño buscó por encima de los lavados pero no la vio, de repente la puerta se cerró y pudo oír como echaban la llave, Shulia corrió y golpeo la puerta.

  • Abrid!, mierda!!!

El avión ya estaba despegando. Sara corría con todas sus fuerzas, ya estaba en el aeropuerto llegó hasta la puerta y sofocada preguntó por el avión con destino a Grecia.

  • Por favor, el avión que salía para Grecia?

  • Es ese de allí.

La azafata señaló a través del cristal un avión que ya estaba en el aire, Sara agachó la cabeza con decepción por no haber llegado a tiempo, volvió a mirar el avión y pudo ver como el avión explotaba en mil pedazos en el aire, la explosión hizo retumbar los cristales, la gente gritaba. Sara no podía oír nada, se quedó con esa imagen en la cabeza y sin poder parpadear... estaba en shock...

El ruido era insoportable, la gente gritaba y corrían como si la vida se les fuera en ello. Shulia golpeaba la puerta una y otra vez, quería saber que había pasado, de repente oyó como alguien metía una llave en la cerradura, la puerta se abrió y el señor de la limpieza entró con la mano en boca, conteniendo el vómito, Shulia salió corriendo y lo que vio la asustó, vio a un policía que pasaba corriendo y lo agarró del brazo.

  • Por favor, dígame que ha pasado.

  • El avión con destino a Grecia ha explotado!

  • Queeeeeeeeeeeee...?

El policía salió corriendo y a Shulia le costaba creer lo que había oído, empezó a correr entre toda la gente hasta llegar enfrente del cristal donde se podía ver los restos del avión arder. De repente unos chillidos de auténtico terror llegaron hasta sus oídos, miró de dónde provenían, era Sara, estaba chillando con toda su alma, y unos hombres la estaban intentando calmar pero parecía inútil.

  • NOOO!!!, NOOO!!!, SHULIIIIAAAAAAAA!!!, NOOOOOOO!!!!!!

  • Señorita, cálmese por favor!

Sara seguía gritando y llorando, a Shulia casi se le paro el corazón solo por ver el estado de Sara. Sara estaba tirada en el suelo moviendo la cabeza en forma de negación, intentando soltarse de los hombres que trataban de clamarla. Inmediatamente Shulia corrió hasta llegar enfrente de ella arrodillándose, la cogió de los brazos.

  • Cariño, cariño soy yo!, escúchame, estoy aquí!, SARA MÍRAME!

Sara levantó la cabeza rápidamente al oír la voz de Shulia.

  • Estoy aquí, tranquila, me oyes?

Sara abría la boca intentando que pasara aire y llegara hasta sus pulmones, cuando sus ojos volvieron a ver esos ojos azules no pudo evitar llorar con todas sus fuerzas a la vez que se abalanzaba a Shulia, abrazándola fuerte por la cintura y pegando su cara en el pecho balbuceaba palabras.

  • Shulia, Shulia, por dios estas viva, pensé que...

  • Tranquila, cariño estoy bien.

  • Pero cómo...

  • Perdí la cartera, salí a buscarla y me quedé encerrada en el baño, perdí el avión.

  • Oh, gracias a Dios, si llegaras a estar en ese avión yo..yo...

  • Shhh, tranquila, ya ha pasado todo vale?

Se abrazaron más fuerte y Shulia acunaba al pequeño cuerpo tembloroso mientras le susurraba palabras en el oído.

  • Te quiero, lo sabes verdad?, no te dejaré nunca... nunca.

  • Yo también te quiero!, no podría hacerme a la idea de estar sin ti, Shulia, no vayas a Grecia...

  • Tengo que ir, pero tal y como está esto ahora no creo que salga ninguno por el momento, llamaré a mi madre para decirle que me retrasaré, ahora volvamos a casa.

Sara la miró a los ojos y se lanzó a darle un pasional beso, tras unos instantes de pasión, Shulia ayudó a levantarse a Sara que aún estaba temblando, la morena la abrazó y se fueron a coger un taxi.

