El amor entre tu y yo ii

Shulia se ha enamorado de sara, pero no quiere hacerse falsas ilusiones, asi que para descubrir que siente sara por ella decide darle celos y ay dios...............

EL AMOR ENTRE TÚ Y YO

Eugenia

  • Bien... cuál es la excusa por su retraso (dijo muy serio el profesor).

  • Es que... verás...

  • Supongo que tú serás la nueva... no?

  • Sí (dijo la alta morena).

  • Tu primer día y ya llegas tarde?

  • Es que ella (señaló con el dedo a Sara) me metió por un atajo (Sara la miró con los ojos como platos).

  • Sara y sus atajos... si te dejas guiar por ella no llegaras ni a tu pupitre.

La alta morena contenía la risa como podía, su cuerpo se movía levemente y Sara lo noto ya que estaban dadas de la mano.

  • Espero que esto no vuelva a pasar (dijo el director dándose la vuelta).

Shulia que cada vez se reía más hizo que Sara notara más sus movimientos, a ella no le parecía hacer mucha gracias así que para que la alta morena parara le apretó con mucha fuerza, tanta que hizo quejarse a Shulia.

  • COÑO!

El profesor se giró para mirarla más serio que antes.

  • Cómo has dicho?

  • Que... claro que no señor!

Sara la miraba divertida y ahora era ella la que contenía la risa.

  • Siéntense.

  • Sí (dijeron ambas).

Soltaron su agarre y Sara pasó delante de la alta morena para dirigirse a sus asientos. Al fondo había dos mesas libres, justo cuando Sara estaba frente a la mesa... Shulia metió su pie entre los de ella haciéndola tropezar, esta con el impulso cayó encima de la mesa corriéndola varios metros atrás. Toda la clase se giró para mirarla.

  • Señorita Sara, aparte de desubicada... patosa?

  • Es que... me he tropezado con algo (le tiró una mirada asesina a la alta morena que no dejaba de reírse en voz baja).

  • A ver si es posible que deje de interrumpir la clase y podamos comenzar.

  • S... sí señor.

Ambas se sentaron en las mesas, la una estaba al lado de la otra, las separaban pocos centímetros. Sara no estaba atendiendo a la clase, estaba pensando como vengarse. Sara miró a la morena que estaba a su lado la cual le devolvió la mirada y la sonrió, Sara se la devolvió pensando... (No sabes lo que te espera bonita), arrancó de su cuaderno un pedazo de papel y escribió algo, después lo dobló y lo lanzó a la mesa de al lado donde estaba su amiga, sorprendida... Shulia miró a su compañera de al lado y después cogió el papelito y comenzó de abrirlo, "después de clase tengo que ir al supermercado, me acompañas?" La morena la miró y acto seguido cogió un boli, una vez escribió la respuesta, después dobló el papel y se lo pasó a Sara, ella lo abrió "si, te acompaño", Sara la miró y le dedicó una sonrisa a la cual la morena la guiñó un ojo. Pasaron varias clases llegando así la hora de tiempo libre, ambas fueron a cafetería a tomar algo.

  • No ha tenido ninguna gracia.

  • Pues a mí me ha parecido de lo más gracioso, Jajaja.

  • Quien ríe él último ríe mejor...

  • Me estas amenazando? (preguntó la morena divertida).

  • Yo?, por quién me tomas?

  • Por alguien que no parará hasta vengarse.

  • Y si fuera así? (preguntó acercándose más al rostro de la morena).

  • Si fuera así... tendría que vigilarte muy de cerca (dijo acercándose al rostro de la rubia quedando solo a unos centímetros de sus labios).

Ambas se miraron fijamente perdiéndose en la profundidad de sus ojos. Los ojos de la pequeña rubia fueron bajando hasta posarse en los carnosos labios de la morena, esta humedeció sus labios con su lengua, la morena frotó su nariz con la de la pequeña rubia, ambas cerraron sus ojos y dejaron que sus narices se siguieran acariciando, sus frentes se juntaron e hicieron más intensas las caricias, ese momento fue interrumpido por una voz femenina pero grave.

  • Vaya! vosotras de pequeñas os viciabais a David el gnomo?

  • Tienes algún problema? (preguntó la rubia bastante enfadada por haber interrumpido ese momento).

  • La verdad es que ver a dos bolleras no me agrada mucho.

Shulia y Sara se miraron durante unos instantes, tras ese momentos dos carcajadas limpias resonaban en los oídos de la intrusa, Sara se agarra el estómago de la risa y a Shulia le caían lágrimas de la risa.

  • Jaja Jajajaja muy buena...

  • Os reír porque os he pillado.

Las carcajadas empezaron a sonar más fuerte, entre carcajadas Sara le preguntó a la alta morena que no paraba de reír.

  • Shulia, jajajajaja, que te parece si nos saltamos las clases que quedan y nos vamos ya?... jajajajaja.

  • Jajajajaja, me... Jajaja, me parece una buena idea, vamos que me da algo, jajajajaja.

