El amigo que me daba morbo sexual
Teniendo yo 21 años, fui al cine con mi amigo Jomi, que por entonces él tenía 19 años. Con nosotros también vino su novia. El ir al cine los tres, no era ninguna novedad, pero si fue novedoso lo que sucedió.
El amigo que me daba morbo sexual
Teniendo yo 21 años, fui al cine con mi amigo Jomi, que por entonces él tenía 19 años. Con nosotros también vino su novia. El ir al cine los tres, no era ninguna novedad, pero si fue novedoso lo que sucedió, y además fue de lo mas morboso, puesto que él me daba morbo, pero además, con su novia con nosotros, y en un cine lleno de gente.
En cuanto nos sentamos, quedando él en medio entre su novia y yo. El toco mi pierna con toda la mano, dándome una especie de apretón en mi pierna, pero lo curioso es que lo hizo prácticamente rozándome el paquete, yo hice como si fuese algo sin más que un gesto de amistad por parte de mi amigo. Pero no pensé que eso sería el preludio de algo más, por mucho que a mi él me diese morbo, tenía claro que él tenía novia, la cual además era amiga mía, y no se me pasaba por la cabeza tener algo con él.
En cuanto comenzó la peli, nuevamente puso su mano sobre mi pierna, pero esta vez, la dejo ahí, iniciando un leve sobo. El sobo que me estaba dando, era ciertamente curioso ya que cada vez acercaba más y más su mano a mi paquete, llegando a tocármelo fugazmente de tanto en tonto. Lógicamente, esto me estaba poniendo a mil, por lo que mi polla comenzó a ganar tamaño, así como endurecerse. De la cual cosa él se percató, y me dedicó una sonrisa picarona, para a continuación susurrarme al oído que ahora le iba a dar un morreo a ella, y que en ese momento yo fuese tan bueno con él, como él lo estaba siendo conmigo.
Por lo que en cuanto empezó a morrearse con ella, yo dirigí mi mano a su pierna, a escasos cm de su paquete. Tras unos segundos sobándole la entrepierna, me hizo el gesto de ok, momento en el que intensifique el sobeteo, llegando ya a tocar su paquete, el cual estaba súper duro, evidenciando que él también estaba cachondo como yo.
El morreo que estaba dando a su novia, se alargaba en el tiempo, lo cual me permitía permanecer un rato disfrutando de su buen paquete. Y en determinado momento, cogió mi mano, pensé que era para indicarme que cesase en los sobos que le dedicaba, pero cual fue mi sorpresa cuando vi que pretendía que metiese mi mano por dentro de su pantalón, lo cual no era nada difícil, puesto que él, al igual que yo, llevaba pantalón algo amplio, y de tela fina con goma en la cintura.
Una vez ya tocaba su polla y huevos con mi mano metida en su pantalón, volvió hacer el gesto de ok, instante en el que me decidí a iniciar un ligero movimiento de masturbación, aunque tenía claro que no le iba hacer una paja a conciencia, puesto que de correrse, quedarían evidencias en su pantalón, y eso era algo poco aconsejable, ya que al ser época de calor, no había prenda que pudiese tapar el rastro de la corrida, si así se diera.
Mientras le estaba pajeándole de forma pausada, también metí la otra mano bajo mi pantalón para así pajearme a mi mismo, aunque por supuesto, lo hacía sin intención a llegar a correrme, y obviamente, disimulando al máximo, no fuese que alguien se percatase de lo que estaba sucediendo. La cual cosa, de pasar, dejaría de ser morboso sin riesgos, a morboso con el peligro de que se liara alguna movida. Es decir que me ponía la posibilidad de que alguien se percatase, pero temía que pudiera derivar en una situación difícil.
Después de un rato con una de mis manos pajeando su polla, de pronto él estiro de mi mano, lo cual me indicó que tenía que sacarla de ahí de inmediato, cosa que hice instantáneamente. Y una vez saqué la mano de dentro de su pantalón, cesó el morreo que se daba con su novia, para seguidamente, mirarme fugazmente, y guiñarme el ojo con una sonrisa maliciosa que denotaba su satisfacción por mi atenta dedicación hacia él.
