El amor de mi abuelo
Entraba cada vez más profundo y lento hasta que chocó con mi himen, de un empujón lo rompió y sentí que lo abrazaba con mis labios, comenzó así a meterla y sacarla.
Mi relación comenzó hace unos cinco meses atrás, todavía hacia calor y sigo estudiando como buena alumna. Mis fantasías sexuales comenzaron desde temprano y las compartía con mis amigas que son más grandes que yo. Pero nunca había hecho nada pues a pesar de que tenia pretendientes, no iba más que un beso y caricias. Me di cuenta de este amor filial cuando empecé a sentir sensaciones profundas en mi, y justamente estaba mi abuelo cerca para descubrirlas en profundidad. Era un día de calor, mis padres trabajan juntos y suelen ir de viaje seguido, en ese entonces no tenían donde dejarme y decidieron hablar con mi abuelo para que pasara una semana con él. Él aceptó gustoso. Mi relación con mi abuelo fue siempre muy buena, fue siempre como mi mejor amigo. Era costumbre de nosotros que al vernos nos damos un besito en la boca, bien inocente y con dulzura. Siempre fue así pero todo cambió de repente. Para ir a la escuela, me visto con una falda bien corta y un poco amplia, cuando hay viento debo sujetarla para que no se me vea nada ya que mis pantys son bien cavadas en mi colita. Ese día debía tomar un bus para ir a la casa de mi abuelo, mis maletas estaban allí así que solo debía llegar allí y listo. Fue una experiencia única pues el bus estaba lleno y un hombre se me acercó de atrás muy disimuladamente y comenzó a acariciarme sobre mi falda, al ver que yo no hacia nada tomó más confianza y pudo levantármela para tocarme mi cola y acariciármela. Eso me empezó a calentar mucho y mis movimientos iban hacia él, dejando mi colita a su merced, tocaba mis panty hasta llegar a mi vagina que hasta ese momento estaba mojada de tanta excitación. Pero fue hasta ahí pues debía bajar pronto. ¡No lo podía creer! la primera vez en mi vida que me pasaba algo así, y encima estaba excitada por la situación. Pensé todo el camino sobre ello hasta que llegué a la casa de mi abuelo. Mi abuelo es alto y arrugadito como siempre lo llamaba, tiene ojos azules y una sonrisa que me encanta y para sus 67 años se mantiene muy bueno. Cuando abrió la puerta nuestras miradas se cruzaron y nos dimos un gran abrazo y el clásico besito en la boca, pero ese besito fue más largo de lo acostumbrado pero fue de mi parte ya que no sé que me pasaba ya que después de lo sucedido en el bus quede súper calentita. Almorzamos juntos y hablamos de muchas cosas. Desde que falleció mi abuela el se ha sentido muy solo y de eso también hablamos. Me estremeció mucho eso y me senté en sus rodillas para así estar más cerca de él y acariciarle el cabello pues eso le gustaba mucho, fue que me acerqué a darle un beso y nuestras bocas se juntaron y mi corazón comenzó a latir bien fuerte lo que me llevó a abrir mi boca y ofrecerle mi lengüita, ambas se juntaron y estuvimos así por unos minutos mientras él me acariciaba las piernas y me abrazaba con fuerzas. Ahí terminó todo pero no del todo, ya que me sentía estremecida y quería más. Esa tarde fue tranquila pero mis pensamientos hacia mi abuelo iban en aumento, había decidido dormir una siesta y todavía tenia puesto mi faldita de la escuela pero estaba cansada para cambiarme así que me acosté como estaba. Generalmente duermo boca abajo y fue que golpean la puerta y era mi abuelo preguntándome que quería de cenar, le dije que pasara y se quedó en silencio por un rato, no sabia que pasaba y era que mi faldita estaba un poco levantada y se me veía mi panty en mi colita. Me di vuelta para ver que pasaba y lo vi sonriente. -Nunca pensé que habías crecido tanto, me dijo. -Te gustaría tocarme abuelo? No se como me salió eso pero se lo dije -Me encantaría mucho, estás hermosa. Entonces se arrodilló cerca de la cama y comenzó a acariciarme las piernas muy tiernamente hasta llegar a mi panty, luego acarició mi colita, lo que hacia que me volviera loca y despacito comenzó a buscar con sus dedos mi conchita, que comenzaba a estar mojadita. Todavía estaba boca abajo y comencé a gemir de placer, me di vuelta y le ofrecí mi pubis, lo que con gusto comenzó a acariciar sobre mi panty. -Quiero besarte abuelo. Entonces se acercó a mí y me besó, mientras me acariciaba ya con movimientos en sus dedos corriendo mi panty a un lado. Seguíamos besándonos ya