Shulia y Sara se levantaron de la mesa, la alta morena llevaba un vaso de chocolate en su mano, Sara se hizo a un lado para dejarla pasar, Shulia se disponía a pasar cuando el de Sara se metió entre los suyos haciéndola tropezar, el chocolate que llevaba en la mano se derramó sobre la cara de la chica que las interrumpió antes, Shulia se quedó de la misma postura mirándola como diciendo "que cagada", entre todo el chocolate de la cara de aquella chica se pudo notar que su piel se estaba poniendo roja, Sara estaba con los mofletes hinchaos conteniendo la risa, Shulia se giró para mirar a Sara, cuando sus ojos se encontraron Sara no pudo más y dejó salir una gran carcajada limpia, la alta morena se puso en posición de salir disparada para coger a la pequeña rubia, esta que vio sus intenciones echo a correr sin pensarlo y la alta morena salió detrás de ella a toda velocidad, la chica que las vio salir corriendo, antes de que salieran por la puerta de cafetería alcanzo a decir.

  • BOLLERAAAAAAAA!!!!!!!! ESTA ME LA VAIS A PAGAR!!!!

Sin girarse, las chicas continuaron corriendo, la pequeña rubia era bastante rápida pero la morena le pisaba los talones.

  • Puedes correr cuanto quieras pero hasta que no te coja no pararé!

  • Pues me parece que te vas a cansar porque no tengo ninguna intención de parar, jajajajaja.

La pequeña rubia intentó engañarla en una curva pero la morena vio sus intenciones y no lo consiguió.

  • No te librarás de mi tan fácilmente rubita!

  • No me llames así, avestruz!

  • Lo que tu digas rubita! Jajajajaja.

Corrían por los jardines de la universidad a gran velocidad, esquivando gente y saltando pequeños arbustos, cuando Shulia volvió a llamarla rubita, Sara se paró en seco girándose para encarar a la alta morena que se acercaba a ella a una velocidad de vértigo, la morena que no se había dado cuenta de que esta había parado, abrió sus ojos como platos intentando frenar pero eso no fue posible. La morena se llevó a la rubia por delante como si de un placaje de fútbol americano se tratara, la morena cayó encima del pequeño cuerpo que la estaba abrazando por la cintura.

  • Ay! Eso ha dolido (se quejó el pequeño cuerpo oculto).

  • Estas bien?!

  • Teniendo en cuenta que una avestruz a gran velocidad me ha atropellado... yo diría que estoy bastante bien.

  • Muy graciosa rubita (dijo la morena apoyando su cabeza en el pecho de la rubia que se movía con rapidez).

  • Estas cómoda?

  • Mucho.

  • Y piensas quedarte mucho ahí?

  • Me has hecho correr mucho... así que yo diría que sí.

Sara posó una de sus manos en la ancha espalda de la alta morena y la otra la enredo en su pelo, ésta se acomodó más en el pequeño cuerpo y lo abrazó con sus fuertes brazos. Así estuvieron una hora, cada una estuvo disfrutando de aquel momento, de ese contacto, ambas se levantaron y pusieron rumbo al supermercado. Una vez allí... Sara cogió un carro y se dispuso a coger lo que necesitaba.

  • Shulia, puedes ir a frutería y coger una lechuga?

  • Claro, ahora vengo.

Shulia se fue al lado donde está la frutería, Sara la siguió, iba a llevar a cabo su venganza, cuando Shulia estaba mirando que lechuga escoger, Sara se puso detrás de una caja de tomates, cogió uno de ellos y cerrando uno de sus ojos para tener mejor puntería lanzó uno a la alta morena que estaba de espaldas a ella. El tomate dio de lleno en la cabeza de la morena que inmediatamente se puso una mano en la cabeza y con un quejido se giró para ver quien se lo había tirado.

  • HIJO DE!, pero...

Forzando su vista vio como un pequeño cuerpo de cabecita rubia se metía por uno de los pasillos a gran velocidad, decidió atajar por otro pasillo y mirar a ver que hacia Sara, la vio que estaba delante de una gran torre de botes de aceitunas, al lado de ellas había una chica promocionando la nueva marca, Sara iba a coger uno de los tantos botes que había, Sara cogió uno de los botes de arriba para que no se cayera la torre de botes, la dependienta estaba de espaldas a ella hablando con otra señora, Sara se quedó allí parada leyendo lo que ponía en el bote, Shulia estaba detrás de aquella torre mirando por un pequeño agujerito a Sara, Shulia miró bien los botes y se dispuso a quitar uno del centro sabiendo lo que eso significaba, nada más quitarlo hecho a correr oyendo a sus espaldas el tremendo ruido que causó. A Sara no le dio tiempo a girarse, todos los botes cayeron encima de ella y de la chica que los promocionaba, ambas consiguieron sacar la cabeza de tanto, la dependienta echaba humo por las orejas y con una mirada asesina y una voz... más que grave le dijo.

  • PERO CON TODOS LOS BOTES QUE HAY HAS TENIDO QUE COGER PRECISAMENTE ESEEEE!!!!!!

  • No vera... yo... yo cogí de los que estaban abajo.

  • NO MIENTAS!, DE HABER SIDO ASI NO SÉ HABRIAN CAIDO!