Al rato, volvió a posar su mano en mi pierna, durante unos instantes sin moverla, pero no tardo a acercarla hasta llegar a mi paquete, y entonces, empezó a estrujármelo sigilosamente. Momento en el que fue consciente de mi estado de excitación, puesto que estaba completamente empalmado, aunque no era yo solo el que tenía la polla despierta al máximo, de lo cual ambos éramos conscientes, por lo que nos sonreímos, lo que denotaba complicidad por lo estábamos haciendo mientras se proyectaba la película en la pantalla.
Seguidamente, cogió mi mano y la puso sobre su paquete, para a continuación volver a llevar su mano a mi paquete, y seguir estrujándomelo, por lo que yo entonces, hice igual que él hacía, y así mutuamente nos estrujábamos el paquete el uno al otro.
Por suerte, al llevar bolsa estilo bandolera lo dos, podíamos tapar nuestros respectivos paquetes, y de esta forma, ocultar lo que hacíamos. Además de usar las bolsas para camuflar la situación, manteníamos una postura que ayudaba a ser discretos en nuestro recíproco comportamiento excitante. Y así mismo, nuestros movimientos eran inadvertidos, ya que nos limitábamos a ligeros sobos, así como estrujarnos los paquetes, pero siempre con la mano sin evidenciar lo que ocurría entre nosotros.
Después de permanecer ambos un rato con la mano en la polla y huevos del otro, él volvió a morrear a su novia con cierto afán como anteriormente. Momento en el que otra vez llegó el instante en que cogió mi mano, para volverla a introducir en su pantalón, lo cual me indicaba que debía hacer, y así lo hice sin más. La cual cosa era toda una gozada para mí, y que decir tiene, que a él también le gustaba.
Me encantaba tener su polla y huevos en mi mano, pero nunca imaginé que pudiera pasar, y menos estando su novia presente, que aunque ella no se diese cuenta de lo que pasaba entre él y yo, la situación era de lo más morbosa, puesto que mientras ella se comía la boca con él, yo tenía una mano en el interior del pantalón de su novio, haciéndole sobetéos y masturbándolo ligeramente. Y todo además ocurría en un lugar público, arrebatado de gente, que al tratarse de una sala de cine, cualquier movimiento reiterativo, podría llamar la atención de cualquiera que estuviese cerca, esa circunstancia seguramente no se daría, ya que sin duda la película que se proyectaba en la pantalla, era de esas que no te permiten dejar de prestar atención a la peli, puesto que se trataba de una buena sesión cinematográfica. Lo cual probablemente, ayudó a que su novia no se percatase de nada de lo que estaba sucediendo entre su novio y yo.
Durante el tiempo que duró la película, que fue cerca de 2 horas, no cesamos en sobarnos el paquete el uno al otro, en ocasiones sobre el pantalón, pero también otras veces, introduciendo yo la mano en el interior del pantalón, cuando él morreaba a su novia, incluso, en determinado momento, que se dio cuando había una escena de la película muy atrayente, él metió su mano dentro de mí pantalón, cogiéndome la polla con toda intención, llegando hacer un cierto movimiento de pajearme. Aunque eso solo se produjo durante unos segundos, pero fue lo suficiente como para ponerme a tope, y así se lo susurré al oído a él, ante lo cual, me guiño un ojo entre sonrisas y pasándose la lengua por sus labios. Verle esa cara de puro vicio y malicia, aun me puso más cachondo si cabe.
Al terminar la película, fuimos al wc, dirigiéndonos los dos a los dos últimos meaderos de pared, que por suerte estaban vacíos. Al ponernos a mear, lo hicimos de forma que estábamos algo giraos uno hacia el otro, y así nos veíamos la polla mutuamente, lo que nos permitió vernos lo muy caliente que estábamos, y entre risas nos hablábamos cerca del oído, comentando nuestra particular sesión de cine.