Cuando por fin llegaron a casa, Sonia abrazó fuertemente a Shulia, había visto la noticia por la tele y se había temido lo peor, tras charlar un rato, Shulia se fue a llamar a su madre.

  • Supongo que ya sabes lo que habrá pasado.

  • Si hija, estaba asustadísima y me sentía culpable.

  • Tranquila mamá, estoy bien, pero no sé cuándo podré ir.

  • Dicen que mañana volverá todo a la normalidad.

  • Pues intentaré coger alguno mañana.

  • Está bien hija, pero ten cuidado.

  • Claro mamá, mañana hablamos, un beso.

  • Hasta mañana hija.

Cuando colgó, apoyó la frente en la pared y cerró los ojos, sintió que unos brazos le rodeaban la cintura y una cabecita se apoyaba en su espalda.

  • Estás bien? (preguntó la rubia).

  • Ahora sí.

Shulia se giró y la estrechó entre sus brazos, estuvieron así durante un rato.

  • Quieres que vayamos a dar una vuelta?

  • Claro!, (dijo la rubia entusiasmada).

Cogidas de la mano estuvieron largo rato paseando, por el camino Sara se compro un cofre de chocolate, Shulia se iba riendo por que no hacía más que mancharse la cara, tenía chocolate en la comisura de la boca y Shulia se agachó para limpiárselo con la suya propia.

  • En tu boca el chocolate sabe mejor (dijo riéndose la morena).

  • Te tengo muy mal acostumbrada (dijo acercándose a la morena).

  • Tú crees? (y puso carita de perrito abandonado).

  • Desde luego.

Sara le dio un tierno beso, pero el beso fue interrumpido por una voz.

  • OH!, qué momento más tierno.

Las chicas se separaron y miraron directamente al dueño de esa voz.

  • David... (dijo la rubia sorprendida).

  • Hola cariño.

El se acercó con la intención de besarla pero antes de que llegara Shulia se puso delante con mirada desafiante.

  • Qué pretendes? (preguntó la morena).

  • Creo que está claro, besarla.

  • Ella está conmigo, así que no vuelvas a intentar acercarte a ella.

  • Yo haré lo que quiera, tú no eres nadie para decirme lo que debo o no debo hacer.

  • Por mi como si te tiras por un puente, pero si tiene que ver con ella entonces te diré lo que debes hacer.

  • Mira niña, si no quieres que te haga daño apártate.

  • OH... mira como tiemblo.

  • Tu te lo estas buscando.

  • David vale ya!, te dije bien claro que la única persona para mi es Shulia, no insistas.

  • Shulia, solo te daré una oportunidad, estas dispuesta a renunciar a Sara?

  • Nunca (dijo con la mirada fría).

  • Entonces atente a las consecuencias.

  • Me estas amenazando?

  • Te estoy avisando, y tu Sara, si quieres conservar a tu novia yo que tú me alejaría de ella... por su bien.

  • Vete de aquí (dijo la rubia agarrando la mano de la morena).

  • OH, te sale el instinto protector? (dijo acercándose a ella).

  • No te acerques a ella (se puso la morena delante de la rubia).

  • No digas que no te lo advertí.

David se fue dejando a una Sara muy confundida, tenía miedo de que le hiciera algo a Shulia, cuando le perdieron de vista Sara abrazó a Shulia apoyando la cabeza en su pecho.

  • Tengo miedo...

  • De qué?

  • De lo que te pueda hacer.

  • No me hará nada, y a ti tampoco, no se lo permitiré.

Tras un prolongado beso volvieron a casa. Ya habían cenado, Shulia se metió en la ducha y Sara estaba en la habitación pensando lo que había pasado con David, el ruido del agua caer la llamó la atención, se acercó hasta la puerta del baño, y despacio la abrió un poco, la cortina no dejaba ver a Shulia y con cuidado se adentró en el baño, su ropa empezó a deslizarse por su cuerpo hasta llegar al suelo. Shulia dejaba que el agua le diera de lleno en la cara, de repente sintió que unos brazos se apoderaban de su cintura y un pequeño cuerpo se posaba en su espalda.