Sara inmediatamente se puso a pensar en quien podía haber hecho eso, no tuvo que pensar mucho, miró al final del pasillo y vio a Shulia montada en la barra baja del carro pasar a gran velocidad, pero antes Shulia la miró y con una amplia sonrisa le guiñó un ojo, esto hizo que la pequeña rubia se pusiera roja de rabia, cogió uno de los botes y lo lanzó con la intención de dar a Shulia, pero esta consiguió esquivarlo, el bote fue a parar a una de las piernas de una pobre vieja que pasaba con su cesta, el golpe la hizo caer al suelo, en ese momento Shulia se paró y se quedó mirando a la vieja, Sara con sus ojos como platos se la quedo mirando igual.

  • ESO! ENCIMA DE JODER EL SUPERMERCADO MATENOS A LOS CLIENTES! SI QUIERE LA AYUDO!!!

Diciendo esto la dependienta fue saliendo de entre los botes de aceitunas con la intención de agarrar a Sara, esta que vio sus intenciones se revolvió entre los botes consiguiendo así su libertad, ambas tenían intención de correr, una para escapar y la otra para atraparla, peor una voz las hizo parar, era la vieja, había conseguido levantarse con ayuda de su cachaba.

  • SINVERGÜENZAS!

Tras esto la vieja echo a correr donde se encontraban Sara y la dependienta, Sara echo a correr a gran velocidad seguida por la vieja que con su mano alzaba la cachaba y la dependienta con los botes de aceitunas en la mano, Sara se metía por varios callejones intentando perder de vista a las dos locas que la seguían, por uno de los callejones vio a Shulia que seguía corriendo con el carro a gran velocidad, corrió con todas sus fuerzas hasta ponerse a su altura.

  • Eres una...!

  • Yo que tú me ahorraba el comentario y subía, Jajajaja.

Cada una en un lateral del carro iban por todo el supermercado recorriendo los pasillos para perder a la vieja y a la dependienta, pero también se les había unido el guardia de seguridad, consiguieron dar con un pasillo que al final de él estaba la salida, ambas se miraron y sonrieron, con un pie en la barra y el otro dándose impulso en el suelo para ir más rápido, una vez pasaron por las cajas que darían a la salida... ambas saltaron del carro y miraron para atrás a ver donde estaban sus cazadores, les vieron al final de un pasillo corriendo desorientados, Shulia miró a Sara con una gran sonrisa, la cogió de la mano y las dos entre risas salieron corriendo de allí. Aún agarradas de las manos... Sara y Shulia paseaban tranquilamente por la calle, Sara vio una tienda de objetos muy bonitos y le pidió a Shulia que entrara con ella, una vez dentro... Sara corrió al ver una estantería con cajitas de música, se acercó y cogió una de ellas, al abrirla sonó una pequeña melodía, cerró sus ojos y se perdió en el sonido de aquella melodía, Shulia la estaba buscando de pasillo en pasillo cuando por fin la encontró, se la quedó mirando... algo extrañada, pero lo primero que pensó fue lo hermosa que se veía, Sara abrió los ojos rápidamente al sentirse observaba, sus ojos estaba humedecidos, vio como Shulia la miraba fijamente y algo confusa, rápidamente se giró para que Shulia no viera sus ojos así. Para disimular un poco habló ella primero.

  • Esta melodía es preciosa no crees?

Sara se disponía a dejar la cajita en la estantería pero una mano encima de la suya impidiendo que la dejara y un susurro en su oído lo impidió.

  • Pues si tanto te gusta te la regalo (dijo muy suavemente).

Sara la miró con asombro, Shulia solo le sonrió y le dio un tierno beso en la mejilla. Una vez fuera de la tienda... Sara llevaba entre sus brazos un paquetito con un lacito rojo, estaba abrazada a él, iba con la cabeza agachada metida en sus pensamientos.

"Es el primer regalo que me has hecho... lo guardaré con mucho cariño, y en la forma en qué me lo has dicho? Oohhh!!!! Casi me derrito, me habría gustado tanto abrazarte... pero con tu beso me conformé, fue tan suave y tan tierno..."

Una voz la sacó de sus pensamientos, miró hacia delante y pudo ver que Shulia estaba a varios metros de ella.

  • Quieres qué vayamos a tomar algo?

Sara afirmó con la cabeza, corrió un poco y se puso a la altura de su amiga, su brazo derecho que estaba al lado de Shulia se deslizó hacia abajo, a la altura de la mano de ella, durante un momento dudó, pero se armó de valor y agarró la mano de la alta morena, esta la miró sorprendida, y pudo ver a una pequeña rubia sonrojada pero sonriente, Shulia entrelazó sus dedos con los de ella, cuando Sara la miró esta la sonrió muy tiernamente, Sara le devolvió la sonrisa, tomadas de la mano ambas entraron en un bar.

El resto del día lo pasaron tranquilas, estuvieron en el bar hablando, bromeando y riendo. Llegaron a casa y tuvieron una cena de lo más entretenida hablando con la madre de Sara, llegó la hora de dormir y ambas ya estaban en la habitación con los pijamas puestos.

  • Tienes sueño? (preguntó la pequeña rubia).

  • Que va, aun es muy pronto.