Tras salir del cine, fuimos los tres a tomar algo, aunque eso solo fue un mero trámite, puesto que lo hicimos con cierta rapidez, ya que antes de media hora después de salir del cine, estábamos en la puerta de donde ella vivía, y la despedida entre ellos, fue un veloz morreo. Lo cual a mi me sorprendió un poco, por lo que en cuanto ella entro dentro su casa, le dije a él que había sido una despedida cortísima, ante lo cual me comento, que le dijo a ella que yo tenía que irme pronto para casa, que quería acabar algo que tenía pendiente, y esto me lo dijo con cara de salidillo, por lo que denotaba que su frase, tenía doble sentido, por lo que, siguiéndole el juego, con cara picarona, le dije:
Yo: De que se trata?
El: Bueno, tu que crees?
Yo: no sé, a menos que sea seguir con lo que hacíamos en el cine, es eso?
No te gustaría?
A esas alturas, me limite a decirle de ir para mi casa. Durante el trayecto, nos volvimos a sobar el paquete recíprocamente, y entre tanto se dio una conversación de lo más interesante.
Yo: Se que estás convencido que me van los tios, aunque nunca lo he admitido claramente. Como has dado pie a que haya sucedido esto?
El: Bueno, puse la mano en tu pierna sin intención de nada, pero una vez la puse, se me pasó por la cabeza en ir más allá, y por eso la volví a poner la segunda vez, y ya con intenciones claras.
Yo: Sin duda me sorprendió, y más en la situación que estábamos, pero enseguida me pusiste caliente.
El: Ya, por eso, me decidí a seguir adelante, y además, también me puse cachondo.
Yo: Y esto ha sido solo producto de algo que se ha dado de pronto?
El: Sí, no ha sido premeditado, pero viendo que ambos estábamos excitados, quise ver que podía suceder. Además, en alguna ocasión me he percatado que me miras de cierta forma, y eso me gustaba, incluso imaginaba que podría suceder entre nosotros, en el caso de darse un encuentro íntimo.
Yo: (con cara de vicio) Vaya, pues todo parece que así va ha pasar.
El: (se rió a carcajadas) Así es, vamos a tu casa, y no para hacer nada intrascendente, precisamente. (momento en que intensificó el sobón que daba a mi paquete)
Fue entonces cuando, ambos nos bajamos un poco el pantalón, y así facilitar el poder meternos mano, introduciéndola cada uno en el interior del pantalón del otro. Lógicamente, el que conducía, debía de estar atento a la conducción, pero no había peligro, íbamos por calles poco transitadas, y encima a una velocidad más bien algo lenta. La cual cosa, de llevar cristales convencionales, alguien podría vernos, pero eran cristales ahumados, de los que desde fuera, no se ve.
Una vez ya habíamos aparcado el coche, entramos en el edificio de mi casa, y ya en el portal, sin encender la luz de la escalera, metí mi mano dentro de su pantalón. En un principio, le sobé todo el paquete con pasión, para a continuación estrujárselo reiterativamente durante un rato, y tras eso, inicie a hacerle un pajote, aunque de forma suave. Ya que pretendía ponerlo bien cachondo, pero quería retardar su corrida al máximo.
Después de menearle la polla un rato, saqué la mano de su pantalón, me giré poniéndome de espaldas a él, flotando mí culo sobre su paquete, y él entonces introdujo su mano en mi pantalón, iniciando un leve movimiento masturbatorio en mí polla. Instante en que él acerco su boca a mí oído y susurrarme frases bien calientes.
El: Que cachondo me pones, quieres que te la meta?
Yo: Oh! Sí, quiero tener tu polla dentro de mí culo.
El: Eres una viciosillo! Quieres ser mi putita?
Yo: Sí, lo quiero, haremos todo lo que quieras.
Me la comerás?
Yo: Ya estoy deseando tenerla en la boca.
Dejarás que me corra en tu boca de maricona viciosa.
Yo: Ah! Sí, eso quiero, soy tu puta maricona.
El: Estás mojada eh! Te gusta mi polla?
Yo: Me chifla tu pedazo de polla, y la voy a disfrutar mucho.
Momento en que encendimos la luz, para ya dirigirnos a subir a mí casa. Y tras cerrar la puerta de mí casa, no tardamos en despelotarnos por completo, por lo que ya por fin, íbamos ha pasarlo en glande el uno con el otro, sin dada que nos privara de hacer todo lo que nos apeteciera.