con pasión y de repente buscó desabrocharme mi camisa, lo dejé hacer y me sacó el sostén. se sonrió, sentía que quería ser de él nada más y mis senos salieron. Se acercó y comenzó a besarlos y morderlos. ¡Que hermoso era todo! Estaba en las nubes. Yo le acariciaba el cabello a mi abuelo mientras él me lamía los pechos y me acariciaba la conchita con sus dedos. Acariciaba después mi cuerpo entero, me decía que estaba muy linda, que hacia mucho tiempo que no disfrutaba así de una mujer. -Hazme tu mujer entonces. y me besó de nuevo. Me sacó la panty y comenzó a acariciarme el clítoris, ¡que placer más increíble!. Acercó su boca y su lengua recorría mis labios mayores, jugaba con mi conchita hasta que no di más y tuve mi primer orgasmo. Le sostuve la cabeza para que no se moviera pues mis jugos salían como nunca antes, pero sabía que de todos modos no la iba a sacar ya que seguía con sus juegos con la lengua. Nos besamos de nuevo mientras yo le sacaba los botones de su pantalón. Me senté y con mi mano le saqué su pene. Nunca había visto uno de cerca. Estaba bien dura y grande, mi abuelo me acercó la cara hacia su pene y comencé a darle besitos. Me gustaba mucho y luego abrí mi boca y comencé a chuparlo. Era increíble sentir como entraba y salía de mi boca, lo sentía sobre mis labios y cada vez aumentaba mis movimientos del mete saca. -Sigue Andreita, sigue. Hasta que saltó una exclamación por parte de él y sentí que algo tibio inundaba mi boca, quería sacarlo de ahí pero la prisa me hizo tragarlo y fue que lo saboreé todo. Me paré y lo miré a los ojos y lo besé. Nos tomamos de las manos y me llevó a su cuarto donde la cama es más grande, nos sacamos el resto de ropa que teníamos y nos acostamos juntos. Yo seguía como una leoncita y comencé a besarlo de nuevo, luego el pecho hasta su pene para chupárselo de nuevo. sentía como iba creciendo de nuevo en mi boca y como mi abuelo gemía de placer, eso me excitaba aún más. Cuando ya estuvo grande me acosté a su lado y mi abuelo se volteó hacia mi acariciándome el cuerpo, hasta que comencé a gemir también. - Lo quiero dentro de mí, abuelo, quiero sentirte. Si bien no es muy atlético le costó un poco subirse arriba mío, y escuché lo mismo que al principio. -Hace mucho que no hacía esto con una mujer. Traté de guiar el pene hacia mi entrada y él comenzó a empujar. No fue difícil que entrara ya que estaba bien lubricada. comenzó a entrar cada vez más profundo y despacio hasta que chocó con mi himen, de un empujón lo rompió y sentí que lo abrazaba con mis labios, comenzó así a meterla y sacarla. Era lento pero lo disfrutaba mucho, no tardé en venirme. Mi abuelo trataba de aumentar sus movimientos, yo lo ayudaba un poco hasta que me dijo que no aguantaba más y le dije que terminara dentro de mí pues quería sentirlo. Fue que sentí que algo calentito entraba en mí y en ese momento tuve otro orgasmo, después se acostó al lado mío, estaba un poco cansado. Yo quería chupárselo de nuevo así que me dediqué a limpiarle el pene por varios minutos hasta que los dos quedamos dormidos hasta la noche. Nos levantamos abrazados y decidimos ducharnos juntos. Fue una experiencia increíble, sentir como me acariciaba y lo dulce que era conmigo. Desde ese día dormimos juntos, Solo tenia una semana y queríamos disfrutarlo al máximo. Mi abuelo me acompañaba a la escuela y luego me pasaba a buscar pero todo bien disimulado. Cuando llegábamos a la casa nos sentábamos en el sofá y nos acariciábamos. Le gustaba mucho que usara faldita corta así él podía acariciarme mi conchita, como a mi me gustaba que usara pantaloncillos cortos para ver como crecía cuando se lo acariciaba. A veces se sentaba en el sofá y me decía que me quedara parada junto a él de espalda mientras me subía la faldita y me acariciaba mi colita, me sacaba la panty y me lamía toda. Eso me encantaba, luego me daba vuelta y le ofrecía mi conchita estando parada. veía como su cabeza desaparecía debajo de mi falda dándome placer. Hacíamos el amor por las tardes y siempre terminaba dentro de mí. Cuando regresaron mis padres me sentí triste pero lo visitaba los fines de semana y así podíamos amarnos más. Ahora hace un mes que no me viene la regla y supongo que estaré embarazada, es prematuro llegar a esa conclusión pero me gustaría mucho tener un hijo de mi abuelo.
Espero que les haya interesado mi historia. Les deseo a todos lo mejor.