  • Quieres que veamos una película?

  • Claro!, cuáles tienes?

  • Déjame ver.

Sara se fue hasta un armario que tenía lleno de películas, la mayoría eran de terror, Shulia se acercó para ver cuales tenia.

  • Vaya, veo que te gusta el terror.

  • Si, me encantan estas películas.

  • Creo que será peligroso dormir contigo (dijo apartándose de ella).

  • Ja! Muy graciosa.

  • Bueno cual vemos?

  • Elige tú, yo ya las he visto todas.

  • Muy bien, vamos a ver.

La alta morena estuvo mirando las películas durante unos segundos, con uno de sus largos dedos señaló una.

  • Ésta!

  • "La Maldición", buena elección, es una de mis favoritas.

  • Si?

  • Si, vamos.

Ambas se dirigieron a la cama de Sara, enfrente tenían una tele y un video, Shulia se fue acomodando en un lado de la cama mientras Sara metía la película en el video, mirando hacia atrás Sara dijo...

  • Caliéntame el sitio.

  • Tranquila que ya estoy caliente yo.

Las dos se quedaron en silencio analizando lo que Shulia acababa de decir, se miraron fijamente a los ojos durante unos instantes, y después de una pequeña eternidad ambas estallaron en carcajadas.

Sara ya había metido la película y se disponía a entrar en la cama, pero cuando intentó levantar las mantas una mano grande se lo impidió.

  • Si quieres entrar tendrás que pagar (dijo con cara divertida).

  • Tengo que pagar por entrar en mi cama?

  • Exacto!

  • Y cuál es el precio?

  • Un beso.

A Sara se le paró el corazón, no sabía si se refería a un beso en la mejilla o un beso en... los labios, se estaba poniendo muy nerviosa y no quería que Shulia lo notara, así que intentó seguir el juego con calma.

  • Muy barato, no me costará mucho.

  • Mmm está bien, que sean dos.

  • Qué!?

  • Como veo que sigues inconforme que sean tres.

  • Serás...

Shulia giró su cara y puso su mejilla para que le diera los tres besos, Sara estaba más tranquila al ver que era en la mejilla, se fue inclinando poco a poco, estaba a escasos centímetros de su mejilla cuando un fuerte golpe se escuchó en la calle, automáticamente Shulia giró su cara en dirección a la de Sara, esta tenía los ojos cerrados y no se dio cuenta de donde iba a besarla, a Shulia no le dio tiempo a reaccionar, unos suaves labios yacían sobre los suyos, fue un contacto leve pero intenso. Sara se dio cuenta de que no estaba besando precisamente una mejilla, abrió los ojos como platos y vio que Shulia la estaba mirando aún con sus labios juntos, la alta morena pudo ver el miedo en los ojos de la pequeña y decidió presionar levemente sus labios contra los de ella a la vez que cerraba los ojos, Sara pensó que no sería capaz de rechazarla y así fue, cerró sus ojos y se dejó llevar, sus labios danzaron en los de la otra, pero sus lenguas aún seguían intactas, poco a poco se fueron separando, aunque ninguna quería, Shulia abrió los ojos y miró a Sara que aun los tenía cerrados, la alta morena estaba preocupada, no sabía lo que se encontraría en esos ojos esmeralda. Poco a poco Sara los fue abriendo, sus ojos brillaban intensamente, una sonrisa se dibujo en la cara de Shulia, Sara agachó la cabeza, tenía la cara como un tomate, a Shulia también se le puso la cara roja pero no apartó la mirada. Abriendo las cama... Shulia la invitó a que se tumbara a su lado, sin mirarla... Sara se metió en la cama, las dos estaba boca arriba, ninguna decía nada, ambas miraban el techo, por fin la morena rompió el silencio.

  • V... vemos la película?

  • ... s... si, claro.

La película dio comienzo, las dos la veían atentamente, Shulia tenía una mano en su abdomen y otra apoyada en la cama al lado de su muslo. Llevaban media hora de película, Shulia no se había movido, de vez en cuando miraba de reojo a Sara que parecía que se estaba quedando dormida, Shulia cerró los ojos y se centro en sus pensamientos...

"Ahora lo tengo claro... la amo, pero no entiendo cómo es posible que la ame si la acabo de conocer, Dios pero es que me vuelve loca, ahora la miró y... oohhh, se la ve tan indefensa, me muero por abrazarla y decirle cuanto la quiero. Cuando le besé... no se apartó, sentirá lo mismo que yo?, ojalá, Dios tiene unos labios que... Uuf me hacen perder el sentido, ha sido mi primer beso, lo habrá sido también para ella?, no lo creo, con lo preciosa que es seguro que ha tenido varias relaciones, tengo que averiguar si siente algo por mí, pero cómo?... ya sé!, con celos, tengo que darle celos, bien... tengo que pensar bien la estrategia."

Con una sonrisa se dispuso a ver la película otra vez, se intento concentrar hasta que un pequeño cuerpo se le echó encima, Shulia miró su pecho y lo primero que vio fue una cabecita rubia y un brazo que le pasaba por la cintura, Shulia acaricio la cabecita del pequeño cuerpo que tenía encima, con su otro brazo rodeo la espalda de la joven y la apretó mas contra ella, acercó su boca al oído de ella y en un susurro la dijo...