  • Sara...

  • Quería estar contigo.

  • Me acabas de salvar la vida...

  • Por qué?

  • Porque me estaba muriendo por estar contigo.

La rubia rió en la espalda de la morena mientras que esta se giraba entre los brazos de la rubia y la abrazó más contra su cuerpo.

  • Ahora eres mi prisionera (dijo con una mirada pícara y risa juguetona).

  • Y qué precio debo de pagar para obtener mi libertad?

  • No hay precio alguno por el que dejarte ir.

Se acercó casi hasta rozar sus labios, Sara cerró los ojos y se dejó llevar por las caricias que recorrían su espalda y la respiración de Shulia que ahora acariciaba su cuello, el agua seguía resbalando por sus cuerpos, era la primera vez que sentían su plena desnudez de la una en la otra.

"Dios!, que suave es... la sensación de tener su cuerpo pegado al mío hace que mi corazón se acelere y mi respiración se vaya haciendo más pesada, la deseo..." (Pensó la morena).

"Me estoy perdiendo entre sus brazos y sé que esto me habría dado miedo pero con ella... es todo tan distinto, me siento tan segura y tan amada...

Shulia le besó el cuello suavemente mientras Sara echaba la cabeza hacia atrás para dejarle más espacio, sus cuerpos mojados lo hacían más excitante, Shulia subió hasta llegar a su boca, se besaron con ansia, las caricias aumentaron, una de las manos de Shulia se posó en la entrepierna de Sara, esta gimió, sin dejar de besarse Sara acarició el vientre de Shulia hasta llegar a uno de sus pechos, Sara ahogó el gemido de Shulia en su boca, justo cuando el fuego entre ellas se iba a desatar por completo unos toques a la puerta las cortó ese mágico momento.

  • Si? - respondió la rubia.

  • Hija, estáis las dos allí?

  • Si mamá, Shulia se esta duchando y yo me estoy lavando los dientes.

  • Daros prisa tenemos visita.

  • Quién ha venido?

  • María y su hija.

  • Enseguida salimos.

Sonia bajó hasta la sala donde las esperaban María y su hija.

  • Las chicas ahora vienen, se están duchando.

  • Se duchan juntas? - preguntó la hija.

  • La excusa de que una se está lavando los dientes y la otra duchándose no cuela, claro que se están duchando juntas - dijo riéndose.

  • No sé cómo permites eso - dijo asqueada la joven.

  • Cuando sientas el amor lo entenderás.

  • Puedo entender el amor, pero no entre dos mujeres

  • El amor entre dos mujeres es tan limpio y decente como el de un hombre y una mujer.

La chica iba a contestar pero fueron interrumpidas por la presencia de Sara y Shulia, iban cogidas de la mano, sonrientes como las que más, saludaron nada más entrar.

  • Hola! - dijeron a la vez.

  • Hola chicas, qué tal? - dijo María sonriente.

  • Muy bien, y vosotras? - preguntó Sara.

  • Bien también hija, por cierto, felicitaciones por vuestra actuación de la otra noche.

Las dos se echaron a reír, y Sara abrazó a Shulia por la cintura escondiendo su cara en el cuello de la morena.

  • Jajaja, es que mis chicas son muy tímidas - dijo Sonia riéndose.

  • Ya las veo ya, Jajaja

  • María me ayudas a preparar unos bocadillos?

  • Claro Sonia vamos, estas tres que se queden aquí hablando.

Las dos mujeres salieron de la sala, dejando a las tres chicas a solas, la hija de María, Silvia, estaba sentada en uno de los sofás, Sara y Shulia se sentaron enfrente de ella, la rubia se acurrucó en el cuerpo de la morena y esta la abrazó fuertemente.

  • Siempre tenéis que estar abrazadas?

Las chicas se miraron y tras unos instantes la volvieron a mirar.

  • Si - respondieron a dúo.

  • Por qué?

