El amor duele

Lo que sentí y jamás confesé.

Una noche más aquí; mi corazón solloza implorando tu persona. Mi mayor pregunta en estos momentos es ¿Para qué la vida? Las estrellas brillan a lo lejos, me recuerdan a ti, son tan hermosas y lejanas, tan bellas e inalcanzables...

Las calles no tienen fin, mis canciones están rotas, mil charcos de tristeza y aflicción, almas que vagan solitarias con miradas perdidas en sueños utópicos. Todo lo que siempre deseé desaparece ante mi mirada atónita y resquebrajada.

Cuan bello sentimiento el que mi corazón evoca cuando tu imagen cruza por mi pensamiento. ¡OH, dura realidad la que sufre mi ingrata persona! Pero que bellos momentos fantaseé en mis largas noches.

Gestos, miradas, roces... todo estremece mi cuerpo en un súbito atardecer. Águila que vuelas en libertad, dame todo tu dominio. Tiempo errante que curas mis heridas, vuelve a mí.

Que duro es amar, pero peor es vivir sin probar su áspero sabor, dulce caramelo que cambia toda su sensación cuando el momento llega. Tu fragante aroma invade mi vida, solo puedo agradecerte esos momentos que me haces sentir viva, en los que me tratas como una persona. Tú has sabido enseñarme el significado de amar.

Te busco y no te encuentro, ¿Qué hice mal? ¿Por qué me castigas de tan dolorosa manera? ¿Acaso dejé de amarte alguna vez? Entiendo que jamás te lo expresé. Prefiero la partida a la dura realidad de evocar mis tristes pensamientos. La liberación de mis sentimientos parece no llegar.

¡Que triste es amar y callar! Cobarde persona la mía, mas siempre me faltó valor para mirarte a los ojos y decirte realmente lo que por ti siento. ¿Qué sabes tú lo que es amar sin que te quieran?

El murmullo de los pájaros se pierde en un largo silencio, nada tiene sentido. Cuando el corazón dice una cosa y la mente desea todo lo contrario, difícil dilema del ser humano.

Son sueños que se esfuman por un pequeño orificio, minúsculo a la vista pero letal en el corazón; un jarrón con una pequeña marca en la parte inferior, la cual pierde pequeñas e insignificantes gotas de agua, hasta que la rosa se marchita y todo lo que fue desaparece en un leve suspiro. De no ser por ti, todo lo hubiese perdido; pero ahora me doy cuenta que lo que jamás quise fue alejarme de ti.

Ni las yedras del olvido son capaces de hacerme borrar lo que un día divagué.

Lágrimas que recorren mi esencia, desconsolado sendero el de mi ser, como negar todo lo sucedido..

El pozo de la dejación lo siento dentro de mí, un dolor tan súbito y fuerte que nadie lo puede reparar.

¿Qué quieres que te diga? No hay manera de romper esta cruz, puede ser una obsesión, quizá no tiene fin, pero no hay nada comparable a ti.

Confiésame a los ojos y dime la verdad de lo que sientes... pero... miénteme, dime que me amas; solo con la palabra no con el corazón, necesito oír que me deseas, mayor engaño jamás necesité escuchar y creer, no obstante miénteme, te lo suplico, engáñame y deja que la ilusión sea lo único que alimente mi ser.

Pues vivir con el tormento de tu desamor yo no lo podría soportar; prefiero la quimera a la franqueza, bastante dura es mi vida cuando tu no estás, amarga mezcla la de la realidad, basta paradoja que no deja de cesar.

¿Y mi corazón? ¿Dónde estará ese insensato?

No sabes lo que es locura, yo la experimento cuando me alejo de ti, cuando solo puedo verte en mi nubla mente. ¿Qué es amor? El día que sientas lo que por ti siempre profesé entenderás todo aquello que con un gesto te intenté decir. Imaginar es bello, soñar también, pero que bonito es vivir y sentir lo real; ahora solo siento ese vacío en mis entrañas. Tu has conseguido los dos extremos más profundos, la felicidad más absoluta y mi soledad más repentina.

Solo pido tu felicidad, ¿Para qué más? Y no veo que pueda refugiarte de tanto mal en este mundo.

Caballo blanco que rocía mi corazón, con esa libertad que en la vida probaré. Tengo los grilletes del amor adheridos en mi alma. Un daño fuerte, algo inexplicable. Quizá lo mejor es hacer lo que siempre hice, callar, reír y falsear. La careta de mi alma tapa todo mi sufrimiento.

Mas miénteme, mírame y dime que me amas. Pues así no sé seguir.