  • Duerme mi pequeña.

El cuerpo de Sara se apretó mas contra el de Shulia y una vocecilla alarmó a la alta morena.

  • Solo si me abrazas toda la noche...

A Shulia se le paró el corazón, pensó que Sara estaba dormida, pero al oír su voz se le puso el corazón en la garganta, una leve risita la sacó de su asombro.

  • Te he asustado?

  • N... no que va, tranquila.

  • Mentirosa, el corazón se te va a salir del pecho.

  • Bueno... si un poquito.

  • Lo siento.

  • No pasa nada (le dio un beso en la coronilla).

  • Shulia...

  • Dime.

  • Esto... por qué me besaste antes?

  • Pero... si me besaste tú.

  • Yo te iba a dar un beso en la mejilla, pero tú... te giraste.

  • Esto... yo bueno... es que...

  • Ha sido mi primer beso...

  • De verdad?

  • Si.

  • Vaya... yo pensé que... (Se quedó callada)

  • Qué pensaste?

  • Bueno... pensé que como eres tan guapa y eso... pues que ya habrías tenido algún novio.

  • No... Nunca he tenido novio.

  • Mmm.

  • Qué?

  • Para mí también ha sido mi primer beso.

  • Pues al igual que tu yo pensé que también...

  • Que va, nunca he tenido novio... ni novia tampoco.

  • ... así que... te gustan las chicas?

  • Si, más que los chicos diría yo, y a ti?

  • Bueno... la verdad es que nunca me lo he preguntado.

  • No hará falta que te lo preguntes, el día que te enamores lo sabrás.

  • Tu estas enamorada?

Shulia tardó unos segundos en contestar, no sabía que decirle, no quería mentirle, pero tampoco podía decirle la verdad.

  • Si...

  • De quién?

  • De la persona más maravillosa que haya conocido nunca.

Una expresión triste se notó en la cara de Sara, pero como estaban a oscuras no se veía, de repente tenía ganas de llorar y con la voz ronca y apagada dijo...

  • Sea quien sea... seguro que será muy afortunada de tener tu amor.

  • Espero que así se sienta... si algún día se lo digo.

Sin decir nada... Sara se soltó de ella y se dio la vuelta dándole la espalda, Shulia se sorprendió y a la vez se disgustó, pensó que a lo mejor le había molestado algo a Sara y decidió preguntar.

  • Sara... he dicho algo malo?

  • No... nada.

  • Es que... como te has apartado pensé que...

  • No me pasa nada, es que... tengo calor.

  • Entonces será mejor que me vaya a mi cama, así no te daré calor.

Sara no dijo nada y tampoco se movió, notó como el calor de su espalda se cambiaba por un frío vacío. Lágrimas recorrían sus mejillas, Shulia iba de camino a su cama cuando escuchó un leve susurro que decía...

  • No me dejes...

Shulia se dio la vuelta y miró durante unos instantes a Sara, volvió a oír otro susurro que decía...

  • Por... favor.

Shulia se volvió a acercar a la cama y se metió en ella, no sabía qué hacer, si tocarla o no, pero la voz de Sara la saco de dudas.

  • Abrázame... necesito que me abraces.

Sin decir nada, Shulia rodeo a Sara con sus fuertes brazos atrayéndola hacia así, la acurrucó en su pecho y apoyó su mejilla en la de Sara, al notar que estaba humedad le preguntó.

  • Estás llorando?

  • No...

  • Pero has llorado.

  • Si.

  • Por qué?

A Sara le volvieron a entrar ganas de llorar, sabía que no podía contestarle, porque en realidad tampoco sabía que decirle, se giró entre sus brazos y hundió su cara en el cuello de Shulia, la abrazó por la cintura y se pegó todo lo que pudo contra ella. Una voz grave y entre cortada llegó hasta los oídos de Shulia.

  • Por favor... no preguntes y abrázame.

  • Esta bien pequeña... Shhh, pero deja de llorar, me rompe el corazón verte así.

  • Tranquila... mañana estaré mejor.

  • Pero mañana tienes que decirme que es lo que te pasa.

  • No me pasa nada... simplemente soy muy sensible y estoy a falta de cariño y por eso me pongo así.

  • De verdad?

  • Si... (No se lo creía ni ella).

  • A partir de ahora no volverás a llorar, mientras este contigo no volverás a sentirte falta de cariño... te lo prometo.

  • No sabes que feliz me hace oírte decir eso grandullona.

  • Jajajaja, veo que no tardas en meterte conmigo.

  • Tu eres mi grandullona (dijo divertida).

  • Y tu mi pequeñaja (y le dio un beso en la frente).

Se acurrucaron todo lo que podían la una en la otra y dejaron que Morfeo se las llevara al reino de los sueños.