  • Porque la amo, porque me siento bien estando con ella, porque estoy tranquila sabiendo que está a mi lado y porque necesito expresarle cuanto la quiero, tanto con palabras como con gestos - dijo la morena dándole un beso a la rubia en la cabeza.

  • Yo podría decirte exactamente lo mismo aparte de que cuando ella me toca me siento feliz, protegida, querida y me hace sentir mil cosas que no podrías imaginarte...

Se miraron por unos instantes y se abrazaron más fuerte.

  • Ojalá encuentres un amor así Silvia, es lo más precioso que te puede pasar en la vida - dijo la rubia.

  • Si...

Fue lo único que pudo decir Silvia, se las quedó mirando embobada, veía como esas dos chicas se acariciaban, se abrazaban y como se dieron un beso de auténtico amor, al verlas después de lo que habían hablado ya no le daba asco y no pensaba que fuera nada malo, con una sonrisa en su boca se despidió de las chicas sabiendo que ahora era algo más abierta de mente y entendió por fin lo que era el amor.

Sara y Shulia estaba abrazadas en el sofá totalmente concentradas en una película que estaban mirando, Sonia estaba en otro sofá y de vez en cuando las miraba y sonreía, caricias de cada una no pasaron desapercibidas ante los ojos de Sonia

  • Shulia sabes ya lo que harás?

  • Aun no lo sé... tendría que mirar si hay vuelos para mañana.

Al oír eso Sara se apretó mas contra ella, Shulia lo notó y la miró, la rubia no podía mirarla ahora, solo quería sentirla, Shulia la abrazó y la susurró en el oído.

  • No me pasara nada cariño.

  • Tu eso no lo sabes, si te pasara algo yo...

  • Nada me pasará, mientras me este muriendo de amor por ti.

Sara no pudo evitar sonreír, tras un tierno beso todas se fueron a la cama, las dos chicas mas abrazadas que nunca, antes de dormirse estuvieron largo rato besándose, acariciándose y diciéndose palabras de amor eterno.

El sol entró alumbrando a dos cuerpos entrelazados, apenas se distinguía la una de la otra, Shulia se despertó primero y lo primero que hizo fue rozar los labios de Sara con los suyos.

  • Mmm, quiero que me despiertes siempre así.

  • Pues así será siempre, hasta que encuentre un modo mejor - dijo con mirada pícara.

  • Ven aquí.

Sara la cogió y le dio beso con todo su amor, de repente la puerta se abrió dando paso a Sonia.

  • Pero hijas, vosotras ya no sabéis lo que es el aire no?

Las dos chicas se rieron y se taparon hasta arriba con las mantas, Sonia salió riéndose de la habitación. Al poco rato bajaron las dos chicas, desayunaron tranquilamente. Sara y Shulia habían planeado ir a comprar unas cosas, Shulia ya estaba montando en la moto, cuando Sara se dio cuenta de que se le había olvidado coger la cartera.

  • Espera ahora vengo!

  • Vale!, aquí te espero.

Sara volvió donde ella y le dio un beso fugaz.

  • Te quiero!

  • Yo más!

Sara entró en la casa corriendo para coger la cartera, Shulia tenía la moto aparcada entre dos coches, salió con la moto empujándola con los pies y se puso detrás de unos de los coches que estaba aparcados, de repente el coche dio marcha atrás dándole a ella, la moto cayó encima de una de sus piernas y no podía salir.

  • Pero que... mierda!, SARAAAAA!!!

A Shulia le dolía la pierna, miró el coche que se había movido pero no alcanzó ver al conductor, mientras intentaba quietarse la moto de encima oyó el motor de un coche a toda velocidad, ella estaba en mitad de la carretera, miró para la dirección del coche, no parecía tener ninguna intención de frenar, el coche se acercaba más y más y ella no podía salir, Sara salió de la casa y miró con pánico el estado de Shulia, aun no había visto el coche que se acercaba, miró hacia un lado de la carretera y vio el coche, intentó salir corriendo para ayudarla pero la voz de Shulia se lo impidió.