Pasaron dos semanas, dos semanas increíbles, no estuvieron ni un día la una sin la otra, hicieron juntas un montón de cosas. Si iban por la calle siempre iban cogidas de la mano, Shulia la abrazaba y le daba besos en las mejillas o en la cabeza, le daba todo su cariño a Sara, que desde entonces no volvió a llorar, Sara no podía ser más feliz, claro está que ella era igual de cariñosa que Shulia. Esas dos semanas le sirvió para aceptarlo... para aceptar que la ama más que a nadie, pero tenía miedo de decírselo. A Shulia le pasaba exactamente lo mismo, no sabía como decirle todo lo que sentía.

En esa misma semana llegaron dos estudiantes nuevos, un chico alto, rubio, de ojos azules, un pendiente de aro en la oreja izquierda y tenía cuerpo de atleta, el otro estudiante era una chica alta, de pelo rizado que le llegaba hasta la cintura, de color pelirrojo, de cuerpo un noventa, sesenta, noventa y unos ojos negros de impresión. Una vez fueron presentados... el profesor les indicó sus asientos, a Carlos le pusieron al lado de Sara y a Sonia al lado de Shulia, Sara y Shulia no se dieron cuenta de ellos hasta que se sentaron a su lado, Carlos llamó la atención de Sara.

  • Vaya que suerte he tenido!

  • Por qué lo dices? (preguntó Sara)

  • Porque me ha tocado al lado de la chica más guapa de toda la universidad.

Sara agachó la cabeza sonrojada, Shulia que lo había oído no pudo evitar mirarlo fríamente, Carlos agarró la mano de Sara y se acercó a su cara para darle dos besos mientras le decía en el oído...

  • Encantado... Sara.

  • Igualmente... Carlos (se miraron fijamente).

Shulia no sabía si levantarse y darle con una mesa en la cabeza o directamente se tiraba ella encima. Tenía un lápiz en su mano que no tardó en partirse, el ruido llamó la atención de Sara que la miró, pero esta no le devolvió la mirada. Sara se fijo en la chica que se acababa de sentar al lado de Shulia y escuchó lo que le acababa de decir.

  • Una morena impresionante sin duda alguna.

Shulia la miró sin expresión ninguna en la cara, la mujer se presentó a Shulia.

  • Me llamo Sonia.

  • Shulia (dijo sin mirarla).

  • Encantada Shulia...

Ésta de acercó a su rostro y le dio un suave beso en la comisura de los labios de Shulia, que con los ojos como platos se la quedó mirando, en ese mismo instante le vino a la cabeza lo de dar celos a Sara, esta sería una buena oportunidad así que decidió seguirle el juego.

  • Igualmente Sonia (y le dedicó una de sus mejores sonrisas).

En ese mismo instante dio por finalizada la clase, Shulia se levantó y a su vez se levantó Sonia que la agarró del brazo.

  • Oye te importaría enseñarme la universidad?

  • Bueno... no pero...

  • Estupendo, vamos entonces.

Sara miraba a Sonia con odio y lo primero que se le vino a la mente fue... "no la voy a perder" y salió detrás de ellas, Sara caminada detrás de ellas mirando atentamente, vio que la pelirroja se acercaba más y más a Shulia, tenía la intención de abrazar a Shulia por los hombros ya que eran de la misma estatura, pero justo antes de que pudiera tocarla... un cuerpo pequeño se deslizó entre las dos tomando la mano de Shulia y con una sonrisa traviesa miró a Sonia que se la quedó mirando extrañada. Shulia la miró con una sonrisa y las dos se perdieron en sus miradas.

  • Hola grandullona.

  • Hola pequeñaja.

  • En lo de pequeñaja tienes razón (dijo Sonia).

Sara le clavó la mirada que parecían puñales, la pelirroja sonrió con aires de superioridad y Shulia se estaba aguantando la risa. La voz de la pelirroja les llamó la atención de nuevo.

  • Está claro que este mundo está lleno de tapones (dijo con ironía).

Sara sabía que lo decía por ella, no lo soportaba más, se fijó en que Sonia nunca miraba hacia abajo y aprovechó eso para hacerle la zancadilla, Sara deslizó su pie entre los de la pelirroja como si fuera una nube flotando. De repente la pelirroja se vio en el suelo, su carpeta salió disparada, cuando Sara paso a su lado dijo...

  • Si... y está claro que las patosas no se quedan atrás.

Shulia sabía que Sara era capaz de cualquier cosa, pero no esperaba eso. Sonia se levantó con cara de muy pocos amigos y gritando la dijo...

  • MALDITA CRIA!

  • Qué has dicho? (preguntó girándose).

  • ERES UN MALDITO TAPON!

  • Y TU ERES UNA PUTA JIRAFA!

  • TE VOY A ENSEÑAR LO QUE LE HAGO A LOS TAPONES COMO TU!

Dijo mientras se acercaba a ella, pero antes de que pudiera tocarla una alta figura se posó delante de Sara, una mujer de pelo negro y ojos azules le impedía el paso, su mirada era fría.

  • Será mejor que te calmes... y no intentes nada.

  • Escucha Shulia, contigo no va nada, tú me caes bien, así que no te metas.

  • Si intentas hacerle algo a mi pequeñaja claro que va conmigo.

  • Para ser tan pequeñaja tienes los pies muy largos.

  • Bueno... no iba a ser pequeñaja de todos lados.

  • Está bien... si no es hoy será otro día, ya nos veremos tapón.

  • Cuando quieras jirafa (dijo sonriendo).

  • Dejando los tapones de lado... esta morenaza y yo quedamos en dar una vuelta.

Le cogió de la mano libre a Shulia para tirar de ella, pero en ese momento Sara tiró de la otra mano haciendo que se soltara de Sonia.

  • Lo siento pero ella no irá contigo a ninguna parte.

  • Quién lo dice?

  • Lo digo yo!

Se pusieron enfrente la una de la otra haciendo casi sus narices se tocaran, Shulia estaba detrás con una expresión divertida, le encantaba ver como su pequeña la defendía, tenía celos?, Shulia se lo preguntó a sí misma, aún no estaba segura así que tendría que ponerse en más situaciones como estas, así que decidió jugar un poco.

  • Sara... yo le dije a Sonia que la enseñaría la universidad.

  • Lo ves taponcete?

Sara estaba que explotaba, no sabía si por lo de taponcete o porque Shulia quisiera acompañarla, estaba enfadada pero estaba más dolida que enfadada. Soltando la mano de Shulia dijo...

  • Vale... muy bien, pues si quieres ir con ella vete.

Diciendo eso se dio media vuelta para irse, pero de repente choco contra alguien cayendo al suelo de culo.

  • Ouch! Que daño, podrías tener más cuidado no?

  • OH! Vaya, perdóname Sara, no te había visto (era Carlos).

  • Ah Carlos... no pasa nada.

  • De verdad que lo siento, que te parece si vamos a tomar un helado?

  • Me parece estupendo (dijo sonriente).

Carlos agarró la mano de Sara para irse, cuando dieron los dos primeros pasos... Sara notó que alguien la tiraba de la otra mano con fuerza, haciéndola soltarse de la de Carlos.

  • Pero que... (Sara miró hacia atrás).

  • Lo siento Carlos, pero Sara no puede ir contigo.

  • Ella ha dicho que si.

  • Pues no va a poder ser.

  • Y por qué no? (preguntó la rubia) que yo sepa no tengo nada que hacer, además tú has quedado con tu nueva amiga.

  • Es verdad nena, larguémonos ya.

  • Oye tía no la llames nena (dijo Sara).

  • Y a ti qué más te da?

  • Mucho!

La voz de Carlos las llamó la atención.

  • Venga ojitos verdes, vamos a comer un helado.

  • No vuelvas a llamarla así está claro? (dijo la alta morena señalándolo con el dedo).

  • Pero esto es el colmo! vosotras qué sois novias?

Ambas chicas se miraron fijamente, Sara estaba un poco colorada y Shulia estaba acalorada por que se estaba empezando a enfadar. Shulia se había fijado en que Carlos estaba muy interesado en Sara y no iba a dejársela en bandeja, así que decidió que haría lo que fuera con tal de que la dejara en paz, por otra parte Sara pensó lo mismo respecto a Sonia, y también tenía claro que haría cualquier cosas por tener a su morena.

En ese momento Sara sintió como alguien la abrazaba por detrás, era su morena, ambas se sonrieron y a la vez contestaron a Carlos.

  • Exacto!

  • No me lo creo (dijo Sonia cruzándose de brazos).

  • Ese es tu problema (dijo Shulia arqueando una ceja).

  • Demostradlo.

  • Y por qué íbamos a tener que hacerlo? (preguntó Sara sonriente).

  • Porque si no me acercaré hasta Shulia y le daré lo que una novia de verdad le daría.

La sonrisa de Sara desapareció en ese mismo instante, después de lo que dijo Sonia pensó que si tenía que besarla para que no se acercara a ella lo haría.

  • Muy bien, si eso es lo que quieres...

Sara se giró en los brazos de la alta morena que la agarraba por la cintura, la miró fijamente como pidiendo su permiso, con una sonrisa Shulia se lo concedió, la alta morena notó que Sara estaba temblando, apretándola más contra si le dio la seguridad al pequeño cuerpo, Sara la miró con timidez y la sonrió, Shulia posó una de sus manos en las mejillas sonrojadas de Sara y ambas se fueron acercando poco a poco, cuando estaban a tan solo unos centímetros de la otra... la voz de Sonia volvió a sonar...

  • Y no me vale un mordisqueo de la labios, quiero ver un beso verdadero.

Cada una podía sentir la respiración de la otra, tras oír las palabras de Sonia las dos sonrieron, antes de juntar sus labios Shulia volvió a acariciarle la cara, y por fin sus labios se unieron en una lenta danza, Shulia sentía como si le ardiera la boca, quería más y Sara sentía lo mismo, la lengua de Sara pidió permiso para adentrarse en la boca de Shulia, quien le dio el permiso inmediatamente, sus lenguas por fin se encontraron, húmedas, calientes y sobre todo suaves, Sara rodeo el cuello de Shulia con sus brazos y profundizo el beso apretándose más a ella, Shulia estrechó entre sus brazos, el beso era lento, pero muy pasional, la lengua Shulia jugaba con el labio inferior de Sara y viceversa, al ver que el beso no acababa Sonia y Carlos se fueron sin decir nada, pero si las miraron asqueados. Solo quedaron ellas y su pasión, el beso poco a poco fue acabando, se separaron lentamente y se quedaron solo unos centímetros, ambas tenían la respiración agitada, muy despacio fueron abriendo los ojos, y cada una se encontró con un fuego descontrolado en los ojos de la otra.