  • QUEDATE AHÍ!

El coche ya casi la iba a alcanzar, Shulia se esforzaba por liberar su pierna, aunque el coche parecía estar demasiado cerca como para lograrlo, las lágrimas saltaron de los ojos de Sara cuando se dio cuenta de que no lo conseguiría, Shulia estaba perdida.

  • SHULIIIIIIIAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!

A medida que el coche se acercaba se aclaraba la imagen del conductor, era David, su cara reflejaba odio, Sara no creía lo que veía, sin pensarlo echó a correr para ponerse delante, una vez se plantó delante, Sara vio como el coche venía hacia ella, David al verla delante dio un frenazo y giró bruscamente haciendo volcar el coche, que patinó, iba directo hacia Sara, la rubia no se movía, Shulia con la pierna libre empujó de la moto con todas sus fuerzas librándose de ella, inmediatamente echó a correr hacia donde Sara y se abalanzó justo encima de ella para que el coche no la diera, ambas cayeron al suelo, Shulia encima de Sara, el coche acabó estrellándose con otro que estaba aparcado, Shulia se apoyó en el suelo para levantarse un poco y ver como estaba la rubia.

  • Sara!, estás bien.

  • Si, estoy bien - dijo abrazándose al cuerpo de Shulia - y tu estas bien?

  • Si cariño... ahora que te tengo estoy perfecta.

De repente unos golpes las hicieron miran para el coche de David, no había sufrido daño alguno, salió hecho una furia.

  • Serás zorra! - dijo mirando a Sara.

  • Cómo vuelvas a insultarla te tragarás esas palabras! - dijo la morena enfadándose.

  • A ti te voy a matar!

Sin decir más David se abalanzó sobre la morena, ambos empezaron a forcejear, David consiguió darle un puñetazo en la cara, Shulia le dio un rodillazo en sus partes más bajas dejándolo tirado en el suelo.

  • Vámonos de aquí - dijo la morena agarrando a Sara de la mano.

  • Si!

Las dos salieron corriendo, David se quedó tirado en el suelo retorciéndose de dolor. Cuando por fin llegaron al centro para ir a las tiendas la morena se paró en seco.

  • Sara...

  • Qué pasa? - preguntó preocupada.

  • mañana tendré que volver a Grecia, pero no quiero dejarte aquí sabiendo que el idiota ese puede hacerte algo - dijo muy angustiada.

  • Le tengo mucho miedo Shulia... - dijo casi llorando.

  • Entonces... ven conmigo a Grecia.

Sara la miró muy sorprendida, pero pudo ver en los ojos azules que se lo había pedido enserio.

  • De verdad quieres que vaya?.

  • Claro que si - la morena se acercó y la abrazó.

  • Iré donde sea mientras sea contigo.

Shulia solo sonrió y la apretó mas contra ella, tras un cálido beso en los labios las dos se fueron a comprar, cogieron todo lo que necesitaron y algún que otro capricho.

Ya estaban en casa cuando Sonia estaba haciendo la comida.

  • Hola mamá!

  • Hola hija, que tal las compras?

  • Bien mamá - dijo sonriente.

  • Y Shulia?

  • Está colocando la moto.

  • Ah, bien, dile que enseguida estará la comida.

  • Claro, mamá, tengo algo que decirte.

  • Dime hija.

  • Verás, es que Shulia me ha pedido que vaya con ella a Grecia.

  • Ya veo, y tu quieres ir?

  • Claro mamá.

  • Pues entonces ve y tráeme algún recuerdo - dijo guiñándole un ojo.

  • Ja ja, claro mamá, gracias - Sara la abrazó y le dio un beso en la mejilla - iré a buscar a Shulia.

  • Daros prisa.

  • Si! - gritó mientras salía.

Shulia estaba fuera mirando si la moto había sufrido algún golpe, pudo ver que estaba un poco abollada y tenía algunos rallones, pero nada que no se pudiera arreglar, justo cuando se giró para entrar en casa una pequeña rubia se colgó de su cuello y la besó profundamente.