Uno de los largo dedos se posó en los labios de Sara, aun mirándose... un susurro entre cortado salió de la boca de Sara.

  • Se... se lo habrá creído?

  • No lo dudes (dijo en otro susurro).

Una de las manos de Shulia se posaba en la mejilla de Sara, la pequeña rubia acaricio la mano que le sostenía la mejilla y la dejó encima con un suave agarre, Sara cerró los ojos para sentir más la caricia de Shulia, la alta morena no era capaz de aguantar y poco a poco se fue acercando para probar esos labios otra vez, cuando sentía la respiración de Sara un ruido alarmante la hizo separarse bruscamente, Sara abrió los ojos y vio que Shulia estaba sonrojada, le pareció encantadora, Shulia se tocaba para averiguar donde tenía el móvil que no paraba de sonar, cuando por fin lo encontró... descolgó y comenzó hablar.

  • Si?, ah! Hola mamá, bien y tú?, me alegro, qué pasa?... entiendo, te llamaré, adiós...

El rostro de Shulia cambio de feliz a triste en el trascurso de la llamada y Sara se dio cuenta de eso. Se acercó a ella poco a poco y la acaricio el brazo, cuando tenía su atención le preguntó.

  • Todo va bien?

Tardó unos instantes en responder.

  • S... si tranquila, todo va bien (y sonrió).

  • Quieres qué vayamos a tomar algo?

  • La verdad es que estoy algo cansada, qué tal si vamos a casa?

  • Esta bien.

Shulia se dio la vuelta y comenzó andar, a Sara le pareció extraño porque siempre iban de la mano, pero esta vez no la cogió, es una corta carrera llegó hasta la morena y la cogió de la mano, Shulia agachó la vista para ver a una sonriente Sara, ella sonrió de igual modo.

Una vez en casa... Sara fue a preparar algo de comer y Shulia fue a su cuarto y se tumbó en la cama, sus pensamientos se hicieron más fuertes en su mente.

"Y ahora cómo se lo digo?, vaya... no había pensado en esto, aun tengo dos semanas pero... tarde o temprano tendré que decírselo, espero que se lo tome bien... mi niña..."

Y poco a poco se fue quedando dormida. Sara iba a la habitación para preguntarle si quería algo de comer, cuando abrió la puerta se encontró lo más hermoso que había visto en su vida, Shulia estaba tumbada en la cama, su rostro estaba relajado, parecía que estaba durmiendo bien. Poco a poco se fue acercando a la cama, cuando estuvo lo suficientemente cerca apartó un mechón oscuro de su cara, tenía pensado irse y dejarla dormir pero se moría por abrazarla, por sentir su cuerpo. Con cuidado se fue tumbando a su lado, Shulia estaba tumbada de lado y Sara se puso enfrente, estaba a unos pocos centímetros de sus labios, quería besarla, lo deseaba, pero sabía que no debía hacerlo, así que hundió su cara en el cuello de la morena, pegó su cuerpo todo lo que pudo y la abrazó por la cintura. Shulia lo notó y con una gran sonrisa rodeo el cuerpo que se había acurrucado en ella con sus fuertes brazos y la apretó contra si, la cara de Sara no se veía pero se dibujo una sonrisa en sus labios, así se quedaron, abrazadas a la persona que amaban. Dos horas más tarde la madre de Sara entró en la habitación de su hija para decirles que la cena ya estaba a punto, lo que se encontró en la habitación la sorprendió mucho, ya las había pillado abrazadas una vez pero esta era distinta, aquí veía el amor de ese abrazo, decidió dejarlas dormir un poco más, se fue preocupada por que no sabía los gustos de su hija, nunca había tenido novio y le pareció extraño ya que pretendientes no le faltaban, luego tendría que hablar con su hija.

Ya eran las diez de la noche, poco a poco la morena se fue despertando, notaba el calor del pequeño cuerpo que estaba pegado a ella, con una amplia sonrisa se acercó hasta el oído de la rubia y le susurró.

  • Dormilona despierta.

  • Mmm (fue su única respuesta).

  • Duermes como un ceporro.

  • No soy la única, (contestó la rubia aun con la voz adormilada).

  • Nos levantamos?

  • No estas cómoda?

  • Mucho.

  • Entonces no.

  • Jajaja, oye pequeñaja que tengo hambre.

  • Yo también grandullona, vamos!

Sara se levantó de un salto, levantarse de golpe después de una larga siestas no es muy recomendable, sintió como toda la habitación le daba vueltas, perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, Shulia logró cogerla por la cintura antes de que cayera al suelo. La apretó contra sí y con cara preocupada le preguntó.

  • Hey! Estás bien preciosa?

  • S... si, es solo que me he levantado bruscamente.

  • Te sientes mejor?

Sara apoyó su cabeza en el pecho de la morena y la abrazó con más